domingo, 30 de septiembre de 2012

Los colores del cielo


“El oficio del poeta es singular, talla sus palabras en el roce, en el choque inesperado y súbito con los signos primordiales, hurga en el fardo de palabras iniciales, antiguas, inmemoriales; compone y descompone, organiza, crea estructuras, sutiles formas, metros; se esfuerza por decir en un lenguaje no común todo lo común que constituye el aliento vital en la vida de los hombres; su labor es ardua, agotadora, llena de insatisfacciones; y cuando está a punto de abandonar su tarea, cuando le agobia la fatiga y ha sido vano el esfuerzo del día, se halla de improviso con la voz necesaria, la única, la natural, la palabra de traje completo, la que camina con los dos pies y se hace carne”, sostiene Julián Malatesta dentro de su investigación La imagen poéticadesarrollada en la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle (Colombia).

Lo anterior sirve como marco para informar que hoy domingo 30, a las once de la mañana, en la sala Lula Bertrand del Ateneo de Naguanagua, se realizará la presentación del poemario Los colores del cielo, escrito por Jean Carlos Fermín Escalante.

El libro viene de un poema, incluido dentro del conjunto de poemas que también son escritos en prosa poética, dedicado a la amistad porque los colores para este autor son comparables “con los buenos amigos que están siempre allí para apoyarnos”.

Arquitecto de profesión, en estos momentos estudia en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo, y fue allí donde le muestra a un profesor, que a la final se convierte en el editor literario del libro, los poemas que escribía desde hacía algún tiempo y que sólo había enseñado a personas muy cercanas a él.

El docente, Juan Luis Manzano Kienzler, en una pequeña introducción al grupo de creaciones literarias de Fermín Escalante afirma lo siguiente: “los textos de este libro son resultado de la experimentación… un camino de historias recorridas, anécdotas, personas, momentos, instantes de revelación, juegos que Jean Carlos ha transformado en texto con la sencillez de quien lo escribe lo que siente a partir de la aprehensión de una imagen. El lector encontrará textos impregnados del ímpetu y la esperanza que la juventud trae consigo y se podrá identificar con el amor que se expresa en algunos de los escritos, porque el amor es un sentimiento universal”.

El propio escritor afirma: “Es un libro con una escritura que llegue, que sea entendible para todos. Yo estoy en ese nivel, busco que la gente descifre mi mensaje”.

“El poema es la construcción de un mundo posible, un mundo sujeto a sus propias reglas y leyes, puesto en marcha ante los ojos del lector demoliendo en él su pre-alistado saber, su destreza habitual”, sostiene también Malatesta en su estudio.

Lo cierto es que Fermín Escalante conforma un universo muy personal en el que se mezclan el amor, la observación de acontecimientos naturales que para él no pasan desapercibidos, un romanticismo a toda prueba y una conjugación íntima hacia una espiritualidad que intenta respirar en una sabiduría cotidiana, latente.

En Ecos de mi alma, un ejemplo: “Buenas noches. / La palabra amor, me enriquece el corazón. / Su significado despliega magia. / Me hace protagonista de historias, cuentos y anécdotas. / Se despliegan los aplausos: / uno por poder verte, / dos por escucharte, / tres por intercambiar ideas, / cuatro por interpretarte, / cinco por amarte, / cien por poder verte reír y / mil por poder besar tus labios. / Por eso, buscaré el amor / donde el tiempo haya esculpido / el olvido.”

La enorme necesidad de expresarse de Fermín Escalante lo lleva a escribir constantemente y de hecho pronto publicará su segundo libro de poemas; pero además hay en él un decir necesitado de ser escuchado en su dimensión pura: el amor que se brinda es el mismo que se necesita; los vuelos liricos por las imágenes están recargados de consejos y reflexiones para el lector de su trabajo.

“Que la bondad y la esperanza sean los motores que impulsen tu / camino. / Que el amor y la gloria te acompañen. / Que la fortaleza y la fe sean tus mejores armas. / Que la tolerancia y el respeto hagan de ti el mejor de los ejemplos” expresa en Brillante, otro de los poemas contenido en el libro.
También como lo acota el profesor Manzano Kienzler, en Los colores del cielo “subyace una visión del mundo centrada en valores como la paz, el amor, la armonía y la entrega, axiología propia de quien los ha vivido y desea compartirlos para ofrecer a través de sus textos una esperanza… un momento de contemplación”.

