domingo, 29 de marzo de 2015

Valencia memoriada (poema libro de la colección Valencia Horizontal, en conjunto con Anna Fioravanti)






Cuando llegué a Valencia,
Ella era mujer de anchas caderas y largas piernas verdes
Permitía  vestirme  de  fucsia con zapatos azules.

Deambulé esta ciudad cuando el mañana era apenas sospecha
Entendí que ya estaban muertos oficios que me aguardaban.

Buscaba sin cesar lo que llegó en diferente forma
  
Amé algo inútil que sin embargo dijo, adentro,
era mi forma perfecta
cuando me separé del error, del jamás y del siempre



Conocí el dolor pero nunca como aquel vestido de hierro

Implacable
  
Aun conservo el atardecer en los ojos, el neutral amanecer en mis oídos.

Mi voz hizo en el tiempo lo que esta ciudad hace: Estremecer

Valencia partida en dos como el recuerdo...



La fragancia naranjal huyó de los poros.

Las ruinosas calles del centro me enseñaron a cultivar un puente de fe,
crecimiento, purificación y amor interior.
Reconocer lo más valioso que estaba ante mí y no veía.
hasta perderme y encontrarme en su corazón y reconocer el arquetipo
De mi nueva madre ampulosa en los árboles,

Mar de fondo en tierra firme.


 




Me has mirado con la notoriedad de hacerme sentir amada,
por eso entiendo a los pájaros que te circundan y anidan
y el concreto que intenta cristalizar fantasías y memorias.

Después de mi hermoso girasol,
mi marinero ataviado de estrellas,
mis amantes sin gloria,
me sumergí en el reparto de la fugaz enredadera del tiempo.

Finito océano de colores inesperados. 



Valencia me has hecho llorar, perfumar delirios
Amar como la primera vez es lo que merece quien ahora me ama
sin importar haber pertenecido a tus calles,
a tu río turbio,
tus calamidades ruinosas,
las mascaras de los conflictos y las perdidas.
Valencia, aun me animas a encender deseo

A entre mecerlos…

a colocar papagayos en el cielo
a rezarte en tus templos,
a admirar los religiosos que a tempranas horas cierran las puertas de la Iglesia,
a ver el vuelo de tus pájaros
a confundirme entre la gente
a teclear tus tañidos.








 http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Valencia-memoriada--2381351/2015/03/29/503753/

