sábado, 26 de abril de 2008

Víctor Montoya: "Los pueblos deben autogobernarse"


Víctor Montoya es un escritor boliviano que desde hace más de treinta años reside en Suecia. Llegó a la redacción de Notitarde con la voz ronca de tanto hablar en los talleres y charlas del 5to. Encuentro de Teatro para Niños "Más allá de los cuentos".


Estuvo, entre otros lugares, en la Cumbre de Canoabo, hospedado en una carpa, limpiándose los dientes con agua del río, para luego brindar un taller integral de literatura, conversar sobre la escritura de su país de nacimiento, del compromiso social del escritor y la tradición oral de los mineros bolivianos.


Nacido en La Paz en 1958, su infancia transcurrió en la población minera Llallagua, al norte de Potosí. En 1976, como consecuencia de sus actividades políticas, fue perseguido, torturado y encarcelado en el Panóptico Nacional de San Pedro y, en el campo de concentración de Chonchocoro, Viacha, escribió su libro testimonial "Huelga y represión".


En 1977, tras ser liberado de la prisión por una campaña de Amnistía Internacional, llegó exiliado a Suecia, donde se graduó de maestro en la Escuela Superior de Profesores de Estocolmo. Allí cursó estudios de especialización. Dictó lecciones de quechua en institutos, coordinó proyectos culturales en una biblioteca municipal, dirigió talleres de literatura infantil y ejerció la docencia durante varios años.


Publicó Huelga y represión (1979), Días y noches de angustia (Premio Nacional de Cuento otorgado por la Universidad Técnica de Oruro, 1984), Cuentos violentos (1991), El laberinto del pecado (1993), El eco de la conciencia (1994), Antología del cuento latinoamericano en Suecia (1995), Palabra encendida (1996), El niño en el cuento boliviano (1999) y Cuentos de la mina (2000).


Dirigió las revistas literarias Puerta Abierta y Contraluz. Es coautor del libro de texto Cuentos de jóvenes y niños latinoamericanos en Suecia (1985). En 1988 obtuvo el premio de cuento breve del semanario Liberación y, en 1993, el primer premio de cuento de Escritores de la Escania. Tiene cuentos traducidos y publicados en diversas antologías, y en varios medios impresos de Europa, EE. UU. y Latinoamérica; escribe reportajes periodísticos sobre diversos temas que investiga y analiza.


¿Cómo ha sido su experiencia con los niños y jóvenes?
Se nota un interés inusitado entre la gente joven dedicada al arte y se ve que Venezuela, como varios países de América Latina, está tratando de integrar la cultura en la vida social de la manera más efectiva. Creo que el trabajo que realiza la compañía de teatro T-Kanela es un ejemplo porque está dirigida a la infancia, un sector de nuestra población olvidada, y no siempre estimulada desde la perspectiva del arte. Llevarle a los niños de los barrios marginales una obra de teatro, literatura o cine implica que se está haciendo conciencia en una sociedad donde vemos a los niños realmente como lo que son, el futuro de un país y además, los futuros lectores de la literatura universal. Si nosotros estimulamos a los niños desde pequeños tendremos asegurada al menos una población que no tenga analfabetismo, que tenga interés por el arte. Eso se hace con el esfuerzo de compañías de teatro.


El esfuerzo que se hace en Venezuela por llevar cultura es un proceso natural en Suecia...
Las sociedades anglosajonas, a partir de la Segunda Guerra Mundial, han tenido un superávit que ha permitido crear las bases de sociedades, posibilitando que los seres humanos realmente lleven a la práctica lo que significa la dignidad humana, lo que significa el respeto a los derechos humanos. Se ha entendido que los individuos además de tener cultura tienen que tener derecho a la vivienda, a tener trabajo a profesionalizarse y esto ha creado un ritmo acelerado.


Por ejemplo, en lo que respecta a la literatura infantil, podemos decir que en esos países sí existe la literatura infantil. Existen escritores dedicados exclusivamente a ella porque escribir para los niños, edad tan sensible en el desarrollo del ser humano, requiere que el artista desde cualquier ángulo, tenga que conocer el desarrollo emocional, lingüístico e intelectual de los niños. Si uno desconoce estos elementos básicos del desarrollo de los primeros años de la vida de un ser humano es muy difícil que pueda hacer el artista que puede llegar a los niños. Entonces, en los países anglosajones, que se diferencian mucho de los nuestros, que son ricos pero a la vez son pobres, pero además de pobres, nuestras culturas no han sabido incentivar a los niños como se debe, aun todavía trabajando este tema. Pero aspiro y espero que en un futuro próximo podamos tener una generación de venezolanos que gusten de la lectura, que aprecien el arte, la pintura, el cine; de venezolanos que además de dignificarse así mismos, puedan dar lecciones al mundo entero.


El día que dejemos de ser mendigos sentados en sillas de oro podremos aportar grandemente. Nosotros tenemos mucho que aportar porque somos el compendio de varias culturas, de muchas lenguas, de una historia enorme.


