domingo, 6 de noviembre de 2011

Trece cualidades

Jean Shinoda Bolen (1936, EE. UU.) fue profesora de psiquiatría clínica de la Universidad de California durante muchos años. Autora de reconocidos libros, de los que algunos desprecian llamando de autoayuda y otros valoran porque piensan que les enriquece el sentido de la vida, es conocida por sus aportes al universo de la espiritualidad y el feminismo, con recetas sencillas para armonizarse con los últimos años de residencia en el planeta azul. Ella es viva experiencia de ello.

De su libro Las brujas no se quejan (2004, Kairós) puede extraerse lo que ella denomina trece cualidades que tiene la mujer después de los cincuenta y dos años, que de acuerdo a los mayas clásicos, era cuando la persona regresaba –energéticamente- al momento de su nacimiento, con la oportunidad de volver a vivir desde un prisma superior de conciencia. Por razones de espacio lo resumimos, a la vez de motivar su lectura.

1.- Las ancianas no se quejan: “… siente el dolor, puede comunicar su dolor, pero no se lamenta continuamente de sus pequeñas dolencias acaparando la atención y aburriendo a todos…”

2.- Las ancianas son atrevidas: “… es una mujer madura con entusiasmo, pasiones y alma. Cada mujer madura recurre a una fuente profunda llena de significado que se halla dentro de ella misma. ¡Y se atreve a vivir plenamente! …”

3.- Las ancianas tienen buena mano con las plantas: “… En la antigüedad, ser una anciana significaba conocer el poder curativo de las plantas y saber trasmitirlo a las generaciones mas jóvenes: eran “curanderas”, curaban con las manos y con la naturaleza…”

4.- Las ancianas confían en los presentimientos: “… la intuición, función mas elevada de nuestra mente humana, se desarrolla con la madurez y el aprendizaje de la vida misma, por ello debemos confiar plenamente en nuestros presentimientos. Hay estafadores en esta sociedad que buscan  aprovecharse de las ancianas, que aún no han desarrollado su capacidad de discriminación… confían en su voz interior en su unidad con el universo, en su gnosis…”


5.- Las ancianas meditan a su manera: “… Mucho antes que se pusieran de modas los gurús en occidente, las antiguas chamanas ya sabían encontrar el momento y lugar para meditar, orar, o cantar alabanzas. Se puede orar o meditar incluso lavando platos, limpiando la casa, esperando en el dentista: se trata de entrar en vibración Beta, cerrando los ojos y mirando hacia dentro. Las mujeres que se preocupan sin cesar no pueden meditar ni orar, en todo caso,  recitan retahílas sin sentido. Quizás el término piadosas es el que describe con mayor precisión lo que hacen las ancianas: guardar algo en el corazón y sopesarlo es una forma de meditación… A medida que envejecemos las personas que queremos y ya han muerto van en aumento y en nuestras meditaciones las abrazamos con ternura desde el fondo de nuestro ser…”


6.- Las ancianas defienden firmemente todo lo que les importa: “… Una verdadera anciana es una mujer que ha descubierto su voz que no es ya la voz inocente de una niña, sino la fiera sinceridad de la mujer madura.
La fiera compasión de una mujer anciana (las abuelas de la plaza de mayo) es producto de la protección maternal de la mamá oso…”


7.- Las ancianas deciden su camino con el corazón: “… Ser humano es amar y por lo tanto ser vulnerable al sufrimiento y la pérdida. Ser humano es una experiencia corporal y anímica única en cada persona, que debe descubrir cual es su camino para llegar a vivir sus destino desde su corazón…”


8.-  Las ancianas dicen la verdad con compasión: “… La verdad es afilada, un instrumento que puede causar dolor y heridas difíciles de curar luego. Las mujeres tienen tendencia a ocultar la verdad a aquellos que mas les importan emocionalmente, y al actuar así solo aumentan sus debilidades. Si estas sufriendo una relación abusiva, no solo permites que lo peor de la otra persona te oprima a ti, sino que además estas reforzando lo peor que hay en ella…”


9.-  Las ancianas escuchan su cuerpo: “… escucha su cuerpo interior, no solo la apariencia externa… sabe que satisfacer lo que nos da gusto al cuerpo y a la psique nos da bienestar…”


10.- Las ancianas improvisan: “… podrían definir la vida como una obra en continua improvisación… Cada etapa es como un movimiento distinto dentro de la gran obra de la vida…”


11.-  Las ancianas no imploran: “… El implorar es una dependencia emocional con otra persona porque en realidad nos sentimos inferiores y solo la mujer que se siente prisionera en su relación tiene que implorar aprobación; a menudo son mujeres que sufren o sufrieron malos tratos…”

12.-  Las ancianas se ríen juntas: “… La risa se nutre de un pozo profundo de sentimientos: es la expresión de triunfo sobre aquello que pudo convertirnos en amargadas y nos causa risa hoy día y podemos comunicarlo…”


13.-  Las ancianas saborean lo positivo de la vida: “… Saborear consiste en focalizar toda nuestra atención en una experiencia y comprenderla de verdad. Se trata de sentir gratitud por ese momento…” (Notitarde, 06/11/2011, Lectura Tangente).- 

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