sábado, 20 de diciembre de 2008

Rolando Quero: "Trabajar es la única poción mágica"


Rolando Quero ha tenido un buen año. Este 2008 lo está cerrando con la exposición "Ecos en Tacarigua" en el Intercontinental Tacarigua Valencia para completar un total de ocho muestras que entre individuales y colectivas protagonizó y la presentación de un catalogo sobre su obra con textos de Rosana Hernández Pasquier, Gabino Matos y Perán Erminy, en la galería de arte del Hospital Los Samanes, en Maracay.


En Caracas presentó la individual "La materia eternizada" en mayo, la colectiva en honor al séptimo aniversario del periódico Panacea, en el D Hotel de El Bosque, también en la ciudad capital, coincidiendo en las fechas de exposición. En Valencia estuvo en una colectiva en la Cámara de Industriales, con Mar Castillo y Mary y Mauro Nascimbeni.


También estuvo en la colectiva en la I Feria Expo Arte y Moda que se realizó en Puerto Ordaz.
En el Instituto Docente de Urología expuso también junto a los esposos Nascimbeni lo último de su trabajo. También la actualidad obras suyas están presentes en el Hotel Alba Caracas en una colectiva de varios artistas venezolanos. Esto ha sido parte de todo el movimiento que ha tenido el artista durante estos últimos doce meses.


¿Cómo se siente tras este año de intensas actividades?
Estoy presentando mi octava exposición que permanecerá en el hotel hasta el 11 de enero de 2009. Me siento muy satisfecho con esta clausura del año. Fue un año lleno de esperanzas, de muchas ilusiones cumplidas, de muchos compromisos. Estoy cerrando 2008 con mucha alegría interior.


¿Cuál de todas las presentaciones de sus obras le generó mayor satisfacciones?
La que tuve en el mes de noviembre en el hospital Los Samanes de Maracay, estado Aragua. Como artista, como creador, como hacedor de cultura me sentí conmovido al saber que los muchos pacientes que allí van estuvieron viendo mis cuadros y parabanes, y dejaron, por escrito, expresiones de los que le producían mis cuadros. El hecho de que durante veinticuatro horas durante varias semanas un conjunto grande personas pudieran ver mis obras fue como un regalo de un publico hacia mí.


¿Qué le manifestaron de lo que sentían frente a sus cuadros?
En su mayoría dijeron que viendo esos cuadros tan llenos de energía , esos colores y esos trazos, sentían ganas de vivir, por lo que siento que todo este fedd back fue un regalo mutuo.


Al publico, en general, ir a una galería les cuesta al igual que ir a visitar un museo siempre está cargado de dificultades. El público común, el que está en los centros comerciales y se sube en las busetas de transporte, los médicos, enfermeras, trabajadores, empleados de seguridad; los que vemos en las calles, fue el que visitó esta exposición en Los Samanes. Ha sido la exposición con más valor humano que he realizado en toda mi vida. Me siento lleno, como artista. Las notas que me escribieron me dejaron conmocionado.


¿Cómo nació "Ecos en Tacarigua, cierre de este 2008?
Es un tema que venía trabajando desde hace tres o cuatro años. Tengo recuerdos del lago porque mi papá me llevaba mucho allí y nos hablaba mucho de los Tacarigua. No es casual para mi que estas aguas estén entre los dos estados, Aragua y Carabobo. Yo me siento de ambos lugares, porque nací en Villa de Cura.


"Ecos en Tacarigua" es un homenaje que le hago al lago, a mis padres. Recuerdo que después del terremoto del año 1967 mi papá nos llevó hasta allá a observar una grietas que se formaron en las orillas. Esa imagen de mi padre, y de mi madre, que tengo en mente, también son parte de este ritual que tengo con mi obra y mis recuerdos.


Hace un tiempo el Conac, ahora Ministerio para la Cultura, hizo un reportaje sobre mi obra y tomaron el Lago de Valencia como escenario para la realización del vídeo, del camino que voy llevando hacia el futuro de mi obra. Estuvimos como tres días grabando justo en ese paisaje


¿Lo que siente en esta nueva muestra son nuevas pigmentaciones de la naturaleza?
Son los atardeceres y los amaneceres. Aquí mismo en Valencia me escapo a algunos lugares, entre ellos el dique de Guataparo, a observar los colores de la puesta y la caída del sol.


Mi obra la he ido madurando hasta que llegó esta oportunidad que me brinda el Hotel Intercontinental Tacarigua. En las noches, escuchando solo la naturaleza, la fusión de la tarde con la oscuridad, la noche, los nocturnales tanto de Villa de Cura como de Valencia. Los ruidos de las aguas, la luna plena y sus paisajes misteriosos, la soledad. Todas esas cosas que vivo, las plasmo después en mi obra.


Perán Erminy dice que sus obras son mándalas. ¿Qué siente ante esa definición?
Estoy seguro que es así. Son mandalas. De hecho cuando yo me pongo a trabajar es como si una fuerza se apodera de mi mente y mis manos. Es justo allí cuando los conocimientos que ha aprendido a lo largo de tantos años los pongo en practica y puedo equilibrar y encontrar lo que deseo decir.


Cuando me pongo frente a un lienzo coloco mis costuras, característica de mis obras. Luego vengo con el color; lo ensucio con mi petróleo, mi asfalto líquido; retomo el color y es así como van saliendo todos los reflejos, aquellos misterios; aquellos mandalas que ve Erminy en mi obra.


A simple vista yo no los veo, pero cuando leo o escucho a quienes analizan mi obra, entiendo que hay una identificación de una misma energía. No sabría explicar cómo sale mi obra pero si sé cuando está finalizada: Cuando refleja todos los equilibrios, texturas y transparencias que se convierten en mandalas, que cobran vida dentro de mis cuadros.


¿Cuál es el secreto de todo artista plástico?
En lo que voy a decir voy a ser muy "catalán", tantos años viviendo en esta ciudad europeo, me contaminaron de su forma de ser. El secreto es trabajar, trabajar, trabajar y trabajar. Cuando me han invitado a exponer contaba con el numero de obras suficientes para poder incluso en dos partes a la vez, todo ello producto de mi dedicación y esfuerzo en el taller. Me levanto a las cuatro de la mañana y puedo terminar en horas de la noche, todos los días.


Un artista plástico debe dedicarse a su obra y en este momento , a la edad que tengo, tengo que dedicarme de lleno a mi obra, mi legado.


Con "Ecos de Tacarigua" es culminando la etapa bidimensional para entrar a la etapa tridimensional. En estos últimos diez años, desde mi llegada de España, he ido conociendo los materiales que se pueden utilizar aquí para hacer esculturas y ya sé qué voy a trabajar en escultura. En Barcelona se me conoció a mi como escultor mas que como pintor.


Por ello me siento muy satisfecho de todo el trabajo que he desarrollado en todo este tiempo. En el año 2000 vine con una exposición que se llamó Extractos de un paisaje que recorrió medio Venezuela y de allí no he parado. El secreto es ese: trabajar. Es la poción mágica de todo artista. Por ello es que me ha ido bien en todos los sentidos.


¿Qué extraña de Barcelona?
Extraño mucho los materiales, sobre todo en la parte de las resinas, las siliconas; todos los materiales escultóricos. Por ello es que hasta ahora no había desarrollado mi obra tridimensional. Uno tiene como artista que estar seguro, al momento de salir a la palestra, con una obra, conocer muy bien los materiales.


En Venezuela no hay buenos fundidores, mientras que en Barcelona y en Génova hay profesionales de muy alta capacidad y habilidad con el bronce y resinas. Eso lo echo mucho de menos. En Venezuela he hecho lo mismo de cuando me fui: Me dije "Yo no vine a Barcelona comer comida venezolana, he venido a comer todos los platos catalanes, para conocerlos y amarlos como a mi Patria". No podía estar en España ni en Francia con añoranzas. Aquí ahora estoy feliz porque he encontrado otros materiales, otros colores, la energía que me hace vibrar" (Notitarde, 20/12/2008, Confabulario).-

sábado, 13 de diciembre de 2008

Freddy Benavides: "El arte se ha vuelto más tecnológico"


El artista plástico Freddy Benavides prepara una exposición para el año que viene en Valencia de sus últimas piezas escultóricas cargadas de precisión, formas geométricas que hablan de la distorsión de los tiempos, llenas de colores profundos, que revelan el dominio de la forma y la síntesis de una obra dedicada al estudio de la sincronización de piezas, que como un reloj, complementan el sentido espacial del cosmos.


Graduado en Europa en restauración del Patrimonio Cultural, estuvo trabajando en el Instituto Venezolano de Investigación Científicas (Ivic) por veinticinco años. Es el responsable de la ampliación del Museo extramuros de la sede de la esta institución que goza de una sede envidiable en la zona montañosa del estado Miranda y que además exhibe piezas de gran valor plástico por todos sus alrededores.


¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del arte?
Empecé trabajando a través de la gráfica y de allí pasé a la escultora. Inicialmente eran piezas mecánicas dibujadas, analizadas, imitando todo un engranaje escultórico. Inicialmente era escultor. En el primer Salón Michelena que participé presenté tres figuras humanas en bronce. Fui cambiando la figura humana porque hice estudios más profundos de la fundición, hasta que después, cuando era profesor de dibujo técnico, y estaba de lleno con las artes gráficas, empecé a profundizar en conocimientos que me dieran una visión distinta de otras cosas porque las clases me aburrían.


Estando en clase empecé a armar todo un conjunto de cosas que me parecieron interesantes de mostrar y armé lo que yo llamo "mecanograf". Esas piezas, después, las comencé a desdibujar, para hacerlas geométricas, en forma de engranaje, que ahora las llamo "Desplazamiento de una forma". Estuve mucho tiempo haciendo este estilo de escultura que me hizo ganar el premio Bernardo Rubinstein (1977) dentro del Salón Michelena y después me gané el premio de Jóvenes Escultores de la Universidad de Carabobo, escultoras que elaboraba en plástico.


Estuve muchos años dedicado a este tipo de trabajos y luego hice pintura. En los lienzos lo que hice fue retomar lo que hice en las artes gráficas y las esculturas. Después se me empezaron a complicar las cosas porque además trabajo con gran dedicación desde la compra de las láminas hasta la soldadura, preparación de pinturas.


Como ya estoy jubilado volví al desarrollo de estas formas que ya dejaron de ser informales, porque, ahora, al gozar de mayor tiempo, puedo dedicarme, con más paciencia a ellas. Ahora son más estructuradas, más formales. Parece que el cerebro se va acoplando mejor.


¿Cómo siente el trabajo de los artistas plásticos en Venezuela?
Yo he vivido mucho tiempo en Europa, he vivido en muchos países y he vivido mucho. Nosotros vamos casi igual a un desarrollo intelectual como el de cualquier parte del mundo. Los artistas europeos no son unos privilegiados, ni por el Estado, ni por nadie. Ellos son lo que son porque estudian su obra, hacen su obra y ellos mismos se exigen cada día más.


Pero también sucede aquí... todos estudian y trabajan para alcanzar la calidad...
A veces me pongo a reflexionar sobre toda la gente que yo conozco inclusive aquí en Valencia y todos mis amigos viven de su obra y en Caracas también. La disciplina y el estudio, la investigación, más la responsabilidad que uno tiene con la institución que uno trabaje, más con su obra, es a la larga lo que da un resultado.


