domingo, 31 de agosto de 2014

Tambor y corazón

Observé a una mujer caminando descalza, vestida apenas con short y camiseta sin mangas, cargando a una niña de apenas dos o tres años en sus brazos. Debían ser las diez de la mañana por el morro o una punta de los tantos muelles que existen en la Isla de Margarita. El sol daba con toda su fuerza a pesar de que el día anterior había llovido a cántaros y una tormenta amenazado con inundar todo a su alrededor.

Lejos de lo que pueda pensarse, ella caminaba hablando y sonriendo a su hija que también mostraba esa satisfacción de saberse amada entre la piel y el alma. Y es bonito darse cuenta de ello cuando en esta Venezuela cantada como un bingo sin suerte (con las trampas que se saben tienen las máquinas traga-billetes), se lanzan todo tipo de especulaciones y ritos que tienen que ver con la poca voluntad -real- de salir de dónde estamos.

No son pocos los que no ven salidas. De hecho cualquiera que vive aquí sabe que la puerta -por ahora- tiene realidad virtual y la dormilera diaria de los gatos que están veinte horas a la sombra y las cuatro restantes, merodeando a los amos que les dan de comer.

Pero dentro de todo este alboroto y de este ejercicio de sabernos dónde nos encontramos, de las acusaciones, de la estupidez, de la absurda locura, de los negocios turbios que nos han hecho un Guaire incesante. Manchando ese Océano de certezas: el amor… de todas las cosas que vivimos, las que pensamos, las que expresamos, las que por miedo callamos (tan válidas como el que sobrevive viendo con esa cara de tigre apaciaguao que nada quiere y nada da): hay gente que sigue apostando por este vivir, porque no nos quiten esa alegría que de por sí es la vida. 

A pesar de que la verdadera magia del ser venezolano parece secuestrada, en muchos lugares se consigue gente amable, gente digna; hombres que son capaces de ceder el puesto en el autobús, cargarte el botellón de agua; darte el mejor de los deseos en las mañanas. Ojos de mujeres que al mirarnos comprendemos como madres, amigas, hermanas; tías, abuelas. Capaces de retroceder para dejar pasar. De callar cuando las emociones perturban la atmósfera. 

Esas son las cosas que tenemos que empezar a reconocer como nación, como gente, como pueblo real sin las manchas políticas e ideológicas que han tratado de tacharnos de lado y lado. Porque hay un grupo que buscan ser contundentes con su poder y otro con su impotencia… pero todos sabemos que ambos son la misma mentira… el mismo juego que tiene a la humanidad ceñida en esta desproporción  que hace que algunos tengan tan poco frente a la abundancia de los otros… cuando sabemos perfectamente que el mal reparto, de ser bien llevado,  traería alimentos y calidad de vida a todos y cada uno de los habitantes del Planeta. 

¿Y qué decir de Venezuela? Es patético lo anterior. Si una tierra fue bendecida fue esta. A pesar de los bárbaros que llegaron… las pieles se mezclaron en el calor y en el amor del garbo… del mar, que solo hay que agregarle delante una "a" para entender el amar de tantos hombres y mujeres de distintas razas que nos hicieron posibles.

No quiero hacerme las mismas preguntas que he leído y escuchado en las calles. Ni siquiera quiero las afirmaciones que muchos hacen sobre lo que somos o dejamos de  hacer, tener y ser.

Quiero la alegría de vivir por encima de todas las fraudulentas funciones que los categóricos del lenguaje lanzan a la calle a diestra y siniestra, para disputarse el pedacito de cielo que creen alcanzar aquí y ahora.

¿Hijos espirituales forrados en los que ni siquiera les pertenece?

Un viejito que vendía tomates margariteños, más listo que el hambre, aunque la salud no lo acompaña mucho… después de sacarme con certera precisión el precio de los tres kilos del manjar, me dijo que acababa de soñar con la reina de las nieves… que siempre que cerraba los ojos la veía tan blanca como las nubes en el cielo y él la escuchaba aunque no pudiera repetir lo que decía.

