domingo, 11 de octubre de 2020

Chela Palacios: el poder de reinventarse cada día

Chela Palacios desborda energía. Creo recordar que así la intuí apenas la conocí, años atrás. Si sacáramos con la barita de Merlín los rasgos distintivos de esta mujer, se cumplirían en su totalidad, a vuelo de pájaro, los diez atributos de la personalidad creativa, estudiada desde hace más de treinta años por el profesor Mihály Csíkszentmihályi, maestro de la psicología positiva y creador del concepto de Flujo (Flow) sobre la relación entre la felicidad y la creatividad.

Además de cumplir con casi todos los ítems señalados por el investigador consuma la idea más aceptada porque trasciende lo conceptual y aclara la experiencia: un ser creativo en vez de ser un “individuo”, es “multitud efervescente”.

En ella habitan, desde siempre, esas burbujas de luz. Escribe poemas, reflexiones, obras teatrales y puede leerlas con su voz dulce y clara. Da vida y actúa con sus muñecos de trapo y con los fogonazos de Claudia, personaje de una mujer que ha sabido fondear su pasado.

Es capaz de hipnotizar a los niños con papeles de seda recortados de lluvia e igualmente irse después a preparar una sencilla y redonda arepa rellena de queso, para continuar hechizando a sus hijos y nietos.

Su ser creativo jamás se detendrá porque ella nació con ese don y desde siempre supo que había de repartirlo por el mundo.

Como venezolana, ahora emigrante, ya jubilada, le ha tocado vivir duras pruebas, pero saca lo mejor de sí porque no es una maga de chistera. Ella es de las que encontró hace tiempo el tesoro que reverbera al final del arcoíris y regresó para expandirlo entre quienes han tenido la oportunidad de disfrutar su amplia sonrisa, su hermoso color de piel, orgullo de mezclas de tres razas, indígena, negra y blanca. Su continua agitación creativa, trajina; se derrama, y busca impregnar los corazones, de amor incondicional.

La entrevista fue realizada a través de preguntas y respuestas por correo electrónico. En muchas de las respuestas Palacios colocó “ja ja ja ja ja ja”. Incluso en las más serias, como su vida en pareja.

Su risa en código de béisbol, batea para hacer sonoros doble play.

El País de las monedas

MPS: ¿Cómo te sientes en estos momentos de tu vida: madre,  bisabuela, mujer creativa en el mundo?

CHP: En estos momentos de mi vida,  me siento en mi plenitud. Siento que he cumplido  y he representado estos papeles bien, a pesar de que en algunas oportunidades, quizás haya fallado;  seguramente, no tuve un buen director o el guion no estaba bien escrito. Como madre, traté dentro de mis posibilidades,  de hacerlo lo mejor posible, al igual que de abuela. La presencia de estos roles me dieron la fuerza, que comenzó como hija. Tuve unos padres ejemplares, un papá que siempre vivía echándonos cuentos  y de allí nació mi amor por la escritura. Creo haber heredado de mi madre y de mi padre, mi amor al arte. Y hoy me siento con el poder creador a plenitud. Ya no tengo las preocupaciones. Ahora,  en esta edad grande los desafíos son otros.

MPS: ¿Cuántos retos has tenido que enfrentar al emigrar de Venezuela a Perú?

CHP: Muchos. El primero, el miedo a lo desconocido y a mí misma. El miedo a no cumplir mis sueños. Los que tenía al ser jubilada, que eran tener calidad de vida, viajar, vivir en un sitio tranquila y dedicarme a lo que me gusta: escribir, seguir dirigiendo teatro y mis etcéteras.  En segundo lugar,  miedo  a la inestabilidad económica. El no tener un lugar estable dónde estar. Quizás estos sean mis miedos más profundos, no lo sé. Vivo mirándome y estudiándome,  a ver de qué manera podemos salir mi familia y yo, de este laberinto en el que nos encontramos. Es un caos mundial. Y debemos tomarlo como aprendizaje para seguir adelante. Estoy en la edad en que aparentemente todo debería ser tranquilo, pero no lo es. Así que debemos adaptarnos al mundo que nos ha tocado.