¿Esa fórmula es infalible?
Si no te da un resultado económico como el que esperas a veces te da una satisfacción enorme.
Muchas veces, con el tiempo, la parte económica pasa como a un papel secundario porque tanto trabajar y ser responsable con la profesión, cuando te llega al época del reposo ya tienes una situación económica más holgada, y también tienes el resultado de haber trabajado en la investigación, en la metodología de toda una vida.


¿Usted cree que exista alguien que fracase y que no haya alcanzado los objetivos esperados?
Hay miles de motivos del por qué alguien fracasa. Por emotividad, porque no tuvieron el valor de enfrentar la verdadera situación.


Por lo general los artistas tenemos los mismos problemas, venimos de familias de bajos recursos, que tenemos que luchar por mantener nuestra familia.


¿Qué es lo que no se perdona en el arte?
La ignorancia. El artista tiene que ser estudioso y estar informado de todo lo que acontece. Tiene que tener buen gusto, sentido estético y la pasión. No puedes estar todos los días pintando el mismo Avila de Caracas. Tienes que investigar para ver cómo lo haces de otra forma.


Los que somos de la escuela de antes nos formaron y obligaron a investigar, con sentido de competencia. La competencia en ese entonces no era económica. La competencia era del saber. Participamos y mandábamos nuestras obras a todos los salones. Ahora no sé qué hacen los muchachos. Lo que a nosotros nos ensañaron, resultó.


¿Qué edad tiene usted? ¿Cuántas horas diarias trabaja?
Tengo sesenta y cuatro años y trabajo doce horas diarias. Duermo cuatro horas. Quisiera dormir más, pero el taller me absorbe demasiado.


El arte se ha vuelto más tecnológico. No puedes competir con un latonero que te pinta un carro. No se consigue nadie que lo pueda ayudar a uno en soldar o en hacer una parte de la obra porque tampoco existen personas que se dediquen a trabajar junto a los artistas. Uno trabaja más que antes.


¿Existe en otros países más apoyo a los artistas, de las instituciones y del Estado mismo?
No lo creo. Yo que estudie en Europa y que tengo amigos en Bélgica, Suecia puedo decir que el Estado no les da ningún tipo de protección. El Estado les da una ayuda para que no te dediques a otras cosas. En Estocolmo vas a un hospital y éstos están llenos de artistas. Allí tienen la galería al aire libre más grande del mundo. Todas las estaciones del metro, y son alrededor de setenta, están repletas de obras. Todas la urbanizaciones tienen dos y tres escultoras. En todas las esquinas, en todas las calles hay obras. ¿El Estado los protege? Sí, no en la formación, ya en otras cuestiones.


Nosotros tenemos muchas posibilidades. Tenemos el estatus más alto que en otros países y también tenemos la posibilidad de la docencia porque incluso tenemos mayor número de escuelas. Para ellos inclusive es más difícil sobrevivir.


Benavides hizo sus estudios en la Escuela Técnica industrial Luis Caballero Mejía (1962-1964). Estudio escultura en la Escuela Cristóbal Rojas (1965-1969). Fue profesor de escultura en la Escuela de Artes Plásticas Carmelo Fernández (San Felipe, 1969-1973). De nuevo en Caracas, entre 1973 y 1974 efectuó estudios de artes gráficas en el Centro de esta especialidad, conocido como el Inciba. Fue docente de dibujo y pintura en el Colegio La Salle y el liceo José Félix Blanco (1974-1978).


Dedicado al dibujo y grabado "guía su investigación plástica hacia el desarrollo de formas geométricas primarias, de éstas llega a los engranajes, motores y otros elementos mecánicos, que recompone y define como "mecano puro".


Entre 1978 y 1982 estuvo becado en España estudiando restauración de pintura de caballete en la Academia de San Fernando y recibe clases de restauración de papel y de grabado en el Archivo Histórico de Madrid a la par de dar clases de serigrafía en la Escuela de artes plásticas de esa ciudad.


También estuvo en la Escuela Massana de Barcelona aprendiendo técnicas escultóricas: " Su indagación gráfica pasa a la tridimensionalidad y da forma a creaciones mecánicas construidas a partir de materiales reciclables, piezas de metal, repuestos, partes mecánicas, aparatos en desuso, que interviene e integra según diseños geométricos".


Muchas han sido sus exposiciones colectivas e individuales a nivel nacional (Notitarde, 13/12/2008, Confabulario).-

sábado, 6 de diciembre de 2008

Rodrigo Rodríguez, artista cinético: "Soy hacedor, un vago muy ocupado"


Rodrigo Rodríguez es un artista plástico que ha permanecido callado y apartado del mundo cultural, aunque trabajando sin parar. En el año 1970, en el XXVIII Salón Arturo Michelena obtuvo el segundo premio, el "Andrés Pérez Mujica", por una escultura que presentó, compleja y moderna, a la vez.


Su trabajo se encuentra dentro del cinetismo y sus obras, producto de una búsqueda muy suya, tienen la oportunidad de formar diferentes figuras porque las ha diseñado de tal forma que se puede mover una de las láminas con los dedos, sobre el panel fijo, produciéndose un desglose de miles de formas, que hacen un juego óptico, cargado de maravilla y exaltación.


Fue Saturno Rojas, dueño de la Galería Espacio Chroma, quien lo trajo a Valencia, después de mucho buscarlo. Resume su obra de la siguiente manera: "Rodrigo Rodríguez, ausente de salones y exposiciones, dedicado en su taller al estudio sistemático del comportamiento de las tramas; llevándolas al máximo de posibilidades ópticas y logrando incluso potenciar el "efecto moiré" al extremo de crear un disconfort visual, resultante de la vibración e interacción de dos planos paralelos, que se funden e intercambian posición. Esto se logra por movimiento del espectador y/o por manipulación del panel frontal de la obra, obligando al observador a dirigir la visión alternativamente de izquierda a derecha, movimiento en el cual se producen dos bandas horizontales paralelas en blanco y negro.


Rodrigo pertenece al numeroso grupo de artistas que al igual que la historiadora Anna Moszynska piensan que una vez más "El Arte tiende a ser más construido que creado".


¿Cómo logra usted llegar a esta producción cinética que próximamente presentará en Valencia?
Soy un poco irreverente con respecto al arte. El cinetismo lo aprendí en un taller que tenía en Barquisimeto donde pintaba sobre tela, pero un día vino un amigo mío, y me mostró unos documentales de Soto y un libro. Me gustó mucho e impresionó la obra de Soto, que hasta ese momento ignoraba que existía, porque yo sólo estudié un par de años en la Escuela de Barquisimeto. Con el proyecto de Soto me entusiasmé y le pedí al bodeguero que estaba cerca de la casa que me guardara las cajas de cartón. Empecé a pintar la parte lisa y la otra en forma de ranuras, lo cóncavo y convexo, y así fue como comencé. De esta manera me dedico cien por ciento a ello y fui abandonando las otras formas de expresión artística.


Luego vine a Caracas y comencé a comprarme materiales acrílicos. Del cinetismo puedo decir que soy autodidacta porque no tuve escuela. Me gustó y empecé a experimentar.


¿Cómo nacen las variaciones, esas piezas que son dos juegos y que juegan con el movimiento?
Tengo círculos y rombos que se mueven en una forma, pero hay diseños que son iguales, que completan diferentes. El nombre de "Variaciones sobre un mismo diseño", emulando un poco el término musical. Prácticamente soy autodidacta en el cinetismo, siempre investigando, con el objetivo de ir indagando e ir modificando mi obra.


Eso es un poco para no repetirse...
Sí, justamente. Yo duré, a raíz de la muerte de mi esposa, me quedé trabajando veinticinco años en el Instituto Nacional de Obras Sanitarias, antiguo Inos, ahora Hidrocapital. No asistí a galerías ni salas de exposiciones, iba del trabajo a mi casa. Pero como trabajaba en una estación de bombeo, al encenderlas, sólo tenía que estar pendiente, por lo cual esta labor me permitía diseñar e hice infinidad de bocetos que, ahora, ya jubilado, puedo llevarlos a la práctica. No tengo ahora necesidad de exprimirme el cerebro haciendo nuevos conceptos porque como hice tantos a lo largo de tantos años, lo que hago es copiarlos, apenas modificando el color.


¿Por qué usted ha permanecido apartado, como un ermitaño?
Yo no estoy en una cueva, pero sí tiene razón porque yo trabajo muy calladamente, no voy a lugares culturales porque en esos lugares empiezan a compararme y a pedirme explicaciones que me cuestan mucho dar.


¿Cómo sobrevive si no se conoce su labor?
De la pensión y de los amigos. Hace como tres o cuatro años expuse en San Antonio de los Altos.


La obra suya además tiene otro ingrediente y es que todo lo hace usted en forma manual...
Sí. No sabría decir si es una ventaja o desventaja. Hago todas las líneas, haciendo las tiras, usando y cambiando colores. Soy un artesano del cinetismo.


¿Conoció al maestro Soto o algún otro maestro del cinetismo?
A ninguno conocí personalmente. Estudié la obra de Soto y Cruz Díez y eso me afianzó para desarrollar la mía. Aunque aparezco en un libro de Educación Artística de Millán, donde los mencionaban a ellos, a Juvenal Ravelo, Enrique Khron y yo. Hay gente que no me conoce porque la verdad es que he estado mucho tiempo trabajando, pero escondido.


¿Por qué es importante el arte, tener esa llama encendida?
A mí no me gusta que me digan artista. Soy un hacedor de cosas. Yo no puedo vivir sin otra profesión que no sea ésta. Soy un vago muy ocupado. Todo eso me llena. Cuando yo trabajaba, trabajaba poco. Me pagaban por descansar en el Inos, prácticamente, porque el resto del día, una vez encendidas las bombas de agua, lo pasaba realizando mis dibujos y mis proyectos. Me pagaban hasta las utilidades. Cuando me empecé a dedicar a la actividad plástica nadie me pagaba beneficios extras. No expongo en galerías porque me dan fobia, algunas. Algunas galerías se benefician de nosotros, enormemente.


¿Qué es lo que a usted no le gusta del mundo del arte: los halagos, la compraventa?
Le voy a contar una cosa. Tengo tres premios desde que comencé a trabajar. En el último salón nacional compartí el premio Sociedad Amigos del Museo. No me gusta siquiera ganarme premios porque yo sé como llegan ellos a uno. Siempre un amigo es el que influye para que a uno le den un premio.


¿Cómo siente el arte en Venezuela?
Siento muy mal la actividad plástica, se lo digo con mucha franqueza. Hay un ministerio de Cultura y sé que invirtieron en literatura porque el anterior ministro era poeta, según me dijeron. Debió de serlo por la buena inversión que sobre esa materia se hizo. Pero me pregunto: ¿por qué si el Estado es el gran garante de la cultura no vuelve a establecer un gran nacional, con ramificaciones en todos los estados, para que los artistas plásticos puedan participar y expresarse? Entiendo también que hay como una directriz pero yo no puedo estar toda la vida viendo retratos de Miranda, negritos tocando tambor... ¿y las demás tendencias? Abstractos, paisajistas y todas esas cosas... Entiendo que ellos tienen razón en culturizar... pero hay que darle al pueblo variación, más ahora que hasta las computadoras son guiadas por obras de arte. Por eso es que yo me retraigo.


