jueves, 2 de abril de 2020

Mariposa (cartas de apoyo a pacientes Covid)




Lo virtual está con nosotros desde hace mucho más tiempo de lo que creemos. Los primeros moradores del planeta lo descubrieron en las aguas. El espejo que se forma en pozos, lagunas o ríos reflejan  su alrededor,  lo que se asoma sobre ellos.

También descubrieron  en rocas como la obsidiana la impresión de vagas imágenes, al pulirlas, naciendo rudimentariamente la proyección de la luz o la imagen.  

La mitología griega ya nos había hablado de Narciso, el joven de apariencia hermosa que al verse reflejado en las aguas, quedó tan impresionado de sí mismo que no pudo separarse de esta visión que lo llevó a morir y renacer como la hermosa flor que lleva su nombre.

Nuestros comunes espejos, por lo tanto, son virtuales así como lo es nuestra mente que reproduce recuerdos e ilusiones, pues ella siempre está entre el pasado y el futuro. Ella es una continua reproducción de imágenes intangibles. Nuestros sueños,  dormidos o despiertos, hablan de esa alucinación que siempre está vinculada a la llamada realidad virtual.

En el mundo tecnológico parece más real  pero somos incapaces de detectar redes inalámbricas ni las ondas que hacen posible la transmisión de datos, la radio y la televisión. Quizás por ello, por esa falsa apariencia de real, le hemos otorgado a todas estas herramientas demasiada fuerza y presencia en nuestras vidas.

En un libro y también en todo lo que leemos se forma lo virtual. La mente, como una locomotora, va recreando en las narraciones y las descripciones, los hechos; y con mucha libertad asociando subtramas alrededor de las lecturas.

Recuerdo con especial cariño el relato Mariposa del escritor mexicano Salvador Elizondo, quien escribió: “es un animal instantáneo inventado por los chinos”, generando una imagen inmediata en nuestra mente que viaja a su vuelo y sus colores.

Más adelante del breve texto explica: “En el interior del cuerpo llevan un pedacito de papel de arroz con el ideograma mariposa que tiene poderes mágicos. Los fabricantes de mariposas aseguran que este talismán es el que les permite volar”.

De esta manera Elizondo, sin decirlo, revela cómo de las mariposas nacen los libros que nos permiten elevarnos e ir a esa amplitud tan generosa más allá de lo virtual.

Soy Marisol. Bello día afuera, con sol y una cantidad de posibilidades que nacerán en esta recuperación tuya, que espera, como todos, por ti. Mi gato Chachito duerme a mi lado. Se acaba de acicalar.



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