domingo, 30 de noviembre de 2014

Exposición de la Acaf: brillo y madurez

La obra de Manzano-trombetta, bienvenida a la exposición

La XVII Exposición Aniversaria Fuego y textil, de la Asociación Carabobeña de los Artistas de las Artes del Fuego estuvo muy concurrida  y a pesar del poco espacio y la gran cantidad de trabajos presentados, tan disimiles entre sí, abarcando cerámica, vidrio y orfebrería, se logró armonizar el conjunto de obras expuestas,  comprendiendo que el único requisito para participar era ser miembro de la Acaf.

Este año fueron seleccionados como elementos de cohesión los materiales textiles, es decir, cualquier tela o tejido, natural o artificial, fibra, filamento e hilos, materiales hilados, fieltrados, acolchados, trenzados, adheridos, anudados o bordados, que se fabrican a partir del entrelazamiento de urdimbre (vertical) y trama (horizontal), bien sea plano o elástico.

La idea fundamental de la convocatoria de la Acaf fue propiciar de forma constante “entre nuestros agremiados, la exploración, investigación, experimentación e implementación de nuevas técnicas, procedimientos y conceptos, a la cotidianidad de la disciplina” que los une.

Durante la inauguración todos coincidieron que fue un gran acierto contar con María Teresa Manzano-trombetta como artista invitada porque además de ser amable y sencilla,  tiene  larga descripción de su carrera artística. Aunque nos tiene acostumbrados a obras cargadas de la seducción del universo marino presentó un conjunto de piezas en las que resalta corazones, uno azul al que llamó Imagine y otro transparente,  relleno de papel moneda, titulado Dancing for money,  para contrastar un discurso en el que emocionalmente agrega una guitarra psicodélica,  que abre el mundo hacia esa canción que es  himno de la paz y la transformación del ser humano hacia la conquista de su mejor sueño.

María Esther Barbieri, presidenta de la Asociación, sin duda,  logró montar con pocos recursos y muchísima voluntad una muestra donde no faltó catálogo, con  la acertada  museografía de Ilich Rodríguez Coronel.

Los artistas demostraron una vez más que a pesar de la falta de materiales, la escasez de recursos y todas las dificultades de la que no vamos a rebosar aquí,  la creatividad se agranda y logra darle al arte obras que llevan a mundos mágicos o imaginados por sus creadores.

Hasta la hiedra florece, de Karroum

Anna Fioravanti y Nadia Karroum, coincidieron con diferentes materiales: La primera se inspiró en la Fiori di Pantano  trabajo realizado en vitrofusión en la que se observa  cómo las flores más hermosas  nacen hasta en los más estériles terrenos y Karroum presentó maravillosa sugestión de la hiedra pintada en la pared sobre la que delicadas flores de metal crean un mundo ensoñado titulado  Hasta la hiedra florece.

Fiore di Pantano, de Fioravanti

Manuela Moreira se lució con el Objeto del deseo, trabajo minucioso y delicado sobre jarrón de porcelana en el que  hiló con  su pluma el encaje de un corsé de mujer. 

Carolina Perdomo colocó en su Acepto  un velo de novia apoyado sobre un pedestal una peineta de plata en una labor cargada de elegancia.

Brunhilde Senz, Transparencias. Lisset Marín,  En cintura. Carola Karam,  Sincronía. Rosmira Velásquez, De la serie Circular-intervenida. Cecilia Herrera, Resalto hidráulico. Charo de la Cruz, Isidora. Natalia Procopovich, La vida es un carnaval. María Helena Colmenares, Tu diario vivir. Luisa Dunia, Crochet. Janet Cordero, Vivir para siempre.  Tony Henríquez, Cacharra. Odile Fraysse, Textiles. Ana Mercedes Carvallo, Tela metálica vítreal fuego. Carmen Ojeda,  Trama entre vidrios. Gabriela Lascaris,  Rara avis.

Primer plano de Rara Avis de Lascaris. Al fondo grupo de orfebrería.


Isabel Cisneros,  Sin título. Mirian Da Silva, Brillos de Libertad. Tania Zambrano,  Poder de decisión. Grupo Vástago (Jesús Morón & Tony Henríquez), Jabao. María Pequeño, Hola, buenos días. Piera Reverón, Lo interesante no es cómo se comienza, sino como se termina...

Pieza de Piera Reverón 


Patricia Pantoja, Sentires. Maritza Góngora, Pensando a Monet. Elizabeth Mujica de Granone,  Ya no hay quien me vuele. María Esther Barbieri,  Peine Ye'kuana.