MPS: ¿Cómo te has sentido más cómoda, con el teatro, con la poesía, con las narraciones?

CHP: ¡Qué te puedo decir! El teatro ha sido parte de mi vida, allí aprendí a ver la vida de manera distinta.  Allí comencé a hacer mis primeros intentos de plasmar en escritura lo que sentía. Recuerdo mi primera obra escrita, El País de las monedas, este título nació de un mal título que vi en un periódico local, cuando empezó una devaluación y desaparecieron las monedas e hizo que sacarán unos billetitos como para jugar monopolio.

La representé, con mis niños de mi grupo Arcoiris Mágico de la Universidad de Carabobo. Allí comenzó  mi trabajo dramatúrgico. A mi vez, escribía cuentos infantiles, que me recordaban mi infancia. Tuve una niñez de cuentos y de encantos, tuve el privilegio de tener nuestros propios cuentacuentos y conocer los grandes clásicos infantiles. Claro está, eso lo supe después que comencé a ser lectora. Me gusta mucho escribir cuentos, aunque ahorita lo tengo abandonado.

La poesía la respeto pero no me considero poeta. Tengo ligeros intentos, ligeros ejercicios escriturales, que creo comenzaron, con poetas como Andrés Eloy Blanco y Pablo Neruda. Comencé copiándolos, tendría como quince años, a nadie se los mostré nunca. Con mudanzas se perdieron. Tuve la dicha de estar al lado de un poeta, que me leía todas las noches. Pero no me atrevía a escribir. ¡Leí tan buenos poetas en mi vida!, qué sentía pena por lo que yo podía escribir. Quizás soy más prosista que poeta y cuentista. Sin embargo, incursiono, ya que ando en la búsqueda de voz. Mientras llegué, disfruto lo que hago.

MPS: ¿Qué recuerdos te ha dejado el continuo escenario por el que has vivido?

CHP: Mis aprendizajes y los distintos escenarios que he vivido han dejado huellas indelebles en mi vida. De todos he aprendido. Ésta universidad de la vida, me ha hecho crecer, me ha enseñado a ver la vida de manera distinta, me ha hecho más humana, más sensible; a ver a mi hermano humano de la misma manera que me veo a mí. Sé que ese ser que es mi hermano, es mi espejo, es mi reflejo, que a diario me enseña. Hoy le agradezco a Dios ésta oportunidad de vida que me ha dado, ya que siento que si no hubiera pasado por cada altibajo que me ha tocado, hoy no sería este ser que soy hoy.  Simplemente agradezco todo lo que he vivido y vivo.

Amor de dos

MPS: ¿Cómo es la niña que habita en ti?

CHP: La niña que hay en mí no ha cambiado mucho o casi nada. Desde niña fui inquieta, curiosa, terca; de ideas fijas, juguetona, alegre y confiada. Siempre viendo lo bonito de las personas que han estado y están en mi vida. Por eso tengo tan excelentes personas a mí alrededor.

Sigo siendo a pesar de las adversidades esa niña que ríe por todo. Que tiene fe y que ama.

MPS: ¿Cómo es la chamana que te aconseja vivir con arrojo?

CHP: En la humildad, en lo cotidiano de la vida y la simpleza,  en irte descubriendo minuto a minuto, en la observación constante. Amo y respeto la libertad mía y la de las personas que están a mí alrededor.  Con el tiempo aprendí a valorar, a amar todo lo que Dios me dio y sobre todo agradecer por mí, por mi familia;  por lo que logré con mi esfuerzo.

MPS: De tu vida en pareja: ¿fue difícil vivir con un poeta? 