Después de dejarlo… sudando… apenas de salirme del aire acondicionado para volver a entrar… me pregunté: ¿cómo se vislumbra a ese ser del frío en pleno calor margariteño?

Estaba cortando los tomates cuando creí encontrar la respuesta. Agarré uno pintón. Ya había cortado el ají dulce margariteño cuyo aroma con el del resto del país no tiene comparación. Quizás estaba drogada por ese olor. No me culpen. Y en ese mareo, en esa onda, en esa cosa que no sé cómo la llaman ahora, vi una lágrima y una estrella difusa que arranca de ese fruto diamantino,  de un centro con múltiples ramas a su alrededor. De un blanco arenoso hacia un rojo y verde pálido. 

Una estrella. La que vibra en el corazón de todos los que nacimos tierra adentro, mar afuera de esta geografía, de tantas falsas promesas, con la validez que se escucha en un contundente tambor. De la alegría que es el tambor del corazón (Notitarde, 31/08/2014, Lectura Tangente, foto: http://www.infojardin.com).- 

http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Tambor-y-corazon/2014/08/30/349842

domingo, 24 de agosto de 2014

Neila Ferreira: Toda emoción


Neila Ferreira es lo que se podría decir una mujer trabajadora y perseverante. Se especializó en pintura sobre porcelana y en estos momentos labora una técnica sumamente atractiva llamada joyas de porcelana.
"Las joyas son una extensión de lo que pinto habitualmente. Para que una joya sea arte, debe contener una emoción, contar una historia. Siempre están presentes en la vida de una mujer, son el comienzo de algo importante en la vida; ellas dan amor, ilusión, son aliadas perfectas; son un valor sentimental que perdura en los años".
Después de completar estudios, sus piezas han sido presentadas alrededor del mundo, dicta seminarios de retrato sobre porcelana en Francia, Guatemala, Estados Unidos, Portugal, Tailandia, Corea del Sur, Líbano y Venezuela. Dicta talleres y hace demostraciones también en Usa, Ipat; Usa, Wocp; México,  Fmpp; Hong Kong, Hkppc; Francia, Catherine Bergoin; Suisse, C.A.P. Porcelaine; Tailandia, Tipp; y en Venezuela, Cippv.
"El arte estaba siempre en mí, haciendo diferentes actividades de pinturas sobre tela, hasta que vi un plato de porcelana en casa de una amiga y pensé que era una calcomanía. Cuando me dijeron que era pintado a mano, quedé fascinada, y allí comenzó todo: Tomé clases de pintura sobre porcelana, con Juliana Resende, quien las impartía en su casa, donde tenía varias estudiantes, era su hobby. Fui aprendiendo a batir los colores, a utilizarlos y todo lo relacionado con las temperaturas. Al comienzo pintaba flores, paisajes.
Cuando aprendí diferentes técnicas quise pintar rostros, algo que era completamente distinto, y sola fui creando tonos para la piel, sin tener guía de maestro alguno. Estando en una exposición nacional conocí al maestro Manuel Filipe Pereira. Su trabajo me deslumbró, era completamente distinto a todo lo que había visto. Conversando con él aprendí muchísimo de cómo manejar mejor el color. Él ya era un artista internacional, viajaba constantemente fuera de Venezuela, y no tuve el privilegio de tomar clases cuando las hizo en nuestro país, solo tomé unos cuantos talleres de flores y animales, nada más, pero fueron suficientes para cambiar mi forma de ver la pintura.
Comienzo de esta forma a dictar clases y asistí a las exposiciones venezolanas de pintura sobre porcelana, y en particular, la Internacional, donde Pereira trajo muchos artistas de diferentes países, en 1995".

