sábado, 21 de marzo de 2009

"El arte popular tiene carácter integral"


Hace justamente un año la Agencia Bolivariana de Noticias informó que la Fundación Museos Nacionales (FMN) adquirió 150 piezas de la colección de arte popular perteneciente a Mariano Díaz y a su esposa Uvi, asignadas al Museo Nacional de Arte Popular.


Dichas piezas poseen características bidimensionales, tridimensionales y fotográficas, en las cuales se expone el resultado de la tarea investigativa de Mariano Díaz, quien dedicó su vida a recorrer el país tras la huella de los creadores populares venezolanos.


Esta colección incluye gran parte de la memoria de la historia paralela del arte venezolano que no se había conservado y exhibido hasta ahora en los museos nacionales, informó la agencia en nota de prensa.


Con la adquisición de estas obras se destaca la trascendencia y sensibilidad de Mariano Díaz, además de los valores e importancia del arte popular nacional, en sus diferentes expresiones, así como de sus representantes.


Esta colección, ahora convertida en la cuarta más importante de la Fundación Museos Nacionales, incluye "gran parte de la memoria de la historia paralela del arte venezolano que no se había conservado y exhibido hasta ahora, dignamente, en los museos nacionales", aseguraron en una nota de prensa difundida por este ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura.


El Museo Nacional de Arte Popular es un ente cultural que inició sus actividades a finales del año 2007. A pesar de que aún no cuenta con una sede propia, el museo ha realizado distintas investigaciones y ha estado adquiriendo obras para conformar su colección.


Nacido en Roncagua, Chile. Es escritor, fotógrafo, diseñador gráfico.


1954-1960: Diseñador gráfico del Departamento de Extensión Cultural y del Teatro Experimental de la Universidad de Chile.


1960: viajó a Venezuela invitado por el Departamento de Publicaciones de la Dirección de Cultura de la UCV.


Trabajó en periodismo de redacción, ilustración y diseño en los diarios, La Esfera, El Mundo, La República, El Nacional y en las revistas Páginas y Elite.


Desde 1978 se desempeña como diseñador gráfico libre, y comenzó, por iniciativa propia, el registro de testimonios orales y fotográficos de los cultores de tradiciones, arte popular y artesanías de Venezuela.


En una presentación de sus últimos trabajos presentada en la Fototeca del Táchira titulada, Mariano Díaz viene porai, se escribió que venía "cargado de imágenes y poesía, de testimonios recogidos de tantos seres maravillosos que no sabíamos que existían en tantos pueblos y caminos y que, sin embargo, son el asiento de nuestra golpeada identidad nacional. De hecho, cada vez más, buscamos, en estas gentes, una guía moral, un mensaje inspirador de trabajo creativo y de exaltación de nuestros ricos valores culturales, que nos dé la fuerza para enfrentar el incesante ruido de una clase política agotada, sin mensaje creíble y al servicio de esa onda globalizadora que ha decretado ya el fin de las soberanías de los pueblos y la muerte de sus patrimonios ancestrales.


Esas gentes están porai y Mariano... también; desde 1960, cuando, en una misión de trabajo llega a Venezuela, desde su lejana Chile, para encontrar aquí lo que sería el quehacer de su vida: recorrer los caminos del país, entre maderas y barros, coplas y chimbangueles, Bolívares y María Lionzas, armado de cámara y pluma para componer un retablo de espléndidas fotografías y prosas con acento de pueblo.


Fotografías aclamadas en importantes bienales y salones internacionales, que hemos podido admirar en sus numerosos libros que han recorrido el mundo y son texto de consulta obligada en el área de la investigación antropológica.


Por ellos, nos hemos enterado de que existen un Luis Barón, Glenda Mendoza, Sixto Sarmiento, Daysi Padilla, el Gato Medina, María Antonia Urbina, Rafaela Baroni, etc., creadores populares que silenciosamente pintan, tallan, tejen, modelan nuestro acervo histórico y cultural. Mariano los sacó del anonimato, presentándonos al mundo como un país que alberga la más variada manifestación del arte popular en Sudamérica.


