Chela Palacios desborda energía. Creo recordar
que así la intuí apenas la conocí, años atrás. Si sacáramos con la barita de Merlín
los rasgos distintivos de esta mujer, se cumplirían en su totalidad, a vuelo de
pájaro, los diez atributos de la personalidad creativa, estudiada desde hace más de
treinta años por el profesor Mihály Csíkszentmihályi, maestro de la psicología
positiva y creador del concepto de Flujo (Flow) sobre la relación entre la
felicidad y la creatividad.
Además de cumplir con casi todos los ítems
señalados por el investigador consuma la idea más aceptada porque trasciende lo
conceptual y aclara la experiencia: un ser creativo en vez de ser un “individuo”,
es “multitud efervescente”.
En ella habitan, desde siempre, esas
burbujas de luz. Escribe poemas, reflexiones, obras teatrales y puede leerlas
con su voz dulce y clara. Da vida y actúa con sus muñecos de trapo y con los
fogonazos de Claudia, personaje de una mujer que ha sabido fondear su pasado.
Es capaz de hipnotizar a los niños con
papeles de seda recortados de lluvia e igualmente irse después a preparar una
sencilla y redonda arepa rellena de queso, para continuar hechizando a sus
hijos y nietos.
Su ser creativo jamás se detendrá porque
ella nació con ese don y desde siempre supo que había de repartirlo por el
mundo.
Como venezolana, ahora emigrante, ya
jubilada, le ha tocado vivir duras pruebas, pero saca lo mejor de sí porque no
es una maga de chistera. Ella es de las que encontró hace tiempo el tesoro que reverbera
al final del arcoíris y regresó para expandirlo entre quienes han tenido la oportunidad
de disfrutar su amplia sonrisa, su hermoso color de piel, orgullo de mezclas de
tres razas, indígena, negra y blanca. Su continua agitación creativa, trajina;
se derrama, y busca impregnar los corazones, de amor incondicional.
La entrevista fue realizada a través de
preguntas y respuestas por correo electrónico. En muchas de las respuestas
Palacios colocó “ja ja ja ja ja ja”. Incluso en las más serias, como su vida en
pareja.
Su risa en código de béisbol, batea para hacer sonoros doble play.
El
País de las monedas
MPS: ¿Cómo te sientes en
estos momentos de tu vida: madre, bisabuela,
mujer creativa en el mundo?
CHP: En estos momentos
de mi vida, me siento en mi plenitud. Siento
que he cumplido y he representado estos
papeles bien, a pesar de que en algunas oportunidades, quizás haya fallado; seguramente, no tuve un buen director o el
guion no estaba bien escrito. Como madre, traté dentro de mis posibilidades, de hacerlo lo mejor posible, al igual que de
abuela. La presencia de estos roles me dieron la fuerza, que comenzó como hija.
Tuve unos padres ejemplares, un papá que siempre vivía echándonos cuentos y de allí nació mi amor por la escritura. Creo
haber heredado de mi madre y de mi padre, mi amor al arte. Y hoy me siento con
el poder creador a plenitud. Ya no tengo las preocupaciones. Ahora, en esta edad grande los desafíos son otros.
MPS: ¿Cuántos retos
has tenido que enfrentar al emigrar de Venezuela a Perú?
CHP: Muchos. El
primero, el miedo a lo desconocido y a mí misma. El miedo a no cumplir mis
sueños. Los que tenía al ser jubilada, que eran tener calidad de vida, viajar,
vivir en un sitio tranquila y dedicarme a lo que me gusta: escribir, seguir
dirigiendo teatro y mis etcéteras. En
segundo lugar, miedo a la inestabilidad económica. El no tener un
lugar estable dónde estar. Quizás estos sean mis miedos más profundos, no lo
sé. Vivo mirándome y estudiándome, a ver
de qué manera podemos salir mi familia y yo, de este laberinto en el que nos
encontramos. Es un caos mundial. Y debemos tomarlo como aprendizaje para seguir
adelante. Estoy en la edad en que aparentemente todo debería ser tranquilo,
pero no lo es. Así que debemos adaptarnos al mundo que nos ha tocado.