Allí obtuvo el primer lugar y premio bizantino de Pintura Contemporánea, C.I.P.P.V., Venezuela. Al año siguiente participó por vez primera en la I.P.A.T. Dallas Exposición Internacional, conquistando el primer lugar en pintura contemporánea, (1996).
En 1997 falleció su esposo con el que se había casado a los 17 años y este suceso hizo que abandonara el arte por casi doce años.
"Guardé pinceles y paletas. No los volví a ver. Y comencé a trabajar para poder mantener a mis hijas. Pero un día, Maritza Góngora, excelente amiga y artista plástico, me llamó para invitarme a México (año 2009) porque había recibido una llamada de Filipe  invitando a sus alumnas y amigas de Venezuela al bautizo de su segundo libro y así fue como todo comenzó nuevamente.
Al mes de ese encuentro busqué las cajas con mis pinceles y colores e inicié mi nueva obra, el Papa Juan Pablo II,  con dificultades, ya que tanto tiempo sin dibujar hizo que cometiera errores, la obra en el horno se quebró: quedé en shock unos días, luego tomé fotos; la hice de nuevo, fui a México y allí entre conversaciones con Filipe comenzó este trajinar de exposiciones, demostraciones de retrato y seminarios que dicto en muchas partes del mundo. He tenido el privilegio, gracias a Dios, de viajar por muchos países, con amigos de muchos años".
Editó en 2011 el libro Easy Painting Portrait on Porcelain, step by step; y sus obras aparecen en publicaciones como 2010: Passion Porcelaine. Association de Peintres sur Porcelaine Nro 28-Junio 2010. Francia. 2010: Felipe y sus Amigos. Portugal. 2011. Porto 
"El arte debe tener emoción y sentimientos, debe contar una historia. Cuando pinto un retrato siento que vivo en él, cuando dibujo puedo concebir sentimientos, emociones. Muchas veces pienso que no es normal, puedo sentir sus vivencias dependiendo de lo que esté pintando. Pintar es mágico. Es entrar a un mundo desconocido, fascinante.
Me inclino más por pintar mis negros, mi África, allí viví hasta los cinco años, tengo muchos recuerdos de este Continente tan fascinante, que siento tan dentro de mí, de allí mis obras de africanos".
En estos momentos trabaja con mucha emoción en las joyas de porcelana, preparando los bocetos de la colección que estará lista para el mes de noviembre, llena de mucho color, que no es otra cosa que captar, en el aire, toda emoción.
Para Neila, el arte, es también plasmar una huella imborrable (Notitarde, 24/08/2014, Lectura Tangente).- 
Contacto: neliasportrait.artstudio@hotmail.com  / neliaferreira@hotmail.com

http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Neila-Ferreira-Toda-emocion/2014/08/23/348123 