domingo, 15 de marzo de 2015

Cruzado de violeta

El viento no puede atajar un sueño (inspirada en un poema de Humberto Ak abal), de Anna Fioravanti
Cuando por segunda vez visité uno de esos estados que aquí llaman llaneros, pero que en otro país denominan vaqueros, me sentí tan desarmada que tuve que refugiarme en el sonido de mis propias palmas que intentaban impregnar a ese sol tan bravo algo de lobreguez. Fue imposible. Allí estaba el grato recuerdo de la alegría de un cowboy, sonriéndome con picardía y tendiéndome el puente hacia canteras coralinas y dulces.
Caminé primero por esa vastedad con apenas los hilos cortos del monte, sin poder detenerme. Al otro día estaba en otra tierra que olía al taciturno desconsuelo indígena. Colgado en el aire.
Primero fue la lluvia de luz quemando la exhalación. Después la piel teñida de tierra bermellón que me hacía aprender nuevo vocabulario.
La tarde hacia la noche, lo mejor de esos días.
Justo iba por una calle cuando sentí ese desparpajo que me hizo entender la cruzada de todos los tiempos. La alegría de un sencillo hombre de campo que levantaba el sombrero, bien ataviado, para ir a la fiesta de los toros, para medir fuerza animal y salir victorioso a la celebración de las cervezas.
No pude entonces devolverme a la llanura y me quedé con él en ese campo deportivo donde algunos veranos jugaba béisbol y me hacía sentir la mujer más contenta de la noche. Volteando hacia donde estaba, dedicándome cada movimiento mientras lo observaba.
Venía del sur ese olor a piélago, a melaza nocturnal fulgurosa,  cuando sin regresar, lo hice, volví a hacerlo; al canto de ese inmenso llano guariqueño donde el vacío era piel transparente de rana.
Intenté saltar pero no pude. Los pies estaban sembrados aquel día a la tierra que me hizo amarlo.
Lustros más tarde sentí la burbuja de agua caer estrepitosamente sobre el Amazonas. Cayó tanta lluvia que concebí a mi abuelo desparramado ese día por todos los lugares diciendo cosas inauditas. Reí, lloré pero por sobre todas las cosas, volví a nacer ese día, cielo anaranjado cruzado  de violeta, a mis ojos. Paisaje de cielo semiredondo: estaba en esa parte del mundo en que el hombre disminuye y el mundo se agiganta.
Mi abuelo aquel atardecer que se hizo largo me llevó por el sonido de la ventisca, en los instantes formados; por la tormenta del quebradizo horizonte.
Agua y fuego para creer en el universo.
El piache habló a través de las plumas azules y se elevaron, serenas, hacia la llanura y el campo de béisbol, a la vez, mientras las esencias de las hojas y las liquidas raíces, le dictaban sonidos que se hacían palabras.
Aún viendo las palabras, las imágenes serpenteadas del río, recordando de los tiempos de las tres tierras visitadas, lo más poderoso que perdura es el olor arrojado por el aire, en la calidez que fue una constante. El olor aciago, el olor dulce profundo, el olor fuego del agua. Volver al tamiz de la tierra, explorar sus texturas, caminar por la arena de la playa con el mismo cowboy de la alegría.
Por eso mi abuelo insiste en llevarme por un destello.
Por eso baila y rodea todo mi alrededor.
Sabe que el horizonte se ha chupado las miserias y retorna bondadoso como las flores.
Me dijo una de las tantas veces que cayó hacia mí sin que yo supiera muy bien cómo lo hizo que todo está compuesto de retazos y con pedacitos se va haciendo.
Creo saber que mi abuelo cae porque cuando llega siento un zumbido y  viento alrededor. También llega con fragancia característica. Alegría sin fin. Además, llega con lluvia.
Atardecer. Noche. Melaza y candela. Cuando bailé con el piache de plumas azules en el Amazonas, sentí un timbrazo en mi espina dorsal. La tierra se hizo lenta en el aire y rápida en la lluvia: revueltos todos los olores y todos los peces.
Anoche mi abuelo me advirtió de un tiempo que se hace rápido al igual que se hace lento. Este es uno de esos momentos que todo y nada es, de los que sentencian el indomable sentido de la tierra sin nuestros recuerdos.
Mi abuelo lluvia, mi abuelo canto, mi abuelo piache azul de las plumas del viento, llano adentro, vuelo (Notitarde, 15/03/2015, Lectura Tangente).- 
http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Cruzado--de-violeta/2015/03/14/497959 

