domingo, 7 de noviembre de 2021

Regresar de la sombra





Llegamos a noviembre y el primer día del mes con descanso, celebrando como en gran parte del mundo, el Día de todos los Santos, con lluvia copiosa por Madrid y por toda España, por los que señalaban los weather maps.

Las imágenes y vídeos del volcán asomados por cientos de medios de comunicación lo regresan a nuestra experiencia más poderoso cada día, con lo surrealista que puede ser, porque por sobre todas las cosas, no reflejan esa realidad inconmensurable que son los ríos de lava, con sus ruidos, sus olores, los temblores y terremotos que allí se han producido; los miles de cientos de kilos de ceniza sobre las casas y calles de urbanizaciones aledañas, que humanamente no se han podido recoger.

La distancia de los hechos tiene eso: puede en algunos casos acercarte a la verdad, indivisible para los más involucrados o revelarte la ignorancia de no estar lo suficientemente cerca, como en este caso.

Nuestra sospecha e imaginación escasamente pueden solaparse ante rocas hirvientes de tamaños tan colosales como edificios, huevos de fuego y rayos volcánicos.

El 2 de noviembre, cuando se celebró el Día de todos los Muertos, como en ninguna otra parte, porque aquí en ambas fechas, se aprovecha para visitar los camposantos, los habitantes de La Palma de Gran Canarias se entristecían más de lo que ya están, porque puede desaparezca uno de los cementerios con el recuerdo de sus ancestros.

Los vivos colores de las flores lidiaron con el apego, porque la memoria pasa la factura que no hace la impermanencia.

Pétalos de rosas lanzaron desde el aire aviones militares sobre los cementerios delimitados por la lava en este nuevo paisaje de la isla La Palma, mucho más destruida de lo que puede apreciar en los aparatos audivisuales

Bajo el mar, el comportamiento de los peces ante su nuevo paisaje ha sido por el contrario, esperanzador. Continúa la vida, la intuición, por lo menos en ellos, intacta y perfecta; se acercan a la lava domada por el agua salada, con curiosidad y deseos de sobrevivirle.

Por Madrid, en este comienzo de mes, en las esquinas y a las entradas de las necrópolis abundaban los vendedores de flores. Se habilitaron más autobuses con rutas especiales para llevar a las familias, con las ráfagas de viento propias del otoño,   agitando flores y colores en estos lugares, mayoría de veces vestidos de blancos, negros y grises.

Anecdótico  por decir lo menos, resultó lo ocurrido en la Catedral de Toledo, donde se grabó un vídeo de los cantantes C. Tangana y Nathy Peluso, con el título de Ateo, bailando con sensualidad, que terminó con la renuncia del deán del templo, pidiendo perdón de forma pública por su imprudencia al permitir este tipo de filmaciones.

Un escándalo tan tonto como los tontos años que lleva la Iglesia sin hablar con la claridad y la sinceridad que se debe a la gente en este siglo ya tan complicado y tan confuso por la falta de líderes espirituales reales, perdidos en dogmas anticuados; poco pragmáticos.

Mientras Ateo subía interés y los pantallazos del fuego líquido del Cumbre Vieja se iban mostrando, en ese paisaje roto que a todas luces se revela desesperanzador, vemos como las cifras Covid siguen bullendo. Desde el día que fue “descubierto” no ha dado tregua: un año y más de siete meses registrando fallecimientos cada día, en cifras que cuanto tímidas, siempre sobrepasaron la veintena de muertos diarios en España, hasta contabilizarse en los más críticos, más de setecientos.

Las mutaciones van marcando todas las series de estudios científicos y especulaciones, mientras Covid19 marca el rumbo, con constancia.

La nueva variante más decidida, las cifras mundiales sobrepasando los cinco millones de fallecidos (que deben ser muchos más porque los gobiernos locales bien se las ingenian para maquillar resultados de cualquier cosa que sientan que políticamente les pueda perjudicar); y entendiendo además que como estamos a merced de un caos global por falta de todo (estrategias, vacunas, certeras políticas sociales, económicas y sanitarias) el virus ha podido extenderse y ya es común aplicar una tercera dosis  de la vacuna a la población más vulnerable.

La vacuna como tal ha sido un paliativo, un ensayo por frenarlo, que más o menos ha surtido efecto y en eso hemos podido contar con un poquito de suerte.

Por más medios de comunicación que tengamos en esta era de globalización, sabemos que son pocos a la hora de informar lo mucho que sucede, mas cuando están dirigidos por el poder. Los independientes todavía son menos  y por lo tanto limitados en lo mucho que hay que abarcar.