El mensaje es directo. No hay nada escondido. El vuelo de las narraciones poéticas y los poemas que los lectores tendrán ante sí son las de un hombre joven, con matiz de verbo religioso, que se entrega a las palabras y a los sentimientos para pedirle a los seres humanos la transformación posible de hacernos mejores cada día. La que él conquista al momento de trabajar la imagen del poema (NOTITARDE, 30/09/2012, LECTURA TANGENTE).- 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cien años del Círculo de Bellas Artes


El pasado viernes 21 fue inaugurada en el nivel uno de la Galería de Arte Nacional (GAN)  la muestra Círculo de Bellas Artes, a cien años de su fundación, que rinde homenaje a este colectivo artístico que marcó un momento histórico de exploración e innovación dentro de la plástica venezolana.

Son trescientas cincuenta piezas que dan a conocer el antes, durante y después del movimiento pues a través de las obras de los maestros, los fundadores y los precursores,  los diversos formatos, técnicas, temas y soportes que trabajaron, se da a conocer en forma muy didáctica este momento de esplendor creativo que vivieron nuestros artistas, en ese momento, muy jóvenes, con la rebeldía y el desparpajo de abandonar la academia para pintar por su cuenta, sin profesores ni programas.

Juan Calzadilla, director de la GAN y también curador de la exposición, dijo que se realizó un trabajo riguroso y con mucha amplitud puesto que nunca se había reunido para el país este conjunto de pintores, con un valor documental incalculable para los investigadores.

 “La exposición tiende a demostrar que el Círculo de Bellas Artes cultivó todos los géneros, con variedad temática y, contrario a la opinión generalizada, no estaba dedicada sólo al paisaje venezolano. Se trata de un recorrido visual, ordenado cronológicamente, del período creativo que recopila a los grandes creadores de los siglos XIX y XX”, expresó.

Los que después se convirtieron en grandes artistas venezolanos hace un siglo alzaron sus pinceles en forma de protesta. A través de una revuelta levantaron su voz para desconocer la designación, por parte del general Juan Vicente Gómez, de Antonio Herrera Toro como director de la Academia Nacional de Bellas Artes de Caracas. Sin embargo, los jóvenes pintores no iban en contra de Herrera Toro sino del academicismo.

“Fue fundamentalmente una revolución contra los métodos tradicionales, de inspiración impresionista”.

El grupo de artistas rebeldes buscó apartarse de la Academia para constituir, el 28 de agosto de 1912, el Círculo de Bellas Artes: un colectivo basado en la observación de la naturaleza y en la exaltación de la tipología criolla para hacer del cuadro una realidad.

Federico Brandt, Manuel Cabré, Antonio Edmundo Monsanto, César Prieto, Rafael Monasterios y Armando Reverón, entre otros, pertenecieron a este movimiento que no sólo reunió a los pintores de esa época sino a “todos aquellos que por amor a la belleza eleven su espíritu sobre el nivel común de las gentes”, por lo que intelectuales como Leoncio Martínez, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Gallegos, José Rafael Pocaterra, Jesús Semprún y Fernando Paz Castillo, así como muchos otros, fueron miembros activos del Círculo de Bellas Artes.

"El Círculo fue una innovación. Hasta 1970 estuvieron conectados y articulados en una tradición poética y orgánica. Ellos cultivaron todos los géneros", explicó Calzadilla.

El Círculo de Bellas Artes duró aproximadamente seis años y su influencia fue crucial en la pintura venezolana. Su propuesta no representa una ruptura con la tradición que lo precedía, sino una renovación que se proyectó hacia generaciones futuras.

 “Su historia es, en cierto modo, la historia del paisaje venezolano, y en gran medida, la génesis de nuestro arte moderno”, analiza Calzadilla.