Sorely Vill, Deseo Nocturno. Elsy Aragón, Al Natural – Reciclado. Martha Guevara, Una identidad que renace. Hendrix Luna, Como tú. Verónica Oria, Sin Limite... Mary Peña, De la serie zurcidos visibles: cocidos en rojo. Neyra Rendón Veracierta, Kumihimo.  Ana Chisem Esteller, Depende de un hilo. 

Gabriela Brazao Viera,  Cuando se agota. Jo Ann Rivas, Aquí estoy... entretejiendo mi existencia. Maria Eugenia Rengel,  Ahota. José Ramón Cabrera,  Sin título. Patricia M de Bracho,  Pensamientos. Claudia Padrón,   Kang Di Ya. Marlen H. La Rosa,  Para Todos. Lorena Briceño Reyes,  Sebucán. Mery Serino,  La corbata de papá. Paola Guidotti Karroum,  La Tejedora. Carmen Carpenito, Muñeca de trapo. Mari Herrera,  Esperanza. Lucía Ramírez,  Atardecer llanero,  Mary Peña. De la serie zurcidos invisibles.  Amarilis Hannot,  Atrapados sin salida.


Madurez de todos y cada uno de los artistas a los que por razón de espacio no podemos aunque queramos comentar. Punto de honor para todos los orfebres por su elegancia y los  sutiles mensajes sobre el devenir venezolano. Una muestra para no perderse y reconciliarse con la cotidianidad. En el Centro Cultural Eladio Alemán Sucre (Notitarde, 30/11/2014, Lectura Tangente, fotos cortesía Anna Fioravanti).- 

domingo, 23 de noviembre de 2014

Camino del aire



El pasado jueves 20 en los espacios de la galería de arte del Instituto Docente de Urología, ConstruArte, presentó la exposición Abanicos de colores con la participación de 59 artistas que donaron sus trabajos a beneficio de la Fundación María Alejandra Herrera Gubaira, consagrada a prestar apoyo a niños y madres solteras de bajos recursos, en  el estado Carabobo.

En el catalogo la artista y también participante, Anna Fioravanti, toma la voz de Vicente Gerbasi para adentrarse en este camino de aire que es el abanico:

Te daré el abanico 
de las auroras, 
te mostraré los frutos 
que dan los arboles 
para que seas amiga de las aves.

Luego, se adentra dentro del mundo de este instrumento, también lenguaje de expresión: “La forma del abanico tipifica la vida, comienza en el punto del remache y se expande a medida que la experiencia de la vida se ensancha. Con su forma de media luna podemos imaginarlo en su fase menguante, y evocador del espíritu del aire cuando  se mueve.

El abanico de media luna, fabricado para producir aire en un acompasado y elegante vaivén  en los días calurosos, y que con su  aleteo de  mariposa se vuelve  aéreo y seductor, objeto utilizado a través de la historia tanto por hombres y mujeres, es hoy seleccionado por ConstruArte para la  exposición y subasta con fines benéficos, titulada: Abanicos de colores. A la empresa los motiva recaudar fondos que serán destinados a fortalecer  actividades con los niños y jóvenes, y así, contribuir con la labor didáctica-cultural que  ellos  realizan.

Abanico de colores se presenta, como una propuesta, en la que una importante representación de artistas de diversas generaciones y tendencias, se enfrentaron gustosos al reto de intervenirlo para convertirlo en objeto de arte. Recurriendo  cada uno a su imaginación,  dieron vida a un proyecto colectivo donde cada creador hizo de su planteamiento estético un acontecimiento onírico abriéndonos las puertas al ensueño al transformar su esencia.  

El abanico, objeto cargado de historia, leyendas y símbolos, es considerado en Asia y África un signo de realeza o atributo de rango, por lo que se le figura un elemento celeste y aéreo, en occidente es asociado  a lo femenino, cambiante  e imaginativo.

No faltó quien le ha inventara un alfabeto, y comunicarse con un abanico llegó a ser todo un arte creado por la picardía de la mujer española, y un modo de facilitar la relación entre hombres y mujeres en épocas en las que las formas y apariencias eran primordiales para una dama.  Nació así  un lenguaje secreto, y un abanico cerrado o abierto, en movimiento o arrojado adquirió  significados diferentes. Abanicarse muy despacio, por ejemplo quiere decir: “Me eres indiferente”, hacerlo de forma rápida, significa: “Te amo” y dejarlo caer: “Te pertenezco”, arrojarlo: “Te odio”,  al pasar el dedo índice por las varillas: “Tenemos que hablar”, y quitarse con él los cabellos de la frente, equivale a un “No me olvides”.

