“El 11 de junio de 2014
nuestro querido maestro, el XIV Kunzig Shamar Rimpoche Mipham Chokyi Lodro,
falleció en su querido entorno en Renchen Ulm, Alemania, en presencia de
miembros cercanos de su familia y algunos de sus estudiantes más allegados. La
súbita pérdida para el mundo en general, para el Budismo en particular y
especialmente para sus estudiantes, es profunda y de largo alcance.
En la jerarquía espiritual
de la Escuela Karma Kagyu, el Shamarpa es Segundo después del Gyalwa Karmapa.
Él es la emanación de Amitaba, el Buda de la Luz Ilimitada: un ejemplo viviente
de la aparición de Amitaba en nuestro mundo en forma de un Mahabodhisattva. El
título tibetano de Shamar significa “el lama de la corona de color rojo-rubí”,
nombrado así tras la réplica de la propia corona de Karmapa, que éste le otorgó
al Shamarpa. Las sucesivas encarnaciones de los Shamarpas son también conocidas
como “Karmapas de corona roja”. El IV Karmapa afirmó al II Shamarpa:
“Tú eres una de las
manifestaciones, mientras que yo soy la otra. Por ello, la responsabilidad de
mantener la continuidad de las Enseñanzas del linaje Kagyu queda en tí de la
misma manera que lo hace en mí”
En el Sutra Bhadrakalpa,
Buda Shakyamuni profetizó: “en el futuro, un Mahabodhisattva con una corona
roja de rubí guiará a la multitud sufriente fuera del ciclo de desconcierto y
miseria”. En el Shamarpa, la predicción de Buda se cumplió.
La actividad de los
Shamarpas, como una línea de encarnación sucesiva, ha sido la de preservar la
totalidad del legado de Buda, especialmente las enseñanzas procedentes de los
grandes mahasiddhas indios y maestros tibetanos. A lo largo de los siglos en el
linaje Kagyu, los Karmapas y Shamarpas se han reconocido recíprocamente, siendo
su relación la de maestro y estudiante.
… El XIV Shamarpa nació el
27 de Octubre de 1952 en el reino de Derge, Tíbet Oriental.
En 1956 viajó con su
hermano, Jigme Rimpoche a al monasterio de Tsurphu, el sitio principal de los
Karmapas, donde permaneció por dos años. En el verano de 1956, con 4 años de
edad, reveló su identidad como Shamarpa al reconocer a viejos monjes del
monasterio de Yangpochen, el sitio ancestral de los Shamarpas. Más tarde, el
XVI Karmapa y su séquito, incluidos Shamar Rimpoche y Jigme Rimpoche, viajaron a
Bodh Gaya, India, donde fueron invitados a participar en las celebraciones de
los 2.500 años de Buda Jayanthi.
… Para ser un Rimpoche
tibetano él era muy poco usual: él no era un hombre de compromisos. Se negó a
juegos o a tolerar la manipulación. Sin miedo a desafiar a cualquiera si
consideraba que era lo correcto, se mantuvo sin considerar su propia reputación
o cualquier agenda personal. Honestidad, coraje y una absoluta ausencia de
temor definían su personalidad; estable como una roca, firme en el compromiso
con sus ideas e inmutable, sin importarle cuán grande era el obstáculo, siempre
constante y siempre mirando hacia el futuro.
… Fue un gran humanista y
filántropo. Su libro “Creación de una democracia transparente”, que establece
un marco para el establecimiento de un verdadero sistema democrático de
gobierno que promueve el bienestar y la prosperidad de la población, fue
escrito desde la motivación de que alguien, podría utilizar sus ideas para
ayudar a un pequeño país como Nepal. Rimpoche no estaba preocupado con la
política “per sé”, sino en general en la felicidad y el bienestar de la
humanidad a nivel individual y social.
Shamar Rimpoche podría,
realmente, ser llamado un genio. Su amor por el aprendizaje y la mente
constantemente inquisitiva le dotó de un conocimiento excepcional del mundo. Él
fue muy respetuoso con los académicos y los estudiosos. Su capacidad para
explorar, analizar y reflexionar profundamente sobre todo, de la cultura, la
ciencia, la física, la historia y la política, combinada con su gran
inteligencia, le permitió conectar toda la información que reunió en la vida
para llegar a conclusiones muy particulares e individuales. Su interés en todas
las disciplinas externas y fenómenos emocionales interiores le dio una gran
comprensión del universo y de la gente La preocupación de Rimpoche por la
felicidad de los demás no se limitaba a los seres humanos, sino también hacia
los animales y el planeta mismo. Fundó la Fundación Compasión Infinita para
promover el trato humanitario de los animales criados para el consumo de carne
y otros productos, para que no se vieran obligados a vivir y morir en
condiciones brutales. El ver animales enjaulados en condiciones desagradables
movía a Rimpoche a intervenir personalmente para mejorar sus condiciones, y al
sentir el poder de su compasión, animales enfermos viviendo en la naturaleza
salvaje, acudirían intuitivamente a él en busca de ayuda.
La muerte de Shamar
Rimpoche es una tremenda pérdida, no solo para sus estudiantes sino también
para la historia. Con la partida de Rimpoche, ha terminado una gran parte de la
historia de los Himalayas. Sin duda alguna, él era uno de los actores
principales y más influyentes figuras en los Himalayas del siglo XX y comienzos
del XXI” (Notitarde, 12/10/2014, Lectura Tangente).-
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