domingo, 16 de marzo de 2014

Cuatro paredes

Obra Dos viejos comiendo (1819-1823), de Francisco de Goya

Casi todas las calles y avenidas de cualquier ciudad del mundo son una cruz. Pocos se dan cuenta de la tremenda simbología con esta humanidad y la principal religión que une y separa para bien o desgracia de algunos. Cruz: cruzar; atravesar. Dirían los que se la echan de resabiados, un llegar, un trascender; una prueba por o superar.

Hay cruces de dos esquinas, suaves, en buen pedazo o mayoría de partes. En el cruce de cuatro esquinas es donde se producen los fenómenos como los que hemos visto en esta historia reciente de Venezuela.

Casi nadie lo percibe pero allí vive una energía oculta, impredecible y caprichosa. Ciega, sorda, muda y hambrienta, por sobre todas las cosas, peligrosa de alimentar con violencia y sangre, porque como hasta ahora se ha visto, genera todo tipo de acontecimientos.

Porque en cuatro esquinas no hay quien desempate si el asunto es de guerra. Ya hemos visto hasta el cansancio en la historia de la humanidad (pasada, presente y futura –inmediata-) que la humildad no es el norte, el sur, este u oeste de los gobernantes ni una buena mayoría de ciudadanos comunes.

Para un desempate tendría que haber gestos magnánimos que aquí parecen haber volado y aunque lo hiciesen en papelotes muy hermosos y colorados, no dejan de decirnos a todos nosotros, que la miseria es la imperante, de norte a sur, de este a oeste; y cualquiera de las combinaciones que quieran permitirse.

He visto una buena de mayoría de cuatro esquinas oscuras por más luz caribeña que les alumbre. Sin teleféricos, ni sustancias que les permitan correr hacia arriba.

Ocurren choques por más anchas que sean. Se pueden hundir, ir hacia un vacio irreductible. Escaparse hacia otros lugares. Mirar hacia otros lados y la mayoría de las veces burlarse de los destinos de los seres humanos.

Hay esquinas sortarias. Pero no culpen a las que no pueden aportar suerte: no han podido recuperarse de las muertes que sobre ellas han arrojado sin permiso y sin ningún tipo de misericordia.

La cruz de Jesús estuvo en una loma. Por ello también ellas son poderosas. Pequeños montículos de tierra que suavizan o enardecen; que traen suerte o lo contrario.

Pero todo camino es progreso a menos que alguien lo impida. Y como hay tantos agoreros en el camino hay que reconocer los desiertos de las sombras; los ríos de los mares: la fauna de la muerte: la vegetación de las alturas del frio.

Pero en el espacio abierto de las cuatro esquinas lo que más se pierde son las palabras. Para bien / para mal.



“…strumming my pain with his fingers, / singing my life with his words, killing me softly with his song, / killing me softly with his song, / telling my whole life with his words, / killing me softly with his song…”, como la canta Pitingo. 

En todas las esquinas hay historia repetida. Como en muchas cuatro paredes. Abiertas o encerradas; allí están: cantadas para el brío o la cobardía de los que quieran asumirlas.

Nadie creerá que en las abiertas cuatro esquinas se esconden los sueños y pesadillas de las cuatro paredes. Porque estar encerradas da para esa errada confusión.

 Sólo que quienes las vigilan, amparan o destrozan son diferentes estadios de espíritus; dependiendo de la energía de todos los involucrados; sean de unas u otras dimensiones.

Pero ahora existen ventanas virtuales distintas. Diferentes. Si antes era el espejo o el reflejo del agua ahora lo son las redes sociales. Pero el más virtual de todos los sentidos ha sido el sueño, con ojos abiertos o cerrados. Esa es la más poderosa arma que nadie podrá vencer por más obstáculos y barricadas que nos pongan en el camino.

La imaginación. Poderosa fuerza. Como los colores, como las incontrolables energías del planeta que mira, sienten, camina, corre y permite fuertes y débiles deseos.

“… he sang as if he knew me / in all dark despair. / And then he looked right through me / as if I wasn´t there. / And he just kept on singing, / singing clear and strong…”


Alimentar esas cuatro esquinas con amor y verdadero deseo de paz y evolución son cosas que ahora se necesitan (Lectura Tangente, 16/03/2014, Notitarde).-  

Imagen: bakedsetae.blogspot.com /  www.tvs-videos-latinos.net

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