sábado, 15 de agosto de 2009

Jorge Castillo: "No concibo la vida sin música"

A Jorge Castillo Rivas en diferentes entrevistas que le hemos realizado siempre le preguntamos qué significa para él la música. No se trata de una pregunta cualquiera, aunque así suene. Se trata de explorar más allá de las simples palabras que poco ofrecen al reconocer el sinfín de sensaciones que despiertan esas vibraciones sonoras con las que los seres humanos florecen hacia el infinito.

Su respuesta es sencilla porque hay algo que no se pueda explicar. Porque ella conecta con antenas que ni siquiera sabemos que existen entre nuestro cuerpo y nuestra alma, para ir mucho más allá, hacia los rayos de luz del universo que saben de nuestros poros y nuestra existencia.

Era muy pequeño cuando su papá lo llevaba a las plazas a escuchar la música de retreta y al llegar a su casa con sus manos imitaba al director. Nunca a los músicos. Su fantasía fue cumplida.
Actualmente es el Director Musical y Artístico de la Banda Sinfónica "24 de Junio", institución musical dentro del estado Carabobo que cumplirá el 22 de octubre 87 años de fundada, que ofreció un concierto preparatorio la semana pasada en la que aspiran repetir el poder de la música de Stravinski.

¿Qué significa para ti la Banda 24 de Junio?
Fue una motivación. El haber visto de pequeño a un director fue allí. Cuando era estudiante de música mi sueño más grande era pertenecer a la Banda. En ese momento no existía la Orquesta Juvenil, de hecho fui uno de los fundadores en el año 1976. Logré entrar a la banda tiempo después. Cuando fui a mi primer ensayo me sentía en el paraíso. Fue un sueño hecho realidad.

¿Qué me puedes decir de este aniversario?
La Banda Sinfónica 24 de Junio es la institución musical más longeva del estado Carabobo. Hay otras instituciones de corte amateur como la banda Don Bosco que ya cuenta con más de cien años. Pero a nivel profesional es la que más ha perdurado en el tiempo. Tiene 87 años de trayectoria ininterrumpida. Hemos pasado a lo largo de esta historia por momentos buenos y otros no tanto. Pero uno de los alcances que podemos destacar es que desde su fundación, cuando se llamaba "Banda Gómez", hasta la actualidad, se ha mantenido una programación integradora al combinar, desde el primer concierto, la música popular con la académica. No porque eso fue así, pero de alguna u otra manera todos los demás directores heredaron el tener ese doble papel. Conservamos el primer programa de la banda que así lo registra.
A la par de todos los conciertos hacia el público cumplimos también el rol de llevar la música protocolar de los actos de la Gobernación de Carabobo y su Secretaría de Cultura, y de la Asamblea Legislativa.

¿Cómo es el nivel de los instrumentos?
Deficiente. El apoyo de gobiernos anteriores ha sido muy poco. Ahora es que estamos logrando que nos entiendan, en este sentido. La mayoría de los músicos tocan con instrumentos propios.

¿Qué están haciendo para crecer aún más?
Lo que estamos haciendo con la banda es actualizando los instrumentos. Ha sido una lucha de trece años de modernizar y actualizar los equipos. La actual secretaria de cultura, Cora Páez de Topel, nos está ayudando con la adquisición de ellos. A la par se está haciendo un trabajo de digitalización y organización del archivo de la Banda. Allí hay cerca de mil obras que se están perdiendo, fechadas algunas en 1890, que se están deteriorando porque el papel es muy frágil con relación al tiempo. A través de unos estudiantes de la Universidad José Antonio Páez que hacen labor comunitaria rescatando todo este patrimonio que le pertenece a Carabobo.

Mi idea es seguir manteniendo nuestra compilación venezolana y latinoamericana y del repertorio universal. Para el concierto aniversario la sinfonía de instrumentos de metales de Stravinski. En el año 2007 cumplimos 85 años e hicimos la Sinfonía de los Salmos, con la participación de varios coros, en que reunimos ochenta y cinco voces, una por cada año.

Para este año queremos repetir este concierto. Quizás lo hagamos en el Capitolio de la Gobernación.