Uno de los salones de la GAN se ha ambientado especialmente para la ocasión. Se trata de un espacio en el que podrán entrar los asistentes y observar cómo eran los talleres del Círculo. Habrá un recorrido particular dentro del museo. Se ha habilitado una entrada no convencional.

"Por ser un movimiento que pasó por muchas etapas y cada integrante marcó un estilo, se quiso armar una metáfora: el público se paseará por las páginas de un libro". De esta manera, cada sección de los salones abarcará una corriente artística. El período de búsqueda, la etapa paisajista así como las demás transiciones que marcaron los trazos de la agrupación estarán presentes en la exposición.

A Armando Reverón se le agregarán, a sus conocidas piezas, cuatro videos sobre su obra.

La exposición permanecerá hasta el mes de marzo de 2013. Comienza por los protagonistas de la pintura venezolana a principios del siglo XIX, como Martín Tovar y Tovar y Arturo Michelena. Luego se revelan las obras de los ilustradores, dibujantes y paisajistas del siglo XIX, para pasearse después por las propuestas de los precursores del Círculo de Bellas Artes: los cuadros que exhibían un paisajismo discreto generado por los que trabajaron en la Academia de Bellas Artes.

La muestra continúa con los integrantes del Círculo de Bellas Artes y finaliza con los creadores que pasaron a formar parte de la Escuela de Caracas e hicieron obras que, durante tres décadas, fueron orientadas por los principios del realismo social y los cambios sociales (Notitarde, 23/09/2012, LECTURA TANGENTE).- 

domingo, 16 de septiembre de 2012

Colette Delozanne: sagrada


Hoy domingo a las once de la mañana la escultora Colette Delozanne, de ochenta y un años, nacida en París, con más de cincuenta años de vida artística en Venezuela, presentará sus dibujos en una suerte de descubrimiento para todos los carabobeños que tendrán un acercamiento al universo orgánico de la materia que con tanta devoción ha trabajado esta mujer, cercana, como creadora, a la huella ancestral del ritual de lo sagrado.

El Gabinete del Dibujo y la Estampa de Valencia y la Colección Topel Páez presenta de esta manera El trazo sagrado de Colette Delozanne,  trabajo bidimensional de la artista franco-venezolana, dividido en dos etapas: la representada por los cuadernos y libretas, en la que los dibujos se anteponen como bosquejos de la idea originaria, no sólo en el elemento lineal que siluetea la futura escultura, sino también en las notas puntuales que los acompañan, haciendo de éstos una suerte de croquis de carácter técnico, pero con la libertad del trazo realizado a mano alzada.

La segunda etapa está conformada por los dibujos que reclaman su formato individual, inspirados en su propia obra escultórica. En ellos Colette se declara dibujante-escultórica pues los elementos cromáticos  -creyones de madera, de cera, tizas pasteles-, son utilizados como arcilla. Modela con ellos, recrea las texturas, los volúmenes, las atmósferas mágicas que soportan las figuras centrales y proporcionales al soporte.

Sus fondos recrean espacios mágicos llenos de luz, calidez y características táctiles. Así lo expresa la directora de la institución y curadora de la muestra, Lizett Álvarez Ayesteran, junto a Bélgica Rodríguez, en nota de prensa enviada a los medios.

En el mes de mayo del presente año, Delozanne, mostró Entre el origen y lo sagrado. El reencuentro con la espiritualidad, en la Galería de Arte Nacional (GAN), obras de grandes formatos, que buscaron en los espacios públicos compenetrarse con la sensibilidad de la gente que fueron a verlos.

A ella siempre le ha interesado la interioridad; el misterio del ser humano. Venir de Francia en 1955 significó maravillarse con las dimensiones extraordinarias de la naturaleza pero también con las conexiones mágico-religiosas de los antepasados que si bien hicieron algo parecido en Europa, aquí la compenetración con la piedra y los elementos del medio ambiente fue magnánima y esponjosa.

