domingo, 19 de febrero de 2023

Desamor

 

La alegría de hace cinco años, durante el pasacalles de Usera 

El mes de enero 2023 pasó a alta velocidad, como lo hace el tren Ave por algunos pueblos de España. Los vecinos de la Republica China  iban a celebrar el nuevo año este mes de febrero, pero hubo un adelanto en la celebración, este ciclo del Conejo, bastante improvisada por las calles del barrio chino de Madrid.

Marcaron el pasacalles hace ya un par de semanas y aunque hubo un buen desfile y  muchas carrozas, no se repartieron mascaras del conejo como en otros años del tigre o del perro, ni tampoco los pasaportes para entrar a degustaciones gratuitas por los restaurantes.  

De la ceremonia de las lámparas de deseos en la laguna del parque Pradolongo sólo se pudo disfrutar el gran despliegue de luces artificiales, porque contadas linternas de fuego flotaron encendidas por las aguas.

Los tiempos cambian y seguramente los trabajos de recuperación ambiental tuvieron algo que ver con esta celebración que sí ha contado con un lleno total en los restaurantes de comida china, teniendo que hacer reservas con más de una semana de antelación y colas a las puertas de ellos para entrar, demostrando el interés gastronómico que despierta este barrio, sencillo y práctico para vivir y deambular.

El barrio de Usera tiene la distinción de tener el que está catalogado como uno de los mejores lugares para consumir comida cantonesa, visitado inclusive por los reyes de España.  

Desde la época de la pandemia fueron muchos los negocios que cerraron aunque rápidamente la mayoría fueron sustituidos por otros que permanecen en una coexistencia revitalizante que se observa en un constante trajinar de camiones de reparto de mercancía.

Mientras Madrid se levanta con la energía de la liebre, con el frío y las constantes noticias de cambios meteorológicos, los termómetros subiendo y bajando, acompañados de borrascas y fenómenos atmosféricos; en las radios se sigue escuchando la canción de Shakira y Bizarrap, record en semanas en el primer lugar del top ten.

La primera vez que escuché hablar de BZRP Music Sessions #53 estaba a la siete de la mañana en una cafetería y un hombre  alardeaba de haberla escuchado ya tres veces, hablando de la letra e indirectas a Piqué, a los que le seguían con enorme interés, dando también sus opiniones.

Me sorprendí un poco que a esa hora de la mañana alguien tuviera un tema tan farandulero como diríamos en Venezuela. Casi siempre las conversaciones tempranas giran banalizadas alrededor del tiempo,  la guerra, el trabajo; a ritmo de imágenes de los noticieros de la tele.

Pero cuando un matrimonio de famosos sucumbe y más si han tenido líos con Hacienda (como casi todos por aquí),  y en este caso con tercera persona incluida, el espíritu culebrón hace de las suyas.

El mundo de los artistas de la música se mueve con los hilos de una potente industria. Para nadie es un secreto, aunque los detalles de todo ese cosmos lo viven quienes se mueven en ellos y tienen la fortuna de contar con el contacto, el apoyo y el momento oportuno para “pegar en la radio” y “ganar… (su) …primer millón”, como atrevidamente lo reveló Bacilos, hace años, con vivaracha gracia.

Las manifestaciones a favor del mensaje de Shakira son una revelación también de los tiempos que vivimos. Hemos leído como mujeres famosas -y no tanto-  apoyan su canción, sin ahondar un poco en ella. Por supuesto que está bien expresarse ante una infidelidad, pero en el caso de la gente que es parte de la denominada opinión pública, deberíamos ser un poco más exigentes.

Sabemos que el mal de amores producto de un “cacho” (poner los cuernos) o del desgaste de una relación o lo que sea que ocurre para finalizar una vida entre dos, una vez superada, es una de las cosas por la que no deberíamos dedicar segundos, ni horas: mucho menos días y hasta años, de este rayo de luz llamado vida.

Debemos entender que las uniones son transitorias, de aprendizaje y que solo en el mejor de los casos, cuando son profundo y verdadero amor, perdurarán.  Incluso en la separación. Y ese sentimiento cuanto más sólido más libre es, por lo tanto, despojado del egoísmo que en buena mayoría de los casos los sostiene.

La música de las emisoras de radio son canciones pegadizas, fáciles y que ahora componen entre cuatro y cinco personas para lograr que se convierta en el codiciado éxito del millón. El mismo tema del desamor repetido hasta la saciedad, con las renovadas interpretaciones de gente joven, reconociendo y expresando el dolor; también la sexualidad y los ritmos que se acoplan a la época de los cuerpos; son exaltados por los artistas.

Shakira, la joven que se abrió paso con sus pies descalzos, tan posesionada dentro de la producción musical, que aun dedicándose más a sus hijos que a la música, no dejó de tener ganancias y  continuidad en sus éxitos,  se descubre al mundo con una muy fácil rima “las mujeres facturan”.

