sábado, 31 de mayo de 2008

Jesús Alberto Ramírez "Ojalá el gobierno supiera respetar"


"Mi afición por la poesía está ligada a la tierra que me vio nacer, San Cristóbal. Allí, como digo en uno de mis poemas: ¥La azul neblina me cubrió de ese manto esplendoroso para andar por los caminos emocionados de la poesía, transformándose en un árbol. Diré así que sus raíces bebieron de la tierra que me supo asentar y por mis ramas multicolores aves entonaron sus cantos melodiosos y mis frutos fueron fragua de mi eterno soñar".


Jesús Alberto Ramírez nació en el estado Táchira en 1938. Muchas son las aguas que ha visto correr. Realizó bachillerato en ciencias en los liceos: Simón Bolívar (San Cristóbal), Juan Vicente González y Rufino Blanco Fombona (Caracas). Fue dirigente sindical en el antiguo Banco Obrero (hoy Inavi) y se enfrentó, por defender intereses laborales, a diputados del Congreso que se le convirtieron en grandes enemigos. Ha publicado: Analectas de un obrero (1975), Poemas al obrero (1984), Cantos a la tierra que me vio nacer (1987), Siete palabras de amor (1990), Los miedos y la noche (1999), Versos de verano (2001), Quijotadas, Sancho Panzas, otros versos y poemas (2003), Metamorfosis de los sueños de Petrarca (2005), y Mi pasión por Ada, otros versos y poemas (2006-2007).


En el campo de la poesía, ha brindado recitales en la Fundación La Salle en San Carlos. También en numerosas escuelas y liceos donde es invitado como declamador. Tuvo un espacio radial durante siete años dedicado a la educación rural y actualmente tiene el programa de radio: "La hora del poeta" que se transmite por Plata 105.7 FM en Tinaquillo, todos los martes de nueve a diez de la mañana.


¿Cómo ha mantenido esa llama creadora?
La poesía la defino como la recadera del cielo, la que nos trae y lleva los mensajes. Forma los momentos más íntimos de mi vida.


¿Desde cuándo se reconoce escribiendo poesía?
Desde muy joven escribo, tengo como cuarenta años haciéndolo. Mi poesía es lírica y elegíaca, también nativista. Les escribo a la vida, al amor, al dolor.


¿Por qué a los obreros?
Porque fui dirigente sindical en Caracas y allí tuve el honor de representar a la masa trabajadora y observaba todas las cosas que sucedían a diario en el quehacer laboral. Me preocuparon todos los desaciertos y todas las injusticias en esta materia, que dejé plasmados en poemas.


¿Comparable al momento que se vive hoy en día?
En aquel entonces se vivió una época muy brava. Había un sectarismo terrible, lo viví yo; y la corrupción era terrible. Ahora como que está un poquito más acentuado. En aquel entonces para ser un dirigente sindical de la oposición había que tener mucho guáramo. Sobre todo enfrentarse a gente con cargos relevantes, como los de la CTV y del Congreso, por defender derechos de los trabajadores; me hizo ganarme una buena reputación, pero mucho desgaste físico.


¿Cómo llega usted a San Carlos, estado Cojedes?
Trabajaba en una empresa que me había designado gestor de cobranza en cuatro estados: Guárico, Aragua, Carabobo y Cojedes; en cada lugar duraba una semana. Cuando me tocaba San Carlos regresaba cansado, por lo que pensé comprarme una casa allí. Ahora vivo en Tinaquillo, lugar donde tengo grandes amigos como el profesor Dubines Iván Montañez.


¿Qué está escribiendo en estos momentos?
Le voy a referir mis más recientes poemas. El día de mi cumpleaños, diciembre del año pasado, esperaba un grupo de amigos, pero un "palo de agua" impidió que llegaran. Se me ocurrió la idea de escribir. Como soy admirador del poeta español Joaquín Marco, quien escribió el libro "Algunos crímenes y otros poemas" , decidí hacer un poema a su estilo: "Hoy sábado voy a escribir un poema/ cojo la pluma en silencio bajo un foco de luz que me ilumina/en la floresta, donde vivo/oigo los tiros navideños y un rayo de misterio me fulmina/cojo la pluma y la luz negra del cielo me revela el delito cometido/voy a escribir sobre el amor y sus misterios/tengo la imagen/un día de sol en Tinaquillo/ una cerveza con un amigo/ son tantas y hermosas las mujeres/ que nos conducen a puertos de libidos placeres./La imagen a donde voy me sigue/y en los estertores del sueño/el amor me golpea con un martillo/pero era dulce morir de soledad gimiendo/ya domingo casi amaneciendo".