MPS: ¿Cómo te has
sentido más cómoda, con el teatro, con la poesía, con las narraciones?
CHP: ¡Qué te puedo
decir! El teatro ha sido parte de mi vida, allí aprendí a ver la vida de manera
distinta. Allí comencé a hacer mis
primeros intentos de plasmar en escritura lo que sentía. Recuerdo mi primera
obra escrita, El País de las monedas, este título nació de un mal título que
vi en un periódico local, cuando empezó una devaluación y desaparecieron las
monedas e hizo que sacarán unos billetitos como para jugar monopolio.
La representé, con mis niños de mi grupo Arcoiris
Mágico de la Universidad de Carabobo. Allí comenzó mi trabajo dramatúrgico. A mi vez, escribía
cuentos infantiles, que me recordaban mi infancia. Tuve una niñez de cuentos y
de encantos, tuve el privilegio de tener nuestros propios cuentacuentos y
conocer los grandes clásicos infantiles. Claro está, eso lo supe después que
comencé a ser lectora. Me gusta mucho escribir cuentos, aunque ahorita lo tengo
abandonado.
La poesía la respeto pero no me considero
poeta. Tengo ligeros intentos, ligeros ejercicios escriturales, que creo comenzaron,
con poetas como Andrés Eloy Blanco y Pablo Neruda. Comencé copiándolos, tendría
como quince años, a nadie se los mostré nunca. Con mudanzas se perdieron. Tuve
la dicha de estar al lado de un poeta, que me leía todas las noches. Pero no me
atrevía a escribir. ¡Leí tan buenos poetas en mi vida!, qué sentía pena por lo
que yo podía escribir. Quizás soy más prosista que poeta y cuentista. Sin
embargo, incursiono, ya que ando en la búsqueda de voz. Mientras llegué,
disfruto lo que hago.
MPS: ¿Qué recuerdos te
ha dejado el continuo escenario por el que has vivido?
CHP: Mis aprendizajes
y los distintos escenarios que he vivido han dejado huellas indelebles en mi
vida. De todos he aprendido. Ésta universidad de la vida, me ha hecho crecer,
me ha enseñado a ver la vida de manera distinta, me ha hecho más humana, más
sensible; a ver a mi hermano humano de la misma manera que me veo a mí. Sé que
ese ser que es mi hermano, es mi espejo, es mi reflejo, que a diario me enseña.
Hoy le agradezco a Dios ésta oportunidad de vida que me ha dado, ya que siento
que si no hubiera pasado por cada altibajo que me ha tocado, hoy no sería este
ser que soy hoy. Simplemente agradezco
todo lo que he vivido y vivo.
Amor
de dos
MPS: ¿Cómo es la niña
que habita en ti?
CHP: La niña que hay en mí no ha cambiado
mucho o casi nada. Desde niña fui inquieta, curiosa, terca; de ideas fijas,
juguetona, alegre y confiada. Siempre viendo lo bonito de las personas que han
estado y están en mi vida. Por eso tengo tan excelentes personas a mí
alrededor.
Sigo siendo a pesar de las adversidades esa
niña que ríe por todo. Que tiene fe y que ama.
MPS: ¿Cómo es la
chamana que te aconseja vivir con arrojo?
CHP: En la humildad,
en lo cotidiano de la vida y la simpleza,
en irte descubriendo minuto a minuto, en la observación constante. Amo y
respeto la libertad mía y la de las personas que están a mí alrededor. Con el tiempo aprendí a valorar, a amar todo
lo que Dios me dio y sobre todo agradecer por mí, por mi familia; por lo que logré con mi esfuerzo.
MPS: De tu vida en
pareja: ¿fue difícil vivir con un poeta?
CHP: Según mi
criterio, la vida en pareja es difícil, sea con quién sea, tienes que ceder,
aceptar muchas cosas para poder llegar a una vida juntos. La pareja tiene que
aprender a crecer junta. Es de dos. La carga y la flexibilidad no puede estar
de un solo lado, por eso la cuerda se
va desgastando hasta que se rompe. Te puedo decir que mi vida al lado de
Gustavo Montiel, se tornó difícil los últimos años, al principio hicimos una
excelente pareja, luego las cosas fueron cambiando, tuvo mucho que ver su
carácter, es muy inflexible, no cede nunca. La comunicación se fue enfriando.
