lunes, 4 de mayo de 2020

Mensaje (cartas de apoyo a pacientes Covid)

Mensaje, José Coronel 



Hace años, al ingresar a Brasil por carretera, desde un país latinoamericano, la bienvenida de los oficiales fue indicarnos, con bastante brusquedad, que saliéramos del coche para fumigar su interior. Mientras observábamos la acción, también fuimos rociados por el mismo spray, a una distancia más o menos prudencial, que dirigió hacia nosotros el militar.

El olor intenso del insecticida hizo que nos sintiéramos como unos bichos.  No se apartó de nosotros,  a pesar de recorrer, ventanas abiertas, una carretera muy larga, por alrededor de más de cuatro horas, hasta alcanzar la ciudad de Boa Vista, donde finalmente con un buen baño, se disipó el nauseabundo olor.  

Hoy hemos visto como en un local comercial asiático que cumplía, al parecer, con todos los requisitos para abrir en esa primera fase del desconfinamiento, implementado en Madrid, como tomaban la temperatura  de clientes necesitados de  ingresar al establecimiento.

La sorpresa generalizada llevaba a desistir entrar o simplemente dejar que el aparato midiera. Arrojado el resultado, el encargado permitía o impedía el acceso del público.

En esta nueva realidad que toca vivir y mientras llega la tan ansiada regularización de las actividades, tendremos que adaptarnos a cosas tan incomodas, como haber permanecido en casa, por el tiempo necesario de control de la propagación del virus.

De todas formas la normalidad de nuestra antigua vida no es  plato exquisito ni mucho menos. Mejorada sí podría tener sabores exóticos. Los viejos hábitos de la existencia parecen en estos momentos estorbar y este asunto está bastante más generalizado de lo que se cree.

La vida bien mereció este alto en el camino. Las consecuencias que yacen y subyacen serán los asuntos a resolver con sagacidad e inteligencia, desnudados los viejos hábitos.

Desde hace mucho tiempo sabíamos que continuar era peor que hacer un alto.
Por ello hemos recibido este mensaje del universo. Una carta jugada por nosotros mismos.

Toca una vez más crear, inventar, evolucionar. Abrazar lo bueno, dejar atrás lo que no podemos transformar.

Soy Marisol, Chachito limpia su pata izquierda. Tu recuperación es fuente de inspiración para todos quienes te rodean y cuidan con mimo y profesionalidad.


Carta anterior:








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