Flor de mayo |
El mes de mayo está
comenzando bien. A partir del sábado 2 se iniciará el plan desconfinamiento con
horarios establecidos que permitirán una pequeña liberación de la etapa que ha
tocado vivir. Como dependerá mucho del sentido común, habrá que ir viendo su
evolución y esperemos que el plan trazado sea un avance y no un retroceso.
El quinto mes del año en
mayoría de países del mundo es rejuvenecimiento natural de la vida, es canto al
esplendor colorido de la naturaleza.
Los hombres y mujeres del
tiempo ya han anunciado que viene el calor y ello, aunado a la posibilidad de
salir a mover las piernas aunque sea en solitario, invita a vivir este periodo
de forma diferente. Se respirará de cerca el aroma real de la primavera y es
que mayo es el mes de transición entre esta estación y el verano.
Las flores han eclosionado
y las que no, están a punto de germinar, por lo que la tierra exhibe un
radiante poderío. Por lo tanto, es una razón para tener confianza, los buenos vientos que se avizoran, por más
distintos, por más obstáculos que nos digan van a existir.
“Tan lleno de espíritu
como el mes de mayo y tan hermoso como el sol en pleno verano” escribió William Shakespeare.
Las montañas lucen unos
nuevos esplendores bañados según las regiones en que se encuentren, amarillas,
rosadas, rojas, violetas o anaranjadas e imprimen fortaleza a los estímulos, a
todos los seres sintientes y palpitantes.
Así como ayer mi madre
reía irónicamente, por el acierto que tuvo alguien al recordarle la melancólica
canción de Joaquín Sabina ¿Quién me robó el mes de abril?, tendremos que
asumirlo así: hemos sido víctimas de lo que podrá ser recordado como robo y
hurto colectivo de enormes proporciones. Con implicaciones que ya se irán
viendo y muchos más encargando.
Si nuestros sentidos
fuesen elevados por nuevas dimensiones y pudiéramos oler mayo, la fragancia
sería muy parecida a la que se respira cuando se unen agua y barro; salpicada
con esencias de mil flores silvestres. Ahora mismo tenemos grandes limitaciones
para aspirar su perfume, emergidos como estamos de un confinamiento extraño,
enrarecido diariamente por los que intentaban informar desde las carencias.
Que la alegría de mayo
contagie. Lleve a todos a la recuperación de sus fuerzas físicas y
espirituales.
El sol lleva rato
calentando la habitación. Mi gato duerme y escucho las versiones que de la
canción de Sabina han hecho algunos, a razón de esta circunstancia.
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