domingo, 24 de junio de 2012

Mi hermano está por llegar: perfecto retorno




Un suceso violento que produce el sueño insondable del estado de coma dan a Ramón Viggiani las bases para escribir la novela Mi hermano está por llegar que será presentada el día 28 de junio de 2012  a las cinco de la tarde en la sede de Fundacid, edificio Escorpio, en la urbanización Prebo.

Es la segunda novela de Viggiani, profesor titular jubilado de la Universidad de Carabobo, quien además de una exitosa carrera docente y profesional ha dedicado sus esfuerzos a la escritura, pasión de toda una vida, que esperó su momento de luz con la paciencia de las lecturas y la investigación, hasta alcanzar para este oficio coherencia y calidad estilística.

En el año 2000 publicó Marionetas, su primera novela y muy pronto saldrá de los talleres de imprenta su tercera obra, Líneas para un retrato (coedición de la Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo (Apuc) y el editor Luis García).

Mi hermano está por llegar (2009, Apuc) posee la fuerza de la anécdota. La vida del personaje, Atilio Vargas Quijano, es narrada con la soltura con que se cuentan las historias redondas, cargadas de pasajes, rincones y atardeceres de la vida, sin olvidar los secretos, las pasiones y las motivaciones humanas que conducen a hombres y mujeres a tomar los diferentes rumbos a través de actitudes y miedos que van generando las diferentes circunstancias que algunos llaman pruebas, otros azar y destino.

Pero el mosaico de las vivencias visto como ese Dios que está inalterable y para más remate en lo alto del firmamento tiene un tejido perfecto aunque no lo queramos ver así, porque no podemos, desde lo que parece ser el alterable y bajo cielo, observarnos a nosotros mismos, con la holográfica impresión de no ser y de correspondernos a una mentira fabricada, a la postre, por los otros.

Viggiani recrea la vida de Vargas Quijano en treinta y cuatro capítulos en los que de una manera ágil narra y describe los diferentes recuerdos que implican una revisión pormenorizada de la vida, cuando el hilo que la sustenta es débil y todavía hay mucho por hacer. Ordena los recuerdos en tercera persona y la relación con el personaje es íntima y certera.

A la par del sueño que va desentrañando su vida revela un conjunto de acontecimientos que el personaje principal desconoce estableciendo la coherencia necesaria al lector que puede sentir inclusive que la cercanía de la muerte tiene la perfecta videncia para hacerlo despertar de una vez por todas.

El epílogo es uno de los capítulos mejor elaborados, con una sutil fuerza lirica, que además revela la pasión de este trabajo tan laborioso de Viggiani en la construcción de una vida que atraviesa las décadas de 1950, 1960 y 1970, con la marcada influencia del Mayo Francés. La historia alcanza 2002 cuando ocurre el asalto, inicio de la historia.

“Una de esas tardes, mientras charlaban, una imagen en el horizonte capturó la atención de los dos. Del océano emergió una isla, en un sitio donde antes no existía más que agua. La isla, permaneció allí, delante de sus ojos, hasta que, al cabo de un rato, sus contornos difusos se hundieron nuevamente en el  mar. Ambos hombres quedaron estupefactos; pero Don Pedro, que solía adoptar posturas escépticas ante cualquier misterio o superstición, se recuperó primero y le explicó al joven que se trataba de una ilusión óptica, una suerte de espejismo” relata Viggiano en el capítulo 8 (pp 56-57).

La mitología canaria está presente en la obra de Viggiani como la posibilidad de anhelar los tesoros de la existencia. Volveremos al perfecto retorno que es la vida, a lo que ya vislumbramos desde muy temprana edad como posibilidad.

También se pasea por la Caracas de Pérez Jiménez, con las historias que limitaron e hicieron posibles muchas otras, y que nunca conoceremos  disolublemente,  porque no podemos abarcar como mortales las vidas de todos.

Una novela con acento policial pero por sobre todas las cosas con acierto vivencial porque sus páginas están tejidas con la sabiduría de un escritor frente a la existencia, que recomendamos leer ampliamente, porque además sabe atrapar al lector.