Sin embargo nos vamos enterando de muchos hechos, si queremos conocerlos, escarbando un poco por allí y por allá.

Un acontecimiento, opacado quizás por asuntos más vitales, sin embargo, contó con titulares y polémica… El Premio Planeta fue concedido a la novela La Bestia, del género negro, escrito por Carmen Mola que resultó el seudónimo de tres escritores que hicieron la obra posible, Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez.

Ellos tres como Carmen Mola, antes de la obra ganadora, ya habían escrito una trilogía bastante exitosa, La novia gitana, La red purpura y La Nena, publicadas entre 2018 y 2020.

Era un secreto a voces que Carmen Mola era un seudónimo y que en el universo literario unos cuantos sabían exactamente quiénes eran.

Muchos lectores sacaban la conclusión de que esas novelas no podían haber sido escritas por una mujer.

Como en  asuntos de negocios son los verdaderos dolientes los que están pendientes de los repartos, al público en general no le importaba mucho el misterio, mientras se hacía popular Carmen Mola, nombre sacado al sacudir el pañuelo de un mago: Mola en España es una palabra común, cuando mola es  porque gusta mucho.

Es bien cierto que el género se descubre y grandes maestros literarios lo cambian a discreción, para ocultarse y como señuelo.

Resultó Carmen un trío de hombres que unieron ideas y talento para construir novelas exitosas.

Una librería feminista retiró el libro, destinada a la venta de escritos realizados por mujeres, y la polémica servida en bandeja de plata (entre los tres el reparto del millón de euros del premio Planeta) se ha desatado entre lectores y expertos.

Agudizando un poco la lectura especulativa de todo este vodevil, algo debía olerse y conocer bien los responsables del premio. La identidad revelada no se ha prestado para que se replantearan la entrega del galardón.

Los tres escritores, guionistas y amigos resultaron la escritora que prefería mantener, supuestamente, el anonimato como lo señalaban en una web, que además reseñaban imagen y explicaban que era profesora, residenciada en Madrid. Muchos hablan tras saberse todo de engaño. Otros de una fina estrategia de marketing.

¿Molará ahora tanto como antes? Ya se sabrá más adelante.

Lo cierto es que han vendido libros y ese es el mayor premio al que aspiran los escritores. Que se les lea. Otra cosa es lo demás: el tema escogido, la trascendencia, si tiene un valor más allá del montaje para vender, como buena mayoría de veces está hecho todo.

Y si creemos que este mundo de hombres listos está muy bien preparado para sí mismos, a finales de octubre, salió  un debate, que ocupó pocos titulares, pero que por lo menos estuvo por allí: el tema de la prostitución.

El 23 de septiembre, se celebró el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños y el gobierno actual presidido por el partido socialista (Psoe), con  coalición con Podemos,  tiene la propuesta de abolir la prostitución, tal y como lo recordaron el su 40º Congreso Federal, enmarcado como prioridad para lo que queda de legislatura.

España, de acuerdo a estadísticas aportadas por Apramp (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida) es el primer país consumidor de Europa y el tercero del mundo, por debajo de Tailandia y Puerto Rico.

Una estadística reveladora que también refleja lo mucho que todavía hay por hacer en un mundo donde las injusticias sociales pareciesen crecer.

Un tema complejo y difícil, la voluntad política podría hacer la diferencia, aunque lo veamos con bastante escepticismo.

Hemos visto también imágenes en Europa que recuerdan a nuestra Venezuela cuando estaba en su peor crisis, porque amigos nos cuentan que ahora allí sobran alimentos y  puedes comprar cualquier cosa que necesites, siempre y cuando tengas dólares.

En Inglaterra el desabastecimiento de gasolina y los anaqueles en supermercados completamente vacíos pareciese estarles diciendo algo sobre su alejamiento de la Unión Europea, aunque primer ministro no lo acepte.

Largas filas de vehículos y hasta peleas en las estaciones de servicio, con el espíritu guerrero más primitivo, se han protagonizado por allí.

Lecciones para una nación que en vez de apostar a la unión jugó a la separación.

Pronto para ser otoño, ha comenzado a nevar en la sierra madrileña y en localidades de Asturias y del Pirineo, incluida una espectacular granizada en una cala de la isla de Mallorca.

Es decir, fuego y agua, mostrando la espectacularidad de la vida. Dos distantes islas, la de La Palma en el archipiélago canario y la de Mallorca en las islas Baleares señalan más que el clima, la naturaleza de un planeta al que no hemos respetado y al que poco tiempo hemos dedicado para conocer y entender. Pero que nos enseña todos los días a recapacitar.

Habrá que regresar de la sombra, una vez más.