El poeta Antonino Nieto
Rodríguez presentó su libro Toda la carne y el infinito en el
Centro de Diversidad Cultural Santana Art Gallery en un performance innovador,
cargado de lirismo y la reflexión contenida en los escritos realizados a lo
largo de los años, sobre la sociedad, la cultura, la poesía, la vida y la
muerte.
Un selecto grupo de personas fueron testigos de su voz, gestualidad y genuina forma de dar a conocer su última edición, cumpliendo con todas las medidas de seguridad, en este espacio abierto al arte.
- Escribo
para emboscarme, comenzó diciendo. Este libro escarba y renta, cosas del
vientre y los intestinos, en el pulmón de semejante festejo. En este libro los
sin número que conforman a quien esto cuenta, ríen gritan persiguen, de repetición
en repetición, al alza siempre, lo mucho que en las entrañas –del barro, del
viento, del hambre- ampara al nacido: la mentira, la desmemoria, la cruenta
regalía de los hechos… de lo perdido, nada que no sea el mar de la alegría. En
esa bendición, Toda la carne y el infinito.
Sus reflexiones pasaron
por temas contemporáneos: “… el placer, el efecto placebo, la industria, la
manipulación, la fe… por la alimentación (bucal, sensorial, afectiva, material…)
crecemos en la medida que deglutimos a otros, en la medida del incansable vaciamiento
de cuanto nos sostiene… (el oráculo es Hollywood)…”
- Los
medios de comunicación, sí, de munición de masas, nos lo cuentan. Las gentes,
tantas “cosas vivas”, nos muestran sus habilidades y progresos: en
competiciones deportivas, en situaciones extremas, en su cotidianidad…
desconocen el tiempo, la soledad, la tristeza, la muerte… son los mejores
productos… todos, gentes y “cosas vivas”,
quieren transformarse en productos.
El también videoartista,
creador de espectáculos y rituales además de este ha escrito otros libros: Guía viva de ortodoxos y heterodoxos en la
poesía contemporánea gallega. Apuntes para no disolverse en la común semilla
del tiempo, En el infinito no hay
refugio, El ojo del abismo toma de la
mano el arco iris, Amores infieles,
Sudor del agua. La edad del tiempo, Dibujos ausentes, La primera vez... que no perdí el alma, encontré el sexo y La voz del escorpión.
- Mi
madre, Mercedes Rodriguez Fernández, no es más ni menos. Como la nada. Creció
con Brecht, Heine Müller, con los esclavos del nazismo, Anne Seghers… ¿importaría
que no los hubiese conocido, incluso que no hubiera oído hablar de ellos?
Tampoco ellos la escucharon a ella… o sí. Hoy forman parte de la misma sabiduría.
De aquella que reconoce en el barro y sus componentes –la cobardía, el arrojo,
el hastío, el hartazgo… tantas y tantas monedas de las sin fin de tiranías- el
formato veraz del fuego que nos luce… por eso sus voces se elevan desde los
anumerales puntos cardinales de este grito que nos crece, desde esta imponente
fortaleza de las mi veces repetida
agonía: “comamos y bebamos… nada cuesta celebrar la vida…”
Para la catedrática Pilar
Úcar Ventura, profesora de Lengua y Literatura en la Universidad Pontificia de
Comillas, Antonino Nieto Rodriguez es uno de los poetas y pensadores más
originales de España, lo que la llevó a una investigación que culminó con el
libro también publicado, Antonino Nieto
Rodríguez. Selección y Edición Crítica de la Obra Poética.
La forma como presentó su
libro lo revela. Declamó y nutrió el espacio con su aire irónico, dramático y elocuente.
- La
quiebra de todo lo actual (pensamiento, razón…) se expresa en su incapacidad
para la duración. El tiempo es el alma. Hemos sustituido alma por consumo.
Anuncia y previene nuestra acarnalidad… nos habla de esa inagotable voluntad
que despojándonos de toda osamenta, nos presenta simples soportes asignificantes:
virtuales… transforma en poema al polvo.
El aplauso fue largo, después
de dedicar sus palabras a modo de bienvenida y de despedida “buenas tardes a
todos los nacidos: a los hoy invisibles, y a los que aquí estamos…” y fue el sello distintivo de este acto en el
que el arte volvió a iluminar al Centro de Diversidad Cultural Santana Art
Gallery, con sus cuadros, sus ganas y su solidaridad cultural.
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