domingo, 13 de abril de 2008

Maestro José Antonio Abreu:"Con la formación estética debemos desarrollar éticamente la sociedad"


Los aplausos a los jóvenes integrantes del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles unen a los venezolanos y a Venezuela con el mundo entero. Si queremos encontrar un buen ejemplo de reconciliación nacional ellos bien representan esa oportunidad que se merece este suelo. Porque a la par de enriquecer cuerpo y alma, tiene el sostenimiento de treinta y tres años de estar haciéndose todos los días.


El maestro José Antonio Abreu llegó horas antes de recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Carabobo al restaurante "Doña Bárbara", acompañado de los jóvenes de la Orquesta Sinfónica "Simón Bolívar". Justo el grupo que hace saltar de emoción al mundo entero.


Allí, en horas del mediodía, se realizó el almuerzo para este Desayuno en la Redacción Especial.


Con el ímpetu de sus convicciones, sentidas, con especial connotación, cuando ya sentado en la mesa, al momento de cerrar una idea, daba toques a la madera, con sus dedos de pianista, como para hacer resonar lo expresado, con certero sonido, habló con paciencia, elegancia y humildad.

Derecho e ideal profundo
Yo lo que quiero es que este sistema que actualmente incorpora a 265 mil muchachos incorpore cada día a más niños y jóvenes. Que toda la niñez y juventud venezolana tenga acceso a la música. Es decir, que ese derecho pueda ser ejercicio por todos ellos sin excepción. Ese sería uno de los ideales más fervientes de mi vida como educador musical. Pero eso no es sino la expresión de un ideal más profundo, el que a través del arte, a través de la formación estética, lleguemos a desarrollar también éticamente a nuestra sociedad. Porque ética y estética son dos caras de una misma dimensión. Eso lo señaló Andrés Bello, hace muchísimos años atrás, que el ejercicio de las facultades intelectuales y creativas en el sector educativo conducen también a un desarrollo de la conducción moral.

Función social del arte
Ello convierte estos proyectos artísticos para niños y jóvenes en proyectos de ciudadanía, de formación de ciudadanía, más allá de lo artístico. Es la función social del arte, que para mí es la más importante en un país como Venezuela. No sólo ser artistas, ejecutantes de instrumento o de la danza, teatro o cine, sino que a través de eso la sociedad cuenta con seres forjados en y para la creación, ansiosos de soñar y concebir, porque ese espíritu creativo, es el que conforma el ideal de la nación; de un futuro que se vislumbra, que se imagina a través de nuestros niños, que enriquecen los jóvenes de una manera infinita a través de su imaginación.


El puente entre una generación que está extraviada y una juventud exitosa es a través del arte.

Planes en Carabobo
En Carabobo estamos, por supuesto, fomentando el sistema carabobeño de orquestas y coros infantiles y juveniles, con dos principales ciudades, Valencia y Puerto Cabello, con un desarrollo muy grande, y con el proyecto este mismo año de completar la estructura en el estado, en otros municipios, incorporando a otros niños, mediante alianzas estratégicas con las alcaldías, comunidades, empresa privada y el Estado.


Estamos llevando hacia adelante un proyecto de Acción Social por la Música, así es su nombre, para señalar que lo primordial, es el resultado socio-comunitario del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, que es un proyecto de inclusión social a través del arte y de la música e integración comunitaria porque el niño, educado musicalmente, ejerce en su círculo familiar y vecinal, una influencia extremadamente sana.

Auténtica prevención
Crean horizontes de esperanza y alegría en la comunidad. Mensaje absolutamente contrario a la droga, a la violencia, al vicio y todo lo que retrograda y denigra de la juventud y la niñez. Esa es la auténtica prevención de todo lo que involuciona a la juventud. Ese es un proyecto dentro del marco del Ministerio de Participación y Protección Social, que tiene un basto ámbito de acción, porque estamos junto a los niños del antiguo Instituto Nacional del Menor, el Consejo Nacional de Derecho, el Instituto Nacional de la Mujer, donde estamos haciendo una labor también, porque es importante destacar que, al principio, teníamos muy pocas niñas en las orquestas.


La música era un ejercicio para los muchachos. Hoy las muchachas desbordan los límites de los coros y las orquestas. En muchos lugares las concertinos son muchachas. Eso es un elemento que indica la reivindicación de la mujer en la sociedad venezolana. Así demuestra la mujer su capacidad, su fecundidad, su entusiasmo; los valores que les son propios, que en el seno del arte cumplen una función fundamental.


Todo indisoluble
El secreto de permanecer siempre entusiasmado es la convicción, la fe. Es un todo indisoluble. Eso lo definió muy bien Teresa de Calcuta al expresar un concepto maravilloso: "La oración en la acción es la fe. La fe en acción es amor y el amor en acción es servicio". Allí está todo. Por ello nosotros tenemos fe en nuestra tarea y la concebimos como una tarea de amor por el servicio, a través del servicio.