De él aprendí muchas cosas sobre la literatura,
es un excelente lector y muy buen escritor, a pesar de que siempre se
negó a pertenecer a círculos.
Él ha salido de mi vida, más nunca lo voy a
olvidar, ya que nuestro hijo es muy parecido. Además las personas que pasan por
nuestras vidas pasan por algo y siempre te dejan un aprendizaje. Nadie llega a
tu vida por casualidad. En cuanto a tu
pregunta, para mí no fue tan difícil vivir con un poeta, porque yo lo
comprendía, aunque a veces se tornaba insoportable.
MPS: ¿Cuál es el mayor
aprendizaje que te dejó el amor en
pareja?
CHP: Creo no recordar
el aprendizaje. Aunque sí. Te puedo
decir, que me pulió en lo que venía estudiando. Era lectora de filosofía
esotérica. Aunque en aquel entonces no entendía muchas cosas sobre el
aprendizaje de evolución del ser humano. Aprendí a valorarme como mujer, a
amarme, a no depender de nadie. Entendí que el amor tiene que ser de dos, para
poder llegar a un final feliz. Qué los esfuerzos que se haga no puede ser
individual, no da los resultados esperados.
Reverón
MPS: Háblame de tu
familia.
CHP: Tengo tres
hermosos hijos, maravillosos y amados hijos. Ana Abigail mi primogénita, María
Fernanda, mi segunda hija y Gustavo Augusto, mi tercer hijo. Me siento súper
agradecida con Dios por haberme no solo dado la vida, sino por haberme otorgado
el milagro de la maternidad, a su vez potenciada y premiada con nietos bellos,
sanos y hasta una bisnieta. Mis nietos por orden de edad: Julio, Stephani, José Daniel, Diego Andrés, Marcelo Andrés y
cierro con otra nieta bella de apenas dos años, Anapaula; y la bisnieta
Verónica de los Ángeles. Así que la vida me ha premiado.
MPS: ¿Volverías a
nacer mujer?
CHP: Si, creo que sí.
Amo ser mujer. Y bueno, como me tocó ser
mujer de este lado del mundo, y en la época que me tocó, ya otras habían
luchado por nuestra liberación. Así que solo me ha tocado agradecer a tan
grandes mujeres que nacieron antes que yo.
MPS: ¿Cuánto de
Reverón hay en ti?
CHP: De Reverón
están mis hermosas muñecas de trapo.
Ellas nacieron un día que conocí a Zobeida, la muñequera de Píritu. Ese día me atreví a hacer mi primera muñeca y desde ese día me enamoré de ellas y hasta
talleres di. Inclusive hice hasta un proyecto que llamé "Rescate y elaboración de la muñeca tradicional
venezolana”. Logré hacer varias exposiciones y ellas con orgullo llegaron un
día España, a Santiago de Compostela, donde
fui invitada por mi amiga-hermana,
Judith Rodríguez. Allí fuimos invitados a presentar la obra La
patria es una mujer sobre tres mujeres, monólogos separados: La India,
Judibana, la negra Juana Ramírez, la Avanzadora, y la blanca Josefa Camejo, la
heroína de Paraguaná. La obra fue
dirigida por Obel Hidalgo y por mí. Así que el Taller de Formación Teatral de
la Universidad de Carabobo y Andarín Cósmico viajaron a Santiago de
Compostela. Muy bellas presentaciones,
con las actrices, Geraudi González
Olivares, María Fernanda García Palacios y como el tercer personaje la propia
Judit Rodríguez. La experiencia fue maravillosa.
MPS: Siempre que se te
recuerda se siente tu sonrisa: ¿cómo la has logrado mantener en el tiempo?
CHP: Tomando la vida
no tan en serio. Esto tiene que ver
mucho con lo que he aprendido. Hay un dicho que dice que hay que ser económico.
