"Ya basta con el vedettismo, ya basta con los artistas de asumir posiciones de vacas sagradas, ya basta con ir a las exposiciones nada más a lucir sus trajes. Aquí tiene que haber un verdadero careo de arte. Quítenle las recompensas y llámenle "Confrontación del Salón Michelena sin premios". ¿Qué pasaría? Si el artista es responsable, serio y consciente, creo que participa y asume ese reto".
El artista plástico Ramón Belisario, con más de cuarenta años como creador e incansable trabajador del mundo cultural valenciano, vino como es: sencillo, directo, mesurado, crítico; sin cortapisas.
¿Qué le parece a usted todo lo que está ocurriendo con el Ateneo y la cultura carabobeña?
Las aguas tienen que volver a su cauce. Creo que aquí lo que hay es una aventura irregular de pescar en río revuelto, porque todo es ganancia de pescadores. Y no es así. Creo que el Salón Michelena, por respeto al mismo nombre que lleva, de este artista, debería postergarse hasta tanto haya una aclaratoria de la situación anómala de ambos bandos. Tanto del lado privado como del oficial. Que exista una mesa de arbitraje donde se les convoque a los artistas, no uno ni dos, sino un conglomerado de artistas de Carabobo, más la gente del estado y de la Junta Directiva, y busquen, de la manera más sabia, más equilibrada, solventar esa situación.
No creo que era necesario llegar a este extremo de hacer excesos que parecen más bien perjudicar la imagen incluso de un artista valenciano que pertenece a la historia plástica de Venezuela y de Carabobo; y del mismo Salón Michelena, de un prestigio imponderable de toda la vida.
El público creo que también ha sido irrespetado. Recuerdo la gran masa de asistencia en la época dorada del Salón Michelena. El pueblo opinaba y tenía una visión distinta en muchos aspectos. La población carabobeña le dio mucho apoyo al Salón y últimamente la asistencia fue decayendo porque no hubo un interés, porque la pintura no estaba presente. Dejaron de participar, dejaron de enviar desde diferentes partes de la nación, desde Valencia, porque consideraron que habían atentado en contra de ellos. Por políticas manipulantes no permitieron ni siquiera que los artistas expresaran su voz, en cuanto a la situación que estaba ocurriendo en su momento.
Debemos asumir un rol protagónico de consenso. No creo que los artistas se han sincerado con esta problemática. Han asumido posturas individualistas. De paso, quiero decir que los artistas hemos sido siempre independientes y nunca hemos creído en el colectivo. Recuerdo que cuando gané el Andrés Pérez Mujica (1975), cuando yo increpo en el planteamiento plástico de mi obra "¿Qué carajo eres tú mujer?" para defenderla de la sociedad del consumo, muchos pensaron que yo estaba insultando a las damas valencianas y del mundo, cuando estaba reflejando lo que aún está latente: Vender el cuerpo al lado de un producto.
Para nosotros es triste que no se asuma un rol protagónico ni se sinceren con lo que sucede. Yo no creo que las medidas cautelares o de excesos puedan solventar la situación. El Salón Michelena seguirá siendo el Salón Michelena. Si quieren inventar otro evento de igual naturaleza, pónganle otro nombre. Pero siento que tanto la Junta Directiva como los que tienen el apoyo oficial tienen problemas. De mucho arraigo. Primero porque hay una situación de un espacio físico que es anterior al Ateneo que es privado porque esta institución nació civil sin fines de lucro. Ese espacio fue conseguido y donado por esa gran dama, Frida Añez, quien hizo ese gran esfuerzo, por todos los artistas. Después está ese otro gran espacio que se construyó después. Me pregunto: ¿Hasta dónde llegan los espacios físicos perimetrales del Ateneo anterior y los que creó el Gobierno Nacional porque fue subvencionado? Es como si sembraras en mi solar una mata de mango, ¿tengo el derecho de expropiar esa mata de mango porque yo la sembré? El que siembra en tierra ajena la cosecha pierde... Esto debe ser debatido por abogados, aunque siento que las cosas no están tan fáciles porque las posturas son radicales.
