sábado, 13 de junio de 2009

Fredis Armas: La estética de otros pintores nutre


Fredis Armas es un artista plástico que en sus comienzos empezó a realizar arte geométrico aunque posteriormente su obra se consolidó en transfiguración geométrica, tal como lo define el escritor y poeta, Héctor Gustavo Alvarado.


Egresado de dos escuelas de Artes Plásticas, la "Carlo Fernández" de San Felipe, estado Yaracuy, y la "Arturo Michelena", de Valencia, además de pintar también ha ejercido la docencia y diversas posiciones en organizaciones artísticas.


"Vengo de San Felipe, Yaracuy. Allí hice toda mi formación artística, con unos profesores increíbles e indiscutibles de recordar toda la vida, que marcaron por sus enseñanzas, por su devoción, conocimientos. Gente que venía con ganas de ofrecer sus conocimientos, como Carlos Prada, Premio Nacional de Esculturas; Wladimir Zabaleta estaba joven y llegó con deseos de enseñar. Freddy Benavides, un escultor que me ayudó mucho en mi formación, todos los lunes me llevó un libro de una colección que sacaba El Nacional de la literatura universal. Eran esos maestros de los de antes que se convertían en tutores de sus alumnos. Fue una formación muy completa, muy ejemplarizante. Uno toma todo lo bueno de los maestros, toda la enseñanza, y cuando uno llega por primera vez a una escuela de artes plásticas a enseñar uno quiere dar todos los conocimientos que ha adquirido a través de los años.


En Valencia, empiezo a desarrollar esa técnica que ya traía de San Felipe. Fui un tiempo pintor geométrico, cuando empiezo a transformar mi obra en algo figurativo y geométrico, la obra se tornó más decorativa, y los geométricos me pusieron de un lado.


Vengo de una hacienda de caña que era de mi padre, y mientras la gente trabajaba yo apreciaba la mata, el verde, el color, hasta cuando se quemaba la caña, eran puntos de vista muy diferentes. Cuando tuve contacto directo con el jardín de flores exóticas de San Felipe, me pareció que ese era un sitio maravilloso, además, alrededor de mi casa había un río, manglares, hojas de malanga, flores, rosas de montaña, toda esa vegetación que forma parte de un. Eso es lo que vengo a plasmar en mis obras, bajo ese término que llamo figuración geométrica, con un toque más moderno a la pintura, presentando el tema ecológico, de la naturaleza, y esto viene a que uno la vida le da oportunidad a la recepción.


Siempre me gustó el neoplasticismo, y estudié a Malevi, Kandinski, a Piet Mondrian. Mi gran transformación viene de él, de poder ver cómo mutaba un manzano a algo abstracto. Estudié todos los pasos que hacía y eso me gustó bastante, me enseñó mucho. Uno aprende de ver una revista, ver otro artista, ir a una exposición, uno se nutre de la estética de los demás pintores, eso ayuda a formarse; hizo que cambiara a este tipo de obra que hago, que tiene mayor comercio pero no es tan aceptada por la crítica. Pero la tengo en muchas partes, hasta en los museos está. Esto me ha llevado a hacer exposiciones en Cuba, República Dominicana, donde me gustaría volver otra vez.


Soy de los pocos pintores dichosos que puede vivir del arte, y parte de mi economía actualmente y en el pasado ha estado ligada con mi obra. Actualmente mis cuadros se venden, le gusta a la gente. Este año tengo dos propuestas, una de ellas en los espacios del Metro de Valencia, a la altura de la estación Cedeño. Me parece una oportunidad única porque por allí pasa mucha gente y uno se quiere dar a conocer. Ojalá salgan muchos salones Michelena, los dos que hubo fueron oportunidades para valorar a más artistas.


Fue una buena propuesta la de hacer los dos salones, que todos trabajen, ambos lados, el tiempo soluciona todo, ese problema no es tan importante, la historia desecha. øCuántos problemas entre los pintores del Renacimiento, Bellas Artes, los pintores de Caracas disidentes? La historia va a recoger, quienes son los artistas que van a quedar. Se encargará de dar el veredicto sobre el Salón Michelena. Ojalá se produzcan más salones.


En cinco oportunidades participé en el Salón Michelena, después de todo esto casi todo el mundo se retiró, yo también me retiré, porque fui también uno de los disidentes del Salón Michelena.


He trabajado toda mi vida como artista, he obtenido algunos premios aquí y en San Felipe. El primer premio de toda mi carrera como pintor fue el de pintura joven de San Felipe, tenía 18 años. La recompensa era de 500 bolívares, enorme cantidad de dinero para la época. Pero más importante que eso fue la confianza que produjo en mi familia. Me dio mucha seguridad. Con ese premio prácticamente me gradué ante mi familia, como artista, como pintor. Hay unas palabras de mi abuela que recuerdo: "Mira, øqué de malo has hecho tú, que te están mentando mucho por la radio?, me dijo cuando me gané el premio y en la radio se nombraban. Cuando le respondí que era porque me había ganado un premio por un cuadro que había pintado ella se calmó pero es que antes en la radio lo nombraban a uno cuando hacía cosas malas. Eso fue chistoso y agradable. Cuando gané cambió el panorama, porque para ellos artista era sinónimo de una persona que se moría de hambre.


Hice una colección de cuadros de la procesión de Naguanagua. Uno lo ve y luego lo plasma, se hace apuntes o de memoria. A veces voy a un vivero a ver matas, observando una hoja seca desechada y a mi me parece tan hermosa, las tonalidades, que partía de un marrón y pasaba por un rojo, un anaranjado, un amarillo y había una limpieza, agradable. Uno se va nutriendo de todo, el toque mágico está en lo no perfecto.


Uno todos los días sale a caminar y patea la inspiración. Todos nos tropezamos, todos los días, con la inspiración. Día a día estoy pensando en como realizar una obra.


Fui director de la Escuela de Artes Plásticas "Carmelo Fernández" de San Felipe, y vivía aquí en Valencia. En ese trayecto yo trabajaba, dos horas que no perdía porque no manejaba, desde el autobús observaba, producía ideas. Igual hoy en día, en la ruta hacia mi trabajo estoy creando ideas, y luego las plasmo.


En mi formación como artista, me enseñó mucho el teatro. Para la concentración. En San Felipe, formamos el grupo Locuiz y montamos unas obras de participación popular. La intención de nosotros era trabajar con gente que estaba metida dentro del arte, que no eran actores pero les gustaba el teatro, con participación colectiva. Trabajamos en teatro clásico. Siempre los artistas estamos ávidos de conocimiento, buscando qué nos sirve para la obra.


La gente anda pendiente de sus problemas, a veces pareciera que somos seres extraños para los demás. Veo cosas que ellos no ven, es simple. Me fijo en cómo están construyendo el metro, cosas que se le meten a uno por los ojos. A veces he caminado solo un domingo por la avenida Cedeño para ver los trabajos que realizan, a nadie se le ocurre observar cómo construyen el metro; eso se nos ocurre nada mas a nosotros, para nutrir nuestra obras".

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