miércoles, 14 de abril de 2010

Sherezade

Ella contó la telenovela, bastante parecida a como la voy a revelar. No se trata de algo real. Era una historia basada más o menos en la realidad, pero de ficción. Donde hasta los personajes, aunque basados en hechos vividos, de sol y piedras, los rebasan.

- Imagina. Estaba con el que era su amante y el esposo la observó. Bueno esa era la historia real, que fue cambiada y al final era ella la que lo a él observaba, con su amante. Mucho más creíble.

- Ortodoxo, le comentaron, sin hacer mayor alarde.

- Lo cierto es que la mujer no propicia un asesinato ni nada por el estilo, ella se convierte en mejor amiga de la amante.

- Nada creíble… un guión un poco torpe, convencional, anticipado en el final, le recalcaron…

- Mientras ella se las ingenia para andar juntas lo más posible, la amante tiene que buscar momentos para poder estar con el esposo pues casi no le queda tiempo, porque se inventaron todo ese conjunto de actividades que hacen las mujeres para poder salir de los días que se manejan como retrógrados… continuo ella casi sin escuchar las atentas recomendaciones de su interlocutor.

- Sigue… de pronto puede volverse interesante.

- Se establece así una relación de lo más extraña, entre sincera y falsa, ambas conociendo el fin de la otra.

- No estas revelando nada nuevo si te pones a ver…

- Lo curioso es que el marido era el que más tranquilo estaba. Imagina. Por un momento yo me hubiese muerto de celos, de inseguridades; hubiese estado trastornada sabiendo que ambas son amigas…

- No es la primera vez que eso pasa…

- Si, la diferencia es que una sabe todo pero la amante no sabe nada de eso.

- Te lo iba a decir… es el caso de una cazadora cazada, mas o menos…

- No vayas tan a prisa. El esposo tranquilo, ambas jugando el eterno baile de la falsedad. Solo que la esposa estaba manejando ciertos hilos a su alrededor. Fue estudiando muy bien a su enemiga y claro está, atendiendo la observación mientras la otra iba hacia el camino del total descuido.

- Hasta que la mata…

- ¡Cómo te encanta arruinar los finales! Aquí no hay sangre chico, esa es una telenovela de tarde… con niños y adolescentes en el medio…

- De algún modo la mata…

- Eso sí… va matando la relación entre ambos aun cuando no se sabe muy bien cómo. No hubo una formula pues… pero yo agarré consejo… te lo juro

- ¿De una telenovela la de tarde aprendiste a como dejar a tu marido sin amante?

- Y también como tener amante sin que lo sepa mi marido.

- ¿Y el secreto es que amante y esposo ni siquiera ni por casualidad estén cerca uno del lado del otro?

- Eso es un poco difícil en ciudades pequeñas pero tampoco ese es el éxito del resultado. Siempre ha aprendido de los guionistas…

- ¿Cómo? Ellos tienen el poder de ese hilo conductor de los personajes… Cambian, quitan, ponen; todo es un manejo, un antojo; un muy bien estudiado plan…

- Siempre hay conocimientos que van más allá… que son intangibles…

- Acaso serás la única que a través de telenovelas habrás aprendido eso.

- No te creas, despreciativo.

- Tengo un guión, un hombre fiel. Bostezo. Una esposa que en vez de medio matarlos busca la manera de destruir aquello sin derramar sangre. No es tan burda la historia, realmente es un contacto diario con el bien y el mal. Como algunos culebrones, por casualidad, la esposa no se hace santa al final, o se queda ciega o paralítica par castigar al infiel…

- ¡Ahora el melodramático eres tu! Se embellece con las técnicas que le va contando la amante del tipo… Una Sherezade que no se dedicaba a contar cuentos, precisamente.

- Escribió el cuento mas bien neutralizando las ganas del marido… espero que esa novela no la vean muchas mujeres…

- Seguramente no. No importa. Vende más la sangre, eso dicen.

- Yo diría que la piel…

- ¡Donde justamente escribió esta nueva Sherezade!

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