sábado, 25 de abril de 2020

Meditar (carta de apoyo a pacientes Covid)




Hace algunos años vi una fotografía de una escuela pública de Nueva York con un grupo de niños meditando. La foto era de por sí muy poderosa, no sé por qué la recuerdo en blanco y negro: un primer plano de uno de los chicos con ojos cerrados y su rostro muy plácido.

Las ventajas de esta práctica fueron notables durante el corto tiempo que llevaban aplicándolas: mayor concentración en los estudios, menos peleas en el recreo, mayor empatía hacia los compañeros y otras muchas cosas más que no recuerdo, pero que cualquier persona que la realice lo puede corroborar.

Las personas espiritualmente inquietas saben desde siempre que cerrar los ojos, intentar calmar la mente, concentrándose en la respiración, es un proceso que hace aumentar las conexiones energéticas y vibracionales con la inteligencia amorosa universal.  

Si desde pequeños, en el llamado mundo occidental, enseñaran desde la colegios a meditar, como lo hacen en algunos países de tradiciones orientales, la curva armónica traduciría mayor felicidad y no la desatinada búsqueda de consumir para estar todos los días más insatisfechos, en una primera ventaja que se me ocurre.

Recuerdo a una maestra singular que conocí dentro de la búsqueda espiritual. Se llamaba Rosa María Wynn, puertorriqueña, traductora al español del libro Un curso de Milagros, fallecida en el año 2017.

En su lecho de muerte Wynn dijo a quienes la fueron a visitar: "No soy un cuerpo, soy libre. Sigo siendo tal como Dios me creó", dando un ejemplo claro de todo cuanto practicó en la vida, con optimismo y mucho amor.

Un curso de Milagros es un libro/manual que contiene dos partes: teórica y práctica, con muchos seguidores alrededor del mundo. Su principio es bastante sencillo: todo cuanto ocurre en el mundo responde a dos energías: el amor o el miedo. Lo que no es amor corresponde a todo lo demás. Por supuesto, lo anterior no pretende ni siquiera ser un resumen, apenas una pincelada de una información importante, dada para todos los seres humanos que desean despertar.

Rosa María Wynn era una mujer suave, determinante, pícara, llena de alegría interior y con la clara meta de contribuir al crecimiento de quiénes conoció a lo largo del camino. Como buena puertorriqueña se sentía venezolana. Olga Tañón también lo dice cada vez que puede.

Soy Marisol. La prueba que estamos superando día a día también tiene mucho que ver con la firme determinación que tienes al recuperarte. Mi gato no puede dormir aunque trata: pero están tocando guitarra a su lado.


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