domingo, 8 de marzo de 2015

Ejercicio presente


La XV Bienal de Miniaturas Gráficas Luisa Palacios 2014 fue inaugurada el pasado jueves 5 en la galería Jaime Sánchez de la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena, adscrita a la Secretaría de Educación de la Gobernación de Carabobo.
El artista plástico Luis Noguera, director encargado de dicha institución, invitó a este encuentro que permanecerá hasta el 26 de marzo, que apuesta por el esfuerzo que realizan todos los artistas por construir y sentirse parte de un esfuerzo necesario para una conciencia genuina con el tiempo que les ha tocado vivir.
Julio Pacheco Rivas escribió: “Una bienal de arte es esa foto que congela el instante, el estado presente de un inventario de propuestas existentes. Se trata una foto de familia, si se quiere, porque revela el cuerpo consanguíneo en el cual se expresa una visión de conjunto del quehacer artístico emergente. Pero ese cuerpo, felizmente, aparece allí enriquecido por todo el claroscuro de su diversidad; allí encontramos la posibilidad de establecer calidades, relaciones, percibir tendencias; armar un balance que nos aproxime a una mejor comprensión del arte que se está gestando en el momento que vivimos.
La Bienal de Miniaturas Gráficas Luisa Palacios quiere brindar esa visión y tender puentes hacia un mejor conocimiento y promoción de nuestra actividad en artes  gráficas, en particular, y a partir de sus últimas ediciones, una cada vez más importante presencia internacional que le aporta mayor representatividad en este ámbito, y la va convirtiendo en un referente válido.
El formato escogido, la miniatura, plantea retos muy particulares en términos de contenido y destreza técnica. Y es que en la práctica de las artes gráficas,  el amor al oficio es más elocuente que en el resto de las artes visuales. Lo que se quiere decir, el concepto o bien, esa “cosa mental”  que Leonardo pregonaba para la pintura, no logra, ni quiere aquí desprenderse del hacer, porque el proceso está irreversiblemente comprometido e incluido en el todo y va al paso de la condición creativa. Por otra parte, ese mínimo formato, desde el punto de vista de su transporte y todo lo relativo al montaje en sala o expografía, facilitan su producción, realización y en cierta medida, su continuidad y permanencia en el tiempo.
        En este sentido, el Taller de Artistas Gráficos Asociados (TAGA), ha encontrado en la Corporación Andina de Fomento CAF, un fundamental aliado, pues comparten aquí el ideal de fortalecer el desarrollo y la formación integral del ser humano por medio de la creatividad y la expresión artística. Al mismo tiempo, este relevante evento contribuye de manera decisiva a la difusión y proyección del talento e identidad regionales, con lo cual la misión de ambas instituciones abraza un objetivo común.
En esta, su XV edición, la Bienal rinde homenaje a Luisa Richter, nacida en Europa, quien desde hace casi seis décadas ha desarrollado su obra  en nuestro continente, siendo considerada hoy maestra indiscutible del arte latinoamericano. Ella ha estado presente y activa en Venezuela desde 1958, cuando participó en el XIX Salón Oficial con cuatro monotipos. A todo lo largo de un proceso creativo siempre marcado por una incesante investigación, que abarca múltiples campos de expresión creativa. Su trabajo gráfico ha sido una constante, un ejercicio siempre presente, disciplinado, vigoroso, apasionado y decidido.
Su actividad docente reviste igualmente gran importancia pues al realizarla involucraba no solamente la praxis sino el pensamiento que la envuelve y la trasciende. Varias generaciones de artistas recibieron así el invalorable beneficio de su enseñanza integral, a lo largo de dieciocho años, en el instituto de Diseño Neumann.
La Bienal de Miniaturas Gráficas Luisa Palacios ha venido creciendo en los últimos años. Su proyección internacional se ha fortalecido gracias a la atractiva singularidad de su perfil como muestra artística. Por otra parte, las características propias del envío, en virtud del formato de las obras, permiten al artista la autonomía de abordarlo, sin verse obligado a recurrir a instancias intermediarias. Todo esto ocurre a contracorriente de estos tiempos, en los que enormes costos de producción, de obras y eventos, parecen ser una característica condición principal e inevitable a nivel internacional.
Nuestra bienal podría holgadamente viajar en un equipaje de mano: Creada por una asociación de artistas, ella es como la expresión internacional de una suerte de comunidad de artistas asociados en el amor a unos medios expresivos; la gran foto de familia, explayada en un mosaico compuesto por imágenes de 10x10 cm., en el cual se revela ese vasto cuerpo consanguíneo aunque diverso; uno y múltiple como la estampa y la edición, que integran las artes gráficas” (Notitarde, 08/03/2015, Lectura Tangente).- 
http://www.notitarde.com/Lectura-Tangente/Ejercicio-presente-884487/2015/03/08/493841/ 
foto: http://www.caf.com/es/actualidad/eventos/2014/05/xv-bienal-de-miniaturas-graficas-luisa-palacios-2014 