Cabe destacar que la presentación de este libro es un esfuerzo del  Grupo 23 de Abril, así denominado porque su primera intervención pública se realizó el Día Internacional del Libro, conformado por profesores, editores, periodistas, escritores y gente que ama el espíritu creador, cuya intención es promover el libro que se produce en nuestra ciudad y contribuir a la creación de una cultura editorial entre nosotros, a través de conferencias, foros, y otras actividades culturales.

Han realizado ya dos eventos públicos: el pasado 23 de abril el Dr. Carlos Rojas Malpica dictó una conferencia sobre La antropología del venezolano en la obra de Rómulo Gallegos en la sede de Fundauc, y el día 23 de mayo el profesor Francisco Aponte dirigió una conferencia-foro sobre El libro electrónico, en la sede de Fundacid.

El poeta José Joaquín Burgos disertará el próximo jueves sobre Mi hermano está por llegar (Notitarde, 24/06/2012, LECTURA TANGENTE).- 

Ilustra el artículo el cuadro, África, oleo sobre tela, de José Manuel Fernández de la Reguera Agra http://fdzdelareguera.com/galego/cadros%20bcn.html

domingo, 17 de junio de 2012

Vigas: Fuego y seducción



El maestro Oswaldo Vigas (Valencia, 1926) es un hombre perseverante. Vendrá este domingo 17 a la sede del Gabinete del Dibujo y de la Estampa de Valencia con motivo de su primera muestra antológica de dibujos (1940-2012), que de forma solemne y simbólica conmemora setenta años de producción artística.
Hemos tenido la oportunidad de entrevistarlo un par de veces. Las dos en su residencia de Caracas, un lugar cálido, hermoso y muy lleno de obras de arte, que conservan grandes anécdotas. La primera vez fue hace más de quince años y la segunda a mediados de 2011.
Fueron dos momentos distintos. Cuando lo conocimos estaba rebosante de salud, la segunda revelaba el ACV que sufrió hace siete años que le permitió seguir trabajando sin perder esa primera mirada que dirige a una obra con la que se está inefablemente acoplado.
Después de dibujar observa, de soslayo, a sus brujas, sus desafiantes mujeres, sus intempestivas curanderas, los temerarios hombres que salieron de sus trazos, rápidos, gruesos, como el solo es capaz de hacerlo con rapidez y maestría. Tras tanta vigorosidad, los guarda. Los deja reposar un tiempo al calor del tesoro de su nacimiento. En el futuro, el color y ellos mismos, los personajes, le dictarán cómo tendrán los chorros de luz que les alimentarán las entrañas, para verlos vivos; palpitantes.
Ochenta y cinco años tiene el maestro Vigas. Se siente herido, "jodi.." acaba de expresar en una entrevista, pero eso no lo ha conminado. Sigue dibujando. Sigue haciendo. Sigue disfrutando, riendo y llorando, porque los zarpazos hay que resistirlos con dignidad. Con la que le caracteriza, aunque por ser sincero en más de una oportunidad se ha buscado problemas o quizás ello le sacrificó oportunidades. Siempre lo han necesitado para expresarse. Persistentemente Dios. Tercamente mortal.
Lo que no se le borra de su rostro es una sonrisa de satisfacción porque ha hecho lo que ha querido y esa libertad lo ha convertido en un portento, el mismo que con mucha paciencia posa al fotógrafo y gusta de hacerlo; el mismo que mira con bastante ironía y complicidad; el mismo que muestra cada dibujo suyo con orgullo.
Reproducimos aquí tres preguntas que le hicimos con sus respectivas respuestas, publicadas en la revista Artefacto Nro. 5-2011, en la que revela su personalidad, sin edulcoraciones ni aspavientos.
MPS: ¿Cuál es la diferencia entre el creador de 1942 y el actual?
OV: Soy el mismo. Lo que tengo es más información. Soy el mismo de cuando tenía 16 años. La diferencia es que ahora tengo mucha más información. Eso es todo. En lo fundamental es lo mismo. Mi obra comenzó en 1942 haciendo cosas que nadie hacía en Venezuela.
MPS: ¿Brujas o curanderas?
OV: Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. La temática no es nada, la obra no tiene tema. Es la huella de mi mano. Puede ser una figura que sale, puede no ser nada; y sigue siendo mi obra. No es el tema lo que hace la obra, ni el tema abstracto o figurativo. La obra la hace la personalidad del artista. Su psique; su inconsciente colectivo, que sería todo el mundo. Si mi obra interesa más es porque hay más gente que la toca, y lo tocan por lo colectivo y eso es inconsciente. La gente dice "me gusta" pero no sabe por qué.
MPS: ¿Cómo entonces vivió del arte en nuestra nación?
OV: Con cojones. A veces vendía un cuadro al año y seguía. A veces un cuadrito al mes. A veces dos o tres. Jamás he vendido un cuadro diario. Ni antes ni ahorita. Claro que hago muchas cosas. Si no vendo un cuadro vendo un grabado. Entre una cosa y otra uno va sobreviviendo.
Bélgica Rodríguez, curadora de la muestra, Oswaldo Vigas. Dibujos (1940-2012), sostiene: "La mano de Vigas, dirigida por la mente y una disposición a la totalidad, ha creado un arquetipo único y propio para su producción plástica en una prolífica senda resueltamente inspiradora en su diversidad formalista y en su carácter simbólico".
Una exposición en la que los espectadores se encontrarán con ese gran asombro que es Oswaldo Vigas, un artista plástico alejado de las escuelas, de las modas, de la gran hipnosis de la fama y la comercialización que confunde las almas. Una muestra que merecía este hombre de parte de la ciudad que lo vio nacer, para que se conjugaran esas conexiones que solo pueden establecerse con los grandes creadores, cuando el fuego canta y la seducción es mutua (Notitarde, 17/06/2012, LECTURA TANGENTE).- 
E-mail: mpradass@gmail.com