Rodrigo Rodríguez nació en Carora, Edo. Lara, en 1932. Cursó estudios en la Escuela de Artes Plásticas Martín Tovar y Tovar. Barquisimeto, Lara. Ha participado en los Salones (1962) Salón Julio A. Arce. Barquisimeto. (1966) Joven Pintura del Pez Dorado. Caracas. Joven Pintura UCV. Caracas. (1967) Salón Anual Ateneo de Coro, Falcón. XXV Salón Arturo Michelena. Valencia. Salón Oficial de Aragua, Maracay. Salón D' Empaire de Pintura. (1968) XXIX Salón Oficial de Arte Venezolano. (1969) XXX Salón Anual de Arte Venezolano. (1970) XXVIII Salón Arturo Michelena. Valencia.


También realizó exposiciones individuales en diversas ciudades.


Ha obtenido los siguientes reconocimientos: Premio Museo de Bellas Artes en su último salón oficial en 1969. Premio Andrés Pérez Mujica XXVIII Salón Arturo Michelena en 1970 y el Premio Chevron Oil Co. Maracaibo.


Su obra está representada en el Museo de Arte Moderno, Mérida. El Museo Jesús Soto, Ciudad. Bolívar y en el Ateneo de Valencia (Notitarde, 06/12/2008, Confabulario).-

sábado, 29 de noviembre de 2008

Angel Luis Omaña: "Uno enloquece cuando se enamora"


"Diamantinas" es el poema dedicado a Luis Sánchez, "El Diamante Negro": "Como la ola marina/ que va y viene, viene y va,/ ahí está la diamantina/ enjoyada en el percal./ Muy alegre y muy torera,/ rimando al viento en la tarde,/ se mueve la capa y arde/ de gozo la plaza entera./ El toro quiere agarrarla,/ en un juego delicioso/ que arranca de las gargantas/ los olés y los piropos./ íMírala como se siente! /íMírala como se mueve!/ íMírala que tiene duende!/ íMírala qué gracia tiene!/ Es la capa de "El Diamante"/ de seda y oro vestida./ Es diamantina, es arte,/ luz y sol de la corrida./ Tiene su misterio adentro/ metido en color moreno/ de Luis Sánchez El Diamante"/ principesco y pinturero, / aroma del Calicanto/ embrujo sobre el albero./ íMírala como se mueve!/ íMírala como va y viene!/ íMírala como se queda/ en mis pupilas el oro, / en mis pupilas la seda!/ íMírala!/ íMírala!/ íMírala!"


Ese fue el poema que recitó en la plaza de Toros de Valencia este mismo mes con la emoción de estar allí y tener los recuerdos de pisar espacios similares en faenas cargadas de idolotría y dolor también.


Angel Luis Omaña en la pasada Feria Internacional de Valencia aprovechó un receso de la faena para recitar las palabras nacidas de la ferviente admiración al rito que produce "mucho miedo", como él mismo confesó, al momento de enfrentarse con el fiero animal, desbocado en la arena, cegado por su destino.


Ex torero, poeta, compositor y periodista este hombre reconoce en sí mismo una gran sensibilidad para poder vivir muchas de las cosas que le ofreció la vida.


Se inició como novillero en la placita de la Escuela "Rafael Cavalieri", ubicada en la parroquia caraqueña de El Valle, donde concurrían muchos jóvenes tratando de emular las glorias del "Diamante Negro", César Girón, quien para ese momento estaba en plena conquista del mundo español, las de Alí Gómez, César Faraco, Oscar Martínez o Joselito Torres.


Antes de viajar a España donde estuvo un buen tiempo actuó como profesional en el Nuevo Circo de Caracas, la Maestranza de Maracay, Arenas de Valencia, Cagua, Valle de La Pascua, Barinas, Ciudad Bolívar, Maracaibo, Ejido, Guarenas, Tovar y Caucagua, entre otras plazas.


En el Nuevo Circo conquistó la Oreja de Oro en la novillada Gran Colombiana alternando con Nino Ortega y el ecuatoriano Manolo Montero. También en Arenas de Valencia fue sacado al igual que Caracas en hombros.


Los expertos califican su estilo como un toreo estoico, hondo y muy personal que entusiasmó al empresario español, Domingo González Dominguín, padre del famoso Luis Miguel Dominguín. quien lo entusiasmó para ir a España, donde estuvo con gran éxito, participando en más de treinta novilladas.


Su debut con picadores tuvo lugar en la plaza francesa de Mugrón pero fue en Zaragoza donde recibió una gravísima cornada al intentar un pase personal. Ello lo alejó de la faena y lo acercó al mundo de periodismo del diario La Verdad, El Mundo y las revistas Elite, Deportes, Venezuela Gráfica y diferentes publicaciones españolas. Dirigió y moderó diferentes programas radiales en Radio Libertador y los diales 1300 y 1070 AM. La cercanía con Alfredo Sadel le hizo estar cerca de la música pero no fue sino después de morir éste que Angel Luis Omaña incursiona en el mundo de la composición musical con pasodobles y boleros.


Compuso el himno a "La Copa América", tanto su letra como su música, escogido para ser interpretado por las Orquestas sinfónicas, y que pronto será estrenado oficialmente.


Publicó un libro sobre El Cordobés llamado "El hijo del guerrillero". Pronto saldrá a la luz "Trío de Ases". Poemario de fútbol, beisbol y toros y también tiene en imprenta Dios por un solo día, con motivo de los 450 años de Mérida.


Tuvo por años una gran amistad con Alfredo Sadel con quien compartió muchas anécdotas y asistieron a numerosos espectáculos. Lo curioso es que no fue sino a raíz de su muerte, tiempo después, cuando se dio cuenta de que podía componer y fue haciendo letras y música para pasodobles. Himnos y boleros.


En España tuvo la oportunidad de conocer y relacionase con artistas como Salvador Dalí y Pablo Picasso. Este último no le "caía" muy bien porque parecía "muy mandón" dentro del grupo de gente: "Un día estaba yo cerca de él y me preguntó "chaval... ¿cómo te sientes?"; yo le contesté "con un nudo en la garganta" y él se rió.


Cuente un poco su experiencia al venir a Valencia a rendir este homenaje al "Diamante Negro"...
Fui invitado por la Comisión Taurina presidida por el ingeniero César Sánchez. El grupo de gente que asistió fue muy selecto, del sentimiento poético, para realizar un homenaje al Diamante Negro, que luego se me pidió repitiera en la plaza de Toros. Ello me dio la oportunidad para reencontrarme con mis recuerdos, con mis amigos. Como torero tengo muchos recuerdos interesantes de Valencia porque nací en Bejuma y porque cuando yo me iniciaba salí a hombros de esta ciudad y también tuve mi bautizo en sangre con una cornada que recibí en Arenas de Valencia. Me atendió en el hospital el doctor Seijas, quien fue gobernador de Carabobo.


¿Qué sentía usted frente a los toros?
La verdad es que en ese momento hay un gran miedo. Un nudo en la garganta. Lo que sucede es que al igual que ello también nace de algún lugar que no sé dónde se encuentra un gran coraje y una gran pasión. Es como cuando uno se enamora. Uno no está cuerdo. Uno está loco, pero entrega todo, igual.


"Los ochenta de Simón" es otro de sus poemas: "Un merecido homenaje/ es ofrenda en este día/ para quien sabe de cantos,/ sueños y poesía,/ el abuelo, Tío Simón/ el maestro Simón Díaz./ El cantor del llano adentro,/ del joropo y la tonada,/ que de Barbacoas salió/ contento en la madrugada/ con un cuatro bajo el brazo/ un sombrero y alpargatas/ y un saco lleno de sueños/ para conquistar Caracas./ Solito en la capital/ puso manos a la obra,/ sacando de su costal/ la copla y el buen consejo,/ un becerrito de peluche, su potro y caballo viejo./ Así le llegó la gloria/ y el amor sin darse cuenta, y ochenta primaveras,/ ochenta que son de fiesta./ Venezuela está hoy unida/ alrededor de este hombre/ que supo llevar su nombre/ más arriba de la cima./ íMaestro, brindo por ti!/ íPor ti brindo Simón Díaz!/ Eres ejemplo de tu patria,/ tu patria, la patria mía.
Durante el desarrollo de la entrevista mostró las fotos en las que se encontraba toreando, al lado de otros diestros y personalidades. El recuerdo constante, viene (Notitarde, 29/11/2008, Confabulario).-

sábado, 22 de noviembre de 2008

Carolina Jaimes Branger: "Los niños especiales son ángeles"


Desde hace aproximadamente siete años Carolina Jaimes Branger escribe todos los días lunes en Notitarde así como en otros periódicos a nivel nacional. Dice que los escribe muy rápido, en unos veinte minutos, pero se puede tardar alrededor de tres horas corrigiéndolos. Más o menos como el libro, el primero, y ella dice el único que quiere entregarle al mundo, "Los 7 Encuentros", nacido en un viaje por el occidente de Carabobo y que tardó ocho años en convertirse en una realidad tangible, con una portada que conduce por un camino de luz e imaginación.


Todo comenzó cuando ella le escribió una carta a una hija que reside en Italia contándole la experiencia de ir por los pueblos de Bejuma, Montalbán, Miranda, Aguirre, Canoabo y Canoabito, con la excusa de comprarle unas tallas a Viviano Vargas, todavía vivo aunque ya muy mayor. El relato gustó tanto que la joven le dijo que debía convertirlo en un cuento. La idea ya estaba hecha sólo que la fue desarrollando poco a poco pero con intensidad dándole todo el poder que ahora posee.


-¿Cómo se siente en estos momentos al ver su libro?
Me siento feliz. Me siento cansada. Es así como después de un viaje muy largo se llega y uno no lo puede creer. Hice todo lo que quería hacer y finalmente llegué al punto donde pensé, pero con la sensación de que todas tus expectativas fueron rebasadas.


-Hay gente que piensa que en Venezuela hay una generación de venezolanos que se perdió... que no podrá recuperarse...
La educación es la gran diferencia entre un país civilizado y un país de salvajes. Yo tengo grandes esperanzas en la educación. Como educadora no puedo pensar de otra manera y tengo grandes esperanzas en la educación. Yo soy la eterna optimista. Dicen que los pesimistas tienen razón el 99 por ciento pero los que cambian al mundo son los optimistas. Dicen que todo se aprende y yo como mamá de una niña especial lo sé mejor que nadie. Yo a ella le he exigido lo mismo que a sus hermanos y ya ha respondido. Si un ser con tantas limitaciones ha dado ¿cómo es que una persona perfecta y "normal" no puede dar? Lo que haría falta es un programa para exigirle a la gente. Igualar para abajo es lo más fácil que hay. El reto es igualar hacia arriba.


-¿No siente entonces que hay una generación perdida?
No, en lo absoluto. Creo que a cada generación le toca jugar su papel. Creo que las cosas no pasan por casualidad. Los grandes cambios en el mundo, aparte de que lo hacen los optimistas, vienen de grupos pequeños que son los que influyen sobre los demás.


-Pero aquí somos del refrán que dice "Más vale pájaro en mano que cien volando"...
Y eso es una tragedia. Los refranes reflejan mucho cómo es la idiosincrasia de un pueblo. Pueblo que piensa así está condenado al fracaso, porque el mundo es y ha sido de los noventa y nueve que se fueron volando.


¿Qué sensación le deja "Los 7 Encuentros" en estos momentos cuando la gente lo busca?
Es mi obra vida. Aunque no escriba una letra más, aunque me muera mañana, escribí lo que tenía que escribir. Todo lo que haga de aquí en adelante será bienvenido, pero esto era lo que yo quería dejarle a mis hijas, a Venezuela y ojalá que al mundo. Es un mensaje que espero que les llegue a todos los padres, no solamente de aquellos que como yo tienen una hija especial, aunque todos de alguna manera tenemos cerca a un ser humano así.


