martes, 14 de abril de 2020

Yaralí (cartas de apoyo a pacientes Covid)




Después de levantarse, Yaralí siguió la natural guía de su instinto. No se despidió de nadie y tampoco hubo necesidad porque algunos dormían, otros estaban ocupados en arreglar los asuntos del nuevo día.

Así como era, dueña de su destino, decidió ir hacia el pozo azul, subiendo por el costado del rio, hacia la montaña, fresca y ruborizada como estaba esa mañana de sol reinante; cargada de una neblina suave y perfumada.

Como iba descalza, recorría sintiendo a la tierra viviente. Le iba hablando con sus pies de quince años, murmurando suavemente palabras que le hacían construir un poema que regalaba a los árboles, mariposas, pájaros.

Miró el cielo azul, despejado y poderoso, más intenso que nunca. Sus ojos habían amanecido sin velos aquella mañana. Lo percibió con alegría en su pecho, era una combinación de lince y águila, que le permitiría ir muy lejos.

Las aguas de pozo azul estaban serenas, apenas onduladas por la catarata que caía desde la roca jaspe. Se bañó largamente allí, el cuerpo alborozado por el agua fría, le hacía reírse con ímpetu, mientras movía brazos y piernas para entrar en calor.

Se sumergió justo en frente de la cascada, y al sumergirse venció la centrifuga que generab la fuerza de la caída. Pasó al otro lado para subir rápidamente las aguas y poder respirar. Ahora estaba detrás del torrente, rodeada del cuarzo rojo, en la cueva de Janajoró.

Acuclillada, se puso a ver las pequeñas gotas que se desplegaban como rocío, las paredes mojadas que parecían lindos cuerpos desnudos, las semillas que habían ido colocando todos allí, de diversos colores, como si fuesen un tesoro.

Desde dentro, la laguna era imperceptible. La catarata de agua  abarcaba la boca de entrada y de salida. Era un placer permanecer en la intimidad del río, naciente de su voz esmeraldina, interpretando la dulzura del agua. Soñando con los poemas nacidos por sus pies, mariposas inmutables y al vuelo de ser simplemente Yaralí.

Soy Marisol. La lluvia hoy ha sido buena e intensa. Aspiramos por tu pronta recuperación. Mi gato Chachito observa las gotas, imaginando quien sabe qué cosas.


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