domingo, 17 de agosto de 2014

Combo

Fui a cambiar el aceite de motor del vehículo y no pude deshacerme del "combo". Obligada tuve que adquirir un refrigerante que no uso, caro por demás, aunque por lo menos era de a litro. Otra señora en otro local me vendía los litros de aceite junto a un limpiador de parabrisas y cuatro litros de refrigerante. La respuesta en ambos negocios fue: "Así fue la única forma que nos vendieron a nosotros el aceite… si lo queríamos teníamos que comprarles todo junto. Eso o nada".
Todo ello después de pasar por peripecias para comprarlo porque si bien se encuentra, a pesar de la escasez, los precios varían mucho de un lugar a otro y hay hasta modalidades nuevas: Te lo venden más barato, marcas no tan conocidas, te lo colocan en envases plásticos "reciclados" y al final, si el vendedor es honesto, tendrás un aceite más o menos bueno, aunque nadie te garantiza que en el tambor de almacenamiento haya justo el aceite específico que cada quien requiere. Siempre juran que ese es que necesitas. Todo mercader apuesta a… vender.
Así vemos salir gente con bolsas "combo" de muchos lugares. Para poder acceder a tres paquetes de harina Pan hay que comprar dos latas de sardinas, salsa de tomate y margarina, de marcas no conocidas. En otros lugares agregan arroz, granos y algunas otras cosas que no salen con la misma frecuencia que la masa para la arepa.
Pero aquí no hay que quejarse. Lo tomas o lo dejas.
Además siempre salimos agradeciendo que por lo menos resolvimos aunque se desvirtúe el presupuesto, aunque tengamos que ir resolviendo de otra forma las muchas cosas que nos estábamos acostumbrando a remediar.
El otro día, leyendo una entrevista de Lauren Bacall, publicada de nuevo a razón de su muerte, en el diario El País, realizada por la escritora Elvira Lindo, con la sinceridad que pareció caracterizarla, dijo (en el año 2005) que el presidente norteamericano era un idiota. Hablaba de George W. Bush y ella lo expresó con la misma naturalidad con que se hablan esas cosas, incluso, de manera tosca y ordinaria, de cualquiera, y en cualquier lugar del mundo.
No la metieron presa. No la persiguieron. Pudo seguir paseando su perro por el Central Park sin mayor rollo. No la acusaron de pertenecer  a un raro establishment.
Pero aquí, en nuestro territorio nacional, lo ideológico también ha venido en combo. A la par de todo ese delirio humanista del socialismo (justicia, igualdad, fraternidad) nos encontramos con la salvaje práctica de todo lo contrario (impunidad, sectarismo y vejaciones).
Y se han ido cercando las posibilidades hasta el punto de que cuando en algunos locales comerciales llega el tan perdido champú, la pasta de dientes o la afeitadora, se escuchan voces de mujeres que están acostumbradas a dar ese tipo de pelea en la calle "agarren, agarren… que eso es barato".
¿Cuándo habrá sido barata la escasez y la estupidez humana?
La verdad indiscutible es que a mí nunca me han gustado los combos porque nunca los he encontrado ni buenos ni justos ni sabrosos. Aquello de ir en cambote tampoco, aunque yo perteneciese cómodamente al grupo ostentador.
Todo combo contiene en sí mismo algo aburrido y perezoso.
Alguien más osado por allí puede argumentar que uno al venir a la vida, a esta experiencia, viene con un combo bajo el brazo. Yo no lo creo. La cosa no es tan simple. Ni tan banal.
Aquí el combo nace porque por alguna extraña razón hay una aceptación sui géneris a lo inaceptable.
Somos una nación donde comprar películas pirateadas es un negocio legal. Eso no sucede en todas las partes del mundo. Solo por nombrar algo tan cotidiano y tan normal que hasta nos creemos que eso es así. Pero no lo es.
Todo ello sin nombrar los desmadres diarios que se cometen, las locuras vivenciales de nuestros días, las muertes, la violencia, los sinsabores, las acusaciones; las mentiras; los duros dramas que pasan a ser cotidianos; los que juegan a ganar y los muchos que sacan provecho de las pérdidas porque están,  tan dormidos en la inconsciencia, que aún se creen que tienen la razón.
Y entre las interrogantes que surgen así, de la nada: ¿Por qué no venden combos de libros?
Acabo de escribir la pregunta y me acabo de arrepentir. Es una idea que seguramente ya se ha usado. Y me lo imagino: Textos ideológicos sin la libertad de escoger lo que uno desea.
Eso a la final es un combo, como lo entienden por aquí, en esta hora y justo momento (Notitarde, 17/08/2014, Lectura Tangente, imagen: leeryaprender.blogia.com).- 
http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Combo/2014/08/16/346263