Pareciera también que todo esto puede ser producto de odios internos...
Si nosotros somos artistas, ¿ cómo es eso qué vamos a estar con la violencia por delante? ¿Cómo vamos a agredir en forma verbal u ofender, justo si estamos dotados de una gran sensibilidad para desarrollar un trabajo plástico donde el artista es un humanista?, dijo en una clara alusión al músico Gerardo Estrada, actual secretario de Cultura de Carabobo, quien amenazó con lanzarles bombas a los dos principales periódicos de la región.
La situación es delicadísima y creo que debemos hacer uso de la ponderación, del equilibrio, de darle a quien tenga la razón a través de unos mecanismos que conlleven a un pronunciamiento general donde se solvente la situación.
Como artistas somos responsables de lo que hoy estamos viendo y viviendo. Por complicidad indirecta.
Para que se realice un salón de verdadera confrontación plástica a nivel nacional o internacional debe recurrirse a una designación de un jurado con una justicia equilibrada. Conocedores, que no se vayan por el amiguismo, por el compadrazgo, que revista de una seriedad absoluta.
Lo menos que yo veo y he sentido y apreciado en toda mi vida, desde que tengo conocimiento de artista, es que la gente no va a observar, ni a discutir, ni a plantearse una problemática de dialéctica en cuanto a las obras expuestas.
¿Por qué los pintores dejaron de ganar el Michelena?
Porque vino el manipuleo. La culpa es de la Junta Directiva y de la Comisión de Arte que ellos designan, donde se hacen manejos de traer jurados con mayoría de fuera y minoría de dentro. Te colocan a alguien que no sea muy polémico, que se ajuste a lo que el manipulador pretende, y logran los objetivos.
Aquí hay que darle paso a la gente joven, a la gente que viene detrás. El presidencialismo ya se acabó, aquí no se puede pretender ser presidente de una institución cultural toda la vida. Tiene que haber espacio para los demás. Realizar asambleas donde se convoquen a los artistas, donde participen con derecho a voz y voto, y se puedan inscribir en esa institución. ¿Pero cómo van a trascender si no se les permite ni opinar? Vamos a darle paso a los jóvenes, insertarlos dentro del estado, la nación y el mundo. Porque de ellos esperamos lo mejor. No podemos erigirnos como un monolito sagrado donde nadie perturbe el presidencialismo y no den paso a nadie.
Aquí una cantidad enorme de artistas no mandan sus obras al Michelena no porque no pintan ni es que no son buenos, sino porque conocen la situación. Las irregularidades, no hablaría ya siquiera de lo administrativo, de las irregularidades morales que son más detractoras en ese sentido. Porque el hecho moral de tú arrebatarle el sentimiento, la sensibilidad de expresarse a un creador, es terrible. Si tú quieres desarrollarte en cualquiera de las disciplinas, tienes derecho a manifestarte. Tenemos que tener una democracia y ésta no existe por la forma cómo se ha manejado la institución de mayor prestigio en Venezuela que es el Salón Michelena. Me pregunto: ¿Vamos a seguir destruyéndolo?
Por falta de espacio no podemos escribir las muchas otras cosas que dijo el maestro Ramón Belisario y de su extenso curriculum apenas podemos señalar que nació en Chaguaramas, estado Guárico, egresó de la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena en arte puro en 1968. Años después fundó y digirió Asociación Venezolana de Artistas Plásticos, Seccional Carabobo, donde también, en 1980, tomó sus riendas. A la par de desarrollar su carrera como pintor figurativo trabajó como docente durante 25 años en la Universidad de Carabobo. Numerosas sus exposiciones individuales y colectiva. Se encuentra representado en colecciones públicas y privadas de museos tanto en Venezuela como en República Dominicana.Presentó en Uruguay sus últimas obras (Notitarde, 23/02/2008, Confabulario).-
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