En una entrevista realizada a Inés Muñoz Aguirre, en 2009, la artista explicaba que después de tener una idea iba directamente a trabajarla:

“- ¿Qué hace después de tener esa visión, la dibuja?
- Si, la dibujo sí, pero siempre son cosas someras que vas dibujando, porque son cosas que se te ocurren, que además, no es que se te ocurren gratuitamente, vienen de un proceso interno de tantos años. Esas son imágenes internas, es algo misterioso, que se le forman a uno de todo lo que uno vio. Uno se entusiasma por cierta forma. Yo nací en Francia y siempre me gustaron los espacios religiosos, las iglesias, las cosas de los celtas que son los menhires, los dólmenes, todo eso. Será que uno es muy fantasioso, que uno es muy loco. ¿No? A mí siempre me apasionó todo eso. Después vine para acá, imagínate, eso fue un shock, una cosa tan diferente. Yo viajé por toda Latinoamérica, leí mucho. Total que es como un mestizaje de todas esas culturas. Yo pienso que en el fondo, lo más importante que hay allí, es lo sagrado, la interioridad, la textura de la naturaleza, porque si yo me crié en un contexto industrial, imagínate mi percepción al llegar aquí en los años 50’. Eso desencadenó en mi un tipo de reacciones”.

Obtuvo el Premio Nacional de Artes del Fuego en 1971 buscando en la expresión de la cerámica (barro, arcilla, gres) su función abstracta y representativa de mitos, leyendas y principios místicos, origen de su universo creador, al que se ha mantenido fiel.

De pequeña estatura, Colette Delozanne, ha demostrado que es una gigante maestra, perseverante y tenaz, hermosa e idónea, llena de la energía inspiradora que brota por el sistema de luz de la existencia.

La exposición permanecerá abierta al público hasta mediados del mes de octubre, tiempo en el que también se efectuarán talleres, conferencias y tertulias con la artista. De lunes a viernes de 9:00 am a 5:00 pm, sábados de 11:00 am a 3:00 pm. y domingos de 11:00 am a 2:00 pm. El acceso es gratuito (nOTITARDE, 16/09/2012, LECTURA TANGENTE).- 

Dirección: Urb. Santa Cecilia, Sexta Transversal, #11, Valencia, Venezuela. Telf.: 0241 - 825 21 85 / 0414 437 1971; gabinetedeldibujo@gmail.com / www.gabinetedeldibujo.com.
Facebook: Fundacion Gabinete del Dibujo / Twitter: @gdev2006.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Futuro nunca cierto



El Sharmapa Kunzig Shamar Rinpoche, creador de la Fundación Compasión Infinita y autor de varios libros, entre ellos, Creación de una democracia transparente: un nuevo modelo y Camino del despertar, ha profundizado en el legado del Gurú yoga Marpa  quien sostenía, como fiel seguidor de la enseñanza de Buda,  que la iluminación está en nosotros.

Sus ideas son como siguen: “El Buda no puede darnos la iluminación con sus manos. Debido a que la ilusión está en nosotros, el samsara y todos los problemas de la mente también lo están. Si la ilusión, las emociones negativas y el samsara vienen de nuestra mente, la iluminación también viene de nuestra mente. Cuando estos problemas hayan desaparecido, la iluminación estará allí. Por lo tanto, la iluminación está en nuestra mente.

La palabra Dharma significa métodos, métodos que practicamos para iluminarnos. Cuando logremos la práctica, el resultado será la iluminación. Antes de comenzar con la práctica debemos conocer la importancia del Dharma. La duración de nuestras vidas está determinada por el tiempo de existencia de nuestros cuerpos físicos, no por el tiempo que existirán nuestras mentes. La mente siempre continuará. Lo bueno y lo malo que ocurre en nuestras vidas es el resultado de nuestro karma pasado. Los humanos, junto con otros seres, compartimos el mismo karma colectivo, el mismo reino de existencia, la misma naturaleza y la misma forma y podemos comunicarnos entre nosotros. Este es el resultado del karma colectivo.