¿Qué nos falta?
Que podamos engranar mejor todos estos aspectos que son del interés colectivo para el bienestar de la misma comunidad.


¿Cómo llega al periodismo?
Todo lo que he aprendido hasta hoy lo aprendí en Suecia y además en sueco. Me dediqué a la docencia por muchos años pero a la vez hacía siempre periodismo porque mi afán siempre fue el de escribir y en el momento que vi la posibilidad de vivir, sobrevivir, diría mejor, como periodista y escritor, entonces abandoné la docencia y me dediqué estrictamente a la escritura. El periodismo entra en la vida del escritor como una necesidad existencial de querer manifestar opiniones diversas.


¿Enmarcado dentro de la llamada nueva literatura que combina elementos periodísticos?
Así es. El caso mío es el típico ejemplo que escribe, para empezar, en diversos géneros literarios porque abarco la novela, el cuento, el ensayo, la crónica periodística. Es natural que un escritor en su proceso de desarrollo incursione en diversos géneros literarios. Uno de ellos es, en parte, el periodismo, que está muy cerca de la literatura en muchos casos. Las columnas que escribo son casi relatos.


No queda otra que la de tratar de ser auténtico. El escritor tiene mucho por aportar. Como cualquier otro ser humano en la sociedad es un elemento activo y forma parte del mundo cultural, político, de los sistemas económicos.


¿Son muchas las noticias de Venezuela en Suecia?
Muchas, porque se está dando un proceso de cambio que de algún modo preocupa e interesa. América Latina desde hace más de quinientos años ha soportado un grado de colonialismo donde se han establecido una serie de normas de carácter cultural, social y políticas. Cuando se dan cambios, como los que hoy se están viviendo no sólo en Venezuela, sino en Ecuador, Bolivia y Perú, no es otra cosa más que la necesidad de quienes habían esperado durante muchos siglos en la cola de historia. Hoy en día somos nosotros, los que somos indios, los que somos negros, mestizos y blancos también, los que queremos decir nuestra palabra, cuando esa palabra es de justicia social; cuando se está buscando el bienestar de los ciudadanos, cuando se aprovechen las materias primas para el provecho de los pueblos. Esto, desde luego, no siempre bien llevado en algunos casos, por aquello que tanto daño hace en nuestros pueblos que es el caudillismo; de algunos que se consideran una especie de héroes. De la independencia como héroe tuvimos a Simón Bolívar. Que el mismo pueblo diga "basta" por lo que decía hace un rato: ¿Por qué seguir siendo pobres si somos tan ricos? ¿ Por qué siempre tenemos que aceptar una transculturización que nos viene de Estados Unidos o Europa? ¿Por qué tenemos que seguir creyendo que lo de afuera es mejor que lo nuestro? Es hora de que le demostremos al mundo que nosotros también podemos enseñar. Queremos acabar con el apartheid en nuestros países como sucedió en Sudáfrica. Que los pueblos aprendan a autogobernarse (Notitarde, 26/04/2008, Confabulario).-

sábado, 19 de abril de 2008

Luis Cedeño: "Del cuento lo que perdura es la esencia"


"Nací en 1953. Tengo cincuenta y cinco años. Me gusta nombrar que nací en un barrio. Me gusta decirlo por lo que pasó ahí conmigo. Cosas muy bellas. Fui feliz allí. Estudié en la escuela La Salle, la gratuita. Lo acentúo porque también pasaron cosas bellas allí. Conocí la de Guaparo y me gustaba la gratuita. Los religiosos. Mi mamá un día me tomó por la mano y me dijo: "Usted va para la Normal "Simón Rodríguez" a estudiar para maestro". Me gradué y soy maestro. Me gustan la bicicletas de reparto y tuve una. Me gustó atender una bodega y la atendí. Me gusta barrer patio y mi casa tiene uno. Quise tener un maletín viejo, de médico, para echar cuentos y mi hermano me lo consiguió. Estudié en la universidad, pasé por ella y me gradué. Soy esposo de Marlene y papá de Surrú y Mariana. Me gusta decir que soy maestro mas que licenciado. Complací y complaceré gustos de la vida. He andado como a mí me gusta andar. Fundamentalmente vivo porque a eso he venido".


De esta forma se presentó Luis Cedeño cuando se le pidió que resumiera su curriculum para esta entrevista tras treinta años como cuenta cuentos, aunque el gusta que le digan cuentero. Ganó el premio del concurso de cuento radial Panchito Mandefúa, de la Casa de las Letras patrocinado también por la radio universitaria 104,5 FM con la historia "Radio Cuento".


Para escribirlo le pidió a su esposa que le prestara el espacio de la cocina por una tarde. Allí acomodó los peroles e improvisó una emisora. Puso la mesa en el centro y en el medio colocó la licuadora que cumplió el rol micrófono. Después de actuarlo lo escribió.


¿Cómo fue esa vivencia trasladada al papel?
En el traslado de la palabra a la literatura hay un espacio de tiempo, unas normas de orden gramatical y un tiempo para el dibujo de las letras que hace que no seamos exactos.