CHP: Según mi criterio, la vida en pareja es difícil, sea con quién sea, tienes que ceder, aceptar muchas cosas para poder llegar a una vida juntos. La pareja tiene que aprender a crecer junta. Es de dos. La carga y la flexibilidad no puede estar de un solo lado, por eso la cuerda  se va desgastando hasta que se rompe. Te puedo decir que mi vida al lado de Gustavo Montiel, se tornó difícil los últimos años, al principio hicimos una excelente pareja, luego las cosas fueron cambiando, tuvo mucho que ver su carácter, es muy inflexible, no cede nunca. La comunicación se fue enfriando. De él aprendí muchas cosas sobre la literatura,  es un excelente lector y muy buen escritor, a pesar de que siempre se negó a pertenecer a círculos.  

Él ha salido de mi vida, más nunca lo voy a olvidar, ya que nuestro hijo es muy parecido. Además las personas que pasan por nuestras vidas pasan por algo y siempre te dejan un aprendizaje. Nadie llega a tu vida por casualidad.  En cuanto a tu pregunta, para mí no fue tan difícil vivir con un poeta, porque yo lo comprendía, aunque a veces se tornaba insoportable.

MPS: ¿Cuál es el mayor aprendizaje que te dejó  el amor en pareja?

CHP: Creo no recordar el aprendizaje.  Aunque sí. Te puedo decir, que me pulió en lo que venía estudiando. Era lectora de filosofía esotérica. Aunque en aquel entonces no entendía muchas cosas sobre el aprendizaje de evolución del ser humano. Aprendí a valorarme como mujer, a amarme, a no depender de nadie. Entendí que el amor tiene que ser de dos, para poder llegar a un final feliz. Qué los esfuerzos que se haga no puede ser individual, no da los resultados esperados.

Reverón

MPS: Háblame de tu familia.

CHP: Tengo tres hermosos hijos, maravillosos y amados hijos. Ana Abigail mi primogénita, María Fernanda, mi segunda hija y Gustavo Augusto, mi tercer hijo. Me siento súper agradecida con Dios por haberme no solo dado la vida, sino por haberme otorgado el milagro de la maternidad, a su vez potenciada y premiada con nietos bellos, sanos y hasta una bisnieta. Mis nietos por orden de edad: Julio, Stephani,  José Daniel, Diego Andrés, Marcelo Andrés y cierro con otra nieta bella de apenas dos años, Anapaula; y la bisnieta Verónica de los Ángeles. Así que la vida me ha premiado.

MPS: ¿Volverías a nacer mujer?

CHP: Si, creo que sí. Amo ser mujer. Y bueno,  como me tocó ser mujer de este lado del mundo, y en la época que me tocó, ya otras habían luchado por nuestra liberación. Así que solo me ha tocado agradecer a tan grandes mujeres que nacieron antes que yo.

MPS: ¿Cuánto de Reverón hay en ti?

CHP: De  Reverón  están mis hermosas muñecas de trapo.   Ellas nacieron un día que conocí a Zobeida, la muñequera de Píritu.  Ese día me atreví a hacer  mi primera muñeca y  desde ese día me enamoré de ellas y hasta talleres di. Inclusive hice hasta un proyecto que llamé "Rescate   y elaboración de la muñeca tradicional venezolana”. Logré hacer varias exposiciones y ellas con orgullo llegaron un día España, a Santiago de Compostela,  donde fui invitada por mi amiga-hermana,  Judith Rodríguez. Allí fuimos invitados a presentar la obra La patria es una mujer sobre tres mujeres, monólogos separados: La India, Judibana, la negra Juana Ramírez, la Avanzadora, y la blanca Josefa Camejo, la heroína de Paraguaná.  La obra fue dirigida por Obel Hidalgo y por mí. Así que el Taller de Formación Teatral de la Universidad de Carabobo y Andarín Cósmico viajaron a Santiago de Compostela.  Muy bellas presentaciones, con las actrices,  Geraudi González Olivares, María Fernanda García Palacios y como el tercer personaje la propia Judit Rodríguez. La experiencia fue maravillosa.

MPS: Siempre que se te recuerda se siente tu sonrisa: ¿cómo la has logrado mantener en el tiempo?

