Marcos Tovar Cupido, conocido en el mundo artístico con el segundo apellido, el materno, es un hombre sencillo, sin poses, nacido en 1951 en Puerto Páez, estado Apure, pueblo que aparece y desaparece, con la crecida de los ríos, cuando las aguas inundan el paisaje y éste sólo vuelve a emerger cuando ellas se han corrido y evaporado, dejando en la mente el recuerdo del manto mágico del desplazamiento de la tierra.
El próximo jueves 2 de octubre, a las siete y media de la noche, inaugurará su exposición "Vientos de lluvia" en la galería de arte Espacio Chroma, un conjunto de catorce obras, cargadas de color y paisaje abstracto, con su visión interior del llano venezolano.
Profesor jubilado de la Escuela de Artes Plásticas "Arturo Michelena", se ha mantenido durante un tiempo y a propósito, escondido de la fama y de las apariciones constantes en los medios porque lo suyo es el trabajo y el disfrute de un arte que también ha pasado, a segundo plano, el grabado.
¿Abandonó la técnica de aguafuerte o litografía?
Dentro del grabado trabajé más de quince años, vengo de la escuela de Maracaibo, de Nerio Quintero, Marcos Cárdenas, los grabadistas maracuchos. Viajaba mucho en mis comienzos a San Felipe donde había una prensa al igual que en Maracay. Para mí el grabado fue el comienzo de todo, me enseñó el oficio y tener la secuencia de las cosas.
¿Por qué ahora el grabado no gusta?
Porque, como me dicen algunos amigos, es trabajar con cosas sucias para producir obras limpias. Es un trabajo muy mecánico. A mí me ha funcionado porque fusiono tanto la izquierda como la derecha.
¿Hay que ser ambidiestro?
No, pero en cierta forma lo soy. En el grabado hay una impresión negativa y otra positiva, y en mi caso la obra funciona más hacia la izquierda que a la derecha, sólo que de tanto trabajar esta técnica me adapté y puedo hacer combinaciones distintas.
¿Es difícil y por eso muchos le huyen?
Sí, bastante, porque se trata de dominar las diferentes formas de trabajarlo, como el aguafuerte, el aguatinta y a la par de ello ir desarrollando un concepto e ir intercalando las diferentes técnicas entre sí. El concepto de grabado por demás está equivocado casi siempre, se hacen muchas cosas que no lo son. Se confunden impresiones gráficas con grabado. Falta mucho conocimiento con relación a este arte.
¿Cuál es la base?
El alto contraste. Conseguir diferentes tonos con altas calidades gráficas. No se alcanza con la intervención de la mano del artista, se logran los tonos, con el tiempo y los diferentes ácidos que se van colocando en las planchas y en los materiales de impresión que se alcanzan las texturas.
¿Cuál es su encanto?
Lo artesanal, porque sino no tiene sentido. Una serigrafía, una litografía, son expresiones gráficas, planas; mientras que el grabado es otra cosa. Es el trabajo manual, concentración de implementos, mezcla de varias cosas, son adaptaciones creativas de un mismo conocimiento. Se puede enriquecer a cada momento respetando el principio de la gráfica.
¿Trabajó la pintura a la par del grabado?
Sí, porque el ensayar tanto con alto contraste me abría la posibilidad de crear obras llenas de color y aventurarme en esa otra forma de comunicarme que también necesitaba. Eso me enriqueció mucho.
Algunas de sus piezas son decolores muy intensos y otras que van hacia el blanco...
Hay unas que son muy atmosféricas. Como yo vengo del llano, soy apureño, la primera impresión que tengo son los paisajes, pero es mi paisaje interior, es lo que yo veo, la otra naturaleza como yo la llamo. Los cuadros esos a los que te refieres, son las lluvias que caen, cuando los árboles se llenan de garzas blancas. Esa es la primera impresión que a uno le queda en la mente cuando observa estos fenómenos en el llano y éste es en sí el acto plástico como tal.
¿Por qué siempre presente la redondez, la tierra, como elemento reiterativo?