Has sido director de la banda en dos oportunidades distintas, ¿cómo ha sido el regreso?
Cuando asumí la responsabilidad de la banda por primera vez se vivían momentos no tan buenos, el techo de la sede donde ensayábamos se cayó. Estuvimos durante meses como "judíos errantes". Tuvimos que realizar nuestra labor en distintos lugares, en espacios del capitolio, la Casa de La Estrella, el sótano del Teatro Municipal. Por supuesto, todo este contratiempo hizo que nuestra actividad musical mermara mucho. Se hizo lo que se pudo para mantener una programación y no perder la institución. Muchos músicos se retiraron. Para ese entonces, con esas condiciones, se reunieron Gabriela Carrillo y Juan Vidal Pastor, y fue cuando me nombraron director y empezamos a transformar las cosas. Hubo que jubilar personas, contratar jóvenes músicos, preparar, ensayar y darle un giro a la banda. Dimos el primer concierto solista en el Anfiteatro de Bárbula. Se empezó a recuperar toda la estructura, con un equipo, lleno de amor y entusiasmo.

Me retiré para realizar mis estudios de maestría y estuve ausente casi siete años. Al final de 2004 regresé y me encontré con cambios importantes y positivos. Nuevo personal, gente muy calificada. La sede fue modernizada, cuando me fui apenas había una máquina de escribir obsoleta, ahora hay computadoras. Lo que he hecho es continuar ese avance y mantener lo alcanzado hasta ahora.

Los proyectos que tenemos para el año que viene quizás sean pocos pero van a ser de muy buena calidad, que es otra cosa que nos distingue. El apoyo que estamos recibiendo de la Secretaría de Cultura y de la Gobernación es importante para todos nosotros.

¿Qué es para ti la música?
Es la esencia de la vida, no concibo la vida sin música. Es inmanente en el ser humano. De hecho hay una teoría de Pitágoras sobre la relación matemática que existe entre las esferas de los planetas y los sonidos que emiten. Hay una relación numérica que tiene que ver con el sonido en los seres humanos.

¿Cómo está la composición?
Ha bajado mucho. Pero ahora entre los ensayos y las labores de oficina pues no tengo el tiempo para dedicarme a ello como quisiera. Estoy terminando una obra que me encargó el artista plástico Miguel Cabrera.

Jorge Castillo inició estudios de clarinete, solfeo y teoría en la Escuela de Música "Sebastián Echeverría Lozana" de Valencia con los profesores Ramón Depablos, José Calabrese, Ana Mercado, Dilcia Mendoza, Miguel Casas, Rogelio Pereira y José Antonio Maldonado, entre otros, obteniendo el título de Maestro en Teoría y Solfeo. A los 10 años ingresó a la fila de clarinetes de la Orquesta Nacional Juvenil de Valencia y a los 14 años es nombrado sub director por el maestro José Antonio Abreu. Años más tardes ingresó como clarinetista a la Banda Sinfónica "24 de Junio" del estado Carabobo.

En el Conservatorio Simón Bolívar de Caracas se formó con los maestros Gonzalo Castellanos Yumar y José Antonio Abreu, en dirección orquestal y análisis musical. En el Conservatorio de Música de Maracay, bajo la tutela del maestro Juan Vidal Pastor obtuvo el título de Ejecutante de Clarinete.

En el año de 1991 recibió el título de Licenciado en Música, mención Composición del Instituto Universitario de Estudios Musicales (I.U.D.E.M). Realizó postgrado en la Universidad Internacional de la Florida F.I.U., obteniendo el título de Maestría en Música, mención, Dirección de Orquesta en la cátedra de los maestros Carlos Piantini y Stewart Robertson, siendo nombrado director asistente de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Internacional de la Florida. Simultáneamente asistió a los talleres de composición libre dictados por Lukas Foss, Fredrick Kaufman, Mario Lavista y Orlando García. En el año 2001 fue invitado a dirigir en el Festival Internacional de Música Contemporánea de Miami, Florida.

Ha recibido numerosos reconocimientos entre los que se cuentan: Condecoración Batalla de Carabobo, otorgado por la Gobernación de Carabobo, Condecoración Arturo Michelena, otorgada por la Alcaldía de Valencia, Botón del Consejo Legislativo del Estado Carabobo, Botón del Club Hípico de Valencia.

Ganó los concursos de composición para la Marcha Académica de la Universidad de Carabobo y de composición de nueva música del New Music Ensemble, de Miami, Florida. Compuso el Himno de Notitarde.

Es profesor de la Universidad de Carabobo, de la Escuela de Música "Sebastián Echeverría Lozano" y del Conservatorio de la Orquesta Nacional Juvenil de Carabobo y ocupa el cargo de Jefe de promoción y difusión cultural, Ad Honorem (Notitarde, 15/08/2009, Confabulario).-

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