CHP: Tomando la vida no tan en serio.  Esto tiene que ver mucho con lo que he aprendido. Hay un dicho que dice que hay que ser económico. Según tengo entendido. Para estar serio pones a trabajar, según recuerdo, setenta y dos músculos de la cara. Mientras que para sonreír solo tienes que utilizar catorce. Así es que preferí la economía. Ya  que está no me cuesta nada. Es en lo único que he hecho economía

MPS: ¿Cómo es tu vida, con tus fantasías y tus luchas?

CHP: La vida para Chela Palacios es un reinventarse diariamente.  Siempre estoy pensando en algo. Algunas veces mus hijos me dicen: Mamá ya estás vieja, no puedes hacer tal o cual cosa. Rio por dentro, callo y lo hago. Así soy. Y no lo llamo lucha, lo llamo vida, en cada respiración, está la energía y chispa divina que me impulsa  a seguir.  Algo me dice continúa, algo queda. Sigue regando. Alguna semilla crecerá.

Claudia Cienfuegos

MPS: De los personajes que has creado, ¿con cuál te quedas?

CHP: Con Claudia Cienfuegos, mi personaje de la Historia para ser cantada. Ella a pesar de las adversidades, canta, cuenta, baila, ríe, llora. Y sigue su vida como si nada.

MPS: ¿Cómo nació?

CHP: Nació después que me jubilé de la Universidad, ya no había más niños. No más grupo de teatro de niños. Un día reunida con mi amiga Geraudi González Olivares, le digo por qué no hacemos un grupo de teatro. ¿Te atreverías  a hacerlo, “amichiiii”?, le pregunté. Ella aceptó  y así nació el grupo de teatro "Andarín Cósmico".

La pregunta obligada en ese entonces fue: ¿qué monto? Nos pusimos a leer, para ver si conseguíamos unos monólogos. Muy tímidamente me puse a escribir y nacieron dos monólogos.  Mi visión del mundo, la historia de una mujer que dedicó su vida a su esposo e hijos, olvidándose de ella. Cuando queda sola que los hijos crecen, se da cuenta que su esposo la engaña.  Comienza a buscar dentro de ella. Busca algo que le gusta y descubre que puede escribir, la  Historia para ser cantada.

Es un personaje muy simple, Claudia va por la vida contando y cantando su historia, sus recuerdos, sus anécdotas, sus alegrías. De esa manera ella no deja que el caos del mundo la absorba.

MPS: ¿Qué significó para ti tu paso por la Universidad de Carabobo?

CHP: La experiencia, el saber; allí conocí, gente, personas maravillosas. Mi  paso por la Universidad,  es lo más hermoso que me ha pasado, aparte de mis hijos. Allí aprendí a valorar las cosas bellas de la vida. Es realmente inolvidable.  

MPS: ¿Tienes añoranza por Venezuela?

CHP: No.  Estoy aprendiendo a despegarme de las cosas. Estoy trabajando mis apegos. Con esto no te quiero decir, que no la añore, alguna que otra vez, los olores, los sabores; su gente, mi familia, los sabores de los quesos.

MPS: ¿Qué proyectos tienes?

CHP: Mi proyecto futuro es viajar a España. Vivir en una Villa con mis comodidades para seguir escribiendo. Montar un hostal y hacer funciones de teatro, exposiciones de pintura, hacer tertulias literarias a los viajeros.

Un mundo sin caos

MPS: ¿Cuántos libros e ideas tuyas se mantienen inéditas?

CHP: La clase para ser contada, un libro dedicado a los docentes, para  que los alumnos aprendan las clases como un cuento y disfruten. Les guste el lenguaje, la historia. Un libro de cuentos infantiles Sueño al amanecer, recuerdos de mi infancia.  Un libro de poesía, Todo Pasa  que  al principio lo llamé, Mis ejercicios escriturales. Un libro de teatro llamado El libro de todos los cuentos. Aquí están las obras infantiles escritas en mi tiempo como directora del grupo de teatro Arcoíris Mágico de la Universidad de Carabobo. Un texto que llamo de poesía, especie de experimento, donde están escritos parte de mis logros como estudiante de la vida aún sin graduar, intitulado Soy nueva para la  vida.