Doctorado Honoris Causa
La distinción de la Universidad de Carabobo me ha enaltecido particularmente porque está asociada a la Facultad de Ciencias de la Salud. Entiendo así que de esta forma no se me está me reconociendo a mí sino a la labor que el Sistema realiza por los niños y niñas con problema de discapacidad, proyecto de vanguardia, nico en el mundo, rescatando para la vida digna muchos niños enfermos, agobiados por patologías congénitas, dolorosas y graves. La música los puede plenamente rescatar.


La música representa hoy un firme camino de rehabilitación mental para todos los que tienen impedimentos. Niños, inclusive, sordos, pueden percibir, misteriosamente, por las plantas de los pies por ejemplo, las frecuencias sónicas. En el campo de la percusión pueden adquirir destrezas inimaginables. En el caso de los invidentes se pueden desarrollar musicalmente en todo sentido. Nuestro más brillante trompetista infantil es un niño invidente. En el caso del Síndrome de Down tenemos directores de orquestas y coros que se conducen brillantemente, disfrutando de lo que hacen.

Guantes blancos
Tenemos un proyecto que denominamos "Coro de Manos Blancas" , que se distinguen por sus guantes, Son niños con distintas patologías que actan al lado de un coro que entona distintos tipos de repertorio, y los acompañan, coreográficamente, con una precisión fabulosa. En el ejercicio de ese entrenamiento y expresión artística ellos encuentran una felicidad, una realización y una razón de vivir increíble. Basta verlos actuar para darse cuenta de ello. Internamente, ese niño que se siente solo, aislado y triste, comparte con los demás el ejercicio del arte y llega a ser un artista profesional de la música, sin necesidad de ser excluido ni discriminado.

Nieto de músico
Mis abuelos maternos eran italianos y mi abuelo, Antonio Anselmi Berti, era músico, había ejercido en la isla de Elba. Cuando vino a Venezuela junto a mi abuela y otras familias, se concentraron en varios estados, entre ellos, Trujillo y Mérida. Ellos junto a unos paisanos fundaron un pueblo llamado Monte Carmelo, en Trujillo. Allí, mi abuelo, quien había traído cuarenta y seis instrumentos de viento en el barco, fundó una banda con los niños y muchachos del pueblo. Dirigía, escribía y transcribía obras de Verdi, Puccini.


Como yo no lo conocí, porque murió antes de yo nacer, guardo en mi memoria esa imagen a los seis años, cuando yo fui a conocer la casa donde él vivía, vi la cantidad de música que había transcrito, los libros y partituras valiosísimas que él había dejado, y conocer los músicos que él había formado; eso para mí fue fundamental.

Compromiso eterno con la música
Allí había un organista, formado en el Instituto de Mérida, llamado Hugo Barillas, que era un músico con profundo conocimiento del canto gregoriano y, viéndolo tocar el armonio de la iglesia del pueblo, porque no había órgano, por supuesto, contraje con la música un compromiso eterno.


Ver que el niño pobre de mi país, el muchacho sin medios económicos, no tenía acceso a comprar un instrumento, ni dinero para poder pagar una lección privada de música me llevó a idear este Sistema. Había, por supuesto, escuelas de música del Estado gratuitas, pero mi sueño era que el Estado garantizase eso a todos los niños y a todos los jóvenes. En 1975, cuando tenía yo 35 años de edad, decidí dedicarme por entero a esa lucha.

Gran homenaje nacional a Rivolta
Aquí en Carabobo es muy meritoria la labor de Joshua Dos Santos, uno de los grandes directores del futuro, y junto a Aura Marina Ríos y a Lilia Mata, realizan una labor más que loable. También, ya fallecido, para nosotros ejemplar, quiero expresar mi admiración por Federico Nñez Corona, quien fue, en los comienzos difíciles de la Orquesta, amigo incondicional, junto a Mary Schwarzenberg.


Quiero anunciar un gran homenaje nacional, que le haremos al padre José María Rivolta, quien fue incluso presidente de la Orquesta Juvenil Carabobo, le vamos a dedicar un concierto que hará historia en este país.


Así concluyó la conversación con este hombre distinguido a nivel mundial por la labor que realiza en nuestro país, también estudiada y seguida en más de veinte naciones del mundo, entre ellas, el Consejo Escocés para las Artes.


Durante el almuerzo los músicos se mantuvieron respetuosos ante Abreu, quien repartió sonrisas y bendiciones. Comió poco. Casi como un pájaro. Al agua le agregó limón. Su único lujo fue un postre preparado con azúcar especial (Notitarde, 13/04/2008, Desayuno en la Redacción).-

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