sábado, 30 de diciembre de 2006

En Venezuela ni siquiera hay un debate decente


Todas las culturas que se precien de ello, reverencian el rol de la palabra como generadora y recreadora del mundo. En tanto simiente o cáscara; alabanza o blasfemia; conjunto salvífico o maldición impenitente... La palabra de Dios "Yo Soy El Que Soy", se le revela a Moisés transmutada en una zarza ardiente que engullía todo el desierto... Una de nuestras grandes fallas, no es más que contrariar el temor a Dios siendo negligentes con el don de la palabra; la historia ha reconvenido a la humanidad la ociosidad de la boca, pero aún persistimos en tan irresponsable actitud.
Lo anterior expuesto es parte del ensayo "Tanmatra, un laberinto revisado" (sobre el poemario de Reynaldo Pérez Só) que escribió nuestro entrevistado en el Nro. 127 (2000) de la Revista Poesía del departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo. Fue escogido como inicio del presente Confabulario a modo de presentación de este inquieto y joven escritor carabobeño. Su verbo es directo, sin engaños. Con erudiciones; inteligencia y olfato depurador.
José Carlos De Nóbrega, graduado de Licenciado en Educación en la UC en el año 2002, realizó su tesis sobre la revista Poesía. Actualmente cursa el postgrado de literatura latinoamericana en la UPEL, donde se encuentra investigando, en fase de proyecto, al poeta brasileño, Ledo Ivo. Ha publicado dos libros, ambos en el año 1996, Sucre una lectura posible y Textos de la Prisa. En imprenta tiene el libro Derivando a Valencia a la deriva, que le editará el Ministerio de la Cultura, compilación de ensayos de escritores y artistas valencianos. Mantiene inédito Salmos Compulsivos por la Ciudad. Está concluyendo una antología de poetas vinculados a la revista Poesía que también será publicado por el Ministerio de la Cultura y preparando para salir a la luz pública su libro de cuentos El Dragón Lusitano y otros relatos. Dirigió La Tuna de Oro, publicación de los estudiantes de Educación de la UC y mantiene en red el blog http://salmoscompulsivos.blogspot.com. Es profesor de la Unidad Educativa "Batalla de Santa Inés".
-¿Cómo sientes el trabajo intelectual en estos momentos en Venezuela?
-Por lo menos el Estado está haciendo un esfuerzo por publicar a los autores de diversas regiones porque por lo general todo se centralizaba en Caracas y estaba el problema de las pandillas y la gente allegada a ese entorno. Está haciendo un esfuerzo a través de Monte µvila Editores y la editorial El Perro y la Rana. De Carabobo han publicado libros de Pedro Téllez, Slavko Zupcic y María Narea. Se ha hecho más fácil publicar; ha habido más amplitud.
-¿Y a nivel de debate?
-A pesar de todo el debate ha sido mediatizado por la política partidista, lamentablemente. Entonces nos vamos a los extremos. A nivel politico aquí no hay una discusión profunda sobre lo que significa el discurso de poder en Venezuela. Nos quedamos en la epidermis y no se analizan todas sus implicaciones. ¿Hasta qué punto nos ha perjudicado? ¿Qué perspectivas hay? Es que ni siquiera hay un debate decente; todo se refiere a lo inmediato, y los intereses de cada grupo en particular.
-¿Se pueden conjugar esas dos formas de ver el poder?
-El poder mediatiza, el poder es una alcabala; todo lo que se salga afuera es un discurso marginal, o es un discurso apóstata. Entonces no solamente nos quedamos en lo banal sino que yo creo que hace falta más irreverencia. El artista es irreverente. El problema es el juego de las apariencias o protegerse ciertas posiciones de poder o ciertas posiciones de privilegio que haga que muchos artistas pasen el tema por debajo de la mesa. Hay un artista plástico italiano, Maurizio Cattelan, que decía que el poder había que reproducirlo hasta el infinito; recuperarlo, abordarlo para que se evidencien todos los hilos y todas las tramas del discurso del poder. Tiene dos trabajos muy interesantes La Hora Nona (donde un meteorito aplasta al Papa Juan Pablo II) y otro donde aparece Adolf Hitler orando.
-¿Miedo entre los artistas e intelectuales?