Sigo siendo nueva para la vida y aún digo, siendo nueva para la vida.

Y finalmente en preparación un libro de reflexiones, Chela Palacios, mi día a día. Aquí expreso al igual que en mi libro de poesía, mis pequeños aprendizajes de cómo veo la vida y mi acercamiento a Dios.

MPS: ¿Con qué sueña Chela Palacios?

CHP: Sueño con un mundo sin caos. Donde todos seamos iguales. Donde aprendamos a amarnos, que no haya división de razas. Sueño a que seamos verdaderamente libres.

MPS: ¿Bailas sola?

CHP: Si. Me gusta bailar, reír, veo la vida de otra manera cuando puedo hacerlo.

MPS: ¿Cuál ha sido el mayor milagro de tu vida?

CHP: El mayor milagro de mi vida ha sido la vida misma. El haber recibido el permiso de venir a este planeta laboratorio llamado tierra y poder seguir creciendo espiritualmente y poder cumplir con los preceptos de la divinidad.


Escritos de mi aprendizaje (Chela Palacios)

1 de enero de 2015

Expectativas, cambios

Experimentación

De pensamientos

De trabajos… de búsqueda

De encuentros, de estallidos

Romper con tabúes, tradiciones

Volver  al origen

Llenarnos  de luz

Eliminar  todo pensamiento  negativo

Para alcanzar  la  evolución esperada.

Un nuevo año  de esperanzas  para  el mundo

Para  la humanidad.


Despertar consciencia

Recordar  

Quiénes  somos en realidad

Salir de nuestro encierro

del encierro  de nuestra casa  tapada 

Estudiando, existiendo

Viviendo un periodo de cambio,

Cambio  necesario para nuestra  transformación

Y poder  convertirnos de  oruga a mariposas

Liberarnos, movernos

Convertir la tela gruesa, densa que nos cubre

en  suave, ligera, transparente  

y volar,  volar, volar hacia la luz.    

Es un  cambio  fuerte.  

Como  todo cambio.

Nadie   dijo que era fácil. 

Es un  cambio   de  Alfa  a Beta.

De  Beta  a Omega

 
Repetir constante

Oración  constante

Elevación constante

Revisión diaria, de cada pensamiento

De cada sentimiento

para limpiar

para crecer

Para borrar todo sucio del corazón.

Cada mañana, segundo a segundo


El día y la noche  se unen cómplices en el acuerdo

Para ayudar

Para vernos crecer

Para vernos madurar

Minuto a minuto

La tierra purificada, limpia

Espera por nosotros

Un aleluya para este nuevo ser humano que ha nacido

Un aleluya para la humanidad hermanada en el amor.


7 de enero 2015

Cada  día sigo siendo nueva 

me levanto 

me siento viva

Viva para mirar

Para  comprender 

Para ver como la noche  se transforma en día

 como la claridad envuelve a la oscuridad…

y el milagro… el gran milagro

maravilloso misterio  que nos envuelve día a día

misterio lleno de amor  de la naturaleza

maravilloso fenómeno 

debe ser nuestro primer aprendizaje diario.

Integrarlo en nuestro ser,

Así  como la oscuridad  es alejada 

por el sol resplandeciente 

necesario para la vida

así nuestro  corazón debe ir eliminando  toda negatividad

ir  llenando de luz nuestros pensamientos, nuestro corazón

 avivar la llama    para el cambio total

Para  que renazca  ese nuevo ser   evolucionado.

Ese nuevo ser  esperado por siglos.