Otro poema que está fresquecito es "Mi niña", lo que recordé de la infancia de una hija mía y hasta me salió bonito: "Cómo deseara que fuera la hija que yo soñé/la hija que ve lo bueno la que lo malo negué/la desearía pequeñita/la que a un parque un día llevé/la que agarró las palomas y a volar yo las eché/la que balbuceaba frases que al mismo Dios escuché/la que decía tonterías que con ella me quedé/la que agarró por el rabo al monito chimpancé/contra la pared lo lanza/ y al otro mundo se fue./Tremenda era mi niña/tremenda como mi fe/tremenda como era el Hijo de María y San José./Tremenda, tremenda fuiste, ahora tremenda mujer/y mi religioso encanto que con los años se fue".


¿Lo buscan mucho como declamador y recitador de poemas?
Hay aceptación. En el programa de radio que tengo llaman mucho para pedir poemas. En otro espacio radial con que colaboro, los días domingos, llamado La Voz del Magisterio, también en Plata 105.7 FM, me invitan para que saquemos poesía. Les canto mucho al amor y a las mujeres. Le he cantado mucho a Tinaquillo.


¿Cuál es su secreto para mantenerse entusiasta con los años?
Tengo una disciplina, que cuando me baja un sueño, cuando llega a mi imaginación, busco inmediatamente plasmarlo y después lo pulo.


¿Cuánto tarda en pulir una idea y convertirla en poema?
A veces no es tan fácil. Hay unos que los alcanzo el mismo día, pero hay otros que he demorado para tratar de encontrar lo que deseo. Hasta que alcanzo ese cuadro no lo aparto.


¿Por qué quiere usted tanto al pueblo de Tinaquillo?
Porque en ese pueblo he hecho muy buenas y valiosas amistades. En mi trabajo me ha ido muy bien. Allí hice mis ahorros para poder criar a mi familia. Tengo unos hijos muy hermosos a los cuales les di educación; tres de ellos son profesionales universitarios.


Tengo poemas muy lindos dedicados a Tinaquillo: "A nadie le cuentes, vida/que estoy contigo solito/que le robo un arrebol a la huella vespertina que tañen en Banco Bonito./Pueblo bueno y decente este de Tinaquillo/que como hóspita fuente su dolor el alma tiene/del corazón de su gente da la infusión del tomillo./íAh!, valeriana excelente/mi cantar es un pasillo sobre la parada ardiente./Pueblo llanero presente, lleno de canto y de sol/el palpitar de tu gente lo llevo en mi corazón".


Para usted, que vivió una Venezuela distinta de la de hoy... ¿qué fue lo que pasó?
La zona en la que yo me crié, San Cristóbal, la denominaban la ciudad de la cordialidad, porque guardaba mucho respeto al ciudadano. En aquel entonces no se hablaba de droga, ni de secuestros; y sicariato, menos.


Todo eso nació de los 70 para acá, lo que le ha traído al país momentos muy tristes y dolorosos. Nuestra juventud se sumerge para poder sortear las vicisitudes del tiempo.


¿Qué pasó? ¿Cómo se llega del respeto ciudadano a la muerte?
Por la equivocación de los gobiernos, que no supieron fomentar sus políticas para que las masas estuvieran de acuerdo con las cosas que se hacían. No voy a decir que las cosas del pasado fueron malas, hay cosas muy buenas y positivas, como ahora que han hecho algunas cosas buenas.


Pero son como dos trenes que chocan a alta velocidad, producen en el pueblo una situación de confrontación, lamentable. íQué bueno sería que existiera un gobierno que supiera amar y respetar a sus opositores, y los escuchara! Y que los que fueron gobierno respetaran a éste. Que hubiese una convivencia armónica, pero estamos ante la nueva Venezuela. Inhóspita (Notitarde, Confabulario,31/05/2008).-

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