Los niños especiales son muy variados por la cantidad de limitaciones que pueden tener pero yo creo que vienen a ser como una lección para su familia y en cierta forma, fortalecer a los padres.
Después de tener a Carolina soy un mejor ser humano y tengo una fortaleza que quizás no la hubiese podido desarrollar de otra manera; y eso la gente lo percibe.


-¿Es un libro cargado de valores, tolerancia y respeto, entre otros?
La columna vertebral del libro es la relación posible entre un niño normal, que se llama Andrés, y la niña especial que se llama Tina y cómo ellos se van haciendo amigos. El paseo es por los valores, porque creo que la crisis que estamos viviendo en Venezuela no es política, ni económica, ni siquiera social. Es una crisis moral. A la gente hay que insistirle en los valores. No pretende el libro ser didáctico ni moralizante pero es de valores. El primer valor que él aprende es que los niños especiales son ángeles pero después de este hay otros valores más concretos y universales como la libertad que en su caso se le refuerza porque él es un niño que ha recibido tanto amor que a veces la gente abusa de la libertad y lo convierte en libertinaje.


Aprende lo horrible que es ser discriminado y por lo tanto aprende la tolerancia, y también Andrés aprende a ver las cosas a través de los ojos del corazón. Todo es mejor si lo pasas por el tamiz del corazón. El valor de la generosidad, de ponerse en el lugar del otro; del perdón.


Hay que aprender a ver la vida desde el valor de los detalles. Mi hija que es una niña especial me lo ha enseñado porque de ella no puedo esperar grandes cosas por lo que disfruto de las muy chiquitas; de sus triunfos chiquitos que me han dado una dimensión enorme del triunfo.


Los venezolanos sabemos de valores. Nos lo enseñan muy bien hasta en las peores escuelas. Pero en la práctica los que triunfan son los antivalores...
Tengo otro libro que se llama "El anclaje del subdesarrollo" que me publicó la Fundación "Andrés Mata" de El Universal, de corte sociológico, en el que desarrollo la tesis de que los venezolanos en particular nos crían con paradigmas de subdesarrollo. Por ejemplo: hay una fila de carros lenta que casi no se mueve y siempre llega uno que se mete a como dé lugar, montándose, encaramándose, comiéndose la "flecha"; como sea. ¿Qué piensa esa persona?: Que los demás son unos imbéciles o que tiene más derecho que todos los demás. En un pueblo que tiene paradigmas de subdesarrollo, por un lado caminan individualmente la educación formal y el subdesarrollo. Nunca se llegan a tocar. Ojalá se cruzaran porque se empezaría a resolver el problema.


En ese libro expongo ejemplos concretísimos de una forma muy sencilla para que la gente los entienda. El otro asunto es que tenemos que entender que el problema existe porque la mayoría piensa que las cosas son así, pero eso no significa que somos así.


Carolina Jaimes Branger es ingeniero de Sistemas graduada en la Universidad Metropolitana donde fue miembro de su Consejo Superior. Estudió una maestría en educación en la Universidad de Harvard. Actualmente es directora de la Fundación Unión Radio y miembro correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua Española. Forma parte del equipo de Conciencia Activa y del Instituto Cultural Venezolano Israelí (Notitarde, 22/11/2008, Confabulario).-

viernes, 14 de noviembre de 2008

Domingo González Melet: "Somos una sociedad que lee poco"


"Doy gracias a quienes me leen y a los que han influido en mí; a la literatura venezolana, a poetas como Ramón Palomares y Rafael Cadenas, a María Antonieta Flores, a escritores como el mexicano Carlos Fuentes, a Edgar Allan Poe con su cuervo, a Borges con su Sur, a Rainer María Rilke cuyas cartas y consejos los sentí como dirigidos hacia mí, y si me preguntaras qué me llevaría de compañía a una isla desierta te diría: No una Biblia, porque lo que ella dice ya está en mi corazón; no una foto, porque los rostros de mis seres queridos están grabados en mi recuerdo, ni un libro clásico universal, ni una novela de estilo y renombre, sólo me llevaría aquel viejo repertorio poético de Luis Edgardo Ramírez. Con él pude pensar que la poesía servía para enamorar muchachas, una planta eléctrica con una adaptación de dos enchufes; uno para conectar un reproductor de Cd's y así escuchar a los "Nocheros" y el otro para un aclimatador de vinos donde poder guardar un buen suministro de "La Leche de la Mujer Amada".


Mi máquina de escribir "Rémington", muchas resmas de papel, una papelera y así seguir escribiendo, tomarme el vino, colocar mis textos en las botellas vacías, tirarlos al mar y que en algún lugar alguien me pueda seguir leyendo".


Así se cuenta a sí mismo el médico y escritor Domingo González Melet, quien acaba de obtener el premio Certamen Mayor de las Artes y las Letras.


"Concursé en 2006 y me lo entregan en 2008 porque es todo un proceso ya que mandan sus trabajos todos los escritores del país por lo que el proceso es muy largo para la selección de la obra ganadora. Los criterios que se toman son muy importantes y a la vez delicados".


Ya antes había sido distinguido con el Premio Nacional de Poesía "Pedro Rafael Buznegro" en 1998, su primer poemario, Contratierra, con prólogo escrito por José Napoleón Oropeza quien expresó: "Las cosas en poesía constituyen el aliento; infunden fuego tenue en las palabras que, con magia, construyen un universo de ensoñación y vuelo. Así se crea la vida en Contratierra del joven poeta Domingo González Melet, quien, a través de 25 textos, nos propone atravesar los espacios donde coexisten muerte y vida para celebrar su fusión en una sola estría".


¿Esperaba este premio nacional?
La verdad es que me tomó por sorpresa. Fue un trabajo de una colección de cuentos que se llama "El último chance", un total de doce. Un buen día me llamaron de Caracas y me dijeron que había ganado el premio mayor. Eso me emocionó porque para un escritor estos reconocimientos son importantes.


¿Cuál es la temática de El último chance?
La temática de los cuentos es la realidad que supera a la ficción. Son relatos que aunque parecen de ficción son reales y muchos de ellos los escribí pensando que eran ficción y, después, cuando fueron leídos, en los diarios, en los suplementos, la gente me dijo que supieron a historias iguales a las que conté. Por ejemplo, con el cuento "La muela del juicio final", que ganó el premio Jacinto Corday, por la mejor narrativa que hace del dolor. Es la historia de un dolor de muela que conlleva a un protagonista al suicidio. Cuando un profesor de la Facultad de Odontología lo leyó me dijo que él se había enterado de un caso similar al de la historia. Escribí ficción pero sucedieron en realidad. Era lo que se llamó en un tiempo el realismo mágico que fue un boom dentro de la literatura latinoamericana, porque los europeos se sorprendieron de la imaginación, pero lo que en realidad sucede es que en nuestros países la ficción europea es realidad aquí. Sucede que ahora todo ello se está transformando en realismo trágico.


¿De dónde nació el título de ese compendio de doce cuentos?
Mucha gente me lo pregunta. Es porque quizás los personajes protagonistas tienen un último chance y esa configuración me gustó porque trabajo como médico en el estado Cojedes y tengo mucha relación con escritores, dramaturgos y todos los que hacen vida cultural allí, muy rica por demás. Una vez me invitaron a la presentación de un libro que fue muy particular. Se realizó en un bar, con todas las características, como tal. Con ficheras, ambiente oscuro, olor a cigarrillo y licor. De realismo mágico. De esa realidad que supera la ficción. Cuando salí del bar vi que se llama "El último chance" y ese nombre me gustó.


¿Cómo combina esos dos oficios, escribir y sanar?
Las dos cosas van de la mano porque ambas requieren sensibilidad hacia el ser humano. Dentro del idioma de la medicina, que es el griego, hay una palabra que es poyesis. Nosotros hablamos de litropoyesis, matopoyesis, que es la formación de la sangre y los globos rojos. La poyesis deriva de la palabra poesía que significa creación. Desde ese entonces siempre sentí que iba, con ambas, de la mano. Las letras van unidas a la espiritualidad que debe tener todo médico.


Soy venezolano y por esa misma creatividad nuestra de la que hablaba Aquiles Nazoa es por la que realmente todos vibramos y vamos haciendo. Vivimos en unos hogares diferentes a los del resto del mundo porque allí además olemos, escuchamos y nos llenamos de muchas cosas que son imposibles sentir en otras geografía.


¿A qué edad comenzó a escribir?
A los siete años. Como todo niño hice versos sobre las cosas cotidianos. Me regalaron a esa edad un juego de médicos y supongo que se habrán unido las dos cosas, para siempre, en mí.


¿Y qué tuvo que ver el personaje de la radionovela Martín Valiente, como usted ha dicho, en todo eso?
Yo escuchaba por la radio a Martín Valiente, un superhéroe autóctono, y él era médico. Lo menos que ejercía era la medicina porque se enfrentaba a los villanos y todo eso, pero ésa era su profesión. Ya estando en la universidad estudiando mi carrera comencé a la par a hacer talleres, formándome y haciendo análisis de apreciación literaria también en el Ateneo de Valencia, leí bastante y luego comencé a concursar.


¿Es difícil o fácil escribir en Venezuela?
Yo le voy a poner un ejemplo: Muchas veces, lamentablemente, nuestra escritura se ha perdido en la bohemia de escritores y en los bares, y también en el desconocimiento del público. Escribir en nuestra sociedad es como si estuvieses en La India y la religión impide comer carne de res, ni siquiera arrear una vaca o darle un golpe. Se mueren al lado de una vaca. De hambre, pero no se la comen. Imagine que vaya a Calcuta, como venezolano que soy y monte una carnicería. Lo mínimo es que me atacaran el negocio con dinamita. Escribir en Venezuela es como tener una carnicería en Calcuta. ¿Cuántas personas leen en Venezuela? Estamos considerados junto a países africanos como una de las sociedades que menos lee. Se venden muchos libros de auto ayuda, pero allí está el síndrome de la página doce. No se lee más y la gente tiene un bosquejo de lo que leyó y puede inclusive comentarlo como si lo hubiese acompañado hasta el final.


Los jóvenes que van al liceo, en la actualidad, no tienen esa relación con el libro, porque todo es Internet. Resuelven tareas sin leer.
También cuesta publicar. ¿Qué espacios nos quedan a los escritores para publicar?, uno de los pocos es Letra Inversa, de Notitarde. Cuando por fin alcanzamos dar a conocer a un público más grande nuestro trabajo entonces el asunto es interesar, con nuestro escrito, a quienes no tienen el hábito de hacerlo.


Aunque trabaja en Cojedes, vive en Guacara. Nació en la parroquia La Candelaria, municipio Valencia, en la clínica Bellera, ya desaparecida, y su influencia dentro su narrativa tiene que ver con ese alimento que ofrece el paisaje, el conocimiento de la naturaleza, los contrastes y la observación que ofrece en estos momentos la cambiante realidad (Notitarde, 15/11/2008, Confabulario).-

sábado, 8 de noviembre de 2008

Carlos Flores: "La gente no aguanta la verdad"


En los kioscos de periódicos y revistas se pueden adquirir los libros de la colección que publica Notitarde en una alianza estratégica con Alfaguara titulada "Llámalo amor... si quieres".


