Estamos convencidos que no hay temor que resulte demasiado simple, si entendemos lo que somos: un kilo de queso, migas de pan, kilómetros de leche y una distancia inconmensurable de sentimentalismo. No logramos distinguir que es verdaderamente falso en ese contexto sincero, cuando cada uno lame los cuatro costados de su alma; sin la base configurada que nos aporta la formación de otras latitudes del universo, no llegaremos a saberlo jamás, debido a la ley de omnipresencia hemos llegado a completar esa cualidad total cultural, generalizada que no puede conseguirse en los libros de religión. Presuponemos una familiaridad con la forma de fusionar del mundo más allá de los límites de nuestras propias narices, pero no estamos convencidos que es verdaderamente así, por lo tanto estaremos equivocados durante mucho tiempo, así que continuaremos viajando por los caminos buscando algo que desconocemos.
Lo anterior es parte del último capítulo de la novela de José Tapizkent. "Caminos Difíciles", publicada a finales del año pasado por el Fondo Editorial Oscar Guaramato.
Tapizkent, muestra un tono de verdades y pesadumbres en una obra limpia. Incrustada en la experiencia y su carga de oscuridades y soles que en forma mínima resplandecen en la cotidianeidad. En la faena de las pérdidas la vitalidad es la que suda la sobrevivencia diaria.
Guillermo Mujica Sevilla con relación a esta narración escribió en el prólogo: "Es el caso de esta obra de Tapizkent quien, quizá por ser al mismo tiempo novelista y pintor, traza cuadros tan realistas de la vida humana, que en un momento no sabemos si estamos leyendo o contemplando su obra pictórica".
Los poemarios de este autor, Incendio en el Poniente, Recintos Externos, La Hebra Rota, Intimidades y Azul Intenso, le han dado una dimensión importante. Al igual sus otras novelas América, El Poder de los Monagas, El último vuelo, De una a otra ciudad, Bajo la piel de Caracas y El último tanquero.
Fuerza expresiva y abundantes palpitaciones hacen de Caminos Difíciles una novela hecha como la sorpresa de la vida misma en unos asaltos muy bien dibujados desde las estrellas.
"Hay en todo hombre una consecuencia en la vida cotidiana, confusa, disociada, gregaria que le somete a un juicio inexplicable, pero en todas las capas del aire llega un suave y tierno vaivén obligando al silencio y a la inamovilidad" revela Tapizkent en el eterno filosofar, en la continua relectura de todos los pasajes de la memoria. La que existe y se inventa todos los días (Notitarde, 04/02/2007, Letra Inversa).-
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