¿Cuál es la diferencia entre el cuenta cuentos y el cuentero?
El cuenta cuentos, por lo general, busca los cuentos en libros. Los lee, les hace alguna modificación y los echa. Siempre les va a incorporar algo que tiene el cuerpo. Yo nunca he podido contar un cuento así. Me sé muchos cuentos de esos porque soy un lector. Yo lo que puedo hacer es conversar sobre cuentos que he leído, contar su historia, su anécdota. Yo voy haciendo cuentos... Y también me nutro de lo que oigo, en las camionetas. Escucho unas cosas que superan tanto la imaginación que es allí cuando comienzo a armar hasta que creo que están listos para contarlos a los demás. Primero tengo que convencerme a mí mismo para que los que me escuchen lo gocen. Mi vanidad, porque creo que la tengo, se llena cuando alguien se me acerca y me hace una pregunta racional sobre alguna de las historias que he contado.


¿Qué cuento se le ocurre?
Un hombre que tenía dos orejas muy grandes. La oreja izquierda era como del tamaño de una sala de conferencias. Eso es lo que yo recuerdo. Y la oreja derecha como del tamaño del edificio de Notitarde. Ese hombre, sentado frente a su casa, cuando soplaba el viento, la cabeza le daba a un lado y otro, de acuerdo a como soplaba el viento, por el tamaño de las orejas. Unos niños que lo vieron se le acercaron y le preguntaron si escuchaba por la oreja izquierda. El dijo que sí. "øY qué oye?", le preguntaron. "Estando, por ejemplo en San Diego, puedo oír lo que están hablando en la plaza Bolívar de Maracay". Todos los niños se le encaramaron arriba, se le pusieron cerca de la oreja y escucharon hasta los perros ladrando de la plaza Bolívar de Maracay. Entonces, otro niño le dijo: " Y si usted oye tanto por qué no escucha lo que hablan en la plaza Bolívar de Caracas". El dijo: "Sí, lo oigo". Puso la oreja hacia Caracas y escucharon él y los niños lo que allí ocurría. Otro niño llegó y le dijo "íAh! usted se la echa, señor. øPor qué usted no escucha lo que hablan en la china?". Entonces el hombre le dijo: "Sí, lo escucho. Búsquense una guafas y unos mecates". Los niños bajaron, se montaron de nuevo; le amarraron la oreja, la templaron y pusieron la oreja hacia un cerro. El les dijo que del otro lado quedaba la China. Así escucharon muchas voces de chinos que no entendieron.


"¡Señor! ¿Y por la oreja derecha que es más grande? "Por esa yo no oigo nada".


De esta forma Luis Cedeño va diciendo que a los niños se les ocurrió hacer un conuco, sembrar caraotas, ají y pimentón; después idearon un río que saltó con agua clara; una casa, un hombre y una mujer que se dieron un largo beso que abrió las ventanas y las puertas para dar paso al aire y a los pájaros y los muchos niños que llegaron rompiendo la soledad.


¿Lo acaba de inventar?
No, lo he echado, pero los cuentos que se echan son libres y adquieren una atmósfera. Ahorita, lo he echado, y no sé por qué, con nostalgia. Se mantiene una esencia que es "lo no dicho", que es lo que uno percibe de una palabra aunque ella no lo denota. Lo que perdura es la esencia, lo demás son formas, gestos, recursos que se usan, que pueden cambiar.


¿Dónde le nació el oficio de cuenta cuentos o cuentero?
Se inició en la escuela rural de -Güigüe donde trabajé.


¿Era consciente de su don?
No. Yo estaba dando clases y estaba contando los cuentos de lo que ahora sé que se llama recurso pedagógico. Yo me doy cuenta de eso después. En el momento yo estaba contando los cuentos correlacionados con el contenido programático. En los recesos los niños me pedían que les echara algunos cuentos y lo hacía. Así comencé. Pero se dio la relación que empezaron a decir "el maestro Luis cuenta cuentos, si quieren lo llaman y lo invitan". De esta forma me llevaron a algunos lugares y empecé a contar lo que me sucedía en clase, con mis alumnos. Hubo un momento, no sé cuál, en el tiempo, que soy un cuenta cuentos.


¿Cuando empezó a agregar objetos a sus cuentos?
Toda mi vida he sido muy escenográfico. Toda mi vida me ha gustado usar sombrero y cargar cosas en el cuerpo. Cuando quiero contar, el cuento me consigue con la escenografía. Entonces yo la incorporo.


¿Disfruta echar cuentos o ver a la gente escuchándolo?
Cuando me olvido del espectáculo comienza el goce, el cuento en el que creo cuando lo echo, nunca dudo, y cuando veo al público atento a mi actuación, siento que el cuento hace que yo me ponga al servicio de él, porque él requiere de mí y yo no puedo traicionar el cuento. Hay un acto como mágico.