Durante la presente semana se puso a la venta el sexto título, "Unisex", de Carlos Flores, escritor de 33 años de edad, el único valenciano del grupo que invita a todos los lectores a comprarlo por que en su libro " hay un poquito de todo el mundo allí. Cuando uno se sincera se encuentra con personas que le han pasado cosas que yo narro allí".


¿Cómo le llamas tú a eso que algunos llaman amor?
Decepción, terror, pesadilla, adicción. Cuando uno está enamorado en uno de esos procesos iniciales uno es adicto a esa persona. Uno siente una necesidad que no es natural, que no es normal. Se siente la necesidad de estar cerca de alguien en esos niveles que no son normales. Todo lo que rompe esa normalidad y llega a esos extremos jamás son buenos. Hay gente que se obsesiona o gente que el amor lo lleva a la locura. Para mí y es un poco lo que está plasmado en el libro, de mis experiencias personales, es que yo quisiera escribir un libro donde todo es bonito, el amor bello... como "Casablanca", no sé...


Pero "Casablanca" es un gran dolor...
Pero lo que ellos vivieron antes de que se separaran es el amor de la escuela antigua.


Pero me encontré tratando de escribir algo así como mis memorias de amor, porque con ironía me pregunté dónde estaban las grandes historias de amor y lo positivo que hay en ellas, y me encontré que tengo, para mala suerte, una serie de historias nefastas a lo que se refiere el amor.


Decepción del amor...


Diría que mala escogencia, tengo un tacto malo. Pareciera que tengo un letrero en la frente que dice "si tienes problemas de cualquier tipo yo los voy a resolver". Pero el amor es peligroso.


¿Así lo sientes?
Algo que te cambia tu punto de vista, que te cambie quién eres tú para dirigirlo hacia otra persona que no eres tú, es peligroso.


¿Tendrá que ver con la autoestima?
De esa cosa mágica que tiene el amor que nadie sabe cómo explicarlo. Que una persona pueda desarrollar ese interés hacia alguien, esa necesidad de compañía, hasta ese desespero de qué estará haciendo, de las etapas iniciales; que llevan a pensamientos buenos y malos; las inseguridades que se van calmando con el paso del tiempo.

Después de leer "Unisex" y escucharte hablar pareciera que no hay luz al final del túnel...
No me digas eso. Yo quisiera encontrarla. Es un sueño. Creo en la familia, el matrimonio, en todo eso. Tenía una novia bien chévere que cuando leyó el libro me dijo: "yo no puedo estar contigo, este señor no es el que yo conozco... olvídalo". O sea, para rematar el condenado libro terminó con mi última relación que pintaba bonito. Ese ha sido el otro lado de escribir "Unisex", muchas mujeres lo leen y últimamente cuando salgo con alguien le digo "no te leas el libro", deja que pasen cosas entretenidas entre nosotros, y después lo leerás...


¿Acaso la sinceridad de "Unisex" dentro de esta sociedad es la que te ha traído problemas?
Sí, porque estamos dentro de una sociedad donde todo el mundo miente...


Y tanto es así que fingen no estar preparados para saber sobre unas realidades que coexisten con todos nosotros... ¿cómo nació "Unisex"?, ¿desde el mismo momento que te llama Leonardo Padrón?
Cuando Leonardo me contacta se había leído mi libro anterior Temporada Caníbal, y me pregunta sobre algún tipo de material que hablara de mi vida sentimental, con salir, con rumbear, con el ligue. Casualmente estaba pasando por una temporada nefasta, de despecho, y estaba empezando a escribir "Unisex". De hecho el primer capítulo lo escribí en tiempo real, está en tiempo real, estaba en un hotel en Caracas, por lo que se ligaron las dos cosas. Este fue el primer libro que se entregó de la colección hace poco más de dos años.


Hay una cosa y es que necesito escribir lo que yo soy. No me imagino escribiendo una novela sobre un tipo en tercera persona, y algo que no tenga que ver conmigo. O es esto, o es ir al psiquiatra. Catalizar todo ese tipo de cosas escribiendo es cuando realmente siento que puedo ser honesto totalmente, porque la vida real no puede decirle la verdad a todo el mundo porque nos mataríamos entre todos. La gente no aguanta la verdad y mucho menos cuando se ve reflejado en ella. Para mí o es escribir como me sale porque no es que uno se sienta a ver de qué escribe. No. Es que estas ideas te obligan a escribir, te llevan y te sientan: "escríbeme, pues". Es esto o sentarme frente al psiquiatra y pagar una fortuna que no tengo. Así de sencillo. Uno se siente muy liberado al final. ¿Qué pueden decir de mí? Allí está todo.


Muchos son los escritores que experimentan como tú cosas para después escribir anécdotas... allí no hay novedad... No se entiende porque aún estas cosas sorprenden...
Lo que pasa es que es tabú. Conozco mucha gente que de día me dice, "pero Carlos, cómo haces eso" y de noche está a mi lado haciendo lo mismo... Este es un mundo de hipocresía donde todo el mundo quiere ser bueno y quiere ser políticamente correcto.


¿Cómo te imaginas dentro de unos diez años?
Me considero una persona exitosa. Las cosas que he logrado a mi edad son bastante importantes. En el plano de la escritura no apunto a cosas pequeñas. Quiero ser el mejor escritor de Latinoamérica. Si no el mejor, porque en estas definiciones hay claroscuros, quisiera ser el más reconocido. Quisiera vivir de lo que escribo. De no llegar a eso me siento muy cómodo con las cosas que hago en el mundo del periodismo. En el plano personal, toda esa vida de excesos, a estas alturas del partido, ya no son sorpresas, y ya como que todo se va apagando. Lo que hace diez años era interesante, ya no lo es. Ya no voy a discotecas, porque no me encuentro. Me siento viejo cuando entro. Tengo otro tipo de diversiones. Los excesos han desaparecido. Mis excesos son leer un libro hasta tarde.


¿Qué lees en este momento?
A Michel Houellebecq, Las Posibilidades de una isla, el autor de Las partículas elementales. El escritor más demoledor y realista que hay en la actualidad.


¿Divorciado de la literatura venezolana?
De la literatura en español, diría yo. Pero eso me pasa en la música también. He leído a los autores venezolanos y latinoamericanos pero no me siento ni cómodo ni reflejado con ellos. Yo nunca he visto una vaca volando.


Dices que las mujeres "normales" son una especie en extinción... ¿qué son mujeres normales para ti?
Te digo lo que no es una mujer normal: Cuando está toda la noche metida en un bingo. Una mujer no es normal cuando le gusta que le caigan a golpes. Cuando necesita alcohol para ser ella. Cuando es mitómana. Cuando me plantea hacer el amor con su mejor amiga o su mejor amigo. Quiero pues una mujer normal que trabaje, piense en el futuro...


Que te críe tus muchachos y te sea fiel...
Y que cocine sabroso, porque al final, aunque las mujeres se la pasan viendo el canal Gourmet y hablan de Sumito y de Víctor Moreno, ninguna cocina. La cocina se ha convertido como en una nueva pornografía. Uno la mira, pero uno no hace lo que muestran ahí exactamente. En el fondo soy un completo moralista, porque luego de pasar por el lado oscuro de muchas cosas se aprenden a valorar otro tipo de cuestiones.


Carlos Flores ha trabajado en diferentes medios, Paréntesis, la Revista del Domingo de Notitarde, Urbe, Dominical, Estampas y Ocean Drive, con distintas colaboraciones. Estuvo cuatro años en Exceso, su verdadera escuela al lado de Benaim Feldman, y fue corresponsal de Rolling Stone para Latinoamérica (Notitarde, 08/11/2008, Confabulario).-

sábado, 1 de noviembre de 2008

Lourdes Fernández, directora de la obra Alarma para los asesinos: "Todo crimen es irreparable"


El próximo martes 4 y miércoles 5 de noviembre, en el Teatro Municipal de Valencia, se estará presentando la obra de teatro Alarma para los Asesinos, pieza que conjuga dos obras del teatro del absurdo, de los autores José Triana y Virgilio Piñera, dirigida por la fundadora de la compañía teatral La Gruta, Lourdes Fernández, mujer nacida en Cuba, con más de doce años de trabajo dentro del mundo teatral en Valencia, con amplia experiencia conquistada en su país natal.


A la entrevista le hubiese gustado venir con todo el grupo de actores pero solo pudo acompañarla Frank Herrera, actor y profesor de teatro en el Cuam, quien interpreta en la puesta en escena el personaje de Lalo, uno de los tres hermanos de La noche de los asesinos de Triana.


Es importante destacar que aún y a pesar de la ayuda brindada por el alcalde Paco Cabrera es una pieza trabajada con esfuerzo, con tesón y amor, que bien merece el respaldo del publico, porque ciertamente, se hace con limitaciones económicas, aún cuando ensayar todos los días a lo largo de cuatro meses, revela el poder de todos los seres humanos al momento de luchar por sus convicciones.


Es imprescindible para la sociedad venezolana recibir el mensaje de Alarma para los asesinos. Este teatro que le estamos brindando a Valencia, no se hace todos los días. Me duele mucho como el arte en general está tan desvalorizado. La mayoría de los espectáculos teatrales son una exhibición de cuerpos desnudos, sin ningún sentido, sin ningún mensaje. Yo me pregunto cómo vamos a seguir educando a las nuevas generaciones.


¿Cómo y por qué nace esa fusión de dos piezas teatrales, Falsa Alarma y La noche de los asesinos?
A mi siempre me ha gustado el teatro del absurdo y estos dos autores cubanos, fueron parte de una eclosión generacional de los años 60'. Me encanta mucho ese género porque juega mucho con el lenguaje y da mucha libertad de expresión corporal a los actores y a los directores a la hora de realizar el montaje. El mensaje que encierra siempre el teatro del absurdo, aparentemente solapado, es muy directo para quien lo quiera escuchar.


La noche de los asesinos es un juicio irreal porque ellos están jugando a asesinar a los padres debido a las represiones a las que han estado sometidos.


Falsa Alarma es un juicio real que se le hace a un asesino por parte del juez y la viuda, porque existe un crimen real. Es un juego también para que el homicida conciencie de lo que hizo, lo irreparable de su acción.


Alarma para los asesinos es un nombre fuerte para la pieza, que remite a la violencia y la inseguridad... ¿es parte de la intención de ustedes al momento de darla a conocer?
Sí, nuestro objetivo es que toda la sociedad tome conciencia de que un crimen es irreparable en todos los sentidos, no hay marcha atrás. En La Noche de los asesinos hay violencia doméstica y ella tiende a trascender a las calles. El personaje de Frank, Lalo, que es una especie de asesino en potencia, metido dentro de su casa, se convierte en uno real después que sale a la calle.


Lalo pasa -interviene Herrera- de ser un asesino que fantasea con serlo hasta convertirse en uno de carne y hueso. Lo que queremos transmitir los actores es cómo puede un factor de violencia en el hogar genere consecuencias graves, que la sociedad se vaya degenerando por este tipo de situaciones que son bastante peligrosas. Nuestro mensaje especial a las personas es que hay tiempo, hay espacio y hay lugar para que estas cosas no sucedan. Lamentablemente el mundo está así pero hay que entender que se puede hacer mucho por los hijos que se enfrentan a todas estas situaciones porque ellos son la sociedad del futuro.


¿Es una obra cómoda para un actor?
Es difícil. Es el papel más exigente que me ha tocado hacer...


Una de las características para los actores que trabajan en el teatro del absurdo, interrumpe Lourdes Fernández, es que los actores interpretan diversos personajes. Lalo tiene una serie de transiciones extraordinarias. Va de la risa al llanto en un instante.