La vida es un ir y venir

Necesario para nuestra  evolución

Nuestro  cuerpo debe ser cuidado 

Para poder cumplir nuestra  misión en la tierra

Es un ir descubriendo  día a día

A qué  vinimos

Por qué  estamos aquí…

Es ver, es  mirar, es investigar,  es aclarar dudas

Para seguir, seguir,  seguir, 

De esa manera  descubrir la verdad


Duda

Búsqueda

Investigación

Nos  empuja  hacia el futuro

Para poder comprender

Los cambios que se avecinan

Y  no caer en el caos  del mundo

Los seres humanoides

Asumen  la negatividad  como positiva,

El  engaño  está latente,  

Orión se  ha encargado  de ello

Es nuestro  deber no dejarnos  llevar por este engaño

Buscar la verdad,  la verdad que encontramos  en la sabiduría Ra.


Enlaces:  

http://multiplicarvoces.blogspot.com/

https://www.facebook.com/chela.palacios

 

 

 

domingo, 4 de octubre de 2020

Regreso a clases



Plaza Callao Madrid


Comprendo, al tercer o cuarto día, que las canciones familiares que reconozco y se escuchan desde mi cuarto ubicado en un quinto piso, coinciden con el inicio de clases del colegio que tengo justo atrás del edificio, tras los meses de confinamiento y la temporada de vacaciones.

Me asomo a la terraza y los veo: niños muy pequeños que están haciendo fila, imperfectamente alineados, mientas una versión de Mambo number five de Lou Bega los recibe, diez minutos antes de las nueve de la mañana.

A través de la reja están algunas madres viéndolos y conversando entre ellas. Unos llevan mascarilla, otros no; porque deben ser menores de cinco años. En grupos pequeños siguen a las maestras hacia las aulas.

En la hora del recreo es la canción Bang Bang la que marca el paso. Me asomo y quedo impresionada al escuchar la pieza original de Joe Cuba, esa pegadiza melodía que apenas hilvana frases y palabras sonoras, ante la sensación placentera del rechinar del cuchifrito en nuestra boca.

Los pequeños no bailan, están en lo suyo, dentro de esa piel que aún huele a agua. Aunque de vez en cuando les veo soltar un swing con sus caderas y piernas. Patadas y saltos fugaces que parecieran decirle al tiempo que sobra la vida.

A la hora de la salida, colocan Castellano que bueno baila usted, la versión de Gente de Zona, homenaje a Benny Moré.

Vuelvo a mirar hacia abajo, al colegio, los muchachitos juegan, corren, saltan, yendo de un lugar a otro, ante la mirada atenta de los cuidadores.

Las melodías que animan llegada, recreo y salida, las intercalan con los días, pero solo son estas tres; hasta que el silencio vuelve a habitar de nuevo, después de las cinco de la tarde.

Lo anecdótico es que estoy en Madrid y estas canciones resuenan a New York, Puerto Rico, Cuba y Venezuela. En ese orden. Pero eso lo sabemos porque hemos medio vivido en zonas de quiebre donde a pesar de todo no se rompe la vida.

A los niños, estos ritmos y voces los conectan con la esperanza, que aun siendo débil repercusión de la fe, conversa con ellos  durante las horas que están en ésta escuela.

En un segundo plano, por supuesto, están las risas, comparsa de voces; los brincos y advertencias de las maestras. Irrepetible e inolvidable música humana (que solo puede salir de un centro de enseñanza),  que invita sonreír desde la ventana del cuerpo y del alma.


La escuela a ritmo de mambo, salsa y son 


España y las principales ciudades españolas,  Madrid capital en primera persona, viven una serie de desacuerdos, polémicas. Nudos comunicacionales que no permiten el entendimiento entre ciudadanos y dirigencia política.

El metro abarrotado choca con las directrices dadas a los de bares y cafeterías que aquí junto con los hoteles, restaurantes  y locales de ocio conforman una red de negocios de hostelería, a los que se les está exigiendo distancias entre comensales, limitaciones en el aforo y respeto a un horario que no les favorece.

La ciudadanía empieza a sentir las incomodidades de vivir en las zonas más pobladas y en las que supuestamente han aumentado el número de contagios, pero poco se habla de las zonas al norte.

El comentario generalizado de quienes viven en el sur es que son buenos para trabajar en cualquier parte, pero los confinan para no tener normalidad  en sus vidas.