Lo disfruto y el público aplaude, aunque a veces se queda reflexivo. Me gusta cuando la gente se olvida del esquema ese de aplaudir apenas termina una actuación. Si alguna vez hago teoría sobre la oralidad comenzaré por allí, sobre esa conciencia que despierta el cuento y la palabra (Notitarde, 19/04/2008, Confabulario).-

domingo, 13 de abril de 2008

Maestro José Antonio Abreu:"Con la formación estética debemos desarrollar éticamente la sociedad"


Los aplausos a los jóvenes integrantes del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles unen a los venezolanos y a Venezuela con el mundo entero. Si queremos encontrar un buen ejemplo de reconciliación nacional ellos bien representan esa oportunidad que se merece este suelo. Porque a la par de enriquecer cuerpo y alma, tiene el sostenimiento de treinta y tres años de estar haciéndose todos los días.


El maestro José Antonio Abreu llegó horas antes de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Carabobo al restaurante "Doña Bárbara", acompañado de los jóvenes de la Orquesta Sinfónica "Simón Bolívar". Justo el grupo que hace saltar de emoción al mundo entero.


Allí, en horas del mediodía, se realizó el almuerzo para este Desayuno en la Redacción Especial.


Con el ímpetu de sus convicciones, sentidas, con especial connotación, cuando ya sentado en la mesa, al momento de cerrar una idea, daba toques a la madera, con sus dedos de pianista, como para hacer resonar lo expresado, con certero sonido, habló con paciencia, elegancia y humildad.

Derecho e ideal profundo
Yo lo que quiero es que este sistema que actualmente incorpora a 265 mil muchachos incorpore cada día a más niños y jóvenes. Que toda la niñez y juventud venezolana tenga acceso a la música. Es decir, que ese derecho pueda ser ejercicio por todos ellos sin excepción. Ese sería uno de los ideales más fervientes de mi vida como educador musical. Pero eso no es sino la expresión de un ideal más profundo, el que a través del arte, a través de la formación estética, lleguemos a desarrollar también éticamente a nuestra sociedad. Porque ética y estética son dos caras de una misma dimensión. Eso lo señaló Andrés Bello, hace muchísimos años atrás, que el ejercicio de las facultades intelectuales y creativas en el sector educativo conducen también a un desarrollo de la conducción moral.

Función social del arte
Ello convierte estos proyectos artísticos para niños y jóvenes en proyectos de ciudadanía, de formación de ciudadanía, más allá de lo artístico. Es la función social del arte, que para mí es la más importante en un país como Venezuela. No sólo ser artistas, ejecutantes de instrumento o de la danza, teatro o cine, sino que a través de eso la sociedad cuenta con seres forjados en y para la creación, ansiosos de soñar y concebir, porque ese espíritu creativo, es el que conforma el ideal de la nación; de un futuro que se vislumbra, que se imagina a través de nuestros niños, que enriquecen los jóvenes de una manera infinita a través de su imaginación.


El puente entre una generación que está extraviada y una juventud exitosa es a través del arte.

Planes en Carabobo
En Carabobo estamos, por supuesto, fomentando el sistema carabobeño de orquestas y coros infantiles y juveniles, con dos principales ciudades, Valencia y Puerto Cabello, con un desarrollo muy grande, y con el proyecto este mismo año de completar la estructura en el estado, en otros municipios, incorporando a otros niños, mediante alianzas estratégicas con las alcaldías, comunidades, empresa privada y el Estado.


Estamos llevando hacia adelante un proyecto de Acción Social por la Música, así es su nombre, para señalar que lo primordial, es el resultado socio-comunitario del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, que es un proyecto de inclusión social a través del arte y de la música e integración comunitaria porque el niño, educado musicalmente, ejerce en su círculo familiar y vecinal, una influencia extremadamente sana.

Auténtica prevención
Crean horizontes de esperanza y alegría en la comunidad. Mensaje absolutamente contrario a la droga, a la violencia, al vicio y todo lo que retrograda y denigra de la juventud y la niñez. Esa es la auténtica prevención de todo lo que involuciona a la juventud. Ese es un proyecto dentro del marco del Ministerio de Participación y Protección Social, que tiene un basto ámbito de acción, porque estamos junto a los niños del antiguo Instituto Nacional del Menor, el Consejo Nacional de Derecho, el Instituto Nacional de la Mujer, donde estamos haciendo una labor también, porque es importante destacar que, al principio, teníamos muy pocas niñas en las orquestas.


La música era un ejercicio para los muchachos. Hoy las muchachas desbordan los límites de los coros y las orquestas. En muchos lugares las concertinos son muchachas. Eso es un elemento que indica la reivindicación de la mujer en la sociedad venezolana. Así demuestra la mujer su capacidad, su fecundidad, su entusiasmo; los valores que les son propios, que en el seno del arte cumplen una función fundamental.


Todo indisoluble
El secreto de permanecer siempre entusiasmado es la convicción, la fe. Es un todo indisoluble. Eso lo definió muy bien Teresa de Calcuta al expresar un concepto maravilloso: "La oración en la acción es la fe. La fe en acción es amor y el amor en acción es servicio". Allí está todo. Por ello nosotros tenemos fe en nuestra tarea y la concebimos como una tarea de amor por el servicio, a través del servicio.