¿Pasar del éxtasis al drama también puede ser una catarsis necesaria en la nación?
Sí, lo es. Martí dijo que el teatro debe ser siempre para valer y permanecer el reflejo de la época que se produce.


Todos los que han oído hablar de la obra, sin verla, ya han entendido que hay un mensaje que esta implícito lo que nos sucede. Parte de nuestro objetivo se está cumplido, dijo la directora.


¿Qué es, en opinión, de un actor lo más importante de Alarma para los Asesinos?
Los textos. Todos los personajes tienen un mensaje. Profundo y reflexivos. Son mensajes contundentes. Hablan de cómo la libertad te priva la vida, la represión te cohíbe los sueños y la libertad. Hay un texto de Lalo que expresa que sus padres le decían "no leas, no sueñes, no duermes, no pienses; no sirves para nada". Eso no solo se ve en sociedades particulares si no en todo el mundo.


¿Caen los personajes en circulo vicioso como suele suceder con estas cosas?
Sí, porque ellos, los personajes, reconocen que no salieron de ese circulo vicioso por miedo, porque prefirieron estar en esa represión acomodaticia, porque tenían las necesidades primarias garantizadas, antes que salir a explorar y enfrentar al mundo desconocido.


¿Conoció a Virgilio Piñera?
Sí, él era una persona extraordinaria en todos los sentidos, que murió en Cuba de una forma misteriosa. Eugene Ionesco dijo que no lo llamaran más el padre del absurdo porque el verdadero padre era Virgilio. Tiene un a obra extensa, más de cincuenta obras de teatro, bastante complicadas, novelas y poesía. Lo recuerdo con división de niña, un hombre muy culto y con mucho sentido del humor.


Al preguntarle sobre su trayectoria, Lourdes Fernández, se presentó así: Nací en La Habana, Cuba, en 1958. Desde muy pequeña estuve vinculada al riquísimo mundo cultural de la época ya que mi hermano, Daniel Fernández, se codeaba con brillantes intelectuales que abundaban entonces. Mi carrera artística comenzó estudiando actuación bajo la dirección de Humberto Rodríguez, quien descubrió mi capacidad para dirigir. Estudié Historia del Arte, Dirección Teatral y de Espectáculos, Música, Dramaturgia y Versificación. Fui Jefa de Cátedra de Arte durante muchos años y fundé mi grupo Víctor Jara con el cual obtuve premios a nivel nacional. Fui nombrada Especialista de Teatro de Ciudad de La Habana, por el Ministerio de Educación, cargo que me implicaba confeccionar los pensum de estudio y supervisar la metodología de la enseñanza de las artes de toda la capital.


Arribé a Venezuela con mi esposo y mis hijos en 1996, con pasaportes que ostentan sellos de "Salida Definitiva".


En 1997 fundé mi Compañía Teatral La Gruta, con la cual he llevado a escena más de veinte obras de todo género dramático, con muchas presentaciones y rotundo éxito, entre ellas se destacan La Casa de Bernarda Alba, La Moira y tres comedias del cubano Héctor Quintero, además de la adaptación y montaje de la novela Veronika decide morir, con permiso exclusivo de Paulo Coelho, y mi monólogo Una Mujer Desnuda (una cubana cuenta su historia con el fin de que no se repita en Venezuela). Soy miembro especial del Ateneo de Valencia y de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo, honores que me otorgaron en el año 2000.


Mi misión: formar artistas integrales capaces de entender la función social del arte en general y del teatro en particular.


Mi visión: hacer de esta hermosa ciudad industrial, una ciudad cultural. Mi máxima: (la del maestro Stanislavski) "Es preciso amar al arte en uno mismo y no a uno mismo en el arte".


Las entradas están a la venta en el Teatro Municipal y su valor es de Bs.F. 50 y se puede llamar a La Gruta Producciones, a los teléfonos: (0241) 8-97-54-37 y 0414-438-10- 84. Email:ctlagrutadelourdes@ hotmail.com (Notitarde, 01/11/2008, Confabulario).-

sábado, 25 de octubre de 2008

Alfredo Pietri: "Sin arte una nación no puede vivir"


Alfredo Pietri se fue a Francia en el año 1957 "con una beca de hambre" que en ese entonces le otorgó el gobierno de Pérez Jiménez. Regresa a Venezuela cada vez que puede a encontrarse con sus familiares y su hermana que vive en Valencia.


Hijo del poeta y compositor de mismo nombre, autor del Himno del Arbol, supo desde pequeño que debía luchar contra los prejuicios de una época en la que el ballet clásico no era una profesión bien admitida para los hombres, como bien se lo señaló su padre. Pero él entendió muy joven que era su verdadera pasión por lo que inició estudios con Nina Nikaronova en esta misma ciudad y después perfeccionó su arte con otra mujer rusa que lo acogió en Toulousse, Olga Provajenska, donde inclusive después de años de logros como bailarín y estrella, mantuvo por veintitrés años una academia de danza clásica que llevaba su nombre.


Nina Nikaronova es un pilar de la danza en Venezuela. Con gran cultura y enorme talento no solo con ella se aprendía la danza sino como vivir después.


¿La carrera que hizo allá la hubiese podido hacer aquí?
En Venezuela hay mucho talento, hay buenas bailarinas y buenos bailarines, pero la mayoría de ellos se han ido a vivir a Miami, New York, Bélgica...


¿Por qué no son valorados?
Porque el Teatro Teresa Carreño se cerró... Existe la Escuela... pero no sé cómo funciona ahora. Tuve la ocasión de ver el ballet de Vicente Nebreda. Genial. No tenía nada que envidiarle a los teatros europeos. Hizo un trabajo memorable. La nueva compañía de María Eugenia Barrios está haciendo cosas muy interesantes. Un día aquí tienen que darse cuenta que sin arte un país no puede vivir. Es necesario para la vida de un pueblo.


¿Qué está haciendo en estos momentos?
He viajado mucho para estar al tanto de todas las cosas que hacen en materia de ballet, porque hoy en día uno tiene que estar familiarizado con las nuevas tendencias, para progresar y circunstancialmente les corrijo la variación a bailarines cuando me lo solicitan, porque van a audicionar para alguna obra. También me invitan a hacer coreografías sobre hielo y así me mantengo ligado al que ha sido mi mundo. Claro, no es como antes cuando ejercía mi profesión desde la mañana hasta la noche. Pero es una pasión que nunca muere.


Quedó en mi espíritu, en mi corazón, en mi alma. Cuando veo buenos bailarines y veo que eso funciona me siento en un paraíso formidable.


¿No se ha animado a escribir un libro?
Me lo han dicho. Me gustaría contar con una persona a la que yo le cuente y ella escriba un libro. No sé si el libro que yo escribiría podría interesarle a alguien. Yo me siento joven en el alma porque la edad es un estado espiritual. Cuando me levanto en la mañana digo "gracias Dios mío, tengo dos brazos, dos piernas". El otro día vi por televisión un bailarín con una sola pierna que hace hip-hop, algo verdaderamente admirable.


Hay una diferencia cultural entre los países europeos y Venezuela enorme... ¿qué debemos hacer?
Para empezar, el gobierno tiene que hacer un esfuerzo sobrehumano, dar dinero para la cultura. Después ocuparse de programaciones constantes que interesen a las personas y los motiven a salir de sus casas y dejar el televisor o Internet. Lo bonito de nuestra Venezuela es que hay mucho talento. Yo adoro a mi país y estoy muy triste cuando veo que la cultura no avanza, existiendo tantos autores que lo dan todo, pintores, compositores fabulosos, que son reconocidos en el mundo entero. No tenemos nada que envidiarle a nadie. Se tiene que invertir. Vivo en Toulosse, pero me la paso en París porque es allí donde están los mejores espectáculos y una enorme cantidad de acontecimientos culturales con los que aprender y crecer.


¿Cuándo se convirtió en coreógrafo?
Empecé a estudiar coreografía aunque eso realmente no se estudia porque es un sentimiento que uno lleva, años después de actuar en muchos espectáculos. Hice varios montajes de ballet que gustaron mucho y poco a poco, porque la carrera de bailarín es muy corta, me convertí en profesor de danza. Formé bailarines y realicé muchos espectáculos. Es verdad que al principio la cosa fue dura, pero cuando se es joven se siente todo como más sencillo.


¿Venezuela es conocida en el mundo por sus artistas?
Sí, eso es lo que me gusta. Hay bailarinas de aquí que han dado renombre al país. Eso es muy importante. Quizás en este momento estamos pasando por una crisis un poco difícil, sin querer hacer comentarios desagradables sobre las personas. Pero creo que hay que despertarse. Es como si le hubiesen dado a una parte de mi país la "burundanga", que la gente está como dormida; aceptando todo lo que se está haciendo.


¿Ha tenido el deseo de regresarse a su nación?
He tenido otras veces ese deseo de venir y quedarme siempre en mi país. Pero si vengo aquí en estos momentos mi gran pregunta es ¿qué voy a hacer? Los bailarines y actores hacen algo por Venezuela y no los ayudan. En cambio ir y venir es formidable porque uno se da cuenta de lo que pasa. Tengo una gran esperanza. Tengo fe y hay que pedir paciencia.


¿Visita las iglesias del pueblo en el que vive?
Creo mucho en Dios. Sin esa fe nada podría mantenerse. Respeto mucho todas las religiones pero sé que hay un solo Dios para todos. Soy católico a mi manera. Me gusta ir a los templos cuando hay poca gente. Allí realizo un acto de constricción. Al salir siempre me siento ligero, en paz.


¿Qué recuerdo tiene de su padre, Alfredo Pietri?
Yo tenía un libro de poemas de mi papá que no se publicó que se llama "Parnasiana". Una persona amiga lo leyó y me dijo que quería hacer un libro de mi papá. Tengo muchos poemas de él y tengo el recuerdo de que fue mamá y papá pues a mi progenitora no la conocí, murió cuando tenía un año de nacido. El no quiso casarse más, me dijo que ella había sido "el amor de su vida" y aunque yo le insistí en que encontrara pareja, para que no estuviera tan solo, se mantuvo soltero. Hoy por hoy sé que hay que aceptar las cosas como son y como Dios nos la envía.


¿Cómo ve usted a la juventud hoy en día en Europa?
Creo ha dos tipos de juventud. Unos jóvenes son formidables y otros no tanto por falta de educación básicamente. El problema aquí es la enorme cantidad de hijos que se tienen en hogares que apenas pueden mantenerse. Al vivir apenas subsistiendo se crean todas unas circunstancias que en nada nos hace crecer y progresar como nación. Cuando leo la cantidad de personas que mueren cada fin de semana, me digo a mi mismo que no es posible. En todas partes roban y se leen cosas muy desagradables en los periódicos, que tienen toda su razón al publicarlas. De no ser así, no nos enteraríamos de lo que está sucediendo.


¿Se ha perdido la franqueza en el mundo?
Yo abro mi corazón para decir lo que siento. Es como un grito de amor pero de desesperación también, quisiera que mi país cambiara el sentido del arte. Cuando uno viaja se da cuenta que la cultura esta en primer plano, hay subsidios, ayudas; eso es muy importante. Viendo nuestras bellezas naturales y la generosidad de la tierra fecunda, el clima perfecto. Tenemos que sacudirnos y ayudar a cambiar todo esto. No juzgo, pero tenemos que vivir en democracia, en libertad. No podemos vivir en un país con miedo, pensando que nos pueden robar, asaltar.