No obstante, el karma individual no es equivalente o igual entre los seres vivos. Dependiendo de su karma individual, algunas personas tienen más suerte que otras. De hecho, el universo entero y nosotros mismos somos una ilusión de nuestra mente. Todo es el resultado de nuestro karma. El karma también es mente. Pero cuando una ilusión se manifiesta debido a la maduración de un karma, aparece sólida hasta que la causa subyacente se agota. Cuando esto sucede, el efecto es como el de un sueño que desaparece. Después pasamos de esta ilusión a otra correspondiente a otra causa. Esto es causa y efecto. Nadie conoce su propio karma, ni cuáles son las causas y los efectos que están por madurar. No conocemos el karma que ha originado nuestra vida presente, ni sabemos qué causa está por aparecer ni su resultado. Nadie puede saberlo ni averiguarlo.

El karma es acumulativo. Se construye a partir de nuestras emociones negativas. Es invisible, no tiene substancia, ni forma. Así como las emociones son invisibles, así es el karma. Pero, el resultado del karma, sin embargo, es visible porque se manifiesta como una ilusión. Debido a que las emociones negativas son parte de nuestra mente y el karma es parte de nuestra mente, la ilusión resultante es también parte de nuestra mente. De estos tres aspectos, sólo uno es visible, pero cuando aparece es demasiado tarde para cambiarlo. Cualquier karma que hayamos acumulado es ilimitado porque nuestras emociones negativas pasadas son ilimitadas. No es posible pedir excusas ahora y decir que no hemos hecho nada mal.

Del karma acumulado, el karma más fuerte es el siguiente en madurar y producirá el resultado correspondiente. El futuro nunca es cierto. Si comenzamos la práctica del Dharma con esta comprensión del karma, desarrollaremos un fuerte compromiso. Seremos persistentes con nuestra práctica.

Nosotros hemos encontrado el Dharma y tenemos una idea sobre Buda. Tenemos lo que se llama una preciosa vida humana. ¿Por qué es preciosa? Es preciosa porque hemos encontrado la solución a la mente. Por fortuna nuestra vida ahora es significativa. Pero nuestra vida es impermanente. Envejecemos en cada momento. Sin una solución como la Iluminación, la vida no tiene sentido. Vivir una vida confortable parece una buena idea y todo el mundo lo desea, pero no tenemos ninguna certeza si realmente acabará siendo lo que queremos o no.

Cada momento es significativo en nuestras vidas si aplicamos los métodos que nos conducen fuera de la trampa del samsara. Bajo esta comprensión se desarrolla una fuerte motivación. Pero la motivación es sólo el primer paso. Necesitamos aprender el Dharma. A menudo la gente no entiende el Dharma de inmediato, pero al conocer el ejemplo del Buda desarrolla la motivación. Entonces quieren aprender el Dharma. Este es el segundo paso. Es muy importante aprender de alguien que conozca el Dharma. Entonces podemos recibir las enseñanzas en detalle. Las enseñanzas son como la dirección para llegar a un sitio. Es como si quisiéramos ir a San Francisco, necesitamos la dirección y entonces estudiamos el mapa. Una persona experimentada puede enseñarnos cómo llegar. El puede decir, “si tomas esta vía es más largo”, o, “esta otra vía es más corta”. Es igual con el Dharma. Un instructor cualificado es alguien que puede enseñar y mostrar las direcciones ya que conoce el Dharma o el camino. Tenemos que recibir de él las direcciones, estudiarlas y después debemos dirigirnos a nuestro destino, y si no, ¿para qué obtenerlas?” (Notitarde, 9/09/2012, LECTURA TANGENTE).- 

http://www.budismocaminodeldiamante.org/ensenanzas/la-iluminacion-esta-en-nosotros/

domingo, 2 de septiembre de 2012

Ramón Belisario: virtualidad acechada



“Reinvenciones de la memoria” es el título de la exposición que hoy domingo, a las once de la mañana, se inaugurará en uno de los salones del Museo de la Cultura donde el maestro Ramón Belisario reúne sus últimos trabajos, de gran, mediano y pequeño formato, concebidos dentro de un abstraccionismo lirico, de gran fuerza y emotividad cromática.

Hace algún tiempo el maestro Belisario se apartó de los lugares comunes para realizar este conjunto de obras que representaran el trabajo digno de un hombre de su trayectoria, “capaz de dejar un legado decente”.

Por supuesto que exageraba porque su maestría y conocimientos han sido reconocidos pero hay que decir “lo logró” si queremos entender que ese era su objetivo: dimensionar la obra que lo representa y enaltece.