Alicia Belden, Dalila Flores, Anna Fioravanti, Tania Zambrano, Marlen La Rosa, Gabriela Láscaris, María Esther Barbieri y María Helena Colmenares,  participantes


Los psicoanalistas también hacen lo suyo, y el abanico en el lenguaje de los sueños significa que se encubre o disfrazan los planes y proyectos del que sueña, implica reservas mentales y falta de sinceridad en las verdaderas intenciones.

Pero también es símbolo de  majestuosidad y elegancia, cuando,  como cola ostentosa de un pavo real  se abre en las manos de quien lo usa para mostrar todo su esplendor.

Este sugestivo y legendario objeto, en Abanico de colores, se convierte para los artistas participantes, en una fuente para crear metáforas visuales, fruto de sus ideas imaginadas, punto de partida o límite para ofrecernos sus propuestas. ConstruArte, con su subasta, de lo que se recaude, lo destinará a  los niños y jóvenes, nuestro mayor tesoro, quienes   recibirán los mejores frutos, a través del arte”. 

Durante la ceremonia de inauguración de esta muestra que permanecerá abierta hasta el 4 de diciembre hubo enorme alegría por la creatividad de los artistas residenciados en Carabobo que dieron rienda suelta a la libertad como bandera e  hicieron innovaciones frente a esta sencilla forma de amilanar al calor.

Concurrida además por el éxito al congregar a tantos creadores el mensaje fue ciertamente claro: unidos se logra casi todo y por sobre todas las cosas cuando la causa es para beneficiar a otras personas, se dimensionan las satisfacciones. Un aprendizaje sencillono tan espontáneo de aplicar en otros escenarios.

También fue encuentro para celebrar el hecho de que existan los artistas, siempre bien dispuestos a apoyar causas nobles.

Como el abanico en sí mismo es como un texto que construye y destruye en el aire, recordándonos todo lo efímero, también sirve para inspirarnos día a día en este presente, sin otro atributo que porvenir (Notitarde, 23/11/2014, LECTURA TANGENTE).- 









domingo, 16 de noviembre de 2014

Guachafita


La señora miró con los ojos duros de la calle. “Váyase a hacer la cola”, me dijo,  ante la protesta que le manifesté por el monto excesivo que me pedía por el producto desaparecido de los anaqueles del supermercado.

Y yo le dije: “Ni hago cola ni le voy a pagar a usted lo que me pide, ya aparecerá en mi vida esa vaina que yo digo y que necesito… porque la verdad es que puedo vivir sin eso”.

Y eso es verdad y es mentira. Las dos valen por igual. Los venezolanos decimos que no podemos vivir sin arepa. Yo lo puedo decir: claro que vivimos. Y lo hacemos con muchas menos cosas de las que creemos necesitar porque todas ellas nos las creamos de la nada, por la emoción, por la insensatez, por cualquiera de las cosas que gusten o no guste nombrarse. Costumbre; inconsciencia, también.

Pese mi negativa de hacer cola el otro día hice una por un par de compadres que les ha dado por eso de tener hijos. Pelaos, como dirían por ahí, criando otros pelaos. Valientes o insensatos lo cierto es que presencié como alguien es capaz de empujar a una señora embarazada sólo porque estaba adelante y como otra fue capaz de enseñar un cuchillo para amedrentar a alguien más que tenía pinta de alza’ o.

Ante estas circunstancias, (disculpen, perdonen), no me siento de aquí, por más que en este suelo haya nacido y por más que entienda muchas de las cosas que para el resto del mundo ni siquiera son digeribles.

Pero no  puedo alzar a los cuatro vientos mi verdad, que no hago colas porque, sin ir más lejos, estaba en un abasto la otra noche cuando empezaron a llegar las pacas de harina de maíz e hice lo que nos ordenaron a todos: salir a hacer una fila por fuera porque de esta manera organizarían la venta de la tan apreciada y criolla especie. Es decir, me autoengaño: grito a los cuatro vientos que no paso por lo que unos cuantos parecen estar bien dispuestos a pasar -y porque la fila estaba chiquita estoy puesta a hacerla- y la verdad desconozco si es por gusto, por improvisación, por necesidad, por corrupción popular que la gente hace cola. Lo intuyo pero no lo sé… ¿Vender al doble o tres o cuatro veces del precio del producto regulado es negocio?

