José Antonio Rosales |
Inmersos en la cotidianeidad darnos cuenta de los sortilegios parece ser un lujo inaceptable para quienes se han educado con privaciones. No digamos las físicas, que las hay, las emocionales y espirituales, más difíciles de colocar en su justa dimensión.
Pero puedo decir sin ningún tipo de cadenas de esa enfermedad llamada “ser políticamente correctos” que compartir apenas momentos con este Fotográfo (en mayúscula) llamado José Antonio Rosales, ha sido una dispensa, al igual que lo fue disfrutar y ser amiga de Rafael González y conocer la cabal visión fotográfica de Douglas Chirino; todos en mi experiencia humana y profesional, dentro de la Universidad de Carabobo.
Jose Antonio, hombre maravilloso, de esos que aprobaron una asignatura que no dan en escuela alguna: Ser Humano.
Irradia paz, generosidad y una sabiduría plana, latente, como la que brinda caminar con los pies descalzos por una playa caribeña. Si le preguntaran a los granos de arena de Choroní, en la costa central venezolana, o a los de la orilla de El Tirano, en la isla de Margarita, seguro que sonreirían, reconociendo, las tantas huellas de mujeres y hombres que vinieron a iluminar; jamás oscurecer.
Arte de liviandad que se aprende en los suaves pasos de los indios por la selva.
José Moreno |
Marisol Pradas Segarra: ¿Qué ha significado para ti ésta profesión?
José Antonio Rosales: Desde el momento que asumí el hecho fotográfico como un oficio, no como un pasatiempo y comienza mi relación floreciente con la cámara fotográfica, el dominio de las habilidades técnicas, el estudio de la estética en la imagen, y de manera general la investigación sobre los secretos de una buena fotografía; me cambió la manera de ver el mundo. La visión de uno como fotógrafo, está siempre en constante actividad realizando encuadres, observando el volumen, la textura, la incidencia de la luz en los objetos… todo lo transformamos en una cuadro apaisado o vertical en nuestra vida. Por esto, la fotografía más que una profesión, ha significado para mí una exquisita y apasionada manera de expresión.
MPS: Frente a las nuevas tecnologías, ¿cómo puede integrarse la calidad de unas imágenes? ¿Es necesario el mensaje? ¿Qué aconsejarías a unos alumnos al momento de iniciar esta pasión de la fotografía? ¿Cómo se adapta un profesional al mundo cambiante de la fotografía?
JAR: Desde que aparecen los dispositivos digitales para hacer fotografía se facilitó el proceso de obtención de imágenes: la rapidez y la inmediatez con la cual podemos ver y analizar una fotografía para seleccionarla es, básicamente, la magia que reemplazó al formato análogo. La calidad de las imágenes digitales que era el principal problema quedó resuelto por los grandes fabricantes de cámaras. El proceso químico para obtener fotos a través del revelado y copiado, la magia del laboratorio blanco y negro, el ensueño del cuarto oscuro, quedó para la fotografía de culto.
Cerraría mi opinión sobre el tema con este pensamiento de Arnold Newman: "Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara mejor podrán tomar mejores fotografías. Una cámara mejor no hará nada por ti, sino tienes nada en la cabeza o en el corazón…”.
Chuao |
A los estudiantes que se inician en este campo, les recomendaría, además del desarrollo de su pensum de estudios, paralelamente realizar investigaciones detalladas de los grandes maestros de la fotografía. Estudiar a fondo, el momento decisivo de Cartier Bresson, el reporterismo gráfico en Robert Capa, el documentalismo y retratismo de Avedon, la simplicidad e impacto en la fotografía de Diana Arbus, entre otros. Analizar y preguntarse el por qué de su grandeza. Esta confrontación de ideas ayuda a desarrollar la creatividad y avanzar en el encuentro de nuestro propio discurso visual.
Cuando Marshall Mcluhan, habló del pensamiento túnel no imaginamos ni remotamente lo acelerado que iba a ser el tema de la globalización, el mundo cambiante en cuanto a las comunicaciones, la masificación de la información por medio de la imagen y los dispositivos informáticos que terminaron cambiando de plano nuestra manera de vivir y de ver el mundo, Lo único constante es el cambio: te adaptas a las nuevas formas de hacer fotografía o desapareces como ente creador. Sin duda alguna, la tecnología ha transformado nuestro universo personal y profesional.
Locera |
MPS: ¿Dónde te sentiste más cómodo, en las fotos culturales, de sucesos, de personajes?
JAR: Me he sentido más cómodo haciendo fotografía dentro del ámbito cultural, abordar el tema del arte siempre me ha apasionado como fotógrafo, el hecho de retratar y estar en contacto con estos personajes de la música, de la plástica, de la danza, de la literatura, del teatro es realmente enriquecedor en cuanto a la manera de cómo ellos perciben la realidad dentro de ese onirismo abstracto que nos envuelve cada vez que entramos en sus espacios creativos. La interacción con estos seres me ayuda a conceptualizar mi propia narrativa visual, a la hora de emprender algún proyecto fotográfico.
MPS: ¿Cómo construiste participaciones en concursos de fotografía, con series?
JAR: Las constantes visitas a las grandes exposiciones de arte que se hacían en nuestro país, como el Salón Arturo Michelena ayudó a despertar mi interés por participar en concursos, salones o bienales de fotografías. Evidentemente, el beneficio de confrontar nuestro trabajo con otros creadores es buscar la evaluación de gente conocedora, investigadora del discurso visual contemporáneo. Eso me ayudó, estructuralmente, a renovar conceptos, a enterarme cómo se estaba abordando el tema de los nuevos lenguajes en la fotografía para los salones de arte.
