sábado, 16 de mayo de 2020

Renacer (cartas de apoyo a pacientes Covid)




En uno de estos vídeos de compartir que me envió un amigo, vi algo que quizás también supe en algún momento de mi vida, pero olvidé con el paso del tiempo. Se trata del renacer del águila lo que realmente creo es digno de recordar en este momento de tan pocas certezas y tanta infoxicación.

En  las imágenes muestran los vuelos esplendorosos, cargados de poder de diferentes águilas. Narran que pueden vivir alrededor de setenta años, pero que en sus cuarenta primeros de vida, ocurre un desgaste natural de sus garras, plumas y pico. La naturaleza entonces le revela lo que debe hacer: morir o renacer. Si la segunda opción es su determinación deberá enfrentar ciento cincuenta días de verdadera prueba física, anhelo de vida plena, trascendiendo el dolor. 

Debe escoger un lugar apartado y construir un nido. Tiene que además tener cerca una roca porque lo primero que deberá hacer es golpearla, hasta que se le desprenda el pico torcido, que ya no le servía para cazar.

Esperar pacientemente que nazca el nuevo con el que más adelante se arrancará todas las plumas que deberán tener igual crecimiento mientras surge esta segunda oportunidad.

También habrá destrozado sus pezuñas débiles para dar paso a unas fuertes piezas que le permitan sobrevivir otros treinta años más.

Cinco largos meses de inanición, de cambio transformador e incólume intuición natural.

Sin quejas a su destino.

Nosotros que estamos aquí a veces anhelando hasta ser águilas y con chorros de miserias y maravillas,  internas y expuestas, en la global experiencia que nos toca, debemos vivir los días con mayor compasión y sabiduría. Con más sentimiento (no sentimentalismo) y más lealtad al ser que nos quiere vivos y plenos.

Soy Marisol, los días se alargan en este confinamiento. Buenos para renovar y para recuperarnos, con todas las fuerzas. Mi gato Chachito duerme. Domingo de sol, cargado de luz y optimismo.

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