íLa Tierra no es un planeta cualquiera! Se cuentan en él ciento once reyes (sin olvidar, naturalmente, los reyes negros), siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos once millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos mil millones de personas mayores.
El anterior párrafo a lo vez lo es de un capítulo del cuento El Principito, escrito por Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, 1900-1944) una historia escrita de una manera simple que contiene fuerza humana y espiritual sobre la naturaleza del mundo de los adultos.
Lo ponemos justo arriba en la antesala de esta entrevista porque Chemir Colina lo leyó cuando tenía 9 años y ese momento mágico, el encuentro con ese personaje, marcó su vida. Desde entonces todo ha sido prepararse y trabajar en función de la cultura, desde las artes plásticas, la literatura.
Acaba de ser nombrada coordinadora de la Plataforma del Libro y la Lectura Carabobo, cargo que viene siendo como una recompensa después de sus 18 años de indetenible labor. Sus inquietudes la llevaron a estudiar en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena, la Escuela de Artes Escénicas Ramón Zapata, el Tecnológico de Música Extensión Valencia, el Centro Piloto de las Artes Contemporáneas y en la Universidad Bolivariana de Venezuela, gestión social. Ha realizado talleres y cursos en expresión corporal, artes plásticas, lenguajes creativos, poesía, museos y ambiente, museografía, gerencia cultural, critica de arte y guía docente. Seminarios de política y cultura, ética e historia del venezolano posible, poetas de América y rostros y tendencias en el arte venezolano, sobre el arte popular. Ha escrito ponencias, investigaciones y textos de catálogos, exposiciones, salones. Es autora de cuentos y durante un par de años (1997-1999) escribió textos sobre artes plásticas en el suplemento cultural de Notitarde, Letra Inversa. Es miembro de la Junta Directiva de la Red de Escritores Carabobo, en la coordinación de promoción de lectura.
¿Alguna idea para comenzar el nuevo reto del 2008?
A mi me ha ayudado mucho que este año 2007 estuviera como asistente de Freddy Rojas dentro de la Plataforma del Libro, encargándome del trabajo operativo y organizativo. Era una labor conjunta entre los dos. Mi primera idea es seguir fortaleciendo lo que ya se comenzó hace mucho. Tengo mis propias ideas en cuanto cómo será el abordaje comunitario, sin embargo nosotros nos regimos por lineas muy directas que bajan dl Ministerio para la Cultura. A principios de enero tendremos reuniones en Caracas.
El trabajo comunitario es la punta de lanza de nosotros, llevar el libro hacia las zonas donde no llega y darle a los niños ese instrumento porque no tienen una biblioteca cerca; dar talleres.
¿Ha habido dentro del esquema de trabajo que realizan algo diferente, llamativo, aparte del bibliobús? ¿Cuentan con más recursos?
Los bibliobús pertenecen a la Red de Bibliotecas Públicas del estado Carabobo. Hemos venido trabajando en conjunto. José Félix Peraza, el presidente de Fundemip, realizó un trabajo invalorable durante los cuatro años que estuvo en la biblioteca. Creó el área de promoción de lectura donde nosotros hemos estado dando talleres.
Freddy Rojas y yo nos movíamos por todo el estado Carabobo dando charlas y talleres; y ellos, a su vez, nos acompañaban a nosotros. Fuimos hasta los lugares más apartados. en la parroquia Negro Primero, por ejemplo, estuvimos un lugar llamado La Fila, donde tuvimos una recepción importante, con un programa que tenemos que se llama cultura en curso.
¿Qué es un libro?
Es todo un mundo. Es conocimiento. Es poder viajar sin necesidad de moverse de una silla. Es un momento para soñar.
¿Por qué seguimos diciendo desde siempre que no se lee en Venezuela?
Tiene que ver con la educación, empezando por la familia. Algunos tenemos la suerte de que nuestros padres y abuelos fueron y son lectores, pero no todos pueden decir lo mismo. La gente cree que leer es algo muy profundo pero se puede comenzar por una tira cómica, una revista. Siempre en los talleres de sensibilización de la lectura que damos, le decimos, más a los representantes que a los maestros, que la verdadera razón de los libros son ellos. Son para ellos. A muchos les cuesta creerlo porque no tienen formación formal, pero es allí justo nuestra tarea.
Hay que romper con los tabúes de lo que se cree es el artista. El libro es para todos, mas ahora, que están las Librerías del Sur, con precios muy económicos; de muy buena calidad.
También necesitamos más Librerías del Sur y más hacia el sur.
¿Se puede separar a los libros del proyecto de socialismo? La lectura es libertad...
Nosotros como Ministerio del Poder Popular para la Cultura trabajamos y creemos en eso. Hablamos del socialismo en el libro no como algo político sino desde el punto de vista de la socialización de la lectura. que todo el mundo tenga la misma posibilidad de accesar al libro. cuando nosotros hablamos del socialismo del libro hablamos de que tenemos una imprenta en Carabobo, que se encuentra en la sede del Ince, para que todos aquellos que tengan la inquietud de publicar un libro puedan hacerlo. Con el mismo derecho. Que todos podamos tener una colección en casa para nuestros hijos, para nosotros mismos. Que el libro circule.
¿Cómo comenzó a vincularse con el mundo cultural?
Estando en el segundo año de la Escuela Arturo Michelena me di cuenta que lo que me gustaba era la investigación en las artes. En ese momento estaban buscando en el Ateneo de Valencia guías docentes, y aún cuando pedían alumnos de cuarto año, el director, Ramón Belisario, envió una carta sobre mis condiciones. Entré dentro del grupo que fue formado y de la selección quedé. Entré en el año 1992 y el Ateneo de Valencia para mi fue una gran escuela. Empecé a crecer allí y al tiempo pasé a trabajar como asistente de investigación, luego asistente de publicaciones. tuve la gran suerte de trabajar con Esdras Parra, Carlos Villaverde, Willy Aranguren. He sido una privilegiada de Dios. He tenido la fortuna de trabajar con gente muy preparada con la cual he aprendido.
En el año 1997 ganó el concurso de cuentos de El Espectador. En el año 1996 envió al concurso de cuentos de El Nacional el cuento "Unos minutos transcurrirán después", que quedó entre la selección de los primeros doscientos. Para el 2008 tiene como meta publicar una recopilación de lo escrito para el mundo del arte durante 18 años, y uno de cuentos, para su hijo, "Abraham Emanuel", a quien ya dedicara "El Niño Constelado" (Notitarde, 29/12/2007, Confabulario).-
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