La utilización de series fotográficas algunas veces como soporte de mi trabajo las hago principalmente cuando se trata de fotografía documental y las uso como herramienta para despertar el interés de los observadores, aunque también suelo hacer series temáticas sobre la metáfora de la existencia humana, la depresión, la soledad, el amor, etc.; series fotográficas donde se plasma lo real y lo ilusorio de nuestras vidas.
Censura |
MPS: Háblame de tu experiencia de casi toda una vida yendo a la celebración anual de los Diablos de Yare…
JAR: Mi interés por esas manifestaciones culturales arraigadas en los pueblos de la costa de nuestro país surge de la lectura de un libro del antropólogo y periodista venezolano Miguel Acosta Saignes. Además de la investigación semántica de los diablos danzantes, encuentro una particular serie fotográfica de su autoría sobre el tema. A partir de este hecho, comienzo a visitar la zona de Yare, donde se lleva a cabo anualmente el encuentro cultural más importante de los diablos danzantes del país. Me interesan particularmente las expresiones mágico-religiosas que se evidencian en la fabricación de las máscaras cada año y la teatralidad expresada por los promeseros en el desarrollo de la danza. También tengo un registro fotográfico importante de los diablitos de Chuao en la costa de estado Aragua, evento que se realiza para celebrar el día de Corpus Cristi.
Diablos de Yare |
MPS: ¿Qué significó para ti, tu trabajo en la Universidad de Carabobo? ¿Qué deja la fotografía institucional?, ¿cómo conservarla ante la inmediatez?
JAR: Trabajar para una institución tan emblemática como la Universidad de Carabobo, donde ingresé como estudiante y luego pase a ser empleado universitario, me dio la oportunidad de interrelacionarme día a día con personas que tenían una gran formación académica, intelectuales de gran talla, extraordinarios periodistas que además de compañeros de trabajo son grandes amigos, que tienen un gran respeto y admiración por la fotografía. Hacer las imágenes para mantener el archivo fotográfico, las fotos de prensa, la memoria gráfica de la institución en vez de ser tareas estresantes, resultaban ser placenteras. También la oportunidad de estar presente en esa gran cantidad de eventos, seminarios, congresos, encuentros, nacionales e internacionales programados por la Universidad, donde podías fotografiar a grandes personalidades del mundo de la literatura, la plástica, la ciencia, la política y todo ese background inherente al medio universitario.
Ante la inmediatez, te confieso, no sé si en este momento de dificultad económica por el que atraviesa el país, realmente la institución o el departamento a cargo de este valioso material, de este importante archivo o memoria histórica visual, este haciendo las adecuaciones tecnológicas necesarias para su conservación.
Chuao |
MPS: ¿Has dejado de ser vegetariano?
JAR: Ser vegetariano es, no sólo dejar de comer carnes, es un modus vivendi, una filosofía de vida que me sigue acompañando sin ser tan riguroso.
MPS: ¿Meditas?
JAR: Hago mi rutina diaria de contemplación, no medito.
MPS: ¿Qué es para ti la paz?
JAR: Es esa sensación de tranquilidad interna que nos acerca momentáneamente a la felicidad.
MPS: ¿La familia?
JAR: Es una fuente interminable de aprendizajes de la cual depende nuestra estabilidad emocional. Tengo una maravillosa familia con la cual comparto éxitos y fracasos, donde surgen discusiones pero también compartimos los grandes momentos de alegrías.
MPS: ¿Tus hijos?
JAR: Soy padre de tres hijos: Emerson, José Antonio y Abraham; los amo con vehemencia, aprendo de ellos, como ellos de mí, el respeto mutuo, la amistad y el amor, son centro donde gravita la armonía de nuestra convivencias.
MPS: ¿Cuál ha sido el milagro de tu vida?
JAR: El milagro en mi recorrido de vida ha sido haberme encontrado con personas de una extraordinaria calidad humana, seres con un gran imaginario creativo y sensibilidad por el mundo del arte y la cultura.
Nueva York |
La amistad, el encuentro, la interacción con ellos me ayudó mucho en el desarrollo de mi imaginario artístico. Esto considero yo fue un hecho milagroso que me hace sentir privilegiado por el universo. Expreso mi agradecimiento cuando logro hacer buenas fotografías bien sean para una exposición, para la portada de un libro, para alguna revista impresa o para algún medio digital y, estas imágenes, terminan siendo recibidas con beneplácito por el público.
MPS: Venezuela... ¿qué nos pasó?
JAR: Hablar de mi país en estos momentos aciagos es sumamente complicado. Estamos pagando las consecuencias, el alto precio de habernos equivocado eligiendo a un ser humano cargado de frustraciones, odios y resentimiento, con un perfil psicológico de vengador social, carente de valores y aptitudes para la conducción de un país que para aquel momento estaba ávido de cambios sociales y estructurales. Como se dice coloquialmente, peor fue el remedio que la enfermedad. Pero continuamos esperanzados que pronto llegarán nuevos rostros, gente joven con formación académica y moral para asumir la transformación que Venezuela necesita y así enrumbarnos hacia un país de progreso, para un mejor vivir de sus ciudadanos, con las características de normalidad que tanto anhelamos.
José Antonio Rosales.
Instagram: @josearosale
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