Doctorado Honoris Causa
La distinción de la Universidad de Carabobo me ha enaltecido particularmente porque está asociada a la Facultad de Ciencias de la Salud. Entiendo así que de esta forma no se me está me reconociendo a mí sino a la labor que el Sistema realiza por los niños y niñas con problema de discapacidad, proyecto de vanguardia, nico en el mundo, rescatando para la vida digna muchos niños enfermos, agobiados por patologías congénitas, dolorosas y graves. La música los puede plenamente rescatar.


La música representa hoy un firme camino de rehabilitación mental para todos los que tienen impedimentos. Niños, inclusive, sordos, pueden percibir, misteriosamente, por las plantas de los pies por ejemplo, las frecuencias sónicas. En el campo de la percusión pueden adquirir destrezas inimaginables. En el caso de los invidentes se pueden desarrollar musicalmente en todo sentido. Nuestro más brillante trompetista infantil es un niño invidente. En el caso del Síndrome de Down tenemos directores de orquestas y coros que se conducen brillantemente, disfrutando de lo que hacen.

Guantes blancos
Tenemos un proyecto que denominamos "Coro de Manos Blancas" , que se distinguen por sus guantes, Son niños con distintas patologías que actan al lado de un coro que entona distintos tipos de repertorio, y los acompañan, coreográficamente, con una precisión fabulosa. En el ejercicio de ese entrenamiento y expresión artística ellos encuentran una felicidad, una realización y una razón de vivir increíble. Basta verlos actuar para darse cuenta de ello. Internamente, ese niño que se siente solo, aislado y triste, comparte con los demás el ejercicio del arte y llega a ser un artista profesional de la música, sin necesidad de ser excluido ni discriminado.

Nieto de músico
Mis abuelos maternos eran italianos y mi abuelo, Antonio Anselmi Berti, era músico, había ejercido en la isla de Elba. Cuando vino a Venezuela junto a mi abuela y otras familias, se concentraron en varios estados, entre ellos, Trujillo y Mérida. Ellos junto a unos paisanos fundaron un pueblo llamado Monte Carmelo, en Trujillo. Allí, mi abuelo, quien había traído cuarenta y seis instrumentos de viento en el barco, fundó una banda con los niños y muchachos del pueblo. Dirigía, escribía y transcribía obras de Verdi, Puccini.


Como yo no lo conocí, porque murió antes de yo nacer, guardo en mi memoria esa imagen a los seis años, cuando yo fui a conocer la casa donde él vivía, vi la cantidad de música que había transcrito, los libros y partituras valiosísimas que él había dejado, y conocer los músicos que él había formado; eso para mí fue fundamental.

Compromiso eterno con la música
Allí había un organista, formado en el Instituto de Mérida, llamado Hugo Barillas, que era un músico con profundo conocimiento del canto gregoriano y, viéndolo tocar el armonio de la iglesia del pueblo, porque no había órgano, por supuesto, contraje con la música un compromiso eterno.


Ver que el niño pobre de mi país, el muchacho sin medios económicos, no tenía acceso a comprar un instrumento, ni dinero para poder pagar una lección privada de música me llevó a idear este Sistema. Había, por supuesto, escuelas de música del Estado gratuitas, pero mi sueño era que el Estado garantizase eso a todos los niños y a todos los jóvenes. En 1975, cuando tenía yo 35 años de edad, decidí dedicarme por entero a esa lucha.

Gran homenaje nacional a Rivolta
Aquí en Carabobo es muy meritoria la labor de Joshua Dos Santos, uno de los grandes directores del futuro, y junto a Aura Marina Ríos y a Lilia Mata, realizan una labor más que loable. También, ya fallecido, para nosotros ejemplar, quiero expresar mi admiración por Federico Nñez Corona, quien fue, en los comienzos difíciles de la Orquesta, amigo incondicional, junto a Mary Schwarzenberg.


Quiero anunciar un gran homenaje nacional, que le haremos al padre José María Rivolta, quien fue incluso presidente de la Orquesta Juvenil Carabobo, le vamos a dedicar un concierto que hará historia en este país.


Así concluyó la conversación con este hombre distinguido a nivel mundial por la labor que realiza en nuestro país, también estudiada y seguida en más de veinte naciones del mundo, entre ellas, el Consejo Escocés para las Artes.


Durante el almuerzo los músicos se mantuvieron respetuosos ante Abreu, quien repartió sonrisas y bendiciones. Comió poco. Casi como un pájaro. Al agua le agregó limón. Su único lujo fue un postre preparado con azúcar especial (Notitarde, 13/04/2008, Desayuno en la Redacción).-

sábado, 12 de abril de 2008

Milagros Casañas: "El arte siempre ha sido elitesco"


"Cuando me encuentro en mi taller estoy en un mundo mágico. Voy con una idea que luego se transforma. De esa primera concepción apenas queda un cincuenta por ciento. La otra mitad está fuera, cuando voy quitando, poniendo, en el desarrollo de enfrentarse al lienzo, a las emociones, al color. Todo cambia, pero siempre llego con una idea previa" .