domingo, 10 de junio de 2012

Salmos compulsivos, juego de ensayos


Ediciones Protagoni, c.a. editó a finales del año pasado el ensayo Salmos compulsivos de José Carlos De Nóbrega, autor de otros estudios como Textos de la prisa (1996), Derivando a Valencia en la deriva (1997)  y Salmos compulsivos por la ciudad (2007).

Pocos se dedican a realizar ensayos porque requiere de una lectura atenta a las ideas y de una reflexión constante que hilvane las lecturas de las que se alimentarán y los muchos hechos y acontecimientos culturales que puedan aumentar esa fuente que es el pensamiento.

El trabajo publicado casi un año atrás de De Nóbrega está dividido en Salmos compulsivos y El libro de los aforismos comentados y posee tres líneas de investigación. En primer lugar la narrativa venezolana actual que se ocupa de la ciudad como ámbito y estado mental, revelando a autores como Guillermo Meneses, Andrés Mariño Palacio, Salvador Garmendia, Francisco Massiani, Eduardo Liendo, Israel Centeno y Orlando Chirino.

El segundo surco que nutre este ensayo se refiere a la literatura latinoamericana a la luz del desencuentro de lo estético y lo comercial aumentado por un material muy bien reflejado sobre la poesía contemporánea de Brasil.

La tercera exploración es un acercamiento novedoso a las inexistentes fronteras entre los géneros literarios, poesía, ensayo y novela en estos momentos que la dinámica exige elaboración rigurosa de los materiales que se imprimen hoy en día.

Para que los lectores tengan una idea del abanico de temas analizados, con un estilo elocuente y sonoro, colocamos parte los capítulos contenidos en Salmos compulsivos, libro que parece ser mucho más sencillo de lo que es. Son muchas las horas que hay que dedicar para llegar a estos artículos que con tanta soltura se ofrecen, una vez trascendido su complejidad, su comprensión e importancia.

Guillermo Meneses y el acecho jesuítico, Andrés Mariño Palacio y Salvador Garmendia: dos voces en la diáspora, Francisco Massiani y Eduardo Liendo: de la memoria que seduce al paisaje a trompicones, Israel Centeno o del cerro El Ávila como tabernáculo urbano, Dos cómplices de cuidado, la cuentística más reciente de Orlando Chirinos: entre la falsificación literaria y la apología de la marginalidad (la danza asincrónica de la marioneta; elogio de un león afeitado al autor de los días mayores: apología a las fiestas macabras); Todos somos hijos de Pedro Páramo, El boom revisitado, El postboom: ¿continuidad o ruptura?