Justo por facturar para poder sobrevivir en un mundo donde aún no se sabe muy bien cómo hacer el amor con el sexo, es que las mujeres son tildadas con el peor insulto que normalmente es utilizado para hacer daño a la madre de los otros, porque nunca creemos que es a la nuestra, en absoluta ignorancia.

Pero sabemos muy bien a lo que se refiere. Ella sin duda facturó más que él. También que ha tenido la inteligencia de pactar un tema que la llevará a obtener ganancias que serán una vez más repartidas en esta unión que se alarga, aunque ahora no de forma conyugal, protegiendo además a los hijos.

Pero la cuenta también es emocional. Venganza, en otras palabras. Tengo que decirle al mundo lo que a mí me pasó, como mujer famosa que soy, no me puedo quedar con eso. El ego no admite la desproporción de la infidelidad. Porque para las célebres o desconocidas es el mismo dolor: la traición atraviesa corazón y deja a la mente “ciega, sorda, testaruda”.

Pero insistimos: de todo lo que se vive en la vida, lo menos importante es deshacerse en búsquedas de porqués y en culpabilidades de las trampas del desamor. Nos merece la pena. El que rompe la relación abre una puerta mucho más importante para el otro: la libertad de ser y de sentir sin la pretensión virulenta del amarre y la posesión. Y cayó en el timo de una nueva relación que ya empezó contaminada, sin la frescura, honestidad y espontaneidad de todo comienzo. Marcada casi para sucumbir igual. Con muchas y honrosas excepciones, claro está, que no son la norma.

Mientras los diales de radio van haciendo lo suyo,  con bachatas lastimeras, electropop diss track,  dance pop, funk, reguetón, R&B, soul, swing, rock  y sinfín de estilos, la invasión o guerra Ucrania ya cumple este 24 de febrero, un año.

No sabremos si cuando la comenzaron ya sabían que iba a ser larga o la terminarían en la primera semana. Lo que sí reconocemos es que lo que se sufre en este lugar, parece importarle a muy pocos. Por aquí han estado pensando enviar tanques de guerra a petición del presidente Volodímir Zelenski. Lo curioso de la noticia es que pronto entendieron que había que enviárselos, pero los que les quieren destinar están destartalados y sin funcionar, por lo  que al menos más de cuatro meses durarán las labores de arreglo y mantenimiento hasta que lleguen, si lo hacen, a Ucrania. Un canto de hipocresía total. Nacimiento de un nuevo despropósito.

Si se quiere acabar con esta invasión o guerra, no se puede estar enviando tantas armas pero si se mandan son para usarse revitalizando el muy fértil negocio de las armas que nadie quiere abandonar. Es un asunto de locos.

Las mismas trampas del desamor, a otra escala.

El otro día un medio de comunicación anunció que de acuerdo a Reuters News Report un treinta por ciento de  los españoles ha dejado de tener interés en noticias porque hay demasiada política (un 43 %), tienen un efecto negativo en su estado de ánimo (un 36 %), porque sus noticias son sesgadas y de poca confianza (un 29 %), se desgastan por la cantidad de noticias (un 29 % también), les lleva a discusiones que prefieren evitar (un 17 %) y no pueden hacer nada con la información (un 16 %). Nada que pueda extrañar.

En horas tempranas del metro de Madrid en muchas de sus entradas hay repartidores del periódico gratuito 20 minutos. Buena mayoría de gente pasa delante de ellos sin tomar el diario y muchos de los que lo cogen, lo echan en la primera papelera que encuentran. Amontonados se quedan en la cesta antes de pasar por los tornos de accesibilidad.

Los medios de comunicación no han podido ni quieren reinventarse producto de la misma inmediatez de las tecnologías y las amplias posibilidades que existen de estar conectado a las muchas plataformas de juegos, videos, información y los gustos y las necesidades de todas las individualidades. Dentro de esa incapacidad hay además la cómoda postura de ir por el camino fácil, continuar por lo que hasta ahora les ha rendido ganancias económicas, en detrimento de la cultura y la misma e imperiosa necesidad de comunicar con amplitud humana.

Porque existen formas de significar para trascendernos a nosotros mismos.

Mientras tanto, no queda sino cambiar de emisora. O buscar la también pegadiza canción de Miley Cyrus, Flowers. Igualmente, facturando en el negocio de la música, de rima fácil, con un mensaje bien distinto al de Shakira. Con sentido de amor propio.

De ella no hablarán en las cafeterías.

Pero incluso, lo mejor es apagar la radio para escuchar y conectarse al verdadero amor que respira, viene del universo y ha hecho posible este mundo visible.

 

 

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