martes, 12 de agosto de 2014

Valencia Horizontal


Libro para Valencia Horizontal de Lis Villamediana y Emiro Ojeda

La premisa es sencilla y tiene voz de lo necesario. Nació en Caracas pero se extiende a cualquier ciudad venezolana, grande o pequeña, inclusive, hacia algún rincón geográfico que por una luminosa razón esté más plagado de artistas que otros lugares. Se inició llamándose Caracas Horizontal y ahora busca el entusiasmo y la pluralidad para convertirse en Valencia Horizontal.
"Venezuela necesita tu aporte creativo, reflexivo, provocador. Generar espacios de inclusión es tan urgente en estos tiempos que el país necesita la visión de creadores, esa que contribuye a cambiar el entorno y a influir positivamente. Necesita que se sumen sueños al país que deseamos, un imaginario personal a la imaginación colectiva. Necesita de pensamiento sensible y de sensibilidad reflexiva".
El proyecto Caracas Horizontal surgió  a partir de la iniciativa de un grupo de personas que se plantearon la urgente necesidad de generar un espacio libre, donde creadores aportaran sus ideas, sus reflexiones, sus percepciones y sus propuestas  acerca de la capital venezolana. Este proyecto ya, en su génesis, tenía incorporada la idea de extenderse a nivel nacional, su premisa básica: Venezuela no es Caracas  es así como llega hasta nosotros esta iniciativa que necesita, para llevarse a cabo, el pensamiento y la sensibilidad reflexiva de los creadores que hacen vida en la ciudad de Valencia.
En Caracas este proyecto se ha convertido en un proceso y desde hace algunos meses se está invitando a todo el que sienta que puede ser parte de esta idea, en Valencia, a participar.
Los libros horizontales, completamente artesanales, que han surgido hasta ahora de la idea capitaneada por el artista Ricardo Benaim, en forma de acordeón, dan fe del talento, las ganas de comunicar, la belleza que existe en todos y cada uno de los seres humanos, en buena medida hacedores, pensadores y sensibles ante sus realidades, ganados a esta idea que va creciendo porque es un proyecto continuo; en constante ebullición y motivación.
Valencia Horizontal consistirá en la formación de  binomios de creadores, de diferentes disciplinas,  y que tendrán como objetivo la intervención de un desplegable de seis partes, carátula y contra carátula, abierto en acordeón, de 14,5 x 120, en el que los equipos de dos o tres personas  se expresarán libremente en cualquier disciplina gráfica y por medio de textos breves de hasta mil caracteres cada uno,  media cuartilla.
"Del mismo modo que este proyecto se ha venido desarrollando en Caracas, presentaremos un serie de actividades para dar a conocer los libros realizados, foros en torno a los libros, exposiciones locales (como la Feria del Libro de la Universidad de Carabobo, Filuc 2014) y en otros espacios del estado Carabobo,  difusión de las ideas a través de la prensa escrita, otros espacios,  formas de participación y difusión, que iremos creando a partir del crecimiento de este proceso.
Es un proyecto abierto e incluyente. Todos los pensamientos son bienvenidos. Es una invitación a la apertura y la convivencia.  Pretende suscitar un espacio para la tolerancia,  el respeto y el libre intercambio de ideas tan necesario por estos momentos. Además de una extraordinaria oportunidad para pensar nuestra ciudad".
Asumen que todo aporte creador será valioso y enriquecerá enormemente este proyecto de ahí la invitación tan amplia y de formar parte de un grupo que a todas luces ya luce  multidisciplinario que le dará vida a esta iniciativa tan necesaria, "convencidos de que el pensamiento, la libertad  y la participación numerosa son fundamentales para la convivencia y el desarrollo de la sociedad".
"Es ir construyendo un espacio para las expresiones culturales de una sociedad, un medio de transporte en el que transiten deseos, propuestas, reflexiones, interrogantes y planteamientos de los creadores del país, sin tintes ideológicos. Es una invitación a la apertura y la convivencia que se celebra desde la cultura, como un modo de suscitar espacios para la tolerancia y el libre intercambio de ideas".
Coordinan Valencia Horizontal Víctor Cadet, Luis Noguera, Maritza Góngora y Eddy Chacón aunque realmente ellos sienten que todos los participantes y animados a serlo se sientan e integren como parte de él y de alguna forma se conviertan en un gran equipo integrador.
Existe además la idea de entusiasmar a empresas para que editen estos libros, prácticos y fáciles de imprimir,  por demás, como regalos corporativos (Notitarde, 10/08/2014, Lectura Tangente)

Contactos: eddychacon@gmail.com  / valenciahorizontal@gmail.com

http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Valencia-Horizontal/2014/08/09/344768 

domingo, 3 de agosto de 2014

Movimiento taxativo


La voz de la sinceridad siempre suele ser el mejor comienzo. El autoengaño es una plaga que circunda al ser y crea tales estados de confusión que las emociones entonces se vuelven un conjunto de hilos atestados, pegados, enredados y turbios. Hacen que casi nunca encontremos la solución de los eventos, a menos que se tenga la determinación titánica para obtener el regalo, muy particular, de la claridad.
Hemos escuchado tantas veces aquello de que la vida es corta y debemos aprovechar cada instante como si fuera lo que es, el invalorable momento para dar lo mejor de nuestro ser, que resulta contradictorio entender que aquí estamos en una nación que nos sorprende todos los días y que ese enorme potencial de crecimiento (porque lo es aunque no lo entandamos) está justamente para valorar el presente como esa hoja que vive y sigue viva, por muchos días, antes de caer.