¿Qué tiene que tener adentro un buen bailarín?
Amar lo que uno hace. Para mí la danza es como el verdadero amor que uno siente por una mujer. Eso está anclado dentro de uno. Tienen que tener los sentimientos para poder exprimir todo lo que uno lleva adentro en el escenario. Hay bailarines que son técnicos, pero son vacíos. Olvidan lo esencial que es el alma y el espíritu. No todo es hacer piruetas (Notitarde, 25/11/2008, Confabulario).-

sábado, 18 de octubre de 2008

Presentan libro "Más allá de la guerra"


Mañana domingo 19 de octubre (2008) dentro de la programación de la 9na. Feria Internacional del Libro 2008 que organiza la Universidad de Carabobo la Fundación Bigott presentará el libro de la historiadora Inés Quintero "Más allá de la Guerra. Venezuela en tiempos de la Independencia".


El texto forma parte de la colección Bigotteca de la Fundación Bigott que ya cuenta con quince títulos de diversos autores; entre ellos, dos libros de la propia Quintero: La Criolla Principal y El Ultimo Marqués.


Su última producción versa sobre las necesidades humanas que no abandonaron la cotidianidad venezolana durante los años de la Independencia: el amor, la alegría, las fiestas o, también, las desventuras y la delincuencia.


Inés Quintero nació en Caracas, en 1955, es doctora en historia, (UCV 2005). Tiene estudios de maestría en ciencias históricas, (UCV 2001). Obtuvo la licenciatura en historia, en la UCV, en 1981. Es profesora investigadora en el Instituto de Estudios Hispanoamericanos de la UCV desde julio 1982 hasta el presente. Coordina la maestría de historia de Venezuela de la UCV. Es miembro del grupo académico binacional Colombia-Venezuela, UCV.


Es representante de la UCV para la Red Andina de Universidades, Cátedra de Historia de América de la Organización de Estados Iberoamericanos. Representante de la UCV en la Comisión Académica Nacional para la conmemoración del Bicentenario de las Independencias. Cátedra Andrés Bello (2003-2004).


Tiene la categoría de investigadora visitante del Latin American Centre, Universidad de Oxford. Docente regular en la Maestría de Historia de Venezuela Republicana. Docente de la Escuela de Historia de la UCV.


Para adentrarse en "Más allá de la Guerra. Venezuela en tiempos de la Independencia" hay que plantearse las siguientes interrogantes: øPor qué pelearon los esclavos en la guerra de Independencia? øCómo pensaban y qué hacían los hombres y mujeres mientras se luchaba en el campo de batalla?, øseguían lidiando con el diario vivir? øCuáles eran sus necesidades? øCómo se divertían? øEran todos patriotas? øEra posible contraer matrimonio? øHabía vida universitaria? øCómo participaron los sacerdotes en el conflicto? Las respuestas a ellas la intentan responder algunos de los autores del libro con la rigurosidad que la investigación histórica ameritó.


Durante dos años (desde marzo de 2007 hasta junio de 2008) Angel Almarza, José Bifano, Lionel Muñoz, Enrique Ramírez, Rosángel Vargas, Johana Vergara, Alexander Zambrano y Quintero, todos egresados de la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela, trabajaron para dar respuesta a éstas y otras interrogantes que hacen del pasado de Venezuela, sobretodo los años que transcurrieron entre la década de 1810 hasta 1830, un nutrido escenario para la investigación y la historiografía.


Esa época es quizá una de las menos estudiadas de la historia de nuestro país; sin embargo, fue en ese periodo cuando la vida del venezolano comenzó a cambiar significativamente. Los habitantes de Venezuela dejaron de ser súbditos de la corona y se convirtieron en ciudadanos, vieron abolir los fueros y privilegios y sancionar constitucionalmente la igualdad de todos los ciudadanos; desaparecieron los cargos hereditarios y venales y se dio inicio al ejercicio del voto y a las prácticas republicanas, entre otras cosas.


"Más allá de la Guerra. Venezuela en tiempos de la Independencia" es una obra colectiva que bien contribuye con la difusión histórica del pasado que define la actualidad de quienes somos como venezolanos.


Consta de ocho capítulos: Con el arma en la mano, Fuera de combate, Camino al altar, Amores contrariados, Tiempo para rezar, Desorden en la casa del Señor, Entre dos fuegos y Piedra sobre piedra. Cada uno de ellos está fundamentado en un sólido soporte documental que consta de archivos, expedientes, informes y causas judiciales que dan cuenta de los casos y situaciones que en el texto se reflejan.


Este y otros textos estarán disponibles para los interesados en el stand de publicaciones que tiene la Fundación Bigott en la Feria. La presentación del libro será en el Centro Comercial Cristal en la urbanización La Granja en la ciudad de Valencia a las 3 de la tarde, de mañana domingo.

Eduardo Liendo Zurita
Ayer en la noche fue la inauguración de la Filuc y le correspondió al escritor venezolano Eduardo Liendo Zurita ser el pregón elogiando el hábito de leer, de aprender, de soñar y de reinventar la realidad con los relatos y conocimientos que nos ofrecen los libros.


Eduardo Liendo Zurita nació en Caracas el 12 de enero de 1941. Estudió en el Instituto de Ciencias Sociales de Moscú, participó como profesor invitado de la Universidad de Colorado (EE.UU., 1996), ha coordinado talleres literarios de narrativa en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, Celarg, y en la Universidad Católica Andrés Bello. Militante de izquierda y activista subversivo durante la década de 1970.


No ha sido ajeno en ningún momento a la problemática socio política del país. En los convulsos años de la guerra de guerrillas padeció encarcelamientos y el posterior exilio político en la desaparecida Unión Soviética. Después de ser puesto en libertad, estudió psicología durante 1967-1979 en el Instituto de Ciencias Sociales de Moscú. Seis años después de su regreso al país, en 1970, se incorporó como empleado de la Biblioteca Nacional de Venezuela (1976). Allí permaneció por un extenso período que culminó con su jubilación como Director de Extensión Cultural, en el año 2001.


Liendo fue muy activo en la escena literaria y cultural de Venezuela desde los años 70; coordinó varios talleres literarios y sirvió en la Junta Directiva de la Asociación de Escritores de Venezuela. En 1977, Liendo fue uno de los fundadores del Taller Literario "Calicanto" al que perteneció hasta 1979.


De sus muy celebres cuentos cortos, "Asfixia", es parte de un abrebocas sobre su muy potente obra: "Todo ocurrió de manera tan brusca, que no tuve tiempo de asombrarme. En la puerta me despedí de Elizabeth, con esa prueba de ternura y tedio de todos los días. Presioné el botón del ascensor.


Cuando se abrió, entré sin mirar y sólo me encontré con el vacío. Fui a caer dentro de un pozo de petróleo espeso y me hundí lentamente en esa baba negra.


Nadie vino en mi auxilio a pesar de los gritos; sin embargo, al final de todo, vi arriba una pareja de turistas gringos, que parecían divertirse mucho con ki situación y tomaban la que sería mi última fotografía como souvenir" (Tomado de www.textosentido.org) .


La Filuc 2008 reúne este año sesenta editoriales. Estará abierta al público a partir del mediodía de hoy sábado en el Centro Comercial Cristal, en Naguanagua, donde en la tarde se le entregará la orden Alejo Zuloaga a Marianela Maldonado, coguionista de "Pedro y el lobo", cortometraje animado ganador del Oscar 2007.


Los visitantes podrán recorrer alrededor de sesenta stands para luego, a las 7:00 de la noche, disfrutar de las actividades culturales de Café Concert hasta el domingo 26 de octubre.


Los más pequeños contarán con un pabellón infantil. Aparte, especialistas atenderán a niños de 12 a 18 meses de nacidos con una actividad de estimulación a la creatividad y se distribuirá de manera gratuita el libro recientemente publicado a través de un convenio entre la Universidad de Carabobo y la editorial Norma contentivo de tres cuentos escritos por niños, seleccionados en un concurso de literatura realizado en el mes de julio con la participación de sesenta jovencitos de la región, según se lee en la página Web http://www.filuc.uc.edu.ve/.


Entre los escritores internacionales invitados se encuentran Daniel Samoilovich y Ariel Magnus, de Argentina, y Giovanny Gómez, de Colombia, mientras que por Venezuela estarán cien escritores (Notitarde, 18/10/2008, Confabulario).-

sábado, 11 de octubre de 2008

Harry Almela: "El lector pone la otra mitad del poema"


El próximo miércoles 15 de octubre de 2008 , de la colección Llámalo amor, si quieres aparecerá el libro de Laura Restrepo, "Olor a rosas invisibles", el 22 será el turno para Rayma, la humorista que se expresa todos los días en El Universal, con Latidos de humor y el 29 aparecerá el quinto titulo, Del dulce mal, una antología de poesía amorosa venezolana, que preparó el poeta, editor e investigador, Harry Almela.


Del dulce mal tiene poemas de más de ciento cuatro autores venezolanos que sorprenden, lo cual habla del trabajo generoso que realizó este intelectual, lleno de chispa creativa y humor cuando se conversa con él.


Parece una antología muy personal nacida tras muchos años de lectura...
Eso es una falacia de mis enemigos políticos que piensan desprestigiarme... que dicen que soy un buen lector...


¿Cómo nació este libro?
A mediados del año 2007, Leonardo Padrón, me propuso en principio hacer una antología de poesía amorosa para esta colección. Sucede que paso a ser conocedor del tema, en tanto que algunos libros míos, de creación directa, tocan o rozan el tema amoroso. Luego está el hecho de esa inmerecida fama que tengo de buen lector. Hay allí un elemento subjetivo, por supuesto, que es la relación personal que mantengo con Leonardo, desde hace más de veinte años (se dice rapidito). siempre hemos coincidido en escenarios, en lecturas. Tenemos una relación muy cálida y productiva en muchos terrenos. Esos tres elementos influyeron en la realización de este trabajo.


Luego está el hecho de que he leído mucho sobre el tema en términos teóricos tanto de los poetas venezolanos como de otros países. La antología resultó ser como un revisitar esos sitios de lectura y de conocimiento, y también descubrir algunos a autores que ni tenía idea que habían trabajado sobre el tema amoroso.


Pensé el libro también, ya no en términos de lo que gustase a mí solamente, si no que pensé en dos tipos de publico, uno para la gente que busca libros de auto ayuda. O sea que los lectores pudiesen encontrar un texto que les sirviese de acompañamiento en algún momento de se aventura personal amorosa, el encantamiento, el encuentro, el extrañamiento, la distancia; el simple guayabo. A partir de esas variables comencé a estructurar la antología.


Cuando se leen los autores se encuentran sorpresas porque se sienten imágenes distintas... no se trata de poesía amorosa cursi como uno se imagina al principio que puede ser...
Eso tiene que ver un poco con la historia de la poesía venezolana, que ha tenido distintas épocas y etapas. Creo que ese sentimiento de que la poesía amorosa es cursi es completamente acertado. Hay una frase célebre de Fernando Pessoa que dice que "todas las cartas de amor son cursis".
De repente el asunto se puede convertir en cursi porque como decía Rainer María Rilke es un tema en donde hay una extensa y gran tradición. Ante ello, puede ser complicado agregar una nota nueva. El tema amoroso en el poema es lo más difícil de asumir, tanto desde el punto de vista de la escritura, como de sus posibles logros. Recuerda que a fin de cuentas, lo que hace el escritor es poner la mitad del poema, el lector le pone la otra mitad. En ese intercambio es que surge el poema que puede servir, por decirlo de alguna manera, o no, a los lectores.


