viernes, 8 de mayo de 2020

Desconfinado (cartas de apoyo a pacientes Covid)




La cuarentena que pasó a cincuentena ha presentado escenas surrealistas, reflejo exacto del pulso de toda esta inédita vivencia humana.

Hemos visto, muy cerca de casa, como un hombre fue rescatado colgando de la reja del balcón del segundo piso. Los vecinos como arañas lo descendieron en asistencia oportuna y sólo recordar un gran susto. Ni siquiera hubo necesidad de rescate por parte de bomberos. Aunque sí hizo falta el apretón de manos  y el abrazo.  Un heroísmo velado.

Salieron jóvenes a hacer botellón en la primera etapa de la desescalada. ¡Nada más ingenioso que hacernos los desentendidos, derechitos a nuestros vicios!

Los paseos por algunas calles parecen  el momento del pistoletazo del maratón de Nueva York por la concentración de personas,  muy cerca  una de las otras, sin conservar las benditas distancias de seguridad.  

Policías chulescos que han paseado por los solitarios pueblos cantando y bailando.

Gente que pide más vino y guasa desde las ventanas.

Pájaros que no visitan los parques porque no hay personas que les echen migas de pan o galletas trituradas.

Sin ninguna compañía un hombre fue multado porque dijo que estaba paseando a su perro invisible.

Los comentarios cargados en las redes sociales a diario electrocutan al amor, magnetizando al  miedo y desesperación que se ha ido batiendo en este mazacote de ensayo y error que es la pandemia.

Lo más trashumante: un hombre sentado bajo la silueta del toro de lidia,  conocido como toro Osborne, común al paisaje a lo largo y ancho de sus carreteras españolas,  daba qué pensar a quienes lo vieron ese día, bajo la gigantesca valla. Ya la policía lo había localizado y estaba hablando con él. ¿Buscaría cobijo? ¿Protestaría? ¿Se estaba rindiendo? Preguntas de quienes por allí pasaron y vieron la  escena de un desconfinado.

Menos mal que el otro día no había autoridad alguna que pudiera frenar el abrazo entre una chica y un chico en la acera de enfrente. Cualquier otro lo hubiese filmado porque fue de película: largo, copioso, lento. Entendible desde la ventana, multa segura para las autoridades.

Mientras la Real Academia Española espera ponerse de acuerdo para incluir en el diccionario palabras como Coronavirus, videollamada, desescalada, desconfinamiento y el verbo cuarentenar, asistimos al alargamiento de este obligado reposo, porque Madrid no ha disminuido contaminados y el número de fallecidos es alto y oscila,  sin que se logre absoluto control de toda la situación
Diario de observación, lecturas, imaginación y aguante, que extenderemos. 

Soy Marisol. Toda mi fuerza espiritual te acompaña en esta recuperación tuya que tiene la virtud de tus ganas de salir hacia adelante. Mi gato Chachito duerme. Día de buen clima, buena luz casi sin gris.

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Foto:

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