De esta forma se presentó Milagros Casañas Barradas, artista plástica, con más de veinticinco años dedicada principalmente a pintar, aunque también ha realizado esculturas.


¿Mantiene en su obra elementos que la identifican?
Trato de que en mis piezas queden huellas que me identifiquen. Que todo el que la vea sepa que es mía. No con eso quiero decir que estoy innovando. Trato de respetar ese impulso interior. Tengo influencias de muchas personas, de maestros de la antigöedad o contemporáneos. Eso es universal, Siempre tomamos un poquito de cada uno.


¿Cuáles son los elementos que la identifican?
Uso mucho la textura, el collage; superposiciones de papeles, objetos; el color, el matiz. Que mis piezas tengan mucha vida, que den ganas de tocarlas, por el material que contienen.


Tiene el color mucho protagonismo en su obra...
Exacto. Trato de recoger lo que son las raíces latinoamericanas. Eso es muy importante en este lado del mundo. Somos muy latinos. Me llama mucho la atención la cultura africana, porque la siento hermosa, cargada de símbolos; por lo que indago mucho con relación al ser humano primitivo, que trato de plasmarlo en mis piezas. Como una excusa más para expresar lo que siento.


¿Se percibe además la figura humana, de muchas formas?
No deja de estar la figura humana. No es abstracta, ésa no es la idea, es una mezcla de cosas. Es como un poco ecléctico porque entran y salen cosas. Paso por muchos temas. Me quiero sentir más libre en ese aspecto. No es que sea innovadora. Nada de eso. Trato de ser yo, respetando lo que hacen los demás.


Lo ancestral de nuestros aborígenes también está en su obra. ¿Es parte de su investigación?
Está presente. La pintura primitiva. Trato de representarlo en esa forma. He realizado talleres libres, leído mucho. Los artistas siempre estamos buscando información. Por ello vamos a los salones, porque ver las obras de otros permite encontrar cosas que buscamos.

De allí que exista tanta variedad entre nosotros.


¿Se siente afectada por lo que está sucediendo en materia cultural en Carabobo?
Sí, me siento afectada. De hace unos cinco o seis años hasta el presente me aislé de lo que son los salones. No por ello dejé de hacer mis piezas, sigo trabajando con el mismo entusiasmo, mi obra sigue saliendo y muchas son las personas que van a verla, expuesta en mi taller de San Diego. Pero ese interés de participar en salones desapareció.


¿Mandó sus obras al Salón Michelena?
Por mucho tiempo. ¿Que no haya quedado? No importa, pero por lo menos tenía esa posibilidad. Lo que está sucediendo ahora no lo apoyo. El Salón Arturo Michelena tiene tantos años, es tan importante, tiene tanto peso, que no estoy de acuerdo con lo que está sucediendo.


¿Por qué dejó de participar?
Por la forma cómo se empezaron a llevar los salones. La confrontación es bonita porque todos aprendemos de lo que hacemos. Sigo aprendiendo de cualquier artista contemporáneo. Considero que no hay en estos momentos un buen salón.


¿Cuál es la razón por la que en Carabobo ocurre esto?
La cultura tiene que ser primordial en un país. Los artistas siempre tenemos la necesidad de ser conocidos y de aportar algo. Tiene que ver con los valores, con las instituciones. Los salones daban la oportunidad de expresarse a todo el que quisiera. Aparte del Michelena habían otros salones muy buenos, pero desaparecieron.


¿Lo que está sucediendo tiene difícil solución o es cuestión de sentarse a conversar?
Debería ser así. Recordemos que el Michelena ya tiene sesenta y cuatro años. Hay que valorar todo el esfuerzo que se ha hecho durante tanto tiempo. Siento que lo han hecho bien independientemente de todo. Deberíamos luchar porque eso no debe desaparecer. Son muchas obras buenas, muchos artistas.


Por el Michelena han pasado los más consagrados artistas del país...
Y su prestigio no es sólo nacional, sino internacional. Cuando me encontraba estudiando para mí era una emoción y una fiesta ir al Salón; ver y escuchar a los grandes maestros. Observar las obras. ¿Cómo va a morir eso así? No estoy de acuerdo. Apoyo al Ateneo de Valencia.


Pero lo acusan de elitesco...
El arte siempre ha sido elitesco. Pero eso hace falta porque si no las obras que están allí no tuvieran el valor que tienen.


¿Cómo es su relación con la comunidad de San Diego?
Tengo muchos conocidos. A través de las piezas que he vendido llegan a mi casa, ven algunas obras, tanto algunas viejas como las más recientes, en una muestra permanente que tengo.


¿Cómo fue la experiencia de hacer tantas obras para la clínica Valle de San Diego?
La oportunidad me la dio el doctor Miguel Cuni, a quien le gusta mucho el arte. Quiso integrar el arte a ese espacio para que los pacientes se sientan mejor, se relajen, y se sientan bien.


