En el Palacio Novella, en
pleno corazón del Parque Natural del Garraf, desde 1996, funciona unl monasterio
budista, muy cerca de Barcelona, España. Se presiente el mar Mediterráneo, aunque
desde la impresionante altura, paisaje agreste, con montañas blancas
escarpadas, repletas de cuevas que son visitadas por montañistas y aficionados,
no se le ve. Sólo su brisa llega hasta allí.
Dentro de una mezcolanza
muy particular, un antiguo y hermoso lugar construido con mucha prosperidad por
dueños que llegaron de América se permitió que allí funcionara este templo de
meditación y encuentro espiritual que contiene además la Estupa Namgyal,
símbolo que ilumina los deseos auspiciosos de esta disciplina.
La historia de este
Palacio comienza con Pere Domènech i Grau llamado "indiano" porque
venía de las “Indias” que resultaron nuestras tierras. Cuando regresó a España
proveniente de Cuba, con una gran fortuna, edificó esta mansión, en 1890, en los terrenos
de la antigua masía Plana Novella, que había adquirido en el año 1875. El
palacio señorial es una mezcla ecléctica de estilos neoclásicos, barroco,
oriental y árabe, construido tras el reinado de Alfonso XII. Domènech y su
esposa solo vivieron dos años allí, una
vez terminado, porque el dinero solo les alcanzó para construir la mansión y
después no tenían de qué vivir. Con la llegada de la filoxera (plaga de la vid)
que destruyó el sector vitivinícola se frustraron los planes del propietario de
convertir la masía en una colonia agrícola. En la ruina, a Pere Domènech solo
le quedó una salida: vender el edificio que pasó por manos de varios
propietarios entre ellos religiosos Agustinos que dejaron su tradición, respetada por los budistas: en la
capilla que allí se encuentra se conservan imágenes religiosas católicas,
ataviadas con paños de seda simbolizando la paz y armonía.
De esta manera el
monasterio budista Sakya Tashi Ling fue fundado por el Lama Jamyang Tashi Dorje
Rinpoche que reúne religiosos de la tradición budista Sakya Vajrayana, con el
objetivo de desarrollar valores positivos que favorezcan al mayor número de
seres posibles.
Las estupas de este linaje
tibetano son representaciones del Buda de la Mente Iluminada o Conciencia
Despierta. Son un monumento sagrado por la cantidad innumerable de elementos
que contienen y por las consagraciones que se han vertido durante el proceso de
construcción. Cada estupa es un potente emanador y potenciador de energía.
La Estupa Namgyal está
consagrada a la energía de Namgyelma, un aspecto femenino de la mente búdica
que potencia especialmente la eliminación de obstáculos a la vida, como alejar
la muerte antes de tiempo o los accidentes, previene de hechizos, magias y
energías negativas y dispensa salud y bienestar. Es visitada diariamente por
numerosas personas que obtienen las instrucciones de como recibir los efectos
beneficiosos de su uso.
Las primeras estupas que
se conozcan eran de piedra.
En Sanchi (India) se encuentran
tres sumamente respetadas por su antigüedad y se afirma que contiene cenizas de
Buda, repartidas entre ocho distintas congregaciones.
Estéticamente, simboliza
el cuerpo de Buda, su palabra y su mente, que enseñan el sendero del despertar.
Sobre una gran plataforma (medhi), a modo de altar sacrificial, que representa
la tierra, se eleva el cuerpo central semiesférico, macizo, que representa la
bóveda celeste (anda, ‘huevo’). Encima, se encuentra una empalizada
cuadrangular (harmika) que hace referencia y simboliza la residencia de la
divinidad protegiendo la parte superior del eje del universo (iashti), que
hipotéticamente atraviesa la bóveda.
Sobre el eje se sitúan
varios discos decrecientes (chatravali), que dan forma de una sombrilla sagrada
haciendo hincapié en la dignidad que representa la reliquia en cuestión
(cuantos más chatravali haya, más sagrado se considera).
Las estupas gozan de
popularidad entre los conocedores del budismo. Han sufrido muchas modificaciones, algunas
están escondidas y otras se exhiben en sencillos caminos. Algunas fueron
recubiertas con piedras talladas que instruían sobre la vida de Buda. En el
Tíbet evolucionó y se transformó en el chorten formado por una cúpula que
descansa sobre una base de cinco peldaños. Cada uno de ellos encarna los cinco
elementos del mundo. En la cima de la espiral se encuentra un sol apoyado en
una luna creciente que simbolizan la sabiduría y la compasión. En China y en
Japón, los estupas se transformaron en pagodas, representando el cosmos budista.
En España la primera estupa
se construyó en 1990 en el monasterio Osel Ling en la Alpujarra granadina,
seguido en 1992 por el del monasterio de Dag Shang Kagyu, en Panillo (Huesca),
donde en la actualidad hay tres grandes estupas. La más grande fuera de Asia es
la estupa de la Iluminación en Benalmádena (Málaga) de 33 metros de altura, que
pertenece al linaje Karma Khayu (Lectura Tangente, 27/04/2014, Notitarde).-