En Del dulce mal lo que hay es un compendio de la poesía venezolana desde las primeras vanguardias, como es el caso de Gerbasi, amos Sucre o Paz Castillo , hasta las más recientes versiones del tema amoroso, que están muy relacionados con la experiencia urbana.


No hay ningún poema suyo...
Es que es un libro serio... Una de las cosas que siempre le agradecí a Leonardo es que me permitió no poner un poema mío allí... La mejor cosa que tiene ese libro es que no hay un poema mío.


¿Cuanto ha pasado desde el poemario suyo "El terco amor" que ganó el premio de la Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra (1994) hasta ahora?
Ese libro es lo que es. ¿Qué quieres que te diga?


¿Tuvo algo de cursilería?
No, me gustaría creer que no. En todo caso, los poemas que uno escribe terminan siendo totalmente distintos a los poemas que la gente lee, cosa que es también importante decirlo. Allí lo que hay es una historia de un desprendimiento afectivo.


¿Está escribiendo poesía?
Se está escribiendo allí un libro que es como fragmentario. No tengo claro para dónde va el asunto. Luego de publicar ocho o diez libros de poesía, a estas alturas resulta como medio complicado. Presumo que es un libro de viajes, de resumen acerca de mi visión sobre el país. Presumo que siempre estará presente las cosas que están presentes en las cosas que yo escribo, que es el tema de infancia, las referencias culturas, los viajes, las lecturas, los amigos. Ahí a poco a poco. No tengo ninguna prisa en eso porque estoy ahorita muy interesado en tratar de entender cómo es que funciona la poesía la poesía en este país. En su capacidad de intentar representar al país. Esa es un poco mi preocupación en este momento, más allá de la subjetividad..., a fin de cuentas la subjetividad no es algo que pueda interesarle mucho a los lectores...


O interesarle más... Los columnistas se leen por su subjetividad.
Claro, pero una cosas es escribir un trabajo de opinión, en la que habrá un primera persona que toma posición ante un hecho..., pero con la poesía es un poco más complicado. Si yo tuviese que llevar un poema amoroso a una columna qué carrizo le importa al lector que yo tenga un guayabo o que le gusta la vecina de al lado. Un columnista no escribiría una nota acerca de eso. En cambio en el poema si tendría que hacerlo. Entonces es la misma pregunta: ¿qué tanto le puede importar a un lector conocer de las subjetividades? Probablemente le interese saber cómo es que esa subjetividad es capaz de poner en palabras una sensación o un sentimiento con las cuales el lector se pueda identificar. Hasta allí estaría bien. Lo demás es como muy gratuito. Por eso es que desconfío mucho de la poesía que se regodea en la primera persona


Escritor y promotor cultural, licenciado en Educación, mención Literatura, por la Universidad de Carabobo. Dictó el Taller Literario de la Casa de la Cultura de Maracay (1983-1987). Coordinó el Taller de Creación Literaria, mención poesía, del Centro de Estudios Latinoamericanos ´Rómulo Gallegosª en la ciudad de Caracas (1992) y prestó servicios como investigador en dicho Centro (1993-1995).


En el año 1996 asistió al Curso para Profesores de Lengua y Literatura Española en el Instituto de Cooperación Iberoamericana con sede en Madrid y realizó el Curso de postgrado en Técnicas Editoriales en la Universidad de Barcelona, España.


Fue integrante del Taller de Poesía del Centro de Estudios Latinoamericanos ´Rómulo Gallegosª (1981-1982).


Ha dictado distintos seminarios, talleres y conferencias. Su obra ha obtenido diversos reconocimientos: Premio Bienal de Poesía ´Francisco Lazo Martíª (Ateneo de Calabozo, 1989), con el poemario Cantigas; Premio del Concurso Bienal de Literatura del Ateneo de El Tigre, mención narrativa (Ateneo de El Tigre y el Diario Antorcha, 1990), con el relato Anotaciones para un intento de regreso; Premio del 46 Concurso de Cuentos del diario ´El Nacionalª (1991), con el texto Arcanos para un nuevo paisaje y Premio Bienal de Literatura ´José Rafael Pocaterraª, mención poesía (Ateneo de Valencia, 1994), con el poemario El terco amor. Con el libro Una casa entre los ojos, acerca de la poesía de Luis Alberto Crespo, obtuvo el Premio de Ensayo de la Bienal de Literatura ´Miguel Ramón Utreraª (1995), auspiciado por la Secretaría de Cultura del Estado Aragua.


Fundó la editorial alternativa La Liebre Libre, nacida en 1992, en periodo de stand by desde el 2002. Fue una experiencia gratificante al igual que ahora lo es su blog http://laliebrelibre.com.ve/ (Notitarde, 11/10/2008, Confabulario).-

sábado, 4 de octubre de 2008

Leonardo Padrón: "La poesía es mi verdadera fiesta"


El escritor y poeta Leonardo Padrón estuvo el pasado jueves 2 de octubre de 2008, en la noche, en Valencia, presentando la colección de libros que Notitarde y la editorial Santillana, a través del sello Aguilar, colocaron a la venta, a un precio accesible, a todos sus lectores.


Santillana me regaló el privilegio de dirigir, coordinar y poder convocar a los autores. Fue un planteamiento bien inusual de lo que suele ser el comportamiento editorial del país, pues se trató de diseñar una colección alrededor de un solo tema. La experiencia ha sido tan exitosa que ya hemos hablado de nuevas colecciones con otros temas.


En la primera fase del proyecto se vendieron más de 50 mil ejemplares. En esta segunda fase surgió la alianza con Notitarde, que significa dimensionar el proyecto, llevarlo al lector, prácticamente a su casa, a través del encarte.


¿Qué está haciendo en estos momentos?
Ahora estoy "emboscao" por la palabra trabajo. Tengo la mayor parte de mis energías depositadas en la telenovela "La vida entera" que estoy preparando para Venevisión, de la cual ya tengo un buen porcentaje de capítulos escritos, que se comenzará a grabar en aproximadamente dos meses y que posiblemente salga al aire en el último trimestre del año. Estamos en vísperas de estrenar esa novela, lo que implica que se incrementa el nivel de trabajo y de vigilia.


¿Es una novela que tiene nombre como de bolero?
Puede ser. Es una frase que llevamos todos en el bolsillo y que nos acompaña, porque de alguna manera, los seres humanos, a veces apostamos, por amor, la vida entera o por errancia o tratamos de escapar de trabajos que alguna manera nos agobia la vida entera.


Es una novela que trata no sólo el tema romántico si no que intenta tocar la diferentes aristas de lo que implica la palabra vida para cada uno de nosotros.


¿Rozará el panorama vivencial de los venezolanos?
No necesariamente. Quise hacer otra vuelta de tuerca. Ya hice una novela con un alto contenido socio político. No me quiero encasillar. Fue una variante de mi voz que me pidió el cuerpo hacer en los tiempos convulsos que se vivían, que pareciesen estar eternizándose y yo no me quiero eternizar en un solo corsé.


A la vez estoy preparando el tercer libro de Los Imposibles (las entrevistas que realiza en la radio en su programa del mismo nombre) que debería estar en la calle entre noviembre y diciembre.


El proceso, que es el plus, lo que agrego a las entrevistas radiales, las pequeñas crónicas de lo que ocurrió antes y después con mis personajes, la decantación y depuración de las entrevistas.
Me encuentro también en el nuevo estado que ha tenido el proyecto Los Imposibles. Estoy grabándolos ahora para televisión. Empezó en radio, desembocó en el libro y muta a la TV.


¿Sin querer o queriéndolo mucho se ha convertido en periodista?
Yo respeto inmensamente el oficio de periodista. Lo que pasa es que es una zona común. Yo suelo decir que no entrevisto a los personajes sino que me siento a conversar con ellos, pero tratando de ser yo quien haga más preguntas. No tengo la formación académica de un periodista, tengo la curiosidad del escritor. En todo caso, trabajo con una de las herramientas que trabaja el periodista, que es la palabra. Toda mi vida de escritor profesional he estado urdiendo personajes. Decidí, para reinventarme un poco, acercarme a personajes que ya hubiesen urdidos por ellos mismos. Sigue habiendo el afán para explorar dimensiones del ser humano.


Los escritores, los intelectuales venezolanos no han podido dar respuestas a lo que está ocurriendo en este país... ¿cómo se siente en estos momentos?
Estamos en un país signado por la luz que está viviendo momentos sombríos. Un país de luz que se ha vuelto opaco. Por supuesto, a todos los que nos duele Venezuela en la cédula y en los huesos, nos tiene inmensamente desbastados. Todos estamos tratando, desde la trinchera de cada quien, establecer la mayor resistencia posible, a una pretensión de refundar el país con unos cimientos absolutamente equivocados, desfasados e inyectados por un ego altamente distorsionado.


Se han ensayado muchas respuestas, algunas con inmensa torpeza, que lo que han hecho es sembrar más aún la penuria que estamos viviendo, pero creo que debemos seguir ensayando respuestas a la borrasca que vivimos. Ahora hay una, que es de perogrullo decirlo, pero si no la ejercemos somos francamente suicidas. Tenemos que asumir el 23 de noviembre como una suerte de plebiscito. Esa gente que tanto le gusta marchar que vaya a hacerlo ese día y que sea tan avasallante la presencia en las calles y mesas de votación, que el "no" que tenemos rato gritando se escuche en todos los confines posibles. Esa es la respuesta más inmediata, la más constitucional, la más dentro del contexto de la armonía y ecuanimidad. Eso en principio. Ese es nuestro más inmediato mañana y tenemos que atenderlo con la urgencia del caso.


¿Ha tenido chance de ver en la nueva telenovela "¿Vieja yo?" el personaje de Margot Batalla?
Muy poco. Vi el primer capítulo, y luego he visto a ratos, porque como estoy metido en mi propio tejido en la noche estoy muy agotado, todavía "pegado" a mi computadora. ¿Por qué?


Porque es una mujer venezolana que tiene un apellido de guerra, usted habló de trincheras y llevamos años cargados del lenguaje presidencial bélico... ¿cómo está diseñando sus personajes femeninos?
Desde que escribo telenovelas siempre estoy celebrando a la mujer venezolana. Siempre he tratado de esbozar a las mujeres venezolanas, es decir, mujeres guerreras; y volvemos a los términos bélicos. Tal como están planteadas las cosas en este país desde hace mucho tiempo las cosas están mal formuladas, porque hace que las mujeres no vivan sino que sobrevivan. Son las líderes de la familia porque éste es un país de padres ausentes. La mujer venezolana vive con cuchillo entre los dientes. Siempre he procurado plantear mujeres de ese talante porque una de las pocas cosas que le cuestiono al melodrama ortodoxo es vender a la mujer de telenovela como pasiva, que lo único que hace es esperar al príncipe azul que trae el amor y la realización personal de esa mujer. La venezolana está muy clara. Sabe que no pueden esperar a un hombre para resolver su propia vida.


¿Cómo va su poesía?
Me has hecho la pregunta más dolorosa, porque ésa es mi nostalgia permanente desde hace rato. He estado tan emboscado por el trabajo, que aún cuando lo disfruto por creativo, que voy a ver si me consagro a lo que es mi verdadera fiesta: la poesía (Notitarde, 04/10/2008, Confabulario).-