Tiempo de Arte es una organización que busca reunir conceptos e ideas diferentes uniendo a artistas plásticos de diferentes países para poder mostrar además el talento la sensibilidad que marca nuevos horizontes y formas de ver la vida.
Por ello su presidente, John Padovani no olvidó al amigo e imperioso creador valenciano, maestro Ramón Belisario, para liberar la idea que tenían en su mente desde hacía algunos años, de rendirle un homenaje a esos muchachos en su mayoría, hombres de aprensiva modestia, que aún persisten en el viejo oficio de pulir zapatos en las calles y plazas del mundo entero.
Dos exposiciones y un mismo motivo fueron los “Limpiabotas latinoamericanos”, de enorme referencia social en un mundo que parece ponerse de acuerdo para las injusticias, en los espacios de la Sala Ramón Oviedo, sede del Ministerio de Cultura, y en el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (Codar) en Santo Domingo, República Dominicana.
Los meses de agosto y septiembre del pasado año 2011 fueron escenarios copados por los artistas Ramón Belisario y John Padovani, quienes idearon y ejecutaron este proyecto, entre Venezuela y República Dominicana, para finalmente consolidarlo en las salas de arte que tuvieron enorme participación por parte del mundo cultural de esta isla caribeña.
Al entrar, en ambos salones, se observaron las cajas de los limpiabotas colgando del techo o interpuestas en las paredes. De diferentes tamaños, fueron ofreciendo los contrastes, el rudimentario utensilio, que contiene las herramientas que guardan los hombres y muchachos que sobreviven lustrando zapatos y botas, por las calles y plazas del mundo.
Lustrar es también abrillantar y desde los pies se alcanza trascender el camino con mayor o menor dignidad. Por ello esta labor tiene una trascendencia y una importancia, profundizada desde la perspectiva del arte; de la sutileza que imprimieron estos dos artistas.
Aunque es un oficio que ha ido desapareciendo todavía son miles los que se aferran a la humildad de una cajita de madera para sobrevivir y llevar alimento a sus casas. Es un asunto de sacrificio y la ambición no es el leit motiv de esta faena. Pero se hace con una ilusión tan específica como la que ofrece la vida misma: de forma continua, transparente e inspiradora.
Por ello los maestros, el venezolano Ramón Belisario; y el cusqueño John Padovani, residenciado desde hace algún tiempo en Republica Dominicana, donde ha realizado también importantes trabajos de restauración, dejaron un guiño en la conciencia de todos los asistentes, al exponer obras no comerciales, ni siquiera con el sueño de ser vendidas, pero sí para despertar inquietudes; visibilidades de un mundo que se muestra siempre áspero con los más necesitados.
De desiguales volúmenes, la mayoría de las cajas de los lustrabotas mostraron iconos de diferentes países. Banderas, figuras, elementos mágico-religiosos; colores no siempre conjugados; cargas añadidas de pesadumbre, alegría; pesadez existencial.
Porque no todo en el arte es un asunto de belleza. Porque el ser humano necesita aprender tanto de lo que más le cuesta que ojalá algún día salgan de las cajas rústicas de madera las pócimas necesarias para alcanzar la paz, el amor universal, la solidaridad, la tolerancia; la verdadera hermandad que una a toda la civilización entera; imposibilitada de trascender teniendo en contra ambiciones desmedidas, amparadas en el egoísmo y la comercialización en que se ha convertido el mundo.
Acompañaron las muestras, fotos de limpiabotas de distintas ciudades latinoamericanas, implementos reales de los hombres que se dedican a este trabajo; espejos para que todos los espectadores sintieran la proyección de sus pies y zapatos. Algo y mucho de reformadoras tuvieron ambas exposiciones.
También participaron en esta muestra artistas brasileños como Naura Timm y Mara Nunes; Antonio Guadalupe, Gabio Rosario y Geo Ripley, de la República Dominicana; y Ángel Urrely, de Cuba.
El día de la inauguración hubo la especial actuación de Geo Ripley, músico y artista plástico, lleno de energía y vitalidad, que no solo hizo pasar un rato lleno de fuerza africana y caribeña, sino que tuvo la capacidad didáctica de dar a conocer los muchos instrumentos que lo inspiran apoyado por los músicos, llenos de talento, que lo acompañan.
Durante la presentación de la muestra en el Codar, el caluroso sábado 27 de agosto, hablaron Antonio Guadalupe, director de este Colegio que agrupa a los artistas dominicanos; Ramón Belisario y John Padovani, quienes resaltaron el valor de tener un público amplio; necesitado de las propuestas. Resaltaron la presencia de un joven limpiabotas que estuvo allí e inclusive se animó a pintar una de sus cajas, como un veterano pintor; expuesta con orgullo, integrándose al conjunto, sumando la fuerza de las manos de un auténtico abrillantador de cueros.
A esta exposición asistió la agregada cultural de la Embajada de Venezuela en República Dominicana, Carmen Mercedes de Romero (Notitarde, 29/01/2012, Lectura Tangente).-
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