La traducción real de toda esta situación en España es casi la misma que en el mes de marzo: improvisación y una sensación de caos generalizado.

Cansada del desacierto político, a pesar del nuevo confinamiento, la gente sale a distraerse,  a hacer sus diligencias, a llevar a los niños a los parques. Se ha abierto una fisura más, entre las tantas que ya existen entre las comunidades y ayuntamientos con el gobierno, despuntes de descoordinadas intenciones.

Pero allí no queda todo. El aprendizaje de este tiempo es quebradizo. Se siguen los patrones y los estilos de vida hasta ahora aceptados. Ante las nuevas medidas, se abarrotaron los supermercados. Los venezolanos que hemos vivido en un país mermado somos (irónicamente y una vez más)  testigos de largas filas para entrar a supermercados y ver carritos de compra atiborrados de miedo.

Un consumismo que se alienta desde las televisoras que parecen coordinarse con los políticos que hacen gobierno. Con sus respectivos turnos, izquierda ahora, antes derecha. Divisiones siempre que hacen mucho más incongruente el diario vivir del trabajador.

Caminando por uno de los innumerables parques que tiene Madrid, mares verdes para no extrañar tanto los azules, descubrimos una imponente estatua de Don Andrés Bello.

En la Dehesa de La Villa está este venezolano universal que debe estar complacido de escuchar a sus coterráneos por toda España. El acento criollo ha ido aprendiendo a sobrevivir como tantos otros latinoamericanos fuera de sus tierras, adaptando modos y estilos de vida diferentes. Nada fáciles y en muchos casos esclarecedores de por qué el mundo sigue como está.

La placa señala fecha de nacimiento y muerte de Andrés Bello (Caracas 1781, Santiago de Chile 1865) y  lo presentan como “el salvador de la integridad del idioma castellano en América”.


Andrés Bello en La Dehesa de la Villa


La placidez que se encuentra en este parque contrasta notablemente con el mundo obstinadamente irreal que se empeñan en transmitirnos los medios que solo han aprendido a reflejar –acomodaticiamente- unos hechos que aparentan mostrarnos lo real y las grandes marcas que los financian.

Coches, perfumes y seguros se encargan de patrocinar la torta de los programas y los  informativos que van revelando aquí y en el mundo entero la miseria humana, salvo honrosas y pequeñas excepciones. Desde que estamos en España vemos cada día menos televisión por lo decepcionante que resulta saber que el primer mundo no se diferencia del resto, a la hora de utilizar al llamado cuarto poder para  encharcar los horizontes en nombre de sus cada vez más empobrecidos intereses personales.

Un mundo súper poblado donde somos incapaces muchas veces de ponernos de acuerdo con el vecino, no necesita coches, perfumes y seguros para andar. La rueda exige una transformación desde dentro hacia fuera.

Por ahora, aferrados a las que ya se vislumbran como las viejas formas, ganados a la imperiosa necesidad, mucho más poderosa, de convertirnos en mejores seres humanos.

El otro día leíamos una crónica sin desperdicio que recogía los momentos de total acierto del médico cirujano Carlos Val-Carreres al salvarle vida del banderillero Mariano de la Viña, quien resultó corneado por un toro el 13 de octubre de 2019, en la plaza de Zaragoza. La situación cataclísmica narrada del casi cadáver que trasladaron a emergencia, convertido en sus manos, en un hombre herido, que salió caminando cuarenta días después, es otra forma de entender lo que es ésta España invertebrada como escribió José Ortega y Gasset.

Unos intentando volver a las plazas de alegría, vino y muerte, mientras las salas de los hospitales vuelven a llenarse de tristeza, sombras, enfermos y expiración.

A ritmo de mambo, salsa y alegría de niños de regreso a clases, pasó septiembre y entró el mes de octubre. Dicen que el sol y la luna siempre están ahí. Habrá que acercarlos entonces a la vibración  de nuestro son: tierra, papelón y nuez.


La Dehesa de La Villa