Según tengo entendido. Para estar serio pones a trabajar, según recuerdo,
setenta y dos músculos de la cara. Mientras que para sonreír solo tienes que
utilizar catorce. Así es que preferí la economía. Ya que está no me cuesta nada. Es en lo único
que he hecho economía
MPS: ¿Cómo es tu vida,
con tus fantasías y tus luchas?
CHP: La vida para
Chela Palacios es un reinventarse diariamente.
Siempre estoy pensando en algo. Algunas veces mus hijos me dicen: Mamá
ya estás vieja, no puedes hacer tal o cual cosa. Rio por dentro, callo y lo
hago. Así soy. Y no lo llamo lucha, lo llamo vida, en cada respiración, está la
energía y chispa divina que me impulsa a
seguir. Algo me dice continúa, algo
queda. Sigue regando. Alguna semilla crecerá.
Claudia
Cienfuegos
MPS: De los personajes
que has creado, ¿con cuál te quedas?
CHP: Con Claudia
Cienfuegos, mi personaje de la Historia para ser cantada. Ella a
pesar de las adversidades, canta, cuenta, baila, ríe, llora. Y sigue su vida
como si nada.
MPS: ¿Cómo nació?
CHP: Nació después que
me jubilé de la Universidad, ya no había más niños. No más grupo de teatro de
niños. Un día reunida con mi amiga Geraudi González Olivares, le digo por qué
no hacemos un grupo de teatro. ¿Te atreverías
a hacerlo, “amichiiii”?, le pregunté. Ella aceptó y así nació el grupo de teatro "Andarín
Cósmico".
La pregunta obligada en ese entonces fue:
¿qué monto? Nos pusimos a leer, para ver si conseguíamos unos monólogos. Muy
tímidamente me puse a escribir y nacieron dos monólogos. Mi visión del mundo, la historia de una mujer
que dedicó su vida a su esposo e hijos, olvidándose de ella. Cuando queda sola
que los hijos crecen, se da cuenta que su esposo la engaña. Comienza a buscar dentro de ella. Busca algo
que le gusta y descubre que puede escribir, la
Historia para ser cantada.
Es un personaje muy simple, Claudia va por
la vida contando y cantando su historia, sus recuerdos, sus anécdotas, sus
alegrías. De esa manera ella no deja que el caos del mundo la absorba.
MPS: ¿Qué significó
para ti tu paso por la Universidad de Carabobo?
CHP: La experiencia,
el saber; allí conocí, gente, personas maravillosas. Mi paso por la Universidad, es lo más hermoso que me ha pasado, aparte de
mis hijos. Allí aprendí a valorar las cosas bellas de la vida. Es realmente
inolvidable.
MPS: ¿Tienes añoranza
por Venezuela?
CHP: No. Estoy aprendiendo a despegarme de las cosas.
Estoy trabajando mis apegos. Con esto no te quiero decir, que no la añore,
alguna que otra vez, los olores, los sabores; su gente, mi familia, los sabores
de los quesos.
MPS: ¿Qué proyectos
tienes?
CHP: Mi proyecto
futuro es viajar a España. Vivir en una Villa con mis comodidades para seguir
escribiendo. Montar un hostal y hacer funciones de teatro, exposiciones de
pintura, hacer tertulias literarias a los viajeros.
Un
mundo sin caos
MPS: ¿Cuántos libros e
ideas tuyas se mantienen inéditas?
CHP: La clase para ser contada, un libro
dedicado a los docentes, para que los
alumnos aprendan las clases como un cuento y disfruten. Les guste el lenguaje,
la historia. Un libro de cuentos infantiles Sueño al amanecer, recuerdos de mi infancia. Un libro de poesía, Todo Pasa que al principio lo llamé, Mis ejercicios escriturales. Un libro de teatro llamado El libro de todos los cuentos. Aquí
están las obras infantiles escritas en mi tiempo como directora del grupo de
teatro Arcoíris Mágico de la Universidad de Carabobo. Un texto que
llamo de poesía, especie de experimento, donde están escritos parte de mis
logros como estudiante de la vida aún sin graduar, intitulado Soy nueva para la vida.