Pero no me gusta ver siquiera que otros hagan cola. Observar cómo se han organizado de una manera tan irreal las personas necesitadas de cosas que en cualquier parte del mundo son de cotidiano consumo, como para nosotros hace un tiempo, meses atrás, es un acto de inflexión.

El anterior párrafo que acabo de escribir es en sí mismo una atrocidad. Los países más pobres no tienen los problemas que tenemos nosotros y eso que somos la nación más prospera del planeta, por el petróleo depositado en nuestro subsuelo.

Con razón los jinetes ancestrales del petróleo están tan molestos y cabalgan a fuego de su desintegración para ver siquiera si aprendemos algo de esta patria que tanto duele y difama a la vez.

Escribo el artículo porque tuve la gracia de cargar mi laptop anoche. Todas las noches fallos de luz, internet, cable. Pero nuestro presidente repara automóviles en calles seguras que muchos no encuentran en Venezuela. ¿? Estoy en estos momentos sin electricidad. Acordándome de la nieta de mi vecina que me dijo que eso de la patria era un asunto raro porque ella la veía bien aporreadita: su calidad de vida descendió tal y como le debe acentuar su Yaya.

¿Cómo te sentiste en tu cumpleaños, Dorita?

-      Bien, me dijo enseñándome los zapatos que recién estrenaba.

Me enseñó las fotos que le sacaron sus primos desde su celular y me explicó:
-      Alberto no es mi papá… Él es como mi padre porque usted sabe que mis padres se divorciaron y la verdadera figura paterna que yo tuve fue esa… el me cuidó… me llevó al cine… me hizo mis primeras panquecas (de harina importada… la que ya no se consigue)… y me dio los primeros consejos…

Al momento que Dorita me habló (chiquita, de pelo rubio pero “chicha”, piel quemada por el sol y un sentido agudo que a mí me paraliza) estaba regañando a una de mis perras Rottwiller  que estaba como loca intentando quitarme el trozo de pastel que cargaba). Por eso es que sus palabras se me repitieron después, en mi mente, aún concatenada con esos asuntos que hay que saber olvidar a tiempo…

Figura paterna… harina de Aunt Jemina…  Nueve años…

A esa edad no razonaba como ella… estaba pendiente de las idioteces que ahora algunas con dieciocho, treinta y hasta cuarenta lo están… ¿tendremos futuro con chamitos así? ¿Podrá Dorita ser una líder, presidente de esta nación aporreadita como ella misma la ve?

Por eso, mis queridas Harina Pan y Aunt Jemina, juro que no las necesito porque es así… puedo vivir del aire… lo prefiero… antes que esta guachafita colectiva de hacer colas por necesidades que nos hemos inventado. 

Necesidades están en otros Continentes.

Pero soy tan quimérica, que casi canto Happy, la otra noche,  después que una pareja vecina vino a traerme un combo de limpieza, regalado, por lo que el rostro de aquella dura mujer que me sentenció a hacer la kilométrica cola, se me perdió en la memoria, como ha pasado con todos mis enemigos (Notitarde, 16/11/2014, Lectura Tangente).- 






domingo, 9 de noviembre de 2014

Lihie Talmor: resisto al pesimismo

EMEK_3, obra ganadora de la Bienal 67 Salón Arturo Michelena 

Lihie Talmor acaba de ganar la Bienal 67 Salón Michelena. Se siente contenta porque es el reconocimiento a un esfuerzo sostenido en el tiempo y es afirmación tangible “de que el grabado no es un arte menor”.

La obra ganadora Emek_3 (significa Valle, en hebreo) nació de las fotografías que hizo a un lugar completamente devastado desde la frontera que apuntaba al Líbano. A partir de esta imagen ella trabajó hacia la impresión de las diferentes técnicas del grabado hasta crear una matriz y así trabajar su nivel de expresión.
“Mi sensación de ese momento, aunque no aparezca de manera obvia registrada en la fotografía original, será, en definitiva, lo que impregne o lo que defina la imagen resultante de mi trabajo”.

¿Las fronteras, los límites,  los bordes... los paisajes desfragmentados de tu obra juegan a ser poesía o introspección creativa?

