Gabino Matos, docente y critico de arte por sus estudios en arte sacro, lenguaje comunicacional, filosofía y antropología filosófica, vino la semana pasada a Valencia para estar en la inauguración de la exposición Obras Recientes de Octavio Herrera en la Galería Espacio Chroma.
"Doy estas declaraciones como un ciudadano común y corriente, como persona vinculada al arte en general. Hay muchos asuntos que en materia cultural que podrían comentarse pero me voy a referir a lo que esta sucediendo con los museos.
Todos Sabemos que en la actualidad los museos enfrentan la gran limitante en cuanto a mejora de sus infraestructuras, cosa fácil de advertir porque se ve un cierto deterioro externo e interno que afectan el atractivo de un museo en cuanto al edificio.
Por otra parte son muy pocos los visitantes que observamos en los museos por lo que no se cumplen las funciones por las cuales fueron creados, de educación, difusión, educación y distracción para la comunidad. Pero esto va unido a la poca novedad en el desarrollo de nuevas exposiciones. Las pocas que hay se prolongan en el tiempo, a veces sin renovación de sus estructuras museísticas o sus actividades complementarias, sin ser un atractivo renovado para las personas que pudieran visitar tanto en grupos o por turísticas.
También en la parte interna he sabido de descontento de parte de los funcionarios porque no comparten las líneas gerenciales a la que están sometidos. Muchos han renunciado, con estudios especializados. Desde este punto de vista es importante refrescar que las personas que trabajan en lo museos no son comunes y corrientes. Son expertos, sensibles al quehacer artístico, para cumplir la función, muy especial, de servir al público.
Esto es importante y lo relaciono con una situación que me preocupa sobremanera que se diera a principios de este mes de julio. Un documento sin firma se divulgó en una reunión que hubo con todos los directores de museos a nivel nacional en donde se proponía que las dos colecciones del Museo de Bellas Artes y una del Museo de Ciencias fueran devueltas a sus países. Como bien lo sabemos todos los venezolanos el Museo de Ciencias tiene una rica colección de arte africano, obtenida por donación, que constituye gran referencia no solo para la comprensión cultural de Venezuela sino también para valorar los aportes desde el punto de vista cultural y artístico que nos dio este continente a nosotros.
El Museo de Bellas Artes tiene una conocida y ya tradicional muestra de arte chino, de distintas dinastías y tendencias estilísticas que también pretenden que se devuelvan. También por adquisición allí se encuentra unas piezas pequeñas y originales de arte egipcio.
Los argumentos por los que me opongo a esta idea son los siguientes: estas son colecciones modestas donde no hay obras significativas, que muy poco podrían aportar al patrimonio museístico de sus países de origen. Hacen mucho más en este lado del mundo porque nosotros necesitamos del proceso de democratización de la cultura y poder ver, en vivo, obras, que aunque no sean de gran significado dentro de la cultura de estas naciones, abren el universo estilístico.
Por otra parte hay que tomar en cuenta que son muy pocos los venezolanos que tendrán la oportunidad de visitar el Museo de El Cairo o los de China. Sería una maldad quitarles a los venezolanos la oportunidad y el derecho de ver esas obras originales, más allá de los libros y las reproducciones.
Estas obras que tenemos aquí son referencia para la comprensión de la cultura universal y también las que están vinculadas a nuestra misma historia como nación. ¿Cómo sacar del ámbito nuestro la influencia de lo africano? En las piezas africanas vemos más bien una contextualización de las referencias locales.
Por eso, en ese sentido, hago un llamado a la reflexión, para evitar ese desvalijamiento se haga realidad, planteado en el contenido de esa carta poco feliz, porque ahora necesitamos justamente mantener un discurso coherente. Cuando hablamos de convivencia, de tolerancia, de pluralidad es cuando se revela que no solo debemos ver el arte venezolano en sí mismo sino en contexto con otros aportes, otras diferencias, otras similitudes para entender la universalidad el fenómeno artístico y cultural.