domingo, 1 de marzo de 2015

El gran sello

El maestro Ole Nydahl 
El Mahamudra significa “El Gran sello” y son las enseñanzas más altas que dio el Buda. Cuando uno reposa, en todo momento, en la totalidad del experimentador, lo que es experimentado y el acto de experimentar es cuando se alcanza la meta del Mahamudra. Este estado, también llamado Iluminación, devela la ausencia de miedo, el gozo ilimitado y la compasión activa, cualidades inherentes de nuestra mente, de esta manera uno actúa de manera espontánea y sin esfuerzo con el fin de beneficiar a todos los seres. Durante el curso de Mahamudra, Lama Ole describe de manera progresiva las etapas que conllevan a alcanzar este estado y guía a sus estudiantes en varias meditaciones del Camino del Diamante.
El Lama Ole Nydahl, de origen danés, es probablemente el maestro budista más conocido en Occidente. En 1968, durante su luna de miel en Nepal, él y su ya fallecida esposa Hannah, conocieron al principal sostenedor de la escuela Karma Kagyu del budismo Camino del Diamante: el Decimosexto Karmapa, siendo uno de los maestros más significativos con los que ha contado el Budismo.
A partir de este encuentro, Lama Ole y Hannah estuvieron tres años en los Himalayas como estudiantes cercanos del Karmapa, y con él aprendieron  los métodos de meditación más elevados de ésta escuela. Desde ese momento y por deseos del decimosexto Karmapa, han transmitido las enseñanzas del Buda, viajando de ciudad en ciudad y dedicando sus vidas al budismo, trabajo que ha traído como fruto la fundación de más de 630 centros alrededor del mundo.
Venezuela cuenta actualmente con centros y grupos de meditación en varias ciudades, manteniendo actividades regulares durante todo el año, así como visitas programadas de diversos exponentes del budismo Camino del Diamante. Los centros budistas ofrecen al público en general un espacio para conocer y practicar enseñanzas impartidas en forma oral por el Buda desde hace más de 2550 años, metodología que permite alcanzar el pleno desarrollo del potencial de nuestra mente.
La Escuela Karma Kagyu pertenece a uno de los cuatro linajes principales de budismo tibetano. Es un linaje de transmisión oral directa que, a través de la interacción con un maestro calificado, utiliza la meditación y la visión como métodos para reconocer la naturaleza de la mente.
Las enseñanzas Karma Kagyu fueron dadas por el Buda histórico Sakyamuni, y se han preservado hasta nuestros días en forma pura y auténtica mediante la transmisión directa de maestro a estudiante.
El Buda enseñó estos métodos a sus estudiantes más cercanos; luego, la transmisión continuó a través de los mahasiddhas hindúes Padmasambhava, Tilopa, Naropa, Maitripa, y los famosos yoguis tibetanos Marpa (quien introdujo la tradición Kagyu en Tíbet) y Milarepa. En el siglo XII, el monje Gampopa impartió estas enseñanzas al primer Gyalwa Karmapa, cuyas sucesivas reencarnaciones las han mantenido vibrantes y poderosas a través de los siglos.
La escuela Karma Kagyu ofrece enseñanzas prácticas que pueden aplicarse a la vida cotidiana. Hay una gran cantidad de métodos para el desarrollo de la riqueza y la claridad inherentes a la mente, ya sea por medio de la meditación formal como a través de las actividades de todos los días.
El Lama Ole Nydahl es uno de los pocos occidentales plenamente calificado como lama y maestro de meditación en la tradición budista Karma Kagyu.
Desde 1973, ha transmitido la bendición del linaje en una ciudad diferente casi cada día, viajando y enseñando por todo el mundo. La profundidad de sus conocimientos y enseñanzas dinámicas, inspiran a miles de personas en sus conferencias y retiros de meditación.
Desafiando los conceptos de las personas sobre la vida y enseñando el Budismo de una manera poco ortodoxa, Lama Ole ha sido una de las principales fuerzas de transmisión en traer el budismo a occidente. Para la fecha ha fundado más de 700 centros de Budismo Camino del Diamante alrededor del mundo.
Lama Ole tiene una capacidad única para extraer los elementos centrales e importantes del inmenso cuerpo de enseñanzas del Budismo Camino del Diamante, las enseñanzas más altas dadas por Buda, y presentarlas en una forma comprensible y útil para las personas en el mundo occidental moderno. Ha publicado los libros El Buda y el Amor, El Gran Sello: Espacio y alegría ilimitados, Las cosas como son, El Camino del Diamante, El Cuando el pájaro de hierro vuele y Ngöndro.
Curso de Mahamudra: 24 al 27 de Abril 2015. Lugar: Pozo de Rosas, en San Pedro de los Altos (cerca de los Teques), a una hora de Caracas. Para mayor información llamar a los celulares 0414-3065798 o 0416-6558623 (Notitarde, 01/03/2015, Lectura Tangente).- 
www.budismocaminodeldiamante.org.