Son poesía e introspección a la vez. Para precisar, no son fotografías intervenidas sino fotografías que sirven como punto de partida para crear un grabado.  La obra gráfica terminada, el lugar como metáfora, la herida. No de una manera "lacrimosa", sino con cierta distancia contemplativa.

Como artista  y arquitecto que ha vivido entre dos países, Israel y Venezuela, y recientemente un período corto en India, mi visión de lo político se expresa a partir de lo dual. Me interesa la oposición entre distancia y proximidad, lo interno y lo externo, lo abarcable y lo inalcanzable, representado por espacios alternos, cohesión de escalas, reminiscencias topográficas y la superposición de perspectivas y ángulos contradictorios.

El grabado casi excluido a pesar de ser el arte de la constancia... ¿por qué insistir en él?

¿Por qué insistimos en amar? Y, tampoco creo que el grabado esté excluido. Está, más bien tomando otras formas. Mi intención es hacer uso del grabado como cualquier otro lenguaje artístico y no como alarde a la técnica. No significa que el dominio técnico no sea importante. Paradójicamente, mientras mayor el dominio, menos opaca la poesía.

Mis grabados provienen de fotografías tomadas en momentos muy precisos con la intención de documentar experiencias; es así como las imágenes se vuelven el trampolín específico y referencial para el desarrollo y la evolución de series temáticas. La obra –su significado– se desarrolla en diferentes etapas, o más bien en los des-enlaces o des-uniones que esas etapas producen. Primero se da el momento que me lleva a tomar la fotografía. Ese momento –una inexplicable combinación de encuadre, ángulo, luz y otros elementos– crea el sentido de lo “correcto” y, por consiguiente, la necesidad de tomar la fotografía.

Al parecer existe una frontera indivisible entre el hombre y lo que no se puede explicar... ¿has encontrado respuestas espirituales en esos paisajes a los que regresas que hablan justo de esas divisiones?

Respuestas, no sé. Contemplación, acercamiento quizás al "Secreto humano debajo de lo cotidiano", cito a María Fernanda Palacios.

¿En Emek_3 puede hacerse un paralelismo con algún paisaje venezolano?

En Emek_3, como en otros grabados míos, busco crear luz en la sombra y sombras en la luz. Es una imagen intensa, a pesar de tener color. Así son los atardeceres en Venezuela. Intensos y violentos.

Hacerte una nómada moderna, con diferentes lecturas del mundo... a pesar de los muros, de las líneas divisorias... ¿te permite ser optimista?

He perdido un poco el optimismo, más no el sentido del humor... En otras palabras, resisto al pesimismo. Sigo creyendo en la bondad humana. Lamentablemente, en todos los conflictos políticos se ve atropellada; herida.

Los países que visitas son altamente religiosos... ¿la fe en las distintas religiones separan? ¿Unen?

Lo que separa es la religiosidad fundamentalista.

¿Es en sí mismo un muro la limitación que más genera violencia o puede ser un  maestro espiritual?

Todos los muros se pueden caer y como toda barrera, generan estrategias de incumplimiento y ruptura de reglas. Me imagino que cuando hablas del muro como un maestro espiritual, te refieres al sentido figurado. En ese sentido, impide una visión clara y generosa de la vida y del prójimo. Superarlo se convertiría en una experiencia espiritual y sanadora.

Emek_3 tiene color aunque apenas se percibe. Forma parte de una profundidad que estremece. La erosión, la resequedad, apenas una silla en la que seguramente alguien está sentado, sin que seamos capaces de verlo, con nuestra limitada visión en esta, nuestra tierra, señalan que la artista sostiene la fuerza del mensaje hallado en la naturaleza. Todo cambia, se transforma.


Intacta permanece la separación, sabernos dueños de nada, incapaces de controlar destinos. Así como la imperiosa necesidad de decir, de transformar, de creer, de comunicarnos, de negarnos a ser trascendidos por lo desconocido (Notitarde, 09/11/2014/ Lectura Tangente).- 

http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Lihie-Talmor-resisto-al-pesimismo/2014/11/08/383352

domingo, 2 de noviembre de 2014

Alicia le cantó a Madiba




La obra ganadora en homenaje a Madiba
Desde hace tiempo hemos observado la obra de Alicia Belden con mucho interés puesto que ella ha dado rienda suelta a la creatividad de la niña que lleva por dentro, cobijada por la destreza de una guía adulta que desde sus manos y desde su mente dan paso a una cantidad de pueblos en los que hemos encontrado la felicidad.