-Conformismo. Estar satisfecho con la posición escalada. Eso es lamentable. Por ejemplo en el caso de la crítica literaria hay pocas voces como las de Víctor Bravo, quizás uno de los mejores críticos literarios del país. Porque vamos a los extremos: O el crítico descarga todo su odio hacia una obra o, de repente, digamos, cae, en un discurso que alaba a los amigos o alaba a los entornos. Eso le ha hecho mucho daño a la literatura en Venezuela y a nivel de la crítica de las artes plástica. Que todo este condicionado por el entorno o el grupo de amigos. No es malo celebrar las obras de los amigos pero otra cosa es hacer rendirle pleitesía a un grupo de intereses que mezclan el arte con la política o el arte con el partidismo, que es lo malo.
-¿Cuál debe ser la actitud de un escritor?
-Como decía Caneti, el escritor tiene que ser vasallo de su tiempo histórico. No puede estar aislado. No puede sublimar el tiempo que le toca vivir. Si bien resume el espíritu de su tiempo luego también debe ser el crítico más implacable de su tiempo. Paralelamente se estable que no es una perdida de tiempo reeditar las metamorfosis registradas en el arte. Leer los clásicos no es absurdo. Los autores clásicos son nuestros contemporáneos y ellos también han hecho una crítica bastante profunda del poder. La óptica tiene que ser cínica y a la vez compasiva. Y uno tiene que estar envuelto de ese discurso del poder para poder visualizar los hilos. Porque el poder se presenta y utiliza muchos códigos que son aparentemente invisibles. La labor del escritor es hacerlos visibles. Hacerles ver a la gente que, sin embargo, el Rey continúa desnudo.
-¿Cómo es tu labor creativa? Trabajas mucho con la memoria y el cinismo...
-Este año 2006 me puse a escribir cuentos. La mayoría de los personajes son reales... son mis amigos y entonces allí empiezo a hacer una recreación particular del mundo. ¿Que está cargado de cinismo? Sí. Porque yo aspiro a ser un critico del discurso del poder. ¿Que es celebratorio? Sí. Uno también celebra incluso hasta los odios.
Muchos de los amigos que han leído los cuentos en el blog me dijeron que mis cuentos parecen un proyecto novelístico mas que cuentístico. Yo no le había prestado atención a ello pero parece que si, es un proyecto novelístico, con mis amigos de protagonistas. Yo no lo había pensado y es por ello que estructuré el libro El Dragón Lusitano y otros relatos...
Reconoció tener una infancia feliz a pesar del asesinato de su padre cuando tenía 7 años en Caracas. A esa edad perdió también a sus dos abuelos maternos de forma repentina. Su madre, una mujer luchadora, empujó la familia adelante. A pesar de su fuerza, y tener que tomar las riendas del hogar y convertirse en padre además de madre, su amor lo entregó en forma de disciplina y una elevada formación moral hacia sus tres hijos.
-¿Cómo has sobrevivido en una sociedad moralmente dual con esa formación materna?
-Siendo cínico. Disfrutándolo hasta donde sea posible. Slavko Zupcic me dijo que era una gracia vivir en un mundo así porque era un universo excelente para escribir acerca de él. Un mundo donde se premia la mediocridad y la mayoría se inclina ante el poder, y, de paso, esas cuotas de poder están administradas por una burocracia ya calificada como estúpida e indolente. Ese es el mejor pretexto para escribir y vacilarse el mundo.
-¿Qué podemos recomendar a nuestros lectores que lean?
-Que lean a Maquiavelo. Lo que pasa es que la gente lo ve como un terrible, pero Maquiavelo es un gran humanista. Fue de los primeros en el Renacimiento que develaron toda esa gran tramoya que es el poder, pero estando dentro de él. Criticar la posición de los hombres sin haber sido sometido a lo que ellos pasaron es fácil y por eso hay tanta ligereza en nuestro tiempo cuando hablan con él.
A José Carlos le gusta dar clase a los adolescentes. Sabe que la lectura es marginal, pertenece a unos pocos que se interesan por ella y los tiempos de los adultos en nada se comunican con el de los jóvenes. No existe recetario para ellos. Lo único posible es entregarles libertades que les permitan descubrir el placer de la lectura. Nada más simple y complejo a la vez (Notitarde, columna Confabulario, 30 de diciembre de 2006).-

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