Brasil 0 Venezuela 0, un puente poético y para no abusar del contenido en apenas 114 páginas, bien administradas y con información valiosa, revela De Nóbrega lo que da a conocer como pastiches de aforismos sobre poética, y poética del ensayo, uniéndolo a Diane Arbus, Elías Canetti y Mijail Bajtin. Sin desperdicio.

Para que se tenga una idea de la vena de De Nóbrega tomamos de Pastiche de aforismo sobre poética (Serie I) el siguiente párrafo:

“1.- La poesía es arte que se manifiesta por la palabra, como la música es arte que se manifiesta por los sonidos y la pintura arte que se manifiesta por los colores y las líneas, (Johannes Pfeiffer). Pese a su óptica e influjo fenomenológicos, tal concepto es pertinente en su transparencia y simplicidad. La Poesía, sin duda, constituye la afortunada fusión de la palabra, la musicalidad y la imagen en la aproximación paradójica al mundo que seduce tanto al poeta como al lector devoto. Es la más grande y omnipresente de las artes, pues ennoblece la lengua de los hombres, como dice Jorge Luis Borges. Además, no puede circunscribirse al estrecho y mezquino espacio del término “literatura”, o –peor aún- de la infame categoría “género literario”. Ha forjado desde sus inicios –lo cual desborda la mismísima invención de la escritura- un metalenguaje propio que abarca e impregna al mundo y sus objetos. Las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira suponen el vínculo habido entre filosofía y poesía: El asombro contenido en la mítica visión del universo que se ha plasmado en tan ásperas y primigenias paredes”.

Con el anterior párrafo queremos apenas asomar las posibilidades de este ensayista de largo aliento que es De Nóbrega, estudioso al que conocemos apegado a la investigación, a las lecturas, a la escritura y sus clases.

Todo ensayo bien escrito es un tesoro. Este lo es. Clarificador, contundente, sorpresivo y con la magistral confianza de adentrarnos en el mundo del conocimiento, de la luz de las ideas, del interminable camino del pensamiento.

Al comentar sobre lo escrito por Juan Marichal sobre el ensayo y su maleabilidad el propio De Nóbrega sostiene que este género es “endiabladamente pachuco”. Menos mal que éste no lo es porque no pertenece a la voz de “académicos victimarios del placer y víctimas de su frigidez intelectual desvinculada del mundo que les tocó vivir”.

Salmos Compulsivos tiene un tono motivador, sincero; capaz de despertar conciencias y trabajar por un mundo mejor, donde las sensaciones cobran su verdadera dimensión. Un juego de ensayos necesarios, trabajados con la rigurosa espontaneidad del conocimiento (Notitarde, 10/06/2012, LECTURA TANGENTE).- 

Dé Nóbrega mantiene en red: www.salmoscompulsivos.blogspot.com

domingo, 3 de junio de 2012

El tercer acto (y II)


Con este artículo presentamos la segunda parte de las ideas expresadas por Jane Fonda sobre lo que ella denomina El tercer acto, una forma de reprogramar los últimos años de vida en el planeta tierra, para aquellas personas que sientan que esta información es útil aún cuando estén  lejos, cerca o viviendo los dorados sesenta.

“No quiero idealizar el envejecimiento. Obviamente, no hay garantía de que pueda ser un tiempo para disfrutar y desarrollarse. Es, en parte, una cuestión de suerte. Es, en parte, de origen genético. De hecho, una tercera parte es de origen genético y no hay mucho que podamos hacer al respecto. Pero ello significa que dos tercios de nuestro triunfo en el tercer acto dependen de nosotros mismos. Vamos a señalar puntos para que esos años añadidos sean todo un éxito y marquen una diferencia positiva.

