lunes, 22 de junio de 2020

Pilar Taboada y Karen Schulze: fluidez

Detenidos en el tiempo, Pilar Taboada


Por alguna razón muchos no sobrevivieron, aunque millones pueden decir ¡prueba superada!, a esta encrucijada humana en la que el universo apenas ha señalado atención para que la raza humana  reinterprete.
Desde hace mucho sabemos que algo estamos haciendo mal. No existe coherencia entre nuestra mente, alma y corazón. En lo indivisible ansiado está un todo derruido. Está siendo también lenta la capacidad de dar un paso más en la conciencia.
La señal en el vasto universo es pequeña y debemos reconocer que  con puntuales y sencillos cambios podríamos alcanzar enormes transformaciones.
Durante estos noventa y ocho días de confinamiento vividos en España, por lo menos, con apenas un par de semanas de una segunda fase  para intentar emular la antigua cotidianidad, no se pueden asomar grandes conclusiones.
Lo que está sucediendo ahora mismo en Alemania con la industria cárnica también podría indicar un alto en nuestra forma y niveles de consumo. Pero sentirnos  tan libres y tan aptos  tal vez acomodará, una vez más, los asuntos a nuestra frugal conveniencia.
Los artistas, lo sabemos bien, tienen conexiones reflexivas de todo cuanto ocurre en este sistema planetario. Desde arriba, desde abajo y desde la multiplicidad de horizontes, anchos y ajenos, como diría el escritor Ciro Alegría, van creando sus propias resonancias.
Por ello un grupo aceptó la invitación y fue admitido por la galería de arte contemporáneo Curator's Voice Art Projects para exponer en forma virtual la exposición Covid 19. El arte del aislamiento,  a partir del 27 de junio, hasta misma fecha de julio.
Para las curadoras Milagros Bello y Claudia Zaionz “este momento crítico ha dado lugar a una gran variedad de reacciones y las imágenes artísticas de todo el mundo son importantes, cuanto más reunirlas y compartirlas.
Nuestra civilización ha entrado en una nueva realidad, y los seres humanos se enfrentan a un conjunto continuo de desafíos y experiencias de vida radicales que generarán otro paradigma social. Una nueva interconexión imaginaria a la mortalidad, la pérdida, la muerte y el renacimiento”.
Desde esta galería ubicada en el centro del distrito de arte Wynwood, en Miami (Florida, EEUU) procesaron más de cuatrocientos correos electrónicos y eligieron a 107 artistas de diversas partes del mundo: Alemania, Argentina, Arizona, California, Colombia, Chicago, Chile, España, Francia, Grecia,  Kosovo, Londres, Nueva York, Miami,  Massachusetts, Nigeria, Países Bajos,  Rumania y  Venezuela,  entre otros.
El conjunto de artistas participantes son clara respuesta del momento vivido. Todos se han expresado con la diáfana voluntad de la creatividad, formas, colores, brillos y texturas; en contraposición al dolor,  la soledad; el incierto momento vivido que fluctuaba entre lo inverosímil y lo real.
Hemos reunido en esta reseña a dos artistas por una razón íntima: el afecto. Además del respeto que se deben ambas como artistas, Taboada y Schulze están unidas como suegra y nuera al estar casada Karen con su segundo hijo, Yago.
Venezuela es también testigo geográfico de este encuentro. Ambas de ascendencia extranjera, española Taboada y alemana-chilena Schulze, encontraron en esta nación caribeña su desarrollo personal, artístico y espiritual.
Ahora, mancomunadas en esta exposición virtual colectiva, amplia y diversa, como el mundo.