Sigo siendo nueva para la vida y aún digo,
siendo nueva para la vida.
Y finalmente en preparación un libro de
reflexiones, Chela Palacios, mi día a día.
Aquí expreso al igual que en mi libro de poesía, mis pequeños aprendizajes de
cómo veo la vida y mi acercamiento a Dios.
MPS: ¿Con qué sueña
Chela Palacios?
CHP: Sueño con un
mundo sin caos. Donde todos seamos iguales. Donde aprendamos a amarnos, que no
haya división de razas. Sueño a que seamos verdaderamente libres.
MPS: ¿Bailas sola?
CHP: Si. Me gusta
bailar, reír, veo la vida de otra manera cuando puedo hacerlo.
MPS: ¿Cuál ha sido el
mayor milagro de tu vida?
CHP: El mayor milagro
de mi vida ha sido la vida misma. El haber recibido el permiso de venir a este
planeta laboratorio llamado tierra y poder seguir creciendo espiritualmente y
poder cumplir con los preceptos de la divinidad.
Escritos de mi aprendizaje (Chela Palacios)
1 de enero de 2015
Expectativas, cambios
Experimentación
De pensamientos
De trabajos… de búsqueda
De encuentros, de estallidos
Romper con tabúes, tradiciones
Volver al origen
Llenarnos de luz
Eliminar todo pensamiento negativo
Para alcanzar la evolución esperada.
Un nuevo año de esperanzas para el mundo
Para la humanidad.
Despertar consciencia
Recordar
Quiénes somos en realidad
Salir de nuestro encierro
del encierro de nuestra casa tapada
Estudiando, existiendo
Viviendo un periodo de cambio,
Cambio necesario para nuestra transformación
Y poder convertirnos de oruga a mariposas
Liberarnos, movernos
Convertir la tela gruesa, densa que nos cubre
en suave, ligera, transparente
y volar, volar, volar hacia la luz.
Es un cambio fuerte.
Como todo cambio.
Nadie dijo que era fácil.
Es un cambio de Alfa a Beta.
De Beta a Omega
Repetir constante
Oración constante
Elevación constante
Revisión diaria, de cada pensamiento
De cada sentimiento
para limpiar
para crecer
Para borrar todo sucio del corazón.
Cada mañana, segundo a segundo
El día y la noche se unen cómplices en el acuerdo
Para ayudar
Para vernos crecer
Para vernos madurar
Minuto a minuto
La tierra purificada, limpia
Espera por nosotros
Un aleluya para este nuevo ser humano que ha nacido
Un aleluya para la humanidad hermanada en el amor.
7 de enero 2015
Cada día sigo siendo nueva
me levanto
me siento viva
Viva para mirar
Para comprender
Para ver como la noche se transforma en día
como la claridad envuelve a la oscuridad…
y el milagro… el gran milagro
maravilloso misterio que nos envuelve día a día
misterio lleno de amor de la naturaleza
maravilloso fenómeno
debe ser nuestro primer aprendizaje diario.
Integrarlo en nuestro ser,
Así como la oscuridad es alejada
por el sol resplandeciente
necesario para la vida
así nuestro corazón debe ir eliminando toda negatividad
ir llenando de luz nuestros pensamientos, nuestro corazón
avivar la llama para el cambio total
Para que renazca ese nuevo ser evolucionado.
Ese nuevo ser esperado por siglos.
La vida es un ir y venir
Necesario para nuestra evolución
Nuestro cuerpo debe ser cuidado
Para poder cumplir nuestra misión en la tierra
Es un ir descubriendo día a día
A qué vinimos
Por qué estamos aquí…
Es ver, es mirar, es investigar, es aclarar dudas
Para seguir, seguir, seguir,
De esa manera descubrir la verdad
Duda
Búsqueda
Investigación
Nos empuja hacia el futuro
Para poder comprender
Los cambios que se avecinan
Y no caer en el caos del mundo
Los seres humanoides
Asumen la negatividad como positiva,
El engaño está latente,
Orión se ha encargado de ello
Es nuestro deber no dejarnos llevar por este engaño
Buscar la verdad, la verdad que encontramos en la sabiduría Ra.
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