No es una propuesta sencilla. Frente a cada obra hay que detenerse, observarla muy bien, encontrar los códigos que juegan en el lienzo internamente. Hay que descubrir las voces cálidas, frías, estridentes; copiosas, a veces, con que Belisario inunda el mundo apresado de su niñez, decantado, en ese reposo que parece por momentos un relincho, porque sabemos que la vitalidad de este creador nunca ha cedido ante el deseo de inundar al mundo de su visión artística.

Belisario desviste el ego pero se mantiene rebelde y poseído por sus mejores fantasmas. No se considera lineal, ortodoxo, ni abstracto, figurativo ni nada que pueda catalogarlo. No se plantea nuevos acontecimientos dentro de la plástica así como tampoco ninguna nueva concepción dentro de la pintura. El ofrece su mundo, onírico, develado y velado también para que se entienda que el universo.

La obra Chichiriviche, por ejemplo, es un paisaje interior, sugerente. Símbolos, signos, texturas; el recuerdo del ser que abandonó la realidad conocida por todo para abordar materialmente la impresión, desconocida, imprecisa, desdibujada a veces en líneas que van y vienen, que vacían la virtualidad acechada por multiplicidad de elementos: pelotas, barcas, peces y líneas que conjugan un manto aquilatado de aguas inéditas, jamás observadas.

Virgen del Valle también es una obra insinuante, llena de las playas y el mar de la isla de Margarita, manto, corona y ojos juegan a una nueva revelación.

El enorme díptico del Tumi Sagrado conjuga la ceremonia ritual de este símbolo recargado de la expresividad del color y de múltiples elementos que hacen que esta obra no pueda escapar a una compenetración atrayente y sentida. Cusco para el maestro Belisario significó no sólo el conocimiento de las técnicas de restauración que allí aprendió sino la conexión expedita con esas grandes fuerzas ancestrales que si bien llenan también alteran el espíritu.

Los ojos de los espectadores de esta gran muestra no podrán escapar a la atracción que ejerce esta obra en toda la sala preparada por Alicia Benamú, Guillermo Polo, Gabino Matos y el propio Ramón, porque su formato ayuda a extender con fuerza su energía.  

La Máscara de Jade, la figura del piache, los sacerdotes despiertos y dormidos, figura en otro cuadro la cosmogonía ancestral que reserva para la imaginación echarla correr con el viento. 

Dentro de la misma interpretación del paisaje utiliza geometría constructivista y en La Barca hace alusión a la canción de Emilio José, un recuerdo de la niñez, con partes de la copla escrita en el lienzo, jugando al Dios que son los hombres cuando niños, juguetones, capaces de hacer barcas con hojas de papel y papagayos con sueños.

La forma menos precisa para contar es la utilizada por Belisario. Ello se logra cuando existe un gran dominio plástico y lo más interesante es que en su obras se escapan tiempos de interpretación y así como necesita grandes formatos para expresar la fuerza de una herramienta para ceremonias de vida y muerte, en un conjunto de doce cuadros pequeños cuenta diferentes historias de una forma más cercana y más intima. Allí salen caballos briosos y desfigurados, máscaras, hechiceros, jardines, playas chorreadas, falos y trazos se reinventan constantemente.

Un ser humano se esconde en las texturas. Analogías, contrastes y armonías de los colores, formas, líneas lo describen. Se proclama héroe, pero no hay forma de saber de quién se trata, si de un líder o un hombre de barro, furioso, chorreado.

El Hombre de Sipán, príncipe suntuoso de la tierra, El Guerrero y El Árbol de la Vida son cuadros que invitan a ver el mundo en forma distinta; a sentir la tierra como un paso por los cinco elementos y transformarse en ella con la energía del verbo y del amor.

La mujer mirada desde adentro, desde su belleza interna; la sandía, el Cristo que de pequeños asustó y maravilló, a la vez, son apenas una descripción somera de esta muestra portentosa, llena de luz y que hace sentir la lucidez de todo un creador (Notitarde, 02/09/2012, Lectura Tangente).-