Rolando Quero ha tenido un buen año. Este 2008 lo está cerrando con la exposición "Ecos en Tacarigua" en el Intercontinental Tacarigua Valencia para completar un total de ocho muestras que entre individuales y colectivas protagonizó y la presentación de un catalogo sobre su obra con textos de Rosana Hernández Pasquier, Gabino Matos y Perán Erminy, en la galería de arte del Hospital Los Samanes, en Maracay.
En Caracas presentó la individual "La materia eternizada" en mayo, la colectiva en honor al séptimo aniversario del periódico Panacea, en el D Hotel de El Bosque, también en la ciudad capital, coincidiendo en las fechas de exposición. En Valencia estuvo en una colectiva en la Cámara de Industriales, con Mar Castillo y Mary y Mauro Nascimbeni.
También estuvo en la colectiva en la I Feria Expo Arte y Moda que se realizó en Puerto Ordaz.
En el Instituto Docente de Urología expuso también junto a los esposos Nascimbeni lo último de su trabajo. También la actualidad obras suyas están presentes en el Hotel Alba Caracas en una colectiva de varios artistas venezolanos. Esto ha sido parte de todo el movimiento que ha tenido el artista durante estos últimos doce meses.
¿Cómo se siente tras este año de intensas actividades?
Estoy presentando mi octava exposición que permanecerá en el hotel hasta el 11 de enero de 2009. Me siento muy satisfecho con esta clausura del año. Fue un año lleno de esperanzas, de muchas ilusiones cumplidas, de muchos compromisos. Estoy cerrando 2008 con mucha alegría interior.
¿Cuál de todas las presentaciones de sus obras le generó mayor satisfacciones?
La que tuve en el mes de noviembre en el hospital Los Samanes de Maracay, estado Aragua. Como artista, como creador, como hacedor de cultura me sentí conmovido al saber que los muchos pacientes que allí van estuvieron viendo mis cuadros y parabanes, y dejaron, por escrito, expresiones de los que le producían mis cuadros. El hecho de que durante veinticuatro horas durante varias semanas un conjunto grande personas pudieran ver mis obras fue como un regalo de un publico hacia mí.
¿Qué le manifestaron de lo que sentían frente a sus cuadros?
En su mayoría dijeron que viendo esos cuadros tan llenos de energía , esos colores y esos trazos, sentían ganas de vivir, por lo que siento que todo este fedd back fue un regalo mutuo.
Al publico, en general, ir a una galería les cuesta al igual que ir a visitar un museo siempre está cargado de dificultades. El público común, el que está en los centros comerciales y se sube en las busetas de transporte, los médicos, enfermeras, trabajadores, empleados de seguridad; los que vemos en las calles, fue el que visitó esta exposición en Los Samanes. Ha sido la exposición con más valor humano que he realizado en toda mi vida. Me siento lleno, como artista. Las notas que me escribieron me dejaron conmocionado.
¿Cómo nació "Ecos en Tacarigua, cierre de este 2008?
Es un tema que venía trabajando desde hace tres o cuatro años. Tengo recuerdos del lago porque mi papá me llevaba mucho allí y nos hablaba mucho de los Tacarigua. No es casual para mi que estas aguas estén entre los dos estados, Aragua y Carabobo. Yo me siento de ambos lugares, porque nací en Villa de Cura.
"Ecos en Tacarigua" es un homenaje que le hago al lago, a mis padres. Recuerdo que después del terremoto del año 1967 mi papá nos llevó hasta allá a observar una grietas que se formaron en las orillas. Esa imagen de mi padre, y de mi madre, que tengo en mente, también son parte de este ritual que tengo con mi obra y mis recuerdos.
Hace un tiempo el Conac, ahora Ministerio para la Cultura, hizo un reportaje sobre mi obra y tomaron el Lago de Valencia como escenario para la realización del vídeo, del camino que voy llevando hacia el futuro de mi obra. Estuvimos como tres días grabando justo en ese paisaje
¿Lo que siente en esta nueva muestra son nuevas pigmentaciones de la naturaleza?