Es el mismo paisaje. Por ejemplo, cuando uno viene de Puerto Cabello hacia Valencia y va llegando a La Entrada, por la autopista, hay un cerro que es circular, con un pasto muy hermoso, con varios tonos de verde, que parecen hasta sombras. Esas imágenes siempre las he grabado en mi mente y luego cuando estoy trabajando lo que trato es de modificar eso.
Su obra se caracteriza por ser muy minuciosa y se observa que muchas de las líneas están hechas con su apellido materno, "Cupido", ¿por qué?
El pajonal es mi apellido repetido porque es mi forma de trabajar muy libre, muy suelto. Con mis manos logro la expresividad de una forma más suelta o más pesada, porque también lo trabajo con ambos brazos. A veces se descubren fácilmente las letras del apellido en otras se pierden, difuminadas. Es como una presencia. Recuerdo de la madre, de la familia.
¿Por qué no ha mostrado su obra más a menudo?
No me gusta exponer por exponer pero sí he hecho bastante. Hago también obras tridimensionales porque siempre me ha gustado indagar, permanecer inquieto ante las muchas necesidades expresivas que voy sintiendo cuando me adentro en el arte. Me gusta indagar sobre los grandes maestros, conocer sus aportes, para aprovechar las cosas que nos dejaron. Me gusta el gran arte, admiro mucho al gran pintor. No creo en artistas. Yo no me considero un artista, soy un trabajador del arte. Un hacedor. Quizás mi formación en el grabado me hizo ser más estricto. Hay criterios que no comparto.
¿Cómo ve el desarrollo del arte en Venezuela?
Honestamente, no creo que haya nada. Pienso que hay muchos muchachos talentosos, pero no tienen cabeza. Cuando uno compara los años 60' ó 70' uno se da cuenta de la capacidad de expresar, la creatividad de cada hacedor, mientras que ahora uno se da cuenta que se perdieron un montón de cosas, entre ellas, la gallardía.
¿A qué se refiere cuando dice que "no ha visto nada"?
Me refiero a la concepción plástica de un individuo. Eso se ha perdido. Lo que hay es un efectismo, no existe ni la esencia de la pintura, ni de la escultura, porque se hacen obras sin planteamientos. Hay gente talentosa.
Sin crítica...
Sí, es cierto... ésta tampoco existe. La crítica tiene que ayudar incluso al artista hasta plantearse retos. Antes los pintores salían y decían cosas. Ahora ni eso.
¿Por qué siente como positivo que existan dos salones "Arturo Michelena"?
Porque podrán contrastarse los artistas admitidos en ambos y saber con quiénes contamos. Permitirá tener un juicio claro sobre lo que está sucediendo. Es fea la pugna que hay alrededor de todo ello, ese "quítate tú pa' ponerme yo", pero a la larga puede resultar positivo porque permitirá hacer un juicio de valor sobre lo que hay o no aquí en Valencia. Permitirá la discusión sobre lo artístico. A la gente lo que le interesa es lo que van a exponer y el nivel, la calidad, de lo que hay allí.
La grandeza del arte reside en cómo, a partir de pequeñas cosas, un hombre o una mujer pueden crear una vivencialidad, un feed back, usando iconos de la historia universal, con un trasfondo. Tiene que ver con la vitalidad de la pasión. Todo hacedor tiene que partir de sí mismo.
¿Cómo siente el movimiento artístico en Carabobo?
Hay muchas fallas. Eso comienza con las escuelas, con la gente. No puedes estar treinta años repitiendo lo mismo. Es engañar con la palabrita artista. Eso es un gran error. Muchos tienen el complejo de ser artistas y eso es una gran mentira. He visto la mediocridad porque he compartido con ella. Alrededor del arte hay mucho efectismo, mucha pantallería. En el verdadero arte no hay mentiras. Lo que se sabe se muestra y no hay escapatoria. Con el arte la mentira no funciona. No se puede engañar.
La galería Espacio Chroma está ubicada en la urbanización Santa Cecilia. Teléfono: 8243730 (Notitarde, 27/09/2008, Confabulario).-