Hasta este 3 de mayo estará en Venezuela, como desde hace más de 20 años nos visita anualmente, el Lama Ole Nydahl, quien dictará una conferencia pública en Caracas y el curso de phowa, que se trata de un conjunto de meditaciones para aprender a morir conscientemente.
El Lama Ole Nydahl llegó el pasado 27 y es uno de los pocos occidentales plenamente calificado como lama y maestro de meditación en la tradición budista Karma Kagyu.
Desde 1973, ha transmitido la bendición del linaje en una ciudad diferente casi cada día, viajando y enseñando por todo el mundo. La profundidad de sus conocimientos y enseñanzas dinámicas, inspiran a miles de personas en sus conferencias y retiros de meditación.
Desafiando los conceptos de las personas sobre la vida y enseñando el Budismo de una manera poco ortodoxa, Lama Ole ha sido una de las principales fuerzas de transmisión en traer el Budismo a Occidente.
Para la fecha ha fundado más de 600 centros de Budismo Camino del Diamante en 44 países alrededor del mundo. Su manera única de unir un estilo moderno con una sabiduría ancestral ha contribuido en crear el cuerpo más grande de estudiantes laicos que practican los métodos del Budismo Camino del Diamante en Occidente.
Ha escrito varios libros y de Las cosas como son presentamos el siguiente fragmento: “Así como las Cuatro Nobles Verdades fueron enseñadas en Sarnath, el Buda explicó las enseñanzas internas de la compasión y la sabiduría cerca de Rajgir, al norte de la India. Muchas de las enseñanzas del Camino del Diamante, que involucran el cuerpo, el habla y la mente, y que actúan profundamente sobre la naturaleza búdica inherente a todos los seres, fueron dadas cerca de allí, en Vaishali. Son conocidas sobre todo por sus métodos integrales y sumamente eficaces.
Con independencia del lugar y del tiempo, el Buda aprovechaba cada momento tan pronto lo visitaban personas excitantes llenas de vitalidad y alegría. Hubo entonces chispeantes encuentros en los que él les transmitía a ellos una experiencia de su mente intemporal. La estrecha cercanía de esos discípulos a la Iluminación y su capacidad de experimentar al Buda no como algo externo o separado de ellos los impulsaba de forma irresistible. Su fuerte devoción les posibilitó ver al Buda como un espejo para su propia mente y de esta forma apropiarse rápidamente de sus cualidades. Experimentaron el iluminador espacio consciente entre pensamientos, (el Gran Sello, en sánscrito: Mahamudra, que él enseñaba como su propia naturaleza verdadera), y así pudo establecerse libremente la riqueza de alegría y poder que venía creciendo en ellos a lo largo de muchas vidas.
La devoción tiene muchos aspectos, y aunque es tan útil cuando el maestro es responsable, puede conducir a resultados muy diferentes. Jomeini, Pol Pot, Hitler, Stalin y Mao produjeron sin duda alguna un sufrimiento interminable, pero sólo pudieron destruir tantas vidas y acabar violentamente con tanta felicidad porque personas ignorantes confiaron en ellos. Del otro lado, la devoción a quienes se constituyen en buenos ejemplos ayuda bastante a muchos. Puesto que las enseñanzas del Buda conducen más allá de toda dualidad, muchos seres se liberaron e iluminaron a lo largo de los siglos. Son incontables los que gracias a él llevan una vida significativa y consciente.
En los tiempos actuales de los atentados suicidas, es más importante que entonces entender el inmenso poder de estas emociones. La causa de la devoción es un reconocimiento: si uno se encuentra con algo que corresponde a su propia esencia, sin falta queda uno impresionado.
Finalmente, ¡uno ve el propio rostro! Para el resultado de la devoción es decisivo qué es lo que lo impresiona a uno. Los representantes de enseñanzas filantrópicas, por ejemplo, ayudan conscientemente a los seres a desarrollarse para el bien de todos. Quien confía en el espacio que le ha abierto la intrepidez de su maestro y aprovecha su riqueza en experiencias y métodos, tiene, acorde con la experiencia, un rápido ingreso a la Iluminación”.
Del Phowa Ole Nydahl dice lo siguiente: es una meditación que nos prepara para el momento de la muerte, es un ejemplo único para el uso práctico de los métodos en el budismo Tibetano. Mediante esta práctica, uno puede alcanzar la liberación en el momento de la muerte. En un curso de cinco días, uno experimenta en un campo protegido los primeros pasos de la propia muerte y pierde con esto el miedo a morir.
Las personas no familiarizadas con las enseñanzas budistas les puede parecer un poco extraño todo este tipo de cosas. Sin embargo ha habido mucha apertura hacia estos conocimientos y las visitas de Lama Ole son realmente concurridas y muy esperadas.
También se ha esparcido por Venezuela el mantra Om Mani Peme Hung, que recitaba el buda Ojos Amorosos, Chenrezi, en sánscrito: Avalokiteshvara.
Muchos lo usan porque se sienten bien, pero conocer su significado fortalece la influencia sobre el cuerpo, el habla y la mente. La vibración de la sílaba OM aleja el orgullo, MA los celos y la envidia, NI el apego, PE corta la ignorancia, ME disuelve la avaricia, y el HUNG, que hace vibrar la caja torácica, transforma la ira.
Contacto en Valencia: Myrella Levieux, teléfonos (241) 8721124 y (414) 3414548. Email: Valencia@diamondway-center.org
Tomado de http://www.budismocaminodeldiamante.org/