Al Primer Encuentro Internacional de Narradores, efectuado del 5 al 9 de este mismo mes, en esta ciudad, estuvo en calidad de invitada la escritora Laura Mintegi, quien en un enriquecedor encuentro realizado en el Ateneo de Valencia habló sobre el oficio de escribir que en ella es particular, nacida en Estella (Navarra), publica sus textos en el idioma vasco.
La actividad tuvo por finalidad abrir un espacio necesario para el diálogo entre los más importantes narradores nuestros y el público venezolano, y, a la vez, conocer otras experiencias como las aportadas por Mintegi.
¿Qué está pasando en materia literaria entre España y Bilbao?
La verdad es que la literatura de España y la del país vasco se dan de espaldas: La literatura española no puede entender la literatura vasca porque la lengua es absolutamente distinta y tampoco parece que hay excesivo interés en entenderla porque las traducciones no tienen ningún éxito porque no funcionan en el mercado y, quizás, como rechazo, puede ser, o por simetría, ocurre algo parecido en el país vasco con la literatura española porque de hecho sí la podemos entender pero no hay un gran interés por ella.
Son dos literaturas que llevan líneas paralelas.
¿No hay ningún punto de encuentro?
Se ha hecho algún intento pero no han funcionado. Diría que ocurre algo similar con la literatura catalana y la gallega, con respecto a la española. Es decir, hay una literatura central y luego otra de periferia, pero no comparten mismas culturas, ni mismos intereses, ni ámbitos de relación.
Yo, difícilmente, puedo hablar de literatura española.
¿Puede establecer diferencias?
Varios escritores estuvimos invitados en un programa de televisión y hablábamos, de que desde el punto de vista del lector, está la literatura vasca excelentemente buena, porque el lector vasco cada vez puede leer más, textos de mayor calidad y esto aumenta en los últimos 20 años de una manera abismal. Desde el punto de vista de nosotros, los escritores, tenemos razones para preocuparnos porque no ha aumentado en la misma medida el mercado. Es decir, el número de lectores está estancado, se le ofrece mucha más obra y de buena calidad, pero el mercado editorial sufre una crisis seria.
Por una parte valoramos que hay un lector cautivo, que es el que lee por obligación en la escuela. Pero cuando ese lector deja sus estudios no se reengancha, no continua leyendo de una manera autónoma, libre. Creemos que puede ser una fase coyuntural, que pude cambiar, pero estamos buscando las medidas para incentivar esa lectura.
¿Qué le gusta de la literatura latinoamericana?
Me he dado cuenta en este viaje de que soy una absoluta ignorante. Conozco, por supuesto, la literatura de los escritores latinoamericanos universales, que saltaron el charco, y llegaron a Europa y todos nos hemos alimentado de ellos, pero es que hay hoy en día una literatura latinoamericana riquísima en variedades, en temas, en autores y en calidades que no conocemos.
Si no vienes aquí expresamente, si no tienes contactos personales, pues no tienes contacto de ella. Estoy teniendo la oportunidad de conocerla y la verdad es que estoy disfrutando de ver la riqueza que hay.
¿Le ha impresionado algo de Venezuela?
La inmediatez. De cómo los acontecimientos políticos se transforman en literatura. Es algo que para nosotros es inverosímil porque necesitamos 40 años para convertir algo en literatura y luego tenemos un pudor enorme para hablar sobre ello y posicionarnos en público políticamente. Aquí veo que el escritor enseguida se posiciona del público políticamente y me parece que es de un gran dinamismo y de una gran frescura y que a mí personalmente, del ámbito que vengo, me llama la atención...
¿Le gusta esa falta de pudor?
Pues, me parece sano porque nosotros somos muy pudorosos e intentamos escondernos siempre detrás de nuestros libros, detrás de nuestra imagen social; pocas veces nos damos a conocer como realmente somos. Esto es interesante para nosotros.
¿Qué me dice de los narradores jóvenes de allí o de aquí?
El narrador joven la única característica que tiene es que es joven y dejará de serlo en un tiempo, entonces creo que le estamos dando un peso mayor del que deberían tener, se crean demasiadas expectativas y ellos también se sienten cohibidos porque se les pega la etiqueta de narrador demasiado pronto. Todo escritor necesita una trayectoria, una evolución; necesita un tiempo para generar su propia voz y desarrollar su propio estilo. Cuando tienes la presión, la inmediatez, de que ya te están llamando escritor y están esperando de ti algo que ya salió en el primer libro que pudiera ser ejemplar, pero no se puede vivir dentro de la excelencia siempre; tenemos que equivocarnos para madurar. Creo que no se les hace un gran favor, poniéndoles etiqueta de escritor.
¿Es positivo o negativo que los estudiantes venezolanos lleven hacia adelante su lucha?
Lo que sé de los estudiantes es que son personas implicadas en un proceso muy inmediato o bien de un lado o bien del otro.
En la literatura hay dos momentos, un momento de vivir y otro de madurar. Son incompatibles. Debe ser así. Hay un momento de actuar y hay un momento de reflexionar. Creo que saldrán narradores que tendrán algo que decir, pero hay que vivirlo primero y hay que vivir esas experiencias. El intelectual es el que actúa en primer término y reflexiona después. No es al contrario. Hay que dar tiempo.
¿Cuál es el proceso o fenómeno del narrador?
La narrativa o toda obra literaria es una búsqueda de la verdad. La verdad mayúscula. No la verdad pequeña, parcial. La verdad aquella de la que hablaba Joseph Conrad, la búsqueda de una justicia mayor en el universo. Entiendo la narrativa como la búsqueda de algo que todavía no existe. De algo que todavía no conocemos, por eso creo que el narrador sí se compromete con su obra, que es lo mínimo que puede hacer, tiene que intentar evitar la escritura automática, o intentar explicar aquello que ya sabe de antemano, aquello que a otros les ha funcionado bien y lo que para él ha sido ya un éxito. Es decir, tiene que esforzarse en que cada libro descubra algo que nunca antes había existido. Eso exige una transformación del autor en cada sesión de escritura. Que al levantarte seas otro que no conocías.
Laura Mintegi está trabajando en estos momentos un libro sobre el enamoramiento, más allá de la cursilería. Estudia Geografía e Historia y ejerce en la Escuela del Magisterio de Bilbao. También es profesora de euskera y literatura en la Universidad del País Vasco. Fundó y dirigió la revista literaria "Ttua-ttua". Se doctoró en psicología y ha escrito regularmente en revistas y periódicos culturales.
Lo primero que publicó fue una colección de cuentos, "Ilusioaren ordaina" que dieron paso a su primera novela "sí pero No" (Bai... baina ez); la segunda novela fue "Fuera de la Ley" (Legez Kampo), el tercer titulo, "Nerea y yo" (Nerea eta biok), su cuarto libro publicado, "Sisifo enamorado" (Sisifo maite minez) y la última novela dada a conocer al público ha sido Ecce homo, que trata sobre maneras de hacer políticas, desde un punto de vista masculino o femenino, independientemente de ser hombre o mujer.
El Primer Encuentro Internacional de Narradores fue organizado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de Monte Avila Editores Latinoamericana, junto a la fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, el Centro de Estudios Latinoamericanos "Rómulo Gallegos" (Celarg) y el Centro Nacional del Libro (Cenal).
En Carabobo el esfuerzo estuvo concentrado por el Gabinete Regional del Libro Carabobo, conformada por la Plataforma del Libro y la Lectura, la Red de Escritores, Las Librerías del Sur y el Sistema de Imprentas Regionales (Notitarde, 24/11/2007, Confabulario).-