“Es el momento oportuno” fue el titulo de un encuentro realizado en el mes de mayo de este mismo año realizado en el Salón Congreso de Thonhalle (St.Gallen, Suiza) adornado con enormes y coloridas telas que contenían imágenes de diosas femeninas, muchas de ellas desconocidas para una buena cantidad de personas, porque algunas tienen presencia mítica, desde la misma época paleolítica.
Si bien el titulo no dice mucho sobre qué tipo de materia fue analizada lo cierto es que se trató del III Congreso Internacional sobre Estudios Matriarcales. El primero fue inaugurado en Luxemburgo en 2003 y el segundo en Texas en 2005, ambos bajo la dirección de la Academia Hagia y el Centro de Estudios de la Economía de la Donación.
El encuentro de este 2011 fue organizado y dirigido por Heide Goettner-Abendroth, filósofa alemana y directora de Hagia desde 1986, Academia Internacional de Estudios Matriarcales y espiritualidad matriarcal de Alemania; y por la suiza Cécile Keller, codirectora de Hagia desde 1997, investigadora de la medicina matriarcal.
Francesca Rosati Freeman escribió un artículo para la Universitá delle Donne, traducido al castellano y recogido en el blog que señalamos al final de este artículo, donde resume parte de todo este acontecimiento de cuatro días. Allí se reunieron investigadoras, profesoras universitarias, mujeres pertenecientes a matriarcados, escritoras, autoras, artistas y periodistas, para compartir sobre un mismo tema: el modelo de sociedad matriarcal, un modelo de sociedad no violenta, configurada alrededor de los valores maternos, basado en la igualdad de los sexos, la toma de decisiones por consenso y una forma de espiritualidad que identifica la divinidad con la naturaleza, valores que deben proteger nuestro planeta de la destrucción a manos del patriarcado.
Las reflexiones hablan por si solas. Tomamos algunas para lectores, para tener una idea sobre este tema.
En primer lugar parte del Manifiesto: “Estamos asistiendo a una serie de terribles cambios acelerados a diferentes niveles: la radiación contamina el mar, el aire y el suelo; la Madre Tierra nos sorprende en Haití, Nueva Zelanda y Japón porque antes no escuchamos sus gritos en Nueva Orleans y Tailandia; las mujeres son aplastadas bajo una pesada carga; hombres y niños emigran en busca de supervivencia y esperanza; los combatientes por la libertad son sacrificados y perseguidos; la explotación de los recursos de la Madre Naturaleza no tiene fin; los tesoros y la sabiduría de los pueblos indígenas son saqueados para beneficio de las grandes empresas; unos pocos ejercen poder sobre muchos; el fascismo se expande como un fuego escapado de control; guerras innecesarias e interminables continúan en diversas partes del mundo; muchos son los fieles de la religión del todopoderoso Dólar. Nos acercamos al borde del precipicio por una enfermedad llamada patriarcado capitalista.
Nosotros, los humanos, hemos herido a la Madre Naturaleza de muchas maneras: alterando el equilibrio natural, profanando la tierra y el agua, el cuerpo y la dignidad de las mujeres, los niños, los trabajadores y los pueblos indígenas. Es hora de detener esta locura: ¡Hay que tomar otros caminos! ¡Basta de destrucción! ¡Basta de energía nuclear! ¡La guerra no es nuestro idioma! ¡No toleramos más violencia contra la naturaleza y la humanidad! ¡La vida es preciosa! ¡La naturaleza es valiosa! ¡Una sociedad de paz es posible, y HOY le damos inicio! ¡Nosotras, que somos madres e hijas de madres apoyamos la economía de la donación que siempre hemos practicado, los valores maternos del cuidado, la alimentación, la responsabilidad, la construcción de la paz y la redistribución, practicada por todas las comunidades indígenas y matriarcales que viven en armonía con la Madre Tierra! Hacemos un llamamiento a todas las naciones a deponer las armas, a desmantelar las instalaciones nucleares, a poner fin a la destrucción de la naturaleza, a limpiar el agua, el suelo y el aire AHORA”.
La escritora de Rosati Freeman, autora de Bienvenida al país de las mujeres, (2010) reseña: “La solución a estos problemas reside en el modelo matriarcal, nos dicen por unanimidad las ponentes de este tercer Congreso Internacional que, llegadas de todo el planeta, exponen sus experiencias, sus investigaciones, sus estudios y políticas matriarcales, que consisten en la creación de una sociedad pacifista marcada por la igualdad entre los géneros.
Ejemplos de este tipo de sociedad existen desde hace milenios a pesar de los persistentes intentos por parte de diversos gobiernos para hacerlos desaparecer o aislarlos, como la sociedad Khasi, en el noreste de la India, que están recibiendo el impacto negativo y las consecuencias de la globalización…”
Más adelante el artículo da muchos y numerosos ejemplos de sociedades matriarcales exitosas a lo largo y ancho del mundo, por lo que invitamos a todos los lectores a ampliar este interesante tema al que se dedican muchas mujeres sin que tenga tanta difusión como otras noticias (07/07/2011).-
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