Detenidos en el tiempo, Pilar Taboada

TABOADA, detenida en el tiempo
Los que conocemos de cerca la obra de Pilar Taboada sabemos de su vital lucha espacial y temporal. Detenidos en el Tiempo denominó ella al conjunto de piezas desarrolladas en el llamado aislamiento o confinamiento, como los medios han recalcado esta etapa de casi tres meses vivida, sin poder visitar a los seres queridos, más aún los vulnerables.
La propuesta de esta mujer residenciada ahora en su natal Lalín (Pontevedra, España) es de transparencias. Sujeta Taboada los líquidos con sus trazos vitales y característicos, intentando controlar el universo poético que los envuelve. Son colores armónicos pese la angustia. Ella es una maestra de la ponderación y el equilibrio.
Hojas u ojos retienen filamentos naturales donde colocar la atención. Las aguas hacen un recorrido. Fluyen a través de la fuente.
Los colores fríos los torna cálidos. Entrecruzados. La leve separación los reunifica en los pellizcos blancos de las mareas.
Ella misma expresa la vivencia de esta forma: “… Y de repente el tiempo se detuvo... Sentía su sonido, aislada, confinada.
Escuchando mi silencio interior, no reaccionaba y pensé: el artista no puede, ni debe ser un testigo mudo de su tiempo. En un impulso que me salía del alma, casi en un automatismo psíquico, sentí que todo fluía como agua cristalina que corre desde un manantial.  Drenando así en mi obra la soledad, el dolor y el horror de vivir el Covid-19, cual silente maremoto, que arrasa y deja secuelas en la vida y en el alma de la humanidad... ”.

Diosa argenta, Karen Schulze

SCHULZE, entre lo mundano y lo divino
Karen Schulze tiene un poderoso universo de luz atávica. Una propuesta victoriosa de la Pachamama. Las formas geométricas van conversando entre si para relatarnos el origen.
Sus figuras escultóricas también revelan los nacimientos y las contorsiones de los cuerpos. Las suaves curvas de modelos exquisitos, bien pensados y proporcionados.
Ella misma declara: “Después de explorar diversas técnicas, etapas y motivaciones artísticas durante mi carrera en el arte y el diseño he encontrado mi mayor inspiración en el estudio del ser humano desde su lugar más profundo y más desconocido: el alma. Intento lograr un acercamiento simbólico al eterno ciclo de la energía en movimiento que nace, se transforma y nunca muere, pues trasciende y nos devela el misterio entre lo mundano y lo divino.
Citando como referencia el más antiguo escrito de la civilización china, el I Ching, Libro de las mutaciones, redactado hace tres mil años, se puede leer: “ La incesante interacción del Cielo (Yang) y la Tierra (Yin) da forma a todas las cosas. La unión de los opuestos es la más esencial manifestación de la gran danza cósmica, es la energía primordial, fuente de la vida y de todo lo que existe en el Universo.”
Me inclino hacia el expresionismo abstracto, los formatos inmensos, la obra con textura física o visual que atrape e invite a ser tocada, a acercarse, a conocerla y a vivirla in situ.
Colores enérgicos que bailan en armonía representando el fuego y la tierra. Matices serenos que fluyen del profundo azul reflejan la pasividad del agua y el cielo infinito, como resultado de memorias que vienen a mí al haber crecido en el Caribe, sintiendo su esplendor y sumergiéndome en sus cálidas y cristalinas aguas.  En la fusión de estos elementos y la energía que fluye de ellos he basado mi paleta vibrante de colores que, en ocasiones, junto a  la presencia de una iconografía lograda de un profundo análisis gráfico, me lleva a la más pura síntesis.
Me remite a civilizaciones ancestrales fusionadas con raíces latinas, mezcla de universos y culturas que corren como sangre por las venas de los artistas del nuevo mundo.
En mi obra escultórica represento el arquetipo de lo femenino, inspirado por el tratamiento sagrado de la mujer. Combino a nivel compositivo formas geométricas donde la figura es abstraída, presentando un juego de llenos y vacíos que connota la sensualidad y al mismo tiempo la fuerza de las formas femeninas que sin llegar al erotismo, pretenden evocar la feminidad. Este simbolismo se refleja igualmente en mi pintura inspirada en la energía eterna que yace en la naturaleza y en todo ser existente, representada en ocasiones por el cuerpo femenino envuelto en un espeso y exuberante follaje tropical y caribeño, repleto del color de la Amazonía entera y en su corazón, un vientre fecundador como metáfora de la fertilidad de la tierra.
Para mí como artista es un transitar por el sendero hacia mi mundo supremo, mi futuro o mi destino, explorar la conexión con lo divino y lo desconocido, preguntándome, cuál será mi legado espiritual.
A ambas artistas también las acerca el estremecimiento cromático que lleva la apasionante búsqueda creativa y la pasión por todo cuanto se emprende.
Ambas, Taboada y Schulze, laten en la acústica de los vientos y las formas del mar.

Movimiento  imperceptible, indetenible.

Danza la rueda al unísono, con el universo.

Diosa dorada, Karen Schulze


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