Las angustias del miedo y el sabor de muchas cosas vividas, reales e intangibles, penetran la memoria individual y colectiva. Los ejercicios diarios de la sobrevivencia física, emocional y espiritual van dejando su huella. Justo de la última es de donde más sacamos provecho y de donde almacenamos las fuerzas para este continuo camino del que tenemos que sacar lo mejor.
A lo largo de los años y más en el oficio de escritor y periodista hemos escuchado aquello de la necesidad de ser objetivos en la vida. Ante esta premisa aparece la voz que dice que ello no existe, que todos los seres humanos somos subjetivos por las razones intrínsecas que lleva la toma de decisiones ante determinado hecho. Lo interno supera lo externo y buena mayoría de veces estamos expuestos a ese constante juego de las orillas que permite, al final, emprender lo que en definitiva es el mayor acto de egoísmo, el obtener mayor beneficio para nosotros mismos y los "nuestros". ¡Bendita separación!
Visto así podría entenderse entonces como la humanidad es ese desafuero, esa criolla permanencia, en todos y cada uno de los lugares del mundo, de obtener deseos como si fuesen gajos de mandarina, sin importar realmente nada o poco las consecuencias que se derivan.
Pero ello no es así. Es cierto que hay mucho descontrol; mucha maldad repartida por doquier; mucha injusticia; mal karma acumulado en esa enorme rueda que es la existencia y sus multiplicidades; pero hay una fuerza que mueve, cerca de las mejores sensaciones que recorren no solo el cuerpo sino el alma, capaz de descubrir y dar lo mejor de sí en eso que hemos denominado el ejercicio de supervivencia diaria.
Toque lo que le toque el ser humano es una fuerza enorme que no quiere ni se permite el fracaso. Todos los días despierta como ese sol que alumbra. Ante las injusticias lucha, ante todas las cosas que se presenten descubre todo lo que tiene adentro, bueno o malo, para redimirse.
Todo ello, esa energía constante, ese movimiento taxativo, impide ver que todo es perfecto, que lo que viene, por duro que sea, por más malo que se interprete, es una oportunidad de crecimiento, una expansión del ser hacia su estado de gracia, hacia su serenidad.
Cada día es nuevo y trae consigo una descomunal alianza con todo lo que ya está convenido que vendrá: como cuando nos vieron de aquella forma y muy dentro de nosotros supimos que esa era la impronta cómo merecíamos ser mirados, y seguimos el destino, lleno de gracia, por demás. Y no nos equivocamos.
Hay que entender que en el reparto del mal son muchas más las ganancias que las perdidas. Porque este principio carece de lo más elemental: la fuerza de lo que verdaderamente triunfará, más allá de los alegatos débiles del mal hacer.
Así es cómo se observan conductas de familias enteras que buscan dañar a sus propios miembros, y aquí estamos hablando del país que realmente es una casa grande de lazos consanguíneos y espirituales, para obtener, al final, inmerecidas razones que pretenden no asimilarse en nombre del poder; turno que además tiene la debilidad del espacio y del tiempo.
Una familia le quita la casa a la verdadera heredera, con trucos y tramoyas (incluidos rezos e hipocresía): ¿pueden los ignorantes saber que es la mayor bendición que le están ofreciendo a la beneficiaria?
¿Qué se necesita?: ¿sabiduría o poder? ¿Por qué juntan casi siempre dos cosas inverosímiles?
Paso a paso vamos aprendiendo y descubriendo la perfección de los hechos. No es fantasía. Es la más honesta virtud de la objetividad (Notitarde, 03/08/2014, Lectura Tangente, imagen: www.fiabciusanews.com).- 

http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Movimiento-taxativo/2014/08/02/343259