Son los atardeceres y los amaneceres. Aquí mismo en Valencia me escapo a algunos lugares, entre ellos el dique de Guataparo, a observar los colores de la puesta y la caída del sol.
Mi obra la he ido madurando hasta que llegó esta oportunidad que me brinda el Hotel Intercontinental Tacarigua. En las noches, escuchando solo la naturaleza, la fusión de la tarde con la oscuridad, la noche, los nocturnales tanto de Villa de Cura como de Valencia. Los ruidos de las aguas, la luna plena y sus paisajes misteriosos, la soledad. Todas esas cosas que vivo, las plasmo después en mi obra.
Perán Erminy dice que sus obras son mándalas. ¿Qué siente ante esa definición?
Estoy seguro que es así. Son mandalas. De hecho cuando yo me pongo a trabajar es como si una fuerza se apodera de mi mente y mis manos. Es justo allí cuando los conocimientos que ha aprendido a lo largo de tantos años los pongo en practica y puedo equilibrar y encontrar lo que deseo decir.
Cuando me pongo frente a un lienzo coloco mis costuras, característica de mis obras. Luego vengo con el color; lo ensucio con mi petróleo, mi asfalto líquido; retomo el color y es así como van saliendo todos los reflejos, aquellos misterios; aquellos mandalas que ve Erminy en mi obra.
A simple vista yo no los veo, pero cuando leo o escucho a quienes analizan mi obra, entiendo que hay una identificación de una misma energía. No sabría explicar cómo sale mi obra pero si sé cuando está finalizada: Cuando refleja todos los equilibrios, texturas y transparencias que se convierten en mandalas, que cobran vida dentro de mis cuadros.
¿Cuál es el secreto de todo artista plástico?
En lo que voy a decir voy a ser muy "catalán", tantos años viviendo en esta ciudad europeo, me contaminaron de su forma de ser. El secreto es trabajar, trabajar, trabajar y trabajar. Cuando me han invitado a exponer contaba con el numero de obras suficientes para poder incluso en dos partes a la vez, todo ello producto de mi dedicación y esfuerzo en el taller. Me levanto a las cuatro de la mañana y puedo terminar en horas de la noche, todos los días.
Un artista plástico debe dedicarse a su obra y en este momento , a la edad que tengo, tengo que dedicarme de lleno a mi obra, mi legado.
Con "Ecos de Tacarigua" es culminando la etapa bidimensional para entrar a la etapa tridimensional. En estos últimos diez años, desde mi llegada de España, he ido conociendo los materiales que se pueden utilizar aquí para hacer esculturas y ya sé qué voy a trabajar en escultura. En Barcelona se me conoció a mi como escultor mas que como pintor.
Por ello me siento muy satisfecho de todo el trabajo que he desarrollado en todo este tiempo. En el año 2000 vine con una exposición que se llamó Extractos de un paisaje que recorrió medio Venezuela y de allí no he parado. El secreto es ese: trabajar. Es la poción mágica de todo artista. Por ello es que me ha ido bien en todos los sentidos.
¿Qué extraña de Barcelona?
Extraño mucho los materiales, sobre todo en la parte de las resinas, las siliconas; todos los materiales escultóricos. Por ello es que hasta ahora no había desarrollado mi obra tridimensional. Uno tiene como artista que estar seguro, al momento de salir a la palestra, con una obra, conocer muy bien los materiales.
En Venezuela no hay buenos fundidores, mientras que en Barcelona y en Génova hay profesionales de muy alta capacidad y habilidad con el bronce y resinas. Eso lo echo mucho de menos. En Venezuela he hecho lo mismo de cuando me fui: Me dije "Yo no vine a Barcelona comer comida venezolana, he venido a comer todos los platos catalanes, para conocerlos y amarlos como a mi Patria". No podía estar en España ni en Francia con añoranzas. Aquí ahora estoy feliz porque he encontrado otros materiales, otros colores, la energía que me hace vibrar" (Notitarde, 20/12/2008, Confabulario).-