El escritor y poeta Leonardo Padrón estuvo el pasado jueves 2 de octubre de 2008, en la noche, en Valencia, presentando la colección de libros que Notitarde y la editorial Santillana, a través del sello Aguilar, colocaron a la venta, a un precio accesible, a todos sus lectores.
Santillana me regaló el privilegio de dirigir, coordinar y poder convocar a los autores. Fue un planteamiento bien inusual de lo que suele ser el comportamiento editorial del país, pues se trató de diseñar una colección alrededor de un solo tema. La experiencia ha sido tan exitosa que ya hemos hablado de nuevas colecciones con otros temas.
En la primera fase del proyecto se vendieron más de 50 mil ejemplares. En esta segunda fase surgió la alianza con Notitarde, que significa dimensionar el proyecto, llevarlo al lector, prácticamente a su casa, a través del encarte.
¿Qué está haciendo en estos momentos?
Ahora estoy "emboscao" por la palabra trabajo. Tengo la mayor parte de mis energías depositadas en la telenovela "La vida entera" que estoy preparando para Venevisión, de la cual ya tengo un buen porcentaje de capítulos escritos, que se comenzará a grabar en aproximadamente dos meses y que posiblemente salga al aire en el último trimestre del año. Estamos en vísperas de estrenar esa novela, lo que implica que se incrementa el nivel de trabajo y de vigilia.
¿Es una novela que tiene nombre como de bolero?
Puede ser. Es una frase que llevamos todos en el bolsillo y que nos acompaña, porque de alguna manera, los seres humanos, a veces apostamos, por amor, la vida entera o por errancia o tratamos de escapar de trabajos que alguna manera nos agobia la vida entera.
Es una novela que trata no sólo el tema romántico si no que intenta tocar la diferentes aristas de lo que implica la palabra vida para cada uno de nosotros.
¿Rozará el panorama vivencial de los venezolanos?
No necesariamente. Quise hacer otra vuelta de tuerca. Ya hice una novela con un alto contenido socio político. No me quiero encasillar. Fue una variante de mi voz que me pidió el cuerpo hacer en los tiempos convulsos que se vivían, que pareciesen estar eternizándose y yo no me quiero eternizar en un solo corsé.
A la vez estoy preparando el tercer libro de Los Imposibles (las entrevistas que realiza en la radio en su programa del mismo nombre) que debería estar en la calle entre noviembre y diciembre.
El proceso, que es el plus, lo que agrego a las entrevistas radiales, las pequeñas crónicas de lo que ocurrió antes y después con mis personajes, la decantación y depuración de las entrevistas.
Me encuentro también en el nuevo estado que ha tenido el proyecto Los Imposibles. Estoy grabándolos ahora para televisión. Empezó en radio, desembocó en el libro y muta a la TV.
¿Sin querer o queriéndolo mucho se ha convertido en periodista?
Yo respeto inmensamente el oficio de periodista. Lo que pasa es que es una zona común. Yo suelo decir que no entrevisto a los personajes sino que me siento a conversar con ellos, pero tratando de ser yo quien haga más preguntas. No tengo la formación académica de un periodista, tengo la curiosidad del escritor. En todo caso, trabajo con una de las herramientas que trabaja el periodista, que es la palabra. Toda mi vida de escritor profesional he estado urdiendo personajes. Decidí, para reinventarme un poco, acercarme a personajes que ya hubiesen urdidos por ellos mismos. Sigue habiendo el afán para explorar dimensiones del ser humano.
Los escritores, los intelectuales venezolanos no han podido dar respuestas a lo que está ocurriendo en este país... ¿cómo se siente en estos momentos?
Estamos en un país signado por la luz que está viviendo momentos sombríos. Un país de luz que se ha vuelto opaco. Por supuesto, a todos los que nos duele Venezuela en la cédula y en los huesos, nos tiene inmensamente desbastados. Todos estamos tratando, desde la trinchera de cada quien, establecer la mayor resistencia posible, a una pretensión de refundar el país con unos cimientos absolutamente equivocados, desfasados e inyectados por un ego altamente distorsionado.
Se han ensayado muchas respuestas, algunas con inmensa torpeza, que lo que han hecho es sembrar más aún la penuria que estamos viviendo, pero creo que debemos seguir ensayando respuestas a la borrasca que vivimos. Ahora hay una, que es de perogrullo decirlo, pero si no la ejercemos somos francamente suicidas. Tenemos que asumir el 23 de noviembre como una suerte de plebiscito. Esa gente que tanto le gusta marchar que vaya a hacerlo ese día y que sea tan avasallante la presencia en las calles y mesas de votación, que el "no" que tenemos rato gritando se escuche en todos los confines posibles. Esa es la respuesta más inmediata, la más constitucional, la más dentro del contexto de la armonía y ecuanimidad. Eso en principio. Ese es nuestro más inmediato mañana y tenemos que atenderlo con la urgencia del caso.
¿Ha tenido chance de ver en la nueva telenovela "¿Vieja yo?" el personaje de Margot Batalla?
Muy poco. Vi el primer capítulo, y luego he visto a ratos, porque como estoy metido en mi propio tejido en la noche estoy muy agotado, todavía "pegado" a mi computadora. ¿Por qué?
Porque es una mujer venezolana que tiene un apellido de guerra, usted habló de trincheras y llevamos años cargados del lenguaje presidencial bélico... ¿cómo está diseñando sus personajes femeninos?
Desde que escribo telenovelas siempre estoy celebrando a la mujer venezolana. Siempre he tratado de esbozar a las mujeres venezolanas, es decir, mujeres guerreras; y volvemos a los términos bélicos. Tal como están planteadas las cosas en este país desde hace mucho tiempo las cosas están mal formuladas, porque hace que las mujeres no vivan sino que sobrevivan. Son las líderes de la familia porque éste es un país de padres ausentes. La mujer venezolana vive con cuchillo entre los dientes. Siempre he procurado plantear mujeres de ese talante porque una de las pocas cosas que le cuestiono al melodrama ortodoxo es vender a la mujer de telenovela como pasiva, que lo único que hace es esperar al príncipe azul que trae el amor y la realización personal de esa mujer. La venezolana está muy clara. Sabe que no pueden esperar a un hombre para resolver su propia vida.
¿Cómo va su poesía?
Me has hecho la pregunta más dolorosa, porque ésa es mi nostalgia permanente desde hace rato. He estado tan emboscado por el trabajo, que aún cuando lo disfruto por creativo, que voy a ver si me consagro a lo que es mi verdadera fiesta: la poesía (Notitarde, 04/10/2008, Confabulario).-
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