La artista Anna Fioravanti inauguró el pasado miércoles su muestra Barco de la Luna y presentó su poemario Carta blanca hacia un cielo blu en una actividad enmarcada en el conjunto de programaciones mensuales de Kokai sushi bar.
Grabados, dos de ellos en papel de arroz, dibujos y pinturas con técnicas que se van enlazando son parte de la exposición de cuadros, incluidas dos series de rostros, en intenso carmelita, que develan el mundo sutil en que se sumerge esta creadora de origen italiano para contarnos que la vida es parte de un sueño, un despertar de colores y una aves que vuelan moviendo sus alas, al igual que abrimos y cerramos, nosotros, los libros, los ojos, las manos; nuestros sentidos y percepciones.
“Barco de la luna nace como proyecto en 2005, cuando leyendo un libro con el mismo nombre, de Jorge Rodríguez Padrón, dedicado a las escritoras hispanoamericanas, comenzaron a surgir ideas, que dieron cuerpo y contenido a la serie de obras graficas que hoy presento. Fue así como tomó forma y dio paso a los poemas. Ambos crecieron al unísono”, dijo Fioravanti, a modo de introducción.
Veinte poemas reflejan el mundo interior de la artista plástica que ha estado unida a la palabra. Su búsqueda conceptual, ligada al verbo, tiene que atravesar imágenes y raíces sintácticas por igual. Son vuelo difuminado en el aire que ella atrapa con amor, dulzura y ternura. Por ello son obras tienen el encanto que los juglares dejan cuando cantan historias.
Anna así lo explica: “La barca es el viaje, la luna esencialmente simboliza lo femenino. El barco de la luna es el viaje hacia el yo interior, yo mujer que tomo el timón de mi barco y enfrento la vida. Pero este barco, es de la luna, no navega sobre las aguas, sino que emprende el vuelo y recorre el espacio de mis silencios. Al igual que la luna recorre la órbita terrestre, yo recorro mi ser y lo hago parte del universo, con mis poemas y mis obras graficas.
Presentar poemario y obras plásticas en una misma ocasión, no está desligado de mi búsqueda personal dentro del campo del arte, pues, para mí, la poesía está al fondo de todo trabajo artístico. Es un modo personal de comunicar, y ante un espectador sensible y atento, se hace metáfora. Lleva al vuelo onírico.
Palabras e imagen son hijas de una misma fuente, una se hace necesaria a la otra. La imagen antecede a la palabra, para que ésta tome su lugar en la memoria, y una vez ocupado ese lugar, la palabra se hace presente ante la imagen que la evoca, y el recuerdo las hace a ambas etéreas e imaginadas.
¿Quién nos dice que la palabra no puede ser línea para introducirnos en el vórtice de su esencia? Como una espiral al hacerse trazo, nos muestra imagen y palabra un infinito, y allí la creación lo hace todo posible.
En la serie Barco de la luna, cada obra es un navío y un universo en sí mismo, y en cada imagen voy construyendo espacio para sumergirse. Su conjunto sólo pretende ser camino de paso para que cada quien realice su propio vuelo antes de seguir la marcha.
Cada obra en solitario, o en su conjunto, muestran rostros de mujeres, que alegóricamente escriben mis versos pájaros, bien para dejar volar o escuchar la voz de nuestros silencios del alma, o para encontrar nuestro anhelado centro; o para dejarse llevar por su torbellino.
En esta primera presentación al público, de la serie Barco de la Luna muestro solo obras graficas, aunque para desarrollar esta serie, me valí de otras técnicas y materiales como pintura y vidrio. Espero, más adelante, hacer esta muestra itinerante para un espacio más amplio y así poder presentar más elementos, mostrados en algunos salones colectivos.
El libro Carta blanca hacia un cielo blu está dedicado a mi madre, a ella, que se marchó para siempre hace muy poco tiempo, dedico mis epístolas blancas. Ella es mi luna plateada a la que me ata el cordón umbilical de la vida y los sueños.
Se estrena como poemario aunque diez de ellos fueron publicados a finales de 2010 en la revista Artefacto y están también en http://annafioravantipoesia.blogspot.com/.
Aunque llevo más de doce años participando en colectivas, para esta individual, me encanta el sitio que elegí para estrenarme en solitario, ante un público que no va específicamente a ver la obra, o asistir tan solo a la inauguración de la muestra , para luego quedar el espacio desolado. El hecho de que los espectadores vengan a este restaurante a degustar un alimento para el cuerpo y se encuentren (Notitarde, 15/03/2012, Lectura Tagente).-
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