Ani Choying Drölma rodeada de niños |
A principios del mes de diciembre del pasado año 2022, la ciudad de Madrid brindó un regalo inesperado a todos aquellos que tuvimos la suerte de enterarnos y asistir a un concierto benéfico de Ani Choying Drölma, quien se convirtió en inspiración para el resto de nuestras vidas al llenarnos de su sencilla y amorosa presencia.
Pocas veces hemos sentido
lo que allí experimentamos, la calidez de una emoción nueva, cargada de mucha
sutileza, con canciones nepalíes que nunca habíamos escuchado y mantras
desconocidos y tan universales como Om Mani Pedme Hung, cierre de esta velada,
en la que invitó a cantar a un tímido público, que pronunciaba sin fuerza las silabas sagradas, conmovido por
su actuación.
En ese momento, ella pidió
energía y nuestras voces se explayaron en la sonoridad de la sala grande donde
se presentó para dar nuevamente entrada a esas simples letras que unidas, purifican,
salvan y transforman, honor a Chenrezig,
el Buda de la Compasión.
Tres músicos nepalíes la
acompañaron: Umesh Pandit (flauta) Gopal Rasaili (guitarra) y Manish Gandharva
(sarangui), en un evento organizado por el Centro de Retiros Arya Tara.
Fue una experiencia agradecida.
Al concierto benéfico lo llamaron Mantras del Corazón y fue
verdadero su título: los que allí asistimos advertimos que nuestro corazón bailó
en la dulzura del amor.
Vimos rostros embelesados
ante este ser espiritual, llorando en silencio hombres y mujeres, miradas que se llenaron de quietud, gratitud y
bondad.
El repertorio de apenas
siete u ocho canciones tuvo invocaciones a Guru Rinpoche, Padmasambhava; a Tara
Verde, y el mantra Namo Ratna Trayaya,
de Avalokiteshvara, entre otros temas; pero las canciones nepalíes llenaron de
ternura y afecto maternal. Ella misma explicó que son las que escuchan los
niños en esta nación que aunque distante y lejana, tiene una gran repercusión
en todo el mundo.
Sencilla y diáfana,
guiándose un poco por el móvil, pero sobretodo, por su guía interno, Ani
Choying Drölma, supo llenar de magnitud el momento, con su voz que sale de su
garganta, casi sin gesticular los labios, concentrada y serena.
Hizo que viajáramos a
cuando éramos niña y veíamos el mundo con una fuerza extraordinaria. Nada podía
detenernos y todo tenía el encanto de lo nuevo, de la magia de un mundo
multicolor a nuestros ojos.
La energía de los niños
siempre es hermosa. Vinieron pensamientos sobre los hijos e hijas del planeta azul, pues una vez que
hemos sido madres, bien sea al parir o al adoptar, sentimos como nuestros todos los niños y niñas nacidos en este plano
terrenal.
Recordamos la pureza de
nuestro hijo. Lo que hubiésemos cambiado de haber aprendido las cosas que ahora
sabemos. Nos conmovemos aún de recordarlo apenas al nacer, con luz suave de
atardecer, rosado y azul pálido difuminado. Sus pasos. Sus sonrisas. La
vitalidad que demandó para existir a sus
anchas.
Cuánto de agradecer a los
ancestros que hicieron lo mismo y se enfrentaron a circunstancias que no
tuvieron la benevolencia actual.
El mundo gira en torno a
lo mismo y lo único que muda su piel en la visibilidad de los tiempos, es la
impronta del cambio, siempre buscando la felicidad, que no está en otro lugar
más que en el corazón.
Sabiendo que todos los seres humanos inquirimos lo mismo, la educación en la niñez es más que fundamental para lograr seres humanos plenos, libres de los venenos que alimentan la mente: la ignorancia, el apego, la rabia, el ego y los celos, nacidas del miedo.
La paz instalada en el corazón puro de los niños, no
se curtiría con tanta facilidad si las enseñanzas fueran guiadas siempre de la
mano del amor.
La tarea del mundo que
parece tan grande, a la vez tan ínfimamente pequeño, es unificar los métodos
que permitan robustecer el crecimiento de todos los niños, llamados a la
evolución verdadera.
Mar profundo eterno transparente.
Eso fue lo que percibimos en Ani Choying Drölma.
Que buena falta hace que se escuche en las todas las
emisoras de radio del mundo.
https://craryatara.org/biografia-breve-de-ani-choying-drolma/
Foto:
https://elbiensocial.org/mujeres-que-mueven-y-conmueven-capitulo-2-ani-choying-drolma/
UUUF! que bello texto!
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