domingo, 9 de septiembre de 2007

Luis Alberto Angulo: La revolución del hombre es interior


Luis Alberto Angulo se siente complacido pues un ensayo suyo sobre Ernesto Cardenal, forma parte del prologo de los tres tomos de las obras completas recientemente publicadas en Buenos Aires, Argentina, por la editorial Patria Grande.


Su entusiasmo es aún mayor porque fue a solicitud del propio poeta nicaragüense quien ya había leído el escrito hace dos años atrás cuando Monte µvila Editores editó una Antología de Cardenal, ahora con dimensión universal porque hay un movimiento latinoamericano que está aupando que sea candidato al Premio Nobel de Literatura.


¿Le intimidó como poeta que le encargaran un ensayo sobre Cardenal?
Sí, un poco, porque no soy ensayista; y una figuraba como Cardenal me aterraba. Lo hice sin pretensiones académicas, utilizando la bibliografía de la gente y desarrollando la misma técnica que él propone en la poesía, que es el collage, hasta cierto punto.


¿Venezuela no tiene poetas y escritores candidatos al Nobel?
Pienso que premiar a Cardenal es premiar a un continente, a la lengua, a una actitud frente a la vida. Yo estoy muy contento pero también pienso que las universidades deberían apoyar a los venezolanos. Ana Enriqueta Terán, José Ramón Palomares, Briceño Guerrero o Rafael Cadenas, cualquiera de los cuatro, debería ser candidato al Nobel.


¿Por qué los escritores venezolanos no están dimensionados como Cardenal traducido en 20 idiomas?


El problema es muy complejo y tiene muchos aspectos. Pero creo que en este momento hay un mayor reconocimiento al escritor venezolano. Estamos logrando que las ediciones sean de 35 mil ejemplares porque antes no pasaban de mil.
Pero pienso también que hay un problema de autoestima por parte de la acción cultural venezolana, de las universidades.


No hay una política de Estado para internacionalizar al escritor venezolano.


Si hubiésemos aprendido sobre la desfragmentación de país de la que vienen escribiendo diversos autores venezolanos... ¿seríamos otros?
Sí. Alguien decía que la modernidad política latinoamericana era un fracaso pero no así su literatura. Es decir, que los literatos si habían hecho un gran movimiento, que no se podía hablar de una cosa menor alrededor de ellos.


¿Es de los que escribe todos los días?
Intento escribir todos los días. Es un ejercicio, espiritual, incluso, de mantenerme trabajando y aún cuando sigo pensando que existe como un toque del momento, trabajo con la palabra, que creo es lo más importante que tiene que hacer un escritor.

Los textos siempre proponen otra cosa y uno tiene que estar bien pendiente de ellos.


¿Todo eso lo combina con la animación cultural?
El año pasado realizamos unas antologías vinculando el hecho literario con la solidaridad de los pueblos. Hicimos (junto a Luis Ernesto Gómez) un libro con la colaboración de 70 poetas venezolanos para de una u otra forma saber que estamos vinculado en forma humana con los pueblos de Palestina, Iraq y Líbano.
Mezclamos allí a poetas consagrados y también a gente que por vez primera tenía la oportunidad de publicar.


Se siente identificado a nivel cultural con todo lo que está sucediendo en Venezuela?
Sí. Hay un replanteamiento cultural extraordinario en el país, que algunas veces no es bien comprendido por los antropólogos, los historiadores, los filósofos y politologos.


Ellos solo ven la parte más controversial del asunto.


Siento que algo se ha agitado y eso beneficia al proceso cultural venezolano.
Claro, la creación amerita cierta paz, cierta tranquilidad, pero pienso que en los grandes momentos políticos e históricos también son buenos para la literatura.
Se está publicando mucho pero no siento la participación del ensayo critico tan vinculado a ese mismo proceso.


¿La polarización ha sido llevada también al campo literario?
Sin duda, y eso quizás actué en desmedro de la critica, del ensayo y decir algo como "que lo defienda el otro", pero resulta que no hay otra, "el otro" somos nosotros mismos.


¿Realmente es tan difícil encontrar unión en vez de tanta exacerbada separación?
Se necesita gente que muestre madurez, equilibrio y pueda hacer contribuciones para que nos podamos seguir reconociendo como venezolanos, como participes todos de un grupo de seres humanos que comparten muchas cosas comunes. Y que finalmente se entienda que el país se construye con todos.


Por ejemplo, en caso de gobierno y oposición, esta última es tan importante como el gobierno. Una buena oposición es vital. A mi me preocupa algunas veces ver solamente lo agresivo y emocional y no llevarlo a la critica política verdadera que es muy necesaria para la oposición, para ganar adeptos y fortalecerse; para bien del mismo gobierno.


¿Qué proyectos aguarda para final de año?
Estoy trabajando en un libro colectivo.


La visión de los poetas sobre patria, terruño y país. La cuevita. Al estilo de Gastón Bachelard que tenía en la poética del espacio aquella cosa tan hermosa del lugar y ese espacio geográfico que nosotros sabemos que es circunstancial pero en el que participamos y nos duele tanto.


¿Qué sorpresas ha encontrado con poetas venezolanos que escriben sobre la patria?
Hayamos un poeta caroreño llamado Alí Lameda que tiene una obra sobre el país que se llama "El Corazón de Venezuela", un planteamiento extraordinario sobre la nación.


Otra de las sorpresas es que el tema de la patria no es tan recurrente en la poesía venezolana. El poeta venezolano evade el tema.


¿Por qué carga un mini mala (rosario budista) en su mano izquierda?
Para recordar quien soy. Para recordar que soy esto y no lo otro que tengo que asumir; y el papel que la vida condicionada, el trabajo, donde lo político adquiere unas características tan fuertes que el tema de la solidaridad se estrella frente al simple hecho de que el cambio nace en una actitud interior distinta.


La gran revolución espiritual y cultural de la humanidad pasa por la necesidad de un cambio interior en el hombre. Ese cambio es el reconocimiento de que el otro eres tu mismo.


El sufrimiento humano es inevitable y termina agarrándolo a uno por cualquier lado.


He tratado de combinar en mi vida esas dos tendencias internas que son lo social y espiritual.


No sé si entro en contradicción pero he conseguido unos maestros que afortunadamente me han dicho que no. La vida espiritual la puedo llevar en mi vida cotidiana.


Luis Alberto Angulo (Barinitas - Barinas, 1950). Los libros "La sombra de una mano" (Monte µvila Editores, Colección Altazor. Caracas, 2005), y "Fusión poética" (Universidad de Carabobo, Valencia - Venezuela, 2000), recogen cinco de sus poemarios publicados a partir de 1982. Premio del IV Concurso Internacional Poesía UC, por "Antípodas" (1994). Premio de la Bienal de Poesía del Ateneo de Calabozo Dr. Francisco Lazo Martí, por "Fractal". Premio de Poesía Universidad Rómulo Gallegos por "De Norte a sur". Es coautor de "Viento barinés" (UC, 1978), "Rostro y poesía" (UC, 1996), "Setenta poetas venezolanos en solidaridad con Palestina, Iraq y Líbano" (Minci, 1977), y antólogo de "Poemas de San Juan de la Cruz" (Cuadernos Cardinal, UC 1992), Poemas de Miguel Hernández (El perro y la rana, 2006), "Antología poética de Ernesto Cardenal" (Monte µvila, 2005).


Co-fundador de la Red Nacional de Escritores. Director de la revista Redve (2005).


Miembro de la Comisión Rectoral fundadora del Encuentro Internacional Poesía UC (Notitarde, 08/09/2007, Confabulario).-

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