domingo, 29 de julio de 2012


Escritos para pensar y reflexionar




El libro Escritos para pensar, del profesor Edgar Caraballo Villalba, logra su firme propósito: meditar sobre diferentes temas, apartándonos del sueño individual. Todo ello se debe al placer de la escritura por parte de su autor, transmitida de forma directa a los lectores con cada uno de los artículos, de divergentes contenidos, relatados con dinamismo y conocimiento.

Edgar Caraballo Villalba, ya jubilado, cumplió sus últimas cátedras en la Universidad de Carabobo, aunque también dio clases en la UCV y en la LUZ. Se graduó en 1962 como ingeniero mecánico, en la Universidad Central de Venezuela y tiene varios títulos universitarios de cuarto nivel. Su experiencia docente es amplia, abarca asignaturas como Reactores Nucleares, Generación de Potencia, Mecánica de Fluidos, Dinámica de Gases, Sistemas de Bombeo, Manejo de Fluidos, Motores de Combustión Interna y otras. Tiene trabajos en su área y ha sido tutor de más de 30 trabajos de pre y postgrado. Fue Asistente al Vicerrector Académico y Director de Postgrado, ambos cargos en la UC. Fue director de la Escuela de Ingeniería Mecánica en la Universidad del Zulia.

El prólogo del libro lo escribió su colega y amigo Ramón Viggiani, quien sabe que las reflexiones humanas de un hombre con tanta experiencia científica no pueden sino conjugar mente y corazón.

Dice él mismo en la introducción: “Son artículos breves, precisos y amenos. Siguen una secuencia, no explícita a primera vista, que lleva al lector de la mano por un camino que nace en la Ciencia y termina explicando el porqué de las creencias filosóficas del autor. Son estas últimas creencias específicas y personales; es decir, en un esfuerzo por lograr la autenticidad y la sinceridad que considera indispensables en sus artículos, Caraballo evita adscribirse a doctrinas generales y se limita a expresar sus propias conclusiones; lo que su razón le permite aceptar como verdadero”.

El texto consta dos partes: realidad y reflexiones y se diría más bien que son complemento de la experiencia. El vivir, acto de fe, de sobrada valentía, y una permanente motivación cuando es dar clases, involucra la dinámica natural del pensamiento.

“Si suprimimos la percepción de lo material, bien sean las relaciones con los ¨nosotros¨, así como las que provienen de los sentidos (por su eliminación o manteniendo la uniformidad de su valor) y se elimina la comunicación verbal interna, se accede a un espacio, abstracto, no material, con origen y cualidades diferentes a las que se observan en el del lenguaje. Esta dimensión es el espacio místico. Es particular, propio de cada humano. Allí se vive una paz y un silencio absoluto, sin perturbación alguna, uniforme, donde no hay egoísmo ni apetencias, solo tranquilidad. De igual manera, no existen los “nosotros” y en consecuencia tampoco el yo”, expresa Caraballo Villalba en un capitulo que denomina Soliloquio.

Dieciséis postulados sobre la realidad dan cuenta sobre lo mucho que ha pensado alrededor de esta fricción diaria, sin escape. Definiciones, explicaciones sobre temas que tienen con ver con el espacio, la física, lo material e inmaterial van llevando a los lectores a un conjunto de conocimientos y necesarios repasos sobre asuntos que de tan cotidianos pasan inadvertidos.

Para este estudioso “La razón muestra la existencia de dos tipos de espacios abstractos, uno el del lenguaje y otro, el místico. En el primero, tiene su control absoluto, en el segundo, ella desaparece”.

Con bastante exactitud y un riguroso estilo didáctico revela aspectos de la energía y también se introduce en significados no tan revelados como la entropía.

“La energía en el espacio primigenio produjo un tipo de entidad, la materia, pero inclusive desde el propio instante inicial de su aparición, nacieron diferentes tipos de movimientos. Cada uno de ellos es una manifestación de la energía. Cuando se consideran procesos que modifican los entes, coexisten la materia y otros tipos de movimientos. La energía es siempre la suma de la que está en forma propia, inherente, como masa y la que se manifiesta en los movimientos existentes.

La interna, mide la actividad que se realiza entre los átomos o moléculas que conforman una sustancia química simple o compleja, o un ente material con un inmenso número de ellos”.

Un libro cargado de fuerza intelectual, de estudios, vivencias y anécdotas, de mente y corazón, y de la bondad que se requiere en ese bello acto que significa enseñar.


Correo electrónico: e.caraballo.v@gmail.com

La obra escogida para ilustrar este artículo es del artista londinense Jonathan Wonstenholme 

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