sábado, 18 de noviembre de 2006

Por haber nacido tenemos el deber de ser felices en nuestras vidas


Juan Bautista Pujol Bacot escribió "La Moira" como un homenaje en vida a su madre quien pasó de ser una mujer talentosa a "un casco agrio y cansado" tras dedicarse a los oficios del hogar, la crianza de los hijos y la atención al esposo, limitándole desarrollar su carrera como escritora en La Habana del siglo pasado.
Llevaba pocas horas de arribar a Venezuela y pisar suelo carabobeño cuando concedió la entrevista el autor de esta obra de teatro que muy bien conoce la ciudad de Valencia tras ocho años de presentaciones bajo la dirección de Lourdes Fernández, quien sostiene "es la mejor texto dramático que he tenido en mis manos a lo largo de 30 años de carrera".
"La Moira" se presentará el próximo jueves 23 de noviembre a las 7 y 30 de la noche en el Teatro Municipal de Valencia bajo el auspicio de la Alcaldía de Valencia. Allí se le rendirá un homenaje a Juan Bautista Pujol Bacot por sus 27 años de carrera como artista integral, cantante de opera, compositor, pianista, actor, escritor y director.
Tal como la concebían los griegos, La Moira, es el destino. Es el juego que ofrece la vida antes del advenimiento inexorable de la muerte. Es la seducción de una diosa puliendo el metal perfecto de la existencia. Son las vicisitudes a las que se enfrenta cada ser humano y la forma cómo se asumen.
A través de un lenguaje coloquial y la participación de varios personajes se construye la puesta en escena con lenguaje directo, coloquial y la trama-decisión de un ser humano frente a lo que le depara el destino.
- Usted parece un cubano feliz... ¿Cómo lo ha logrado?
En los momentos más difíciles escogí el color para poder continuar. . Yo soy el padre de mis hijos y soy feliz como padre. Soy el esposo de mi esposa , soy muy feliz como esposo. Soy el hijo de mi madre, el pariente de mis parientes y el amigo de mi familia; y soy además de eso el ser humano que anda por la vida. Hasta con ortigas se puede hacer un adorno floral maravilloso. Yo considero que he hecho lo que he podido y lo que he querido.
- Para llegar a esta convicción se tienen que haber pasado por duras pruebas...
- La felicidad que yo tengo está construida sobre un valle de lágrimas. Yo he logrado ser feliz a base de lágrimas.
- ¿Cuál ha sido el secreto?
- La actividad constante sobre algo que beneficia al prójimo y a si mismo es lo que nos mantiene jóvenes y útiles. El ser humano tiene que brindar el máximo siendo feliz en lo que hace.
Desde muy pequeño sintió inclinaciones artísticas aun cuando estudió física y se especializó en óptica electrónica, Posteriormente estuvo en el Conservatorio Alfredo Levis aprendiendo lecciones de piano y canto en las que alcanzó máximos honores, continuando con 5 años más de especializaciones en música y teatro. Después obtuvo la licenciatura en historia del arte en la Universidad de La Habana y se hizo parte del elenco del Teatro Municipal de La Habana que tenía un seminario permanente de perfeccionamiento artístico donde daba clases diarias de ballet. Con el maestro Héctor Quintero desarrolló el oficio de escribir con voz propia. Es tenor de la àpera Nacional de Cuba.
- Usted no se ha detenido... ¿Así logró ser un artista integral?
Sí. Estudiando mucho. Hay personas que pueden desarrollar un talento dentro del arte donde la tenacidad es la que marca la pauta, Pero existen tres caminos; la suerte, el talento y la perseverancia. Si tienes suerte sin talento puedes aparecer pero te desapareces rápido. Si tienes talento puedes brillar. Ahora, si tienes tesón y algo de talento puedes lograr grandes cosas. Si tienes perseverancia y tienes suerte, a lo mejor no tienes talento, pero se te fabrica. La firmeza y la paciencia se parecen mucho. Está la paciencia pasiva y la activa. Tu puedes estar pacientemente luchando o esperando.
La Unión de Escritores de Cuba garantizó que viniera a Venezuela, junto a su esposa, Arelia Iglesias. Es padre de un joven médico de 25 años y de un ingeniero en informática que ha ganado un premio en Alemania de la Asociación de Inventores del Ministerio de Innovación Tecnológica.
- ¿Ser artista en Cuba tiene que ver con la subsistencia?
- De subsistencia nada. La Moira tiene una puesta en escena aquí en Venezuela desde hace ocho años y yo no he cobrado ni un centavo. Yo me siento en el escenario muy cómodo. Como cantante. Como actor. Como director. Me siento muy feliz escribiendo. Regando mis bonsáis de mango y el de jazmín de La India que tengo en mi casa.
Pareciera que Juan Bautista, como le gusta que le llamen, saltándose los apellidos, es un hombre que encuentra solución a los inconvenientes que le va presentando la existencia. Como un prestidigitador ha construido su destino con el color de una sonrisa y con la mejor de las actitudes al momento de salir hacia delante.
- Pero usted para esta entrevista vino vestido con una camisa muy elocuente ...
- Un momento, -dijo con aire teatral levantándose de la silla, para mostrar que iba de rojo y negro- estoy vestido con los colores de un santo de origen africano llamado Eleggúa, el que abre y cierra los caminos.
- ¿En sus obras está implícito el mensaje de crecer aún en las experiencias más amargas?
- No hay que justificar la desdicha con las pequeñas insatisfacciones. Las insatisfacciones de la vida son experiencias, vamos a sentirnos realizados para seguir dando lo mejor a la vida. Yo no considero que haya hecho nada del otro mundo, he sido un hombre muy sencillo que ha sido feliz haciendo lo que ha podido.
- ¿Qué ha leído últimamente?
- La biografía de nuestro chansonier cubano, Ignacio Villa, "Bola de Nieve".
De pequeño recibió un regalo de una tía suya, religiosa de oficio, que al no poderle ofrecer mas nada le regaló una postal que mostraba una flor blanca en medio de un basurero con un mensaje que decía "No importa donde nazcamos, en cualquier lugar podemos ser hermosos"
- Un precepto budista para un hombre cristiano como usted
- Soy creyente en Dios y cristiano porque creo en Cristo... lo que pasa es que hay que leerlo bien... Por haber nacido tenemos el deber de ser felices en nuestras vidas...
Como buen caballero cubano, Juan Bautista, en el bolsillo trasero izquierdo de su pantalón guarda un pañuelo de rayas azules, grises y negras. Pero tengan la seguridad que no es para enjuagar lágrimas. Es para secarse el sol y el salitre que trae el mar en estas tierras ¨ (Notitarde, columna Confabulario , 18 de noviembre del 2006).-

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