jueves, 7 de abril de 2011

José Antonio Barrios: Códigos de un vuelo común



El sábado 26 se inauguró en Valencia una nueva sala de arte llamada Espacios Atenea donde se mostraran los trabajos de nuestros artistas y lo asumimos así, en la primera persona del limpísimo plural, porque con los creadores, los seres humanos conjugamos una natural conexión. Permanecerá hasta este 26 de abril.

Le ha tocado inaugurar esta sala al joven artista José Antonio Barrios, quien a pesar de sus cortos años y una buena luz de canas en sus cabellos posee el dinamismo, la efervescencia, la conectividad con todo lo que para el común pasa desapercibido y en sus manos se hace arte.

Con los años los artistas plásticos se crecen como en todas las artes. Pareciera que la creación es juventud eterna y por ello la virtuosidad va acumulando, con los años, su mayor alianza.

José Antonio Barrios es un experimentador. Todos sus pasos, desde muy joven, dedicados al arte lo han llevado, si bien a conocer las materias profundas con que trabaja, a deslastrarse del artificio e ir directo a la sencillez.

Son muchas las técnicas que domina pero la que le gusta presentar al gran publico tiene que ver con la necesidad de comprender, desde la sensatez, mas que de la moda, uno de los principios mas notables de la ecología que se funde al unísono: el respeto por todo ser viviente significa nuestra sobrevivencia.

Por ello en Empaques Furtivos vamos a encontrar la consecuente idea de este creador ante todo el conjunto de signos que giran y pasan a nuestro alrededor casi desapercibidos. Son retazos de madera que en muchos casos apenas interviene para colocar una o dos palabras, al derecho y al revés, con los símbolos que se repiten en los muelles y aeropuertos del mundo, circulando con una gran cantidad de envíos permitidos y de contrabando.

Son trozos perdidos, como el mismo ser humano, protegiendo lo banal, desperdiciando, por la ofuscada forma de llevar la vida hacia lo inhumano, el momento de reflexión, de conexión con la misma vitalidad del mundo y del universo.

Para ello está él allí. Para dialogar con nuevas formas y emerger avanzando en el cielo de las infinitas posibilidades del arte, multiplicadoras; llenas de hallazgos.

Se trata en todo caso de una propuesta recia. El elemento principal lo es y lo significa. El mundo no aguanta lo que somos aunque nunca puedan destronar la fe.

La fragilidad de lo que llevamos, de lo que arrastramos, de lo que comercializamos encara la paradoja de no saber qué hacer con tantos desechos, de entender que todo este tráfico si bien es como la sangre que corre por las venas, muchas veces puede sesgar vidas, permitir daños colaterales; alterar el mismo curso de la naturaleza.

Durante años se ha dedicado a dejar un mensaje claro con ese animal de crespa prehistórica que es la iguana. La tiene además dibujada en una paleta de las que usan los pintores, colgada en su estudio de trabajo: esa es su forma de decir que lo de él es cosa diferente, que lo único que lo llena en esa ávida búsqueda que hay en el alma de todo innovador, es el trabajo pensado, proyectado hacia un espectador que debe de alguna manera comprometerse a partir de esta nueva visión.

El tucán, la iguana, las toninas, los monos y todas las llamadas especies exóticas renuevan su mensaje de inofensividad y belleza dentro de esta propuesta plena de sentido común.

El código de barras sólo lo leen las máquinas. Pero en esta propuesta están las alas de este vuelo doloroso de libertad que agudiza la sensibilidad de los sentidos. Si los hombres y mujeres del planeta seguimos atentando contra todo lo vivo apenas dejaremos el frágil sinsentido de nuestra travesía.

Espacios Atenea celebra la vida inaugurando sus puertas con el talento de José Antonio Barrios quien una vez más sella lo que ya sabemos de los artistas venezolanos: les brota creatividad.

La sala de exposiciones, al mejor estilo parisino, pequeña y muy confortable, plena de la sencillez, tiene en su dueño, Domingo De Lucía, el mejor colaborador de los artistas puesto que a lo largo del tiempo su tarea ha sido y sigue siendo de apoyo hacia todos, además de tener una obra propia tras una investigación de más de 25 años sobre el color.

Dirección: avenida Bolívar Norte, Centro Comercial Tonino, local 112-23, al lado de la sede de la Cámara de Comercio.



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