Egresada de la Escuela de Artes Plásticas "Arturo Michelena" en el año 1993, hizo cursos de mejoramiento profesional para convertirse en docente de la Escuela de Artes Plásticas. Realizó la especialidad de dibujo y pintura en el Instituto "Federico Brandt" (1994) y serigrafía de iniciación del grabado, en la Biblioteca "Manuel Feo La Cruz" (1991).


Los talleres Encuentro Universitario (Montalbán, 1993); de elaboración de papel artesanal AVAP (1993); y de dibujo y pintura en el Ateneo de Valencia (1996). Es docente en la Casa Taller de Areas Múltiples de Guacara, en la especialidad de dibujo y pintura, bajo la dirección de la profesora Mercedes González. Dio clases en el Ateneo de Guacara en 1998.


Le fue encargada la obra: "Un Nacimiento para Carabobo" (1995). Ha trabajado en la elaboración del Escudo de la Escuela Superior del Ejército "Fuerte Tiuna" Caracas (1996); del Escudo de la Escuela Técnica del Ejército "Fuerte Tiuna" Caracas (1997); del Escudo de la Escuela de Artillería del Ejército "Fuerte Tiuna" Caracas (1997). Es miembro activo de la Asociación de Artistas Plásticos de Carabobo (Avap). Ha participado en más de cincuenta exposiciones colectivas y sesenta obras suyas se muestran en forma permanente, junto a la de otros artistas, en el Centro Clínico Valle de San Diego. Exposiciones individuales: 35 Aniversario de Artillería de Campaña "Bartolomé Salom" Número 41 Maracay Edo. Aragua (1989); Exposición individual en la Casa de Los Celis Valencia, Edo. Carabobo (1993); Exposición Individual en la Asociación de Artistas Plásticos de Carabobo (Avap), (1996); Exposición en el Restaurante "Yama Sushi Bar" Valencia, Edo. Carabobo (1998); Exposición Individual en el Colegio de Abogados de Carabobo (1998); Signos Lúdicos de Milagros Casañas en la sala anexa del "Macma" (Museo de Arte Contemporáneo de Maracay), San Sebastián de los Reyes (1998). Recompensas: 1er. Premio en el Rotary Club Homenaje al Maestro Eulalio Toledo Tovar (1992); 1er. Premio Artistas Invitadas al II Salón Enriqueta Salazar (1994); 2do. Premio del X Salón de Bejuma Edo. Carabobo, (1994); Premio Avap en el Salón de Pintura y Dibujo Feliciano Carballo (1994); Seleccionada en el XI Salón Avap a una muestra itinerante por varias ciudades de Venezuela (1994) y en el IX Salón Festivales del Cabriales para el Almanaque (1994); 1er. Premio en el V Salón Festivales del Cabriales (1995). Mención Honorífica en el Salón de Puerto Cabello (1997) (Notitarde, 12/04/2008, Confabulario)

sábado, 5 de abril de 2008

Rachel Ortecho Suárez: "Poco a poco la evolución se dará"


"El jardín que debían cruzar para llegar a las puertas de la fortaleza estaba todavía lejos. Ruth levantó la vista para observarlo mientras se acercaban. En él había algunas cabañas, y aquí y allá había separaciones hechas con tapias o cercos de arbustos; los espacios divididos eran de distinto tamaño y los modelos eran también diferentes. A Ruth le parecía que algo del bosque estaba allí, bajo los árboles, en el trasluz, sonriendo, prevaleciendo por encima de las divisiones, imponiendo su voluntad en los caprichos de su ordenamiento, cumpliendo una misión: fiel, pero no servil ni sumiso; inofensivo, y a la vez determinante.


Al llegar, Norvania se detuvo en la entrada. El jardín, que a lo lejos le había parecido animado por los reflejos del sol en sus móviles ramas y los efectos del contraluz, permanecía ahora estático y mudo, como alguien, que habiendo salido a recibirla, se quedara de pronto, al verla, quieto en el umbral de la puerta, sin asomar ninguna reacción. En esas tierras mágicas el tiempo no había transcurrido. Nada había cambiado. La persona que fue entonces también estaba allí, observándola como a una desconocida, con su ingenua ilusión de aquella época cuando todavía pertenecía a La Institución, y ese recuerdo le hería en ese instante más que todos los malos recuerdos que antes le habían ayudado a proscribirlo de su memoria".


Los párrafos anteriores forman parte de la novela El Tiempo de la Araña escrito por Rachel Ortecho Suárez, quien obtuvo el premio en Novela de Aventuras del concurso nacional de la Casa de las Letras.


El 19 de junio le será entregado el premio y el libro será editado para finales de este mismo año.