Mariano ha rescatado a un Bolívar extraviado para nosotros y lo encontró porai, en la humilde morada de nuestros artesanos, en tallas, pinturas, arcillas, cantos y decires. Un Bolívar humanado y mágico, que desde un nicho, conversa con ellos, tiene una niñez con piojos, toma caña, baila tambor y complace a las damas pero también sufre dolor y lucha contra los opresores y los farsantes.


Mariano Díaz, periodista, fotógrafo, diseñador, galardonado con las más altas distinciones que otorga este país, humanista y genuino bolivariano donde los halla, está porai, nos trajo su obra y su mensaje. Vayamos pues al encuentro de ese mensaje y la enseñanza que tiene para nosotros porque, finalmente, en esta existencia, todos somos gente de porai".


Todo lo anterior sirve como excusa para rendir un homenaje a Mariano Díaz, un hombre dedicado a destacar a los artistas más populares del país.


Perán Erminy escribió sobre las invenciones de nuestros cultores, artistas populares, artesanos y orfebres: "Son obras donde el colorido, la ternura y la libertad creativa se mezclan para expresar la verdadera fiesta de la imaginación que las diferencia de las creaciones artísticas de tradición académica".
La investigadora Carmen Araujo, de la Universidad de Los Andes, escribió en su clarificador trabajo El Arte: Un techo a dos aguas "...Defiendo la existencia de lo popular no como un adjetivo, sino como carácter integral del arte hecho y mantenido por los artistas no académicos, no especializados en la elaboración de formas plásticas, sino que, autodidactas han sabido desarrollar estilos propios cuyas características y riqueza expresiva, teórica y artística, le dan un valor tan importante y significativo como el creado por los artistas que sí han acudido a la especialización en escuelas de arte".


"... Arte popular es, de acuerdo al estilo o lenguaje, una manera colectiva de identidad, un resguardo consciente de lo que somos, sin trajes vestiduras o armaduras, transparentados en esa sencillez, compleja, ilusoria, creativa que es la obra popular.


Es posible entender lo popular con mayor alcance si se mira con la totalidad mental de la vivencia propia, si un artista es capaz de construir una obra como un recurso para hablar, muchos no lo saben escribir, otros no lo pueden escribir, otros no lo desean o quieren escribir, así la obra plástica es un lenguaje pictórico, transmisor de un discurso que no puede ser literario pero que recurre a los elementos de la vida vivida para decir lo que se tiene que decir. Y en este sentido, coincido con la idea de Perán Erminy cuando considera que cada obra es un atributo de lo vivido y de la relación con lo expresado. Lo popular debe ser un elemento de reconocimiento y valoración, un sentido de ser individuo de un territorio ideológico creativo capaz de generar formas de pensamiento traducibles a la forma visual de la plástica.


Lo popular no debe ser un señalamiento reprimido o castigador o marginal o peyorativo, lo popular es un recurso que señala lo trascendental que va más allá de la simple convivencia, por lo que el artista popular debe enorgullecerse de ser llamado artista popular, y defender ese criterio.
Su relación con el arte culto no debe ser ignorada. Esto, es parte de un crecimiento natural del hombre y la influencia de esto sobre la creación del artista popular debe está marcado con cuidado, éste es quizá el papel o debería ser el papel de la crítica, el salón de arte o el museo".


Así es que mucho antes de todas estas valoraciones y estudios estaba Mariano Díaz haciendo libros para dar a conocer a esos hombres y mujeres que se imaginaron a nuestros seres de fe y heroismo histórico cargados de besos y de trasnochos, buscando iluminar toda la oscuridad de la rutina diaria (Notitarde, 21/03/2009, Confabulario).-

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