Para mí, esto comenzó cuando me acercaba a mi tercer acto, el cumpleaños  numero 60. ¿Cómo se suponía iba a vivir? ¿Qué se suponía que debía cumplir en este acto final? Y me di cuenta, con el fin de saber a dónde iba, que tenía que saber dónde había estado. Así que regresé al pasado en mi memoria y estuve en los dos actos anteriores, tratando de ver quién era yo entonces; quién era yo en realidad (no aquella que mis padres u otras personas me dijeron que era o me trataron como si lo fuese). ¿Quién era yo? ¿Quiénes eran mis padres, no como padres, sino como personas? ¿Quiénes eran mis abuelos? ¿Cómo trataron a mis padres? Ese tipo de cosas.

Un par de años después descubrí que este proceso por el que había pasado  se llama según los psicólogos “hacer una revisión de la vida”. Dicen que puede dar un nuevo significado a la vida presente de una persona. Ustedes descubrirán, como yo, que muchas cosas que ocurrieron en la vida por su culpa, muchas que pensaban sobre sí mismos, realmente no tenían nada que ver con ustedes.

No fue su culpa, ustedes hicieron bien las cosas.

Ustedes serán capaces de volver atrás y perdonarlos y perdonarse a sí mismos. Serán capaces de liberarse de su pasado. Ustedes serán capaces de cambiar su relación con el pasado.

Ahora bien, mientras yo estaba escribiendo acerca de esto, me encontré con un libro llamado El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl, psiquiatra alemán que pasó cinco años en un campo de concentración nazi. Y escribió que, mientras él estaba en el campamento, podía decir, si llegaba a ser liberado, quiénes iban a salir adelante y quiénes no. Y escribió lo siguiente: "Nos pueden quitar todo lo que tenemos en esta vida excepto una cosa: Todo lo que tienes en la vida te lo pueden quitar, excepto una cosa,  la libertad de elegir, de cómo reaccionar ante determinada situación. Eso es lo que determina la calidad de vida que hemos tenido, no se trata de si hemos sido ricos o pobres, famosos o desconocidos, sanos o enfermos. Lo que determina la calidad de vida es cómo nos relacionamos con nuestras realidades, qué significado les damos, qué tipo de actitud adoptamos frente a ellas, qué estado de ánimo le permitimos activar”.

Tal vez el propósito central del tercer acto es volver y tratar, si es el caso, de cambiar nuestra relación con el pasado. Resulta que la investigación cognitiva demuestra que somos capaces de hacer esto, se manifiesta neurológicamente, por vías nerviosas creadas en el cerebro. Con el tiempo ustedes verán, si reaccionaron negativamente a los acontecimientos y personas del pasado, que se han establecido unas vías neuronales por medio de señales químicas y eléctricas enviadas a través  del cerebro.  Y con el tiempo, estas vías neuronales se fijan, y se convierten en la norma, aunque sean dañinas para nosotros, porque nos causan estrés y ansiedad.

 Sin embargo, si volvemos atrás y cambiamos nuestra relación, modificamos nuestra relación con las personas y los acontecimientos del pasado, las vías neuronales pueden cambiar. Y si somos capaces de tener sentimientos más positivos sobre el pasado, esto se convierte en la nueva norma. Es como reiniciar un termostato. Tener experiencias no nos hace sabios, es reflexionar sobre las experiencias que hemos tenido lo que nos hace sabios. Además nos ayuda a ser íntegros porque nos trae sabiduría y autenticidad. Esto nos ayuda a convertirnos en lo que podíamos haber sido.

Las mujeres comenzamos siendo íntegras. De niñas comenzamos combativas: – “Sí, ¿quién lo dice?”. Tenemos libre albedrío. Somos los sujetos de nuestras propias vidas. Pero muy a menudo, muchas, si no la mayoría de nosotras, llegada la pubertad, empezamos a preocuparnos por integrarnos y ser populares. Y nos convertimos en sujetos y objetos de la vida de otras personas.

Pero ahora, en nuestro tercer acto, puede ser posible que regresemos al punto de partida y saberlo por primera vez. Y si podemos hacerlo, no será sólo para nosotras mismas. Las mujeres mayores representan la mayor población mundial. Si podemos volver atrás y llegar a ser íntegras, esto va a crear un cambio cultural en el mundo y dará ejemplo a las generaciones más jóvenes para que puedan repensar en sus vidas” (NOTITARDE, 30/05/2012, LECTURA TANGENTE).-