¿De qué trata la novela El Tiempo de la Araña?
Empieza con la historia de Ruth, de una joven liceísta, que está en un momento de crisis con su familia, con sus compañeros, mientras eso ocurre, ella trata de aliviar un poco, fijándose en otras cosas. Visita un parque que queda muy cerca del liceo, le agrada observar la naturaleza; sueña con un héroe, Robin Hood, que ella admira, e imagina muchos acontecimientos que van a resultar en su inclusión, en otro mundo, el de fantasías. Allí se encuentra con aventuras, con vínculos de amistad; encuentra seres mitológicos, guerreros, batallas; hay ambiente simbólico, bosque mágico, que hacen que el ambiente esté abierto a la leyenda.


Que es como un acontecimiento literario a nivel mundial...
Sí... Porque la novela está dentro del género fantástico maravilloso, según el estudio de Tzvetan Todorov, porque empieza en este mundo en algo cotidiano y sucede esa ruptura hacia otra realidad que tiene sus propias leyes, su propia organización, que tiene sus propias características, de alguna manera distintas, al mundo cotidiano que vivimos. Allí ese mundo, donde suceden las aventuras, está enfocado hacia la fantasía épica. Se vive en un tiempo indefinido.


¿Por qué buscar la leyenda?
Es como buscar otra mirada del mundo que vivimos. Como toda novela de ficción también refleja la realidad. Las reflexiones del escritor sobre ella. En El Tiempo de la Araña trato de dar como un anhelo de justicia, porque en la vida cotidiana luchamos siempre por ella. Y la idea de que toda persona es importante y que tiene derecho a decidir en libertad. Tiene derecho a una oportunidad. Ese es más o menos el espíritu que se respira en la historia, pleno de naturaleza, con la necesidad de conectarse con el entorno primario.


¿La fantasía épica es una forma de evadir la realidad?
No es así. Explora un sentimiento humano. Exploro un mundo al que no le prestas atención.


¿Cómo hace una ingeniero químico para escribir?
La labor literaria es muy seria, le llena a uno muchísimo. Uno trabaja, de noche, de madrugada, de día, y la labor profesional llena su espacio. La labor literaria es como de uno mismo. Poder manifestar con mayor riqueza todo lo que uno tiene en su interior.


¿Cómo te sientes escribiendo novelas, tú como mujer, en este país tan desfragmentado?
Ya lo dije, todas las personas tienen una misión en el mundo bien sea con palabras o con hechos, porque cada uno representa a la humanidad; todos nos relacionamos. El escritor, por medio de su talento, también se enfoca y quiere llegar hacia esa meta. Tiene algo que decir, algo que contar y ello va en pro de lo positivo; de lo bueno. Cuando uno lee un libro de esta época lo entiende porque está impregnado de todo lo que nos rodea. Creo que la mujer ante todo es un ser humano. En mi novela hay tres mujeres, Ruth, Norvania y Mixi, pero entre ellas no se siente el feminismo. Una de ellas es una guerrera, con una mirada sobre el mundo, con muchas cosas por decir; sin polémica. Sin estar necesariamente en contra de los hombres.


¿Pesimista u optimista?
Muy optimista, aunque eso no significa que algunas veces me sienta triste.


Llevamos varios años sintiendo a través de la narrativa y poesía una nación dividida... ¿ello es todavía más palpable ahora?
En los acontecimientos políticos y sociales, en la manera como madura el ser humano, tanto en solitario, como en su comunidad, nosotros vamos a salir hacia adelante. Esto va a seguir como está hasta que la gente no haya aprendido. Me refiero a toda la sociedad, al gobierno, al pueblo; al todo. En la medida que haya una maduración saldremos adelante. Si todavía no hemos llegado a ese punto de cambio, continuaremos, sufriendo o luchando, como dicen algunos. Poco a poco la evolución se tiene que dar. Todos queremos cambiar para mejor.


¿Qué está escribiendo?
Una historia en el ámbito de lo maravilloso y la fantasía épica porque siento que tengo más que contar, se me ocurren otras aventuras. Sin embargo no me pongo barreras, puedo escribir ficción basada en la realidad cotidiana.


¿Por qué son necesarios los talleres literarios?
A mí me sirvieron muchísimo. Sirven como orientación. Tenía la idea de la novela de muchos años atrás y no tenía esa fluidez que aprendí con los ejercicios del taller, aprendí a sistematizar ese oficio de escritor tan necesario; a hacer aflorar el talento mediante el ejercicio.


Nacida en Lima, Perú, en 1974, vive en Venezuela desde niña. Es ingeniero químico egresada de la Universidad de Carabobo. Participó en los talleres de narrativa de la Fundación La Letra Voladora con la escritora Laura Antillano. De estos, en 2004 concurrió a uno enfocado hacia el género cuento, bajo el patrocinio de Monte Avila Editores: Su resultado fue la publicación "Once cuentan en sábado", una selección de cuentos editado por la UC en 2005, cuyos autores son los integrantes de ese taller. Allí se pueden leer sus primeros relatos. Ha publicado también en el suplemento Letra Inversa de Notitarde.


En 2007 participó en otro taller de la fundación, esta vez orientado al género novela y auspiciado por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello (Notitarde, 05/04/2008, Confabulario).-