lunes, 20 de agosto de 2012


África, Asia y Piera




Piera Reverón Maury es una artista plástica que atrae las raíces de las mujeres en sus expresiones más profundas. Desde hace tiempo viene trabajando con rostros de mujeres negras e indias que tienen historias particulares que ella escudriña a través de esa gran autopista informativa de Internet, para luego depositarlas en un lienzo de gran colorido, cargado de emotividad; concentrando en la mirada todo su poder de disuasión para comprometerse con la historia contada.

Acaba de realizar un exposición, preparada con esmero y fruición, titulada “Y soy todas… y ninguna” en donde une rostros de mujeres africanas y asiáticas, con ese título tan sugestivo que la involucra en una contextualización femenina y a la vez universal, de integración dentro de la diferencia, con colores adecuados, sin exageraciones, atrapando una refinación sugerente y atractiva.

Ella misma lo explica: “Todos los continentes son un crisol engendrador de culturas y razas a lo largo de su historia, que generaron en el nuevo mundo un auténtico mundo nuevo por las posibilidades etnoculturales.

A través de la fotografía reinterpreto el retrato, lo que me permite descubrir y explorar nuevos universos, que se proyectarán al espectador desde mi punto de vista. Miradas profundas, códigos silentes, colores, signos que representan un símbolo de vitalidad, orgullo y fuerza interior, envuelven el significado de la obra.

Mis pinturas no son retratos, no los realizo con esa intención, solo pinto lo que me interesa. Me identifico con la imagen encontrada y la transformo. Más allá del valor místico, estético y cromático, estas imágenes invitan a reflexionar y nos recuerdan que existen otras historias. Mi trabajo se centra esencialmente en la mujer negra, afrodescendiente, como símbolo de vitalidad, fuerza interior y orgullo.

Estas miradas desconocidas, pero que son totalmente reales, de mujeres con una historia en común, las tomo de fotografía de la web, las reinterpreto, sin ánimos de juzgar, sino de mostrar que aun en nuestros tiempos la mujer es excluida y que existen situaciones de conflictos. A través de estas historias personales descubro y exploro nuevos universos, que se proyectarán al espectador, desde mi punto de vista, lo que me permite de alguna manera reivindicar a la mujer a través de la pintura”.

El trabajo efectuado a conciencia contiene el embrujo de los trazos de Reverón Maury, líneas que saben acanalar muy bien las definiciones de un retrato, pinceladas que saben muy bien romper y unir, a la vez, dos continentes, con precisos pasados.

En las mujeres africanas reposa un halo de tristeza; en las mujeres asiáticas un clima de observación. En otros lienzos sucede lo contrario; la lluvia se disuelve en África para dar la luz de un refulgente verano; la búsqueda intermitente de la mujer asiática se cierra para dar paso a un tono de vacuidad, de silencio; de espera.

Cuando quiere un trueno refulgir en el mundo y apenas la hoja de un árbol detiene su poderío, nace la sonoridad solapada del cielo que es decir un breve manto de protección, de amor, de energías que al chocar se determinan para ayudar a los seres vivientes.

De esta manera la artista Piera le canta a ese sortilegio que es encontrar en esas mujeres, apartadas geográficamente de ella y de todos nosotros, los puntos comunes que enlazan, que glorifican y otras tantas veces reconocen la especie que somos, lo mucho que nos queda por hacer, para evolucionar razón y sentimientos.

La artista visual, Anna Fioravanti, ha escrito de la obra de Piera: “… sus personajes observan el mundo del otro lado del espejo. Cuando contemplamos su obra, buscamos en ella el enigma que nos ofrece, tratando de interpretarlo. En un recorrido de creación a la inversa, nos adentramos en el universo de la artista. Al descifrar sus códigos personales penetramos el espacio pictórico. Buscando la relación entre signo e imagen.

Descubrimos así que de observadores nos tornamos observados, los seres que habitan en sus lienzos cobran inesperadamente vida, y nos anudan a sus miradas. La sensación de que la obra nos observa, crea en nosotros un instante de alucinante inversión del ser, nos proyecta en otra dimensión, y quedamos atrapados, en una revelación única de interioridad donde la imagen con la fuerza de sus miradas, nos funde en otra realidad, descubriéndonos de pronto, que somos parte de ese otro lado del espejo.

Quedamos entonces, nosotros, dentro. Gracias a la magia de un lenguaje pictórico, que dibuja con meticulosa precisión sobre la tela para acentuar los matices que enriquecen los colores de África, y nos dejan como inolvidable experiencia, una mirada que Piera Reverón Maury nos entrega para dejarnos cautivos”.

Ella además es un artista integral que realiza tallas con signos y símbolos ancestrales, con hueso; y su autodeterminación es tal que da clases a niños y niñas de pintura para que aprendan sobre el liberador mundo del arte (Notitarde, 05/08/2012, LECTURA TANGENTE).- 

Pueden observar sus obras a través de http://pierareveronart.blogspot.com/ .