En este tiempo que tenemos una gran convivencia con países latinoamericanos ojala disfrutaran los museos nuestros de exposiciones itinerantes de los museos de esas capitales para vivir un poco el sentido de hermandad y fraternidad cultural que nosotros tenemos, recordando aquellas palabras de Carlos Fuentes que dicen que los latinoamericanos mas allá de un espacio geográfico y mas allá de la unidad que tenemos desde el punto de vista político, lo que nos identifica son las referencias culturales.
Se deberían validar esas hipótesis de las que tanto hablamos, de compartir, de convivencia, de democracia.
Cuando nos ubicamos nosotros en Valencia es importante decir que ojalá se consolide en todo el estado Carabobo esa red de museos que tenían como propósito coordinar las actividades que se daban en todos estos centros museísticos, máxime ahora que se tienen limitaciones presupuestarias y de diversa índole, para poder ofrecer un trabajo sostenido no solo a los carabobeños sino a los potenciales visitantes y turistas de todos estos espacios. Hay necesidad de coordinar actividades en el estado Carabobo y nosotros cuando hacemos una revisión vemos el esfuerzo de ofrecer oferta cultural, por mantener coherencia y permanencia; pero sería importante contar con el aval gubernamental, donde se contemple otra situación de interés como solventar lo que esta sucediendo con el Ateneo de Valencia, institución de gran solvencia nacional, que conserva una valiosa colección, muy significativa de lo que sería el arte venezolano del siglo XX y de las nuevas generaciones de artistas, dadas que se va enriqueciendo con las obras que se adquieren a través del Salón Michelena, institución de gran referencia para los artistas.
Por otra parte considero que se deben seguir estimulando las exposiciones individuales o de pequeñas grupos de artistas que permitan disfrutar arte de calidad, consolidado y respaldado por procedimientos técnicos de importancia. Hay en Valencia muy pocas galerías y hacen un esfuerzo por dar lo mejor, pero requerimos de un trabajo que mas allá de las galerías tenga correspondencia con los medios de comunicación, siempre presentes, porque eso sería un indicador concreto de contribuir con la verdadera democratización de la cultura. Eso garantizaría la continuidad de los salones y no caer en la tradicional forma de los 70' en que los salones eran debut y despedida. Hay que mantener los salones no solo para estimular la producción artística, no solo para que las instituciones gubernamentales y privadas colaboren en el desarrollo de la gente, sino para que se fomente el estimulo a los artistas y puedan desarrollarse nuevas formas, nuevos campos, nuevas expresiones carabobeñas y venezolanas, en general.
Me parece substancial que se desplieguen algunos convenios sobre el arte de Carabobo y el arte regional y venezolano para evitar aquella concepción de que "Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra".
Es necesario fomentar planes y acciones culturales que vayan más allá de la visión de un ministro, un director o un presidente de alguna institución porque el arte está por encima de estas cosas.
Es necesario desplegar proyectos de cara al conocimiento, valoración y apropiación del patrimonio regional y nacional. Mi preocupación es que a veces de los venezolanos en general y los propios de cada región o lugar de tanto ser lo que no somos ya no sabemos lo que somos y estamos sometidos al influjo de otras corriente políticas, culturales económicas que pueden afectar nuestros valores culturales. Debemos construir ciudadanía que se apoye en el real compromiso del ciudadano común. El deber es construir el sentido de ciudadanía, para que no seamos venezolanos por accidente, venezolanos de papel, venezolanos de cedula porque un documento lo diga, sino porque tengamos bien enraizado el sentido de identidad y pertenencia de lo que nosotros somos. Recordando que aunque cada momento tiene sus situaciones políticas, sociales y económicas, sus "horrores", como dijera Savater, también tiene las posibilidades que como dijo Federico Nietzsche "en momento difíciles tenemos el arte y la cultura para no morir a causa de la verdad" (Notitarde, 25/07/2009, Confabulario).-
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