Casi siempre en las piezas de Alicia se interpreta el mágico mundo de los infantes que por más dificultades que vivan siempre tienen a flor de piel la sonrisa y la capacidad de juntarse con sus adversarios sin recordar lo que minutos y horas antes los había distanciado o separado.

 Las calles, los pueblos, las figuras que ella con gran paciencia y destreza va elaborando tienen la sonoridad de la alegría que rodea ver colores, pelotas, ropa colgada en la vecindad; calles, autos y todas las cosas que forman parte de la cotidianidad que ella recoge con el encanto de sembrarlos con regocijo.
Inclusive en sus obras en blanco y negro siempre existe el guiño, la complicidad hacia el espectador que se deja guiar por su forma de ver el mundo. 

Por ello celebramos que ganara el primer premio de la I Bienal de Arte Festivales de Carabobo, en homenaje a Nelson Mandela, el hombre que estando preso se convirtió en una figura a seguir por un pueblo que estuvo separado por las sombras de la discriminación racial y el odio sembrado por las injusticias. Demostró que tuvo el coraje de perdonar para que todo un pueblo siguiera su ejemplo y los sudafricanos (todos) dieron una lección al mundo. Una enseñanza que hay que repasar todos los días para que en nuestro tribal raciocinio reine realmente el significado y ejemplo de la paz, palabra corta, con sinónimos que no la representan aunque si la acompañan como conciliación,  amor, armonía, acuerdo y hasta, inclusive, amistad.

La obra con la que ganó Belden tiene todo lo anterior. Lo que más llama la atención es el color a heredad que mancha todo el lienzo. Por momentos el terracota pasa a anaranjado y se palpita el fuego. La tierra lo contiene y hace que la aldea, con un primer plano de un tren que va y retorna al mismo lugar, que persiga un mismo destino, tenga un protagonismo sin igual. El tren aquí representa la vida así como el color todo que llevamos en nuestras pieles y en nuestra sangre, mezclada desde un mes de octubre.

Alicia Belden junto a la embajadora plenipotenciaria de Sudáfrica en Venezuela, Thaninga Shope-Linney.


Hay una barrera que lo impide pasar pero también desde el plano con que está elaborada toda la trama el obstáculo se ve como parte de un círculo, con muchos atajos por donde escapar. 

Lo que pareciera ser un juego termina siendo, como en casi todas las obras de Alicia, un asunto bastante serio: lo que quiere proyectar es la paz dentro de un reclamo, los colores del atardecer buscando la serenidad sin olvidar que la llama latente empuja hacia un mejor porvenir, tal y como ella lo sostiene a través de los azules que ella introduce para darle a la obra un equilibrio sin igual, dejando ver la ilusión, el deseo y las sensaciones que se alcanzan cuando hay coherencia en una búsqueda colectiva. Eso lo comprendió muy bien ese país africano que vio nacer y morir a Madiba, guiado en sus noches de desesperanza por las certeras palabras de Invictus, poema de William Ernest Henley.

Los árboles, la belleza en sí de todo el conjunto, sin duda marcaron ese deseo de celebrar junto a Mandela el triunfo de la vida en todos los destinos de los hombres constructores, soñadores e inspiradores. Alicia le cantó a la sonrisa de un hombre que fue posible. 


Junto a la obra ganadora, Alicia Belden y Anna Fioravanti
A la Bienal, realizada en los espacios del Museo de la Cultura de Valencia, organizada por la Secretaria de Cultura de la Gobernación del estado Carabobo, hubo la participación de 178 obras de artistas provenientes de quince estados del país. Fueron seleccionadas 108 por el jurado de admisión.

El segundo premio lo obtuvo Elizabeth Marrero, con su trabajo denominado Un Punto de Encuentro, mientras que el tercer lugar se lo llevó Saúl Fernández con “Aracsam”. Las obras ganadoras pasarán a formar parte del Patrimonio Cultural de Carabobo, asimismo, los artistas recogerán su premio el domingo 14 de diciembre, durante la clausura de la Bienal. 

El arte demuestra una vez más que reúne a todos. En ese encuentro podemos entender que somos mucho más de lo que creemos. Que nuestras aspiraciones buenas nos sobrepasan y ellas vuelan en la inagotable hermanad que nos cobija, creamos en ello o no (Notitarde, 02/11/2014, Lectura Tangente).- 

Alicia Belden junto a Gabriela Láscaris


 http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Alicia-le